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martes, 3 de junio de 2025

LA ENCUESTA EN VERSIÓN TE LO RESUMO ASÍ NOMÁS



George Gallup

Ariel Mayo (ISP Dr. Joaquín V. González / UNSAM)


El sondeo (más conocido como encuesta) constituye el instrumento de recolección de datos más conocido en el ámbito de las ciencias sociales. Utilizado para casi cualquier cosa, amado y odiado por los políticos, los periodistas y el público en general, resulta tan discutido como desconocido en su funcionamiento. Para contribuir a mitigar ese desconocimiento vaya este conjunto de apuntes cuya base es un artículo de la socióloga argentina Nélida Archenti (Buenos Aires, 1944).

Referencia para bibliófilos:

Archenti, N. (2007). “El sondeo”. EN: Marradi, A. (2007). Metodología de las ciencias sociales. Buenos Aires: Emecé. (pp. 71-85).


En el principio eran… algunas definiciones

Ante todo, hay que decir que el sondeo (también conocido popularmente como encuesta) corresponde a la etapa de recolección de datos de la investigación (esto, por supuesto, en las investigaciones que requieren datos que no sean de tipo bibliográfico o que no puedan recabarse de fuentes secundarias).

Sondeo= Método científico de recolección de datos, a través de la utilización de cuestionarios estandarizados, administrados por entrevistadores entrenados o distribuidos para su autoadministración a una muestra.

Sirve para relevar propiedades referidas a muchos individuos. Más específicamente, se emplea para recolectar datos sobre intenciones de votos en grandes poblaciones, pautas de consumo, hábitos y prejuicios predominantes, 

Sus ámbitos de aplicación son: la investigación académica, los estudios de opinión pública sobre temas políticos y económicos, las investigaciones de mercado.


Una breve excursión por la epistemología… 

El sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930-2002) plantea que las encuestas se basan en tres supuestos: 

1°- Todos los individuos tienen una opinión.

2°- Todos los individuos se cuestionan sobre los temas que se les pregunta.

3°- Todas las opiniones tienen la misma incidencia social.

Los dos primeros supuestos hacen alusión a la situación de encuesta que, no hay que olvidar, es un tipo de relación social entablada entre el encuestador y el encuestado. Así, el encuestado se siente obligado a contestar para no quedar como un ignorante en la cuestión sobre la que le pregunta el encuestador. Esto genera un problema referido a la veracidad de las respuestas (incertidumbre respecto a si las respuestas reflejan la opinión del encuestado o si son simplemente un recurso de este para evitar hacer notar su desconocimiento del tema). El procedimiento empleado por los investigadores para minimizar esta cuestión consiste en remarcar el carácter anónimo de la encuesta y la confidencialidad de la información proporcionada.

El tercer supuesto se apoya en las investigaciones sobre grandes poblaciones, donde cada individuo es considerado equivalente a los demás y, en consecuencia, unos son sustituibles por otros. Esto es lo que permite utilizar instrumentos estadísticos para el análisis de los datos obtenidos. Una consecuencia de este supuesto es que se pierde información referida a cada individuo en particular. 

Los sondeos tienen algunas limitaciones, que se presentan en las distintas etapas de la realización del sondeo: a) las referidas al cuestionario mismo, esto es, a la validez de los indicadores y la confiabilidad de las preguntas utilizadas; b) las referidas al trabajo de campo, es decir, a la aplicación de los formularios a los encuestados (por ejemplo: escaso entrenamiento de los encuestadores, bajo nivel de respuesta de los encuestados, etc.)

Tenés 5 minutos… es para una encuesta

Existen múltiples maneras de aplicar el cuestionario a los encuestados. Se denomina abordaje a la técnica que se utiliza para llegar a los sujetos que constituyen el target del estudio. 

Las encuestas se pueden clasificar en: 1) con participación del encuestador, cuyo exponente principal es la encuesta cara a cara o presencial (domiciliarias y coincidentales), y que incluyen también las telefónicas (hoy rápidamente en desuso); 2) sin participación del encuestador, como es el caso de las realizadas por internet, correo electrónico, telefónica automatizada).

Encuestas cara a cara

Son aquellas en las que el encuestador lee las preguntas al encuestado y anota sus respuestas. En las realizadas en la vía pública (método coincidental) es importante que el cuestionario sea breve, para evitar el fastidio y la dispersión de la atención del encuestado. En las efectuadas en el domicilio del encuestado, se pueden emplear cuestionarios más extensos, dado que la encuesta se realiza en condiciones confortables para la persona entrevistada.

