(Esta nota es la continuación de: http://miseriadelasociologia.blogspot.com/2011/02/cole-8-saint-simon.html)
Aclaración previa. Todas las citas provienen, salvo indicación en contrario, de: Cole, G. H. D. (1980). Historia del pensamiento socialista. I: Los precursores, 1789-1850. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. La traducción es de Rubén Landa. En números romanos indico el número de volumen, y en arábigos la página.
Hacia 1815, Saint-Simon se propuso unir a las clases industriales en contra de los ociosos (esto es, el conjunto de la antigua y la nueva nobleza - aquella que había sido creada por Napoleón I -). Propuso al rey de Francia, Luis XVIII, una alianza con los industriales, la cual estaría dirigida contra la nobleza y los militares; Saint-Simon planteó en su proyecto que se le confiase la tarea de elaborar el presupuesto nacional a un consejo de jefes de la industria.
En esta línea, sostuvo que la educación "debía ser dirigida únicamente por los sabios, y debía basarse en una enseñanza primaria universal destinada a inculcar en todo el pueblo un verdadero sistema de valores sociales, de acuerdo con los progresos de la «Ilustración». Estaba convencido de que la sociedad, para funcionar adecuadamente, necesitaba una base común de valores, ya la ciencia moral le correspondía formularlos en un código de educación y de conducta social." (I: 51). Como puede observarse, el sociólogo francés Emile Durkheim (1858-1917) no inventó nada nuevo. Saint-Simon adopta una concepción idealista de la sociedad, pues los valores morales - y, en términos más generales, el saber - son los que determinan el progreso de la sociedad. Ahora bien, no dice nada acerca de la cuestión de cómo surgen tanto el saber como dichos valores morales (1). En este sentido, puede decirse que los valores morales parecen derivar de una tendencia "innata" del espíritu humano. "Los dogmas cristianos estaban ya anticuados; pero la sociedad necesitaba más que nunca una dirección espiritual común, la cual ha de hallarse en la universalidad del saber científico." (I: 51).
En la fase final de su obra, Saint-Simon redactó la 1º parte del Nuevo Cristianismo (2). Se trataba de construir una cristiandad de nuevo tipo, basada en la ciencia. (I: 51).
Sólo a partir de la década de 1820 Saint-Simon empezó a tener discípulos. En la década anterior había trabajado en condiciones difíciles, de terrible pobreza. (I: 51).
Cole intenta definir así al socialismo de Saint-Simon: "En la raíz misma de su doctrina se halla la idea de que la tarea y el deber del hombre es el trabajo, y que en el nuevo orden social no se tendría consideración a ningún hombre sino en proporción al servicio que, mediante su trabajo, prestase a la comunidad." (I: 53). Respecto a la propiedad: "...consideraba que el derecho de propiedad sobreviviría sólo en la forma de derecho a tener la dirección de la propiedad en la medida en que se emplease para un fin bueno. El técnico o el organizador especializado tendrían poder sobre la propiedad con arreglo a sus diversas capacidades puestas al servicio del público, y todos los productores, descendiendo desde éstos a los trabajadores no especializados, gozarían de derechos cívicos en virtud del trabajo que hubiesen realizado." (I: 53). No hace un llamamiento a las clases obreras, sino que su mensaje va dirigido "a todos los productores, para que acepten las condiciones de la producción científicamente organizada, y para que colaboren activamente con arreglo a su diferente capacidad en el desarrollo de la producción social." (I: 53). Para Saint-Simon, obreros y patronos formaban una sola clase y no tenían, por tanto, intereses antagónicos.
El énfasis en la planificación de la economía es una de las características distintivas del pensamiento de nuestro autor: "...Saint-Simon afirmaba que las nuevas fuerzas sociales que tenían su origen en la revolución política y en el progreso científico exigían imperativamente una organización planificada y una dirección de la producción en beneficio del interés general. Fue el primero en ver claramente la importancia dominante de la organización económica en los problemas de la sociedad moderna y en afirmar la posición capital de la evolución económica como factor de las relaciones sociales." (I: 54). "...se anticipó a Marx al sostener que las relaciones de propiedad mantenidas por cualquier orden social daban a éstas su carácter esencial en todos los demás aspectos. Creía, también, como Marx, que la sociedad humana tendía en la marcha de la historia hacia un sistema de asociación universal, y sostenía que este nuevo sistema de asociación universal sería la garantía de la paz y del desarrollo progresivo." (I: 55).
Cole sintetiza así el aporte de Saint-Simon al socialismo: "...la gran contribución de Saint-Simon a la teoría socialista consiste en afirmar que la sociedad a través del estado, transformado y controlado por los productores, debe planificar y organizar el uso de los medios de producción a fin de marchar a la par con los descubrimientos científicos (...) lo que le importa a la humanidad no es la política sino la producción de la riqueza (...) pedía que se considerase a la producción abundante como el fin de la organización social, basándose en que, conseguido esto, existiría el máximo de libertad para que los hombres encontrasen satisfacción en su trabajo, y en que la elección de los gobernantes no se basaría ya en llamamientos sin sentido o inapropiados, sino que sería sencillamente cuestión de seleccionar con arreglo a una competencia técnica comprobada. Existiendo esta organización, decía, la abundancia quedaría asegurada para todos." (I: 56).
11. La "religión" saint-simoniana.
A la muerte de Saint-Simon (1825), un pequeño grupo de discípulos se dió la tarea de difundir las enseñanzas del maestro. Predominaban las concepciones expuestas en el Nuevo Cristianismo. El sansimonismo era una "religión" en la que, sin embargo, se conservaba la fe en la misión civilizadora de la industria científica. Esto último fue un factor que permitió la expansión del sansimonismo, pues atrajo a ingenieros (3), intelectuales y autores de proyectos universales. (I: 58).
Saint-Simon eligió como sucesor a Olinde Rodrígues (1795-1851), pero este fue pronto reemplazado por el ingeniero Barthélemy -Prosper Enfantin (1796-1864), quien se encargó de organizar a los sansimonianos como una jerarquía eclesiástica.
La sistematización y difusión de las ideas del maestro quedó a cargo de Saint-Amand Bazard (1791-1832), un radical que había sido carbonario. (4) Gracias a su acción el grupo publicó La doctrina saint-simoniana (1826-1828). Los puntos centrales de la doctrina eran: a) abolición de la herencia de la propiedad; b) todas las riquezas deberían pasar, a la muerte de sus titulares, al Estado, que se convertiría así en la única fuente de capital en la sociedad; c) creación de un Banco Central, dirigido por los grandes industriales y acompañado por una red de bancos especializados, cuya función sería facilitar capital a quienes estuvieran capacitados para emplearlo productivamente.; d) la industria debía estar organizada en grandes compañías, que ejecutarían los planes económicos diseñados por un consejo compuesto por los jefes técnicos industriales y por la gerencia.
Los elementos socialistas de Saint-Simon fueron acentuados por Bazard. Esta evolución socialista del sansimonismo fue tronchada posteriormente por el mencionado Enfantin, quien prefirió acentuar los componentes religiosos de la doctrina del maestro. (5)
Mataderos, domingo 20 de marzo de 2011
NOTAS:
(1) A pesar de la importancia que concedía a los factores económicos en el desarrollo social, Saint-Simon los veía más como consecuencia que como causa. Cole afirma que "opinaba que los cambios son el resultado de los descubrimientos científicos, y que las raíces del progreso humano se hallan en el avance del conocimiento, con los grandes descubridores como los agentes supremos de la historia." (I: 56).
(2) La edición 1825 del Nouveau Christianisme se encuentra disponible en el siguiente link: http://www.archive.org/stream/nouveauchristian01sainuoft#page/n5/mode/2up
(3) Muchos sansimonianos eran ingenieros egresados de la Ecole Polytecnique.
4) Los carbonarios eran los integrantes de la liga secreta de los carbonari o charbonnerie, surgida en el Franco Condado antes de 1789, y renacida en el reino de Nápoles hacia 1806. Tanto en su vertiente francesa como en la italiana, se caracterizó por su oposición revolucionaria a Napoleón I y a la posterior Restauración borbónica. No eran socialista, pero proporcionaron un entrenamiento revolucionario a muchos militantes socialistas. También brindaron un modelo a las sociedades secretas de la década de 1830. Los carbonarios fueron aplastados en la década de 1820. En sus filas militaron Bazard, Chevalier (1806-1879), Buchez (1796-1865) y Cabet (1788-1856), quienes jugaron luego un papel importante en el desarrollo del socialismo en Francia.
(5) En honor a Enfantin hay que destacar que fue partidario de la concepción de la igualdad de los sexos. (I: 60, 67).
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