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jueves, 5 de enero de 2017

LA TESIS DE LA MISIÓN HISTÓRICA DE LA CLASE OBRERA: UNA CRÍTICA (III)

Dicho lo anterior, ¿Cuál es el argumento de Marx sobre la “misión histórica” de la clase obrera? En el presente artículo se desarrollará el marco filosófico de dicho argumento.


El autor de El Capital comienza declarando que el objetivo de su trabajo está más allá de los fines y los métodos de la filosofía idealista. Marx se propone modificar la realidad y para ello se encuentra obligado a pasar al terreno de la práctica:


“La crítica de la filosofía especulativa del Derecho se orienta no hacia sí misma sino hacia tareas para cuya solución no existe más que un medio: la práctica.” (p. 102) (1)


Ello lo lleva a la constatación del atraso de Alemania en lo que hace a la Revolución Burguesa (RB a partir de aquí). El esfuerzo de Marx se encaminaba hacia la transformación de la realidad alemana. En concreto, consistía en la lucha contra el absolutismo. Marx no tenía en mente la conformación de una nueva escuela filosófica, sino que pugnaba por salir de los límites de la Filosofía. (2) No obstante, su esfuerzo presentaba dos limitaciones:


a) se encuadraba en la noción esencialista de la naturaleza humana (NH a partir de aquí); [Referencia directa al artículo 2]


b) se concentraba en el Estado (en definitiva, este era el objeto de estudio de la Filosofía del Derecho). Las relaciones de producción se hallaban, todavía, fuera del horizonte de Marx. Sin la crítica de esas relaciones es imposible una crítica de conjunto de la sociedad burguesa.


Marx describe la situación política alemana en los siguientes términos:


“¿Puede llegar Alemania a una práctica a la hauteur des principes (3), es decir, a una revolución que la eleve, no sólo al nivel oficial de los pueblos modernos sino a la altura humana que habrá de ser el futuro inmediato de estos pueblos?” (p. 103).


El lenguaje utilizado para caracterizar la política alemana es filosófico. Todavía no aparecen las nociones de RB y revolución socialista. Esta dificultad es una constante de los textos de este período (Por ejemplo, “Sobre la cuestión judía”) (4). Marx utiliza el término “emancipación política” para referirse a la RB y el término “emancipación humana” para designar a la revolución socialista.


En 1844 Marx había llegado a la conclusión de que la RB era insuficiente para lograr la “emancipación humana”. Más aún, ambas revoluciones seguían caminos divergentes y opuestos. Así caracteriza a la RB (la “emancipación política”):


“¿Sobre qué descansa una revolución parcial, una revolución meramente política? Sobre el hecho de que se emancipe una parte de la sociedad burguesa e instaure su dominación general, sobre el hecho de que una determinada clase emprenda la emancipación general de la sociedad partiendo de su situación especial. Esta clase libera a toda la sociedad, pero sólo bajo el supuesto de que toda la sociedad se halle en la situación de esta clase, es decir, que posea, por ejemplo, el dinero y la cultura o pueda adquirirlos a su antojo.” (p. 105-106) (5)


El pasaje es de una notable claridad. La burguesía “emancipa” realmente (no se trata de una ficción, en cuyo caso la superación de la ideología burguesa sería más sencilla), pero sólo si las personas se convierten en burgueses (esto es, propietarios). Por lo tanto, la emancipación es “parcial” en dos sentidos: a) sólo se verifica en la medida en que las personas logran acceder a la condición burguesa; b) supone, a la vez, la emancipación de unos y el sometimiento de otros. Expresado de otro modo, la “emancipación política” (la RB) parte de la premisa del mantenimiento de la explotación. Aquí se plantea la divisoria de aguas respecto al progresismo y al reformismo.


Pero Alemania no había podido realizar siquiera su RB. La burguesía alemana demostró su impotencia política ante el nuevo monarca prusiano Federico Guillermo IV, quien rechazó las propuestas de reformar el régimen monárquico y mantuvo el absolutismo en Prusia. En el caso específico de los Jóvenes Hegelianos (JH a partir de aquí), perdieron todas sus posiciones en el sistema universitario alemán. (6) En estas circunstancias, Marx no asumió una posición derrotista (por ejemplo, intentar acomodarse por los medios que fuera en el mundo académico), sino que siguió profundizando en el camino de la indagación de las condiciones necesarias para el logro de la “emancipación humana”.


El problema que enfrentaba Marx era mucho más complejo que el simple reconocimiento de la impotencia política de la burguesía alemana. La burguesía en general (y no sólo la alemana en particular) tenía como límite la “emancipación política”.


Marx encaró el problema desde una perspectiva filosófica. La filosofía de Marx (la suya era la versión más radical de la izquierda hegeliana - los JH -) andaba a la búsqueda de una clase que realizara su verdad, es decir, los principios de la NH, liberados por la crítica de toda enajenación. La filosofía, por sí misma, no puede cambiar al mundo.


“El arma de la crítica no puede reemplazar (...) a la crítica de las armas, el poder material ha de ser derrocado por el poder material; pero también la teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas. La teoría es capaz de apoderarse de las masas cuando argumenta y demuestra ad hominem (7), y argumenta y demuestra ad hominem cuando se hace radical. Ser radical es agarrar el problema por la raíz. Pero la raíz para el hombre es el hombre mismo.” (p. 103).


De modo que la Filosofía precisa “apoderarse de las masas” para plasmarse en la práctica. La relación Filosofía - Masas es unilateral; sólo la Filosofía desempeña el activo en la relación.


“La revolución necesita (...) de un elemento pasivo, de una base material. La teoría sólo se realiza en un pueblo en la medida en que es la realización de sus necesidades.” (p. 104).


El pasaje precedente confirma el rol activo de la Filosofía; es ella la que precisa de un “elemento pasivo”. Es la Filosofía la encargada de esclarecer esas “necesidades” del pueblo, a partir de su conocimiento de la NH. Este es el significado de la frase “la raíz para el hombre es el hombre mismo”, citada más arriba.


La aceptación de la existencia de una sucesión necesaria en las revoluciones (a la RB le sigue la revolución socialista) es otra muestra del predominio de la Filosofía en el pensamiento de Marx. Este orden necesario entre revoluciones se expresa así en el caso alemán:


“El sueño utópico para Alemania no es la revolución radical, no es la emancipación humana general, sino más bien, por el contrario, la revolución parcial, la revolución meramente política, la revolución que deja en pie los pilares del edificio.” (p. 105).

En 1844 Alemania no había realizado todavía su RB. Como existe un orden “natural” en la sucesión de las revoluciones, los alemanes no podía encarar todavía la revolución socialista. Se encontraban obligados a seguir el orden sucesorio marcado por Inglaterra y Francia: primero la RB, luego la revolución socialista (la “emancipación humana”). (8) En Alemania la cuestión se volvía más complicada, pues la burguesía había demostrado (así lo creía Marx) ser incapaz para llevar adelante su revolución. En este marco aparece la clase obrera y el problema de su “misión histórica”.


En síntesis, Marx encaró en la “Introducción” la resolución de dos cuestiones: a) la caracterización de la RB y de la revolución socialista (“emancipación humana); b) la clase social encargada de conducir la RB en Alemania. El artículo siguiente de esta serie estará dedicado al punto b).  

Villa del Parque, jueves 5 de enero de 2017

NOTAS:


(1) Salvo afirmación en contrario, todas las citas corresponden al artículo “Contribución a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel. Introducción”. Traducción española de Rubén Jaramillo, incluida en: Marx, Karl. (2008). Escritos de Juventud sobre el Derecho. Textos 1837-1847. Barcelona: Anthropos. (pp. 93-109).
(2) Rubel apunta: “Marx no concibe sino un único modo de su imperar el sistema de Hegel: desligar y realizar todas sus implicaciones políticas, tarea que, en el estado en que se encontraba Alemania, sólo un partido liberal podía cumplir.” (Rubel, Maximilien, Karl Marx: Ensayo de biografía intelectual, Buenos Aires, Paidós, 1970, p. 29).
(2) A la altura de los principios.
(3) Incluido también (como la “Introducción” que estoy comentando) en el primer y único número de los ANALES FRANCO-ALEMANES, editado por K. Marx y A. Ruge y aparecido  en París en febrero de 1844. Traducción española de Rubén Jaramillo, incluida en: Marx, Karl. (2008). Escritos de Juventud sobre el Derecho. Textos 1837-1847. Barcelona: Anthropos. (pp. 169-204).
(4) En “Sobre la cuestión judía” la describe así: “La emancipación política es la reducción del hombre, de una parte, a miembro de la sociedad burguesa, al individuo egoísta independiente y, de otra, al ciudadano del Estado, a la persona moral.” (p. 196). La emancipación humana es definida del siguiente modo: “Sólo cuando el hombre individuo real recupera en sí al ciudadano abstracto y se convierte como hombre individual en ser genérico, en su trabajo individual y en sus relaciones individuales, sólo cuando el hombre ha reconocido y organizado sus forces propres [fuerzas propias] como fuerzas sociales y cuando, por tanto, no separa ya de sí la fuerza social en la forma de fuerza política, sólo entonces se lleva a cabo la emancipación humana.” (p. 197).
(6) La burguesía liberal y los JH creían que el nuevo rey de Prusia, Federico Guillermo IV, quien ascendió al trono en 1840, llevaría a cabo una revolución desde arriba que conduciría el régimen político hacia una monarquía constitucional. Estas esperanzas se frustraron en el invierno de 1842-1843, cuando el monarca prusiano desató una oleada de censura sobre la prensa y de expulsiones de profesores de las universidades. Bruno Bauer, uno de los JH más conocidos, fue expulsado de la Universidad de Bonn a comienzos de 1842. Otro amigo de Marx, Rutenberg, también fue expulsado de los medios universitarios. En el plano personal, estas medidas hicieron que Marx abandonara sus intenciones de ingresar en los medios académicos.
(7) Expresión latina que significa “contra el hombre”.
(8) Este es el germen de la concepción etapista de la historia en el marxismo y se enmarca en el predominio de la perspectiva filosófica. No este este el lugar para desarrollar los antecedentes de esta concepción (la referencia a Hegel es obvia). Basta con decir que Marx cuestionó el etapismo en la década de 1870.