Encuestas autoadministradas (sin encuestador)

Son encuestas en las que no participan encuestadores, sino que se provee el cuestionario al encuestado para que él complete los datos que se le solicitan. 

El procedimiento es sencillo. Primero, se selecciona una muestra potencial de la población a estudiar. Luego, se invita a participar a los integrantes de la muestra (a través de internet, empresa u organismo al que pertenezcan los entrevistados, etc.). 

La principal dificultad de las encuestas autoadministradas es la tasa de respuesta, dado que ésta puede ser baja.

Estudios longitudinales (o encuesta de panel)

Se trata de un estudio diacrónico. Su particularidad consiste en que el cuestionario se aplica a una misma muestra a lo largo del tiempo. Resulta útil para comprobar modificaciones en las opiniones y actitudes como efecto de la incidencia de un estímulo o factor determinado. Su principal defecto es la pérdida de elementos de la muestra (por mortalidad, traslado a otra región o país, etc.).


El discreto encanto de preguntar…

El cuestionario es el núcleo de la encuesta; en rigor, es el instrumento de recolección de datos utilizado en ella.

El cuestionario no es un mero revoleo de preguntas, confeccionado a las apuradas para sacarse de encima la tarea y poder pasar enseguida al trabajo de campo. Un mal cuestionario equivale a una mala encuesta, que incluso es peor que una encuesta no realizada. 

El cuestionario posee una lógica propia y constituye, en verdad, un arte que garantiza la confiabilidad de las respuestas y, por último pero no menos importante, que ellas brinden la información requerida por la investigación.

Algunos elementos a tener en cuenta al momento de redactar el cuestionario: a) las primeras preguntas deben ser sencillas y no remitir a cuestiones conflictivas, con el propósito de generar confianza; b) los temas que exigen mayor compromiso o apunten a los núcleos de mayor intimidad tienen que estar ubicados en el centro del cuestionario; c) las últimas preguntas deben ser fáciles y dar lugar a una despedida cordial, así el encuestado queda predispuesto a participar de nuevos sondeos; d) la cantidad de preguntas no debe ser excesiva, para no prolongar la duración de la encuesta (pues ello deriva en fastidio del encuestado y en el consiguiente deterioro de la información proporcionado).

Aquí hay que retomar la definición del sondeo y entender que la encuesta utiliza un cuestionario estandarizado. Esto significa, entre otras cosas, que las preguntas tienen que ser las mismas para todos los encuestados y formuladas en el mismo orden. En este sentido, es conveniente dividir el cuestionario en bloques temáticos, para asegurarse de no dejar afuera ninguna de las cuestiones indagadas.

Desde el punto de vista de su estructuración, los cuestionarios se dividen en: estructurados, en los que predominan las preguntas cerradas (un menú cerrado de respuestas precodificada); semiestructurados, semejantes a los anteriores, pero que incluyen preguntas abiertas, en las que el encuestado tiene libertad para formular la respuesta con sus propias palabras; no estructurados, en los que la mayoría de las preguntas son abiertas (más que en la encuesta, este tipo de cuestionario corresponde a la entrevista en profundidad).

Las preguntas cerradas presentan opciones de respuesta preestablecidas por el investigador. Se clasifican en a) dicotómicas, en las que las respuestas posibles son dos (si/no; de acuerdo/en desacuerdo). Sirven para dividir a la muestra en dos grupos en oposición, relativos a una temática; y b) de alternativa múltiple, en las que la pregunta presenta más de dos alternativas de respuesta entre las que el encuestado elegirá una (en este caso se dice que se trata de una pregunta de respuesta múltiple).


Balvanera, martes 3 de junio de 2025


martes, 20 de octubre de 2020

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN – CURSO 2020 – CLASE N° 10: ENCUESTA



Bienvenidas y bienvenidos a la décima clase del curso.

Hoy comenzamos el análisis de los instrumentos de recolección de datos. En el estudio del proceso de investigación llegamos al punto en que es necesario salir al “campo” y obtener los datos necesarios para cumplir los objetivos propuestos. El más conocido de dichos instrumentos es la encuesta (también llamada sondeo), que permite recolectar datos de tipo cuantitativo. La exposición del tema está basada en el artículo de Nélida Archenti que figura en la bibliografía obligatoria. [1]

Empecemos ahora con la clase.


Definición de encuesta: ¿Qué tipo de datos permite obtener?

Para empezar, es preciso tener en claro de qué estamos hablando. La profesora Archenti define así a la encuesta:

“El sondeo o encuesta ha sido definido como un método científico de recolección de datos, a través de la utilización de cuestionarios estandarizados, administrados por entrevistadores especialmente entrenados o distribuidos para su autoadministración a una muestra.” (p. 203).

De la definición se desprenden algunas cuestiones:

a) la encuesta es una variante de la entrevista, un instrumento de recolección de información de carácter cualitativo [2];

b) consiste básicamente en un cuestionario que contiene una serie de preguntas, el cual es aplicado a una muestra. [3] Ese cuestionario está estandarizado, es decir, es el mismo para todos los entrevistados (además, las preguntas se formulan siempre en el orden en que constan en dicho cuestionario);

c) la estandarización del sondeo permite que la encuesta pueda ser implementada incluso sin encuestadores, por medio de la entrega de los cuestionarios a los encuestados, quienes responden las preguntas y entregan el cuestionario (puede ser enviado por correo electrónico, por ejemplo), sin que sea necesaria la participación de ninguna persona más.

Ahora bien, ¿qué tipo de datos pueden ser recogidos por medio de la encuesta?

“Se trata de una técnica que permite recolectar datos sobre actitudes, opiniones y creencias de los individuos estudiados e indagar sobre múltiples temas, tales como pautas de consumo, hábitos, prejuicios predominantes e intenciones de voto en grandes poblaciones. Se caracteriza por su adecuación para relevar muchas propiedades referidas a muchos individuos. Y sus ámbitos de aplicación son diversos: académicos, políticos y comerciales.” (p. 203).

La profesora Archenti destaca la característica más preciada de la encuesta, aquella que la ha convertida en la preferida entre los instrumentos de recolección de datos: su capacidad para recolectar gran cantidad de información referida a una población integrada por gran número de individuos. [4]

Como en investigación social es frecuente trabajar con poblaciones muy numerosas (por ejemplo, los turistas que eligen a la Argentina como destino), se vuelve necesario contar con una herramienta capaz de brindar información confiable de manera rápida. La encuesta resuelve este problema mediante la utilización de dos elementos que ya hemos mencionado: la muestra y la estandarización. Esto implica, también, que las principales dificultades de la encuesta (las principales fuentes de error) se encuentran precisamente en la construcción de la muestra y del cuestionario.

Pero hay algo más, que no está suficientemente explicitado en la definición proporcionada por Archenti. La encuesta es especialmente útil cuando indaga sobre cuestiones de hecho, cuya formulación es sencilla en el cuestionario. Por ejemplo: la cuestión de cuántos días se toma de vacaciones al año puede ser resuelta mediante una pregunta directa, y las opciones de respuesta también son relativamente fáciles de elaborar.

En cambio, la encuesta se vuelve problemática al momento de investigar cuestiones relacionadas con las creencias y preferencias de los encuestados. Por ejemplo: la cuestión de los motivos por los que es elegido un determinado destino turístico. En este caso, la formulación de la pregunta y de las opciones de respuesta requiere de un conocimiento previo por parte del investigador. De lo contrario, estará preguntando en base a sus prejuicios, a sus ideas preconcebidas; mientras que de lo que se trata es de conocer las opiniones del encuestado.

*             

Supuestos de la encuesta

Elaborar una buena encuesta no depende únicamente del muestreo, el cuestionario y la realización del trabajo de campo. Exige tener en cuesta sus limitaciones como instrumento de recolección de datos. Ya hemos dicho algo respecto a este último punto; sin embargo, antes de pasar a la construcción del sondeo, es necesario decir algo más sobre sus límites. Esto nos lleva a indagar los supuestos de la encuesta como herramienta de investigación.

El sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930-2002) distingue tres supuestos de las encuestas de opinión pública:

1)   Todos los individuos tienen una opinión.

2)   Todos los individuos se cuestionan sobre los temas que se les pregunta.

3)   Todas las opiniones tienen la misma incidencia social.

Los dos primeros supuestos se relacionan con un comportamiento muy difundido. Las personas somos reacias a reconocer que desconocemos un tema y/o que no tenemos opinión sobre tal o cual cuestión. Frente una pregunta sobre algo acerca de lo cual no tenemos ni la más mínima idea, hacemos lo que no debe hacerse: responder algo. En vez de reconocer nuestra falta de conocimiento y decir, sencillamente, que no sabemos lo suficiente para responder, preferimos ocultar ese desconocimiento y contestar como si supiéramos.

El investigador se encuentra casi desarmado frente a esta conducta humana. No puede hacer nada mediante el muestreo o la confección del cuestionario; si el encuestado opta por no decir la verdad, no hay nada que hacer. Sin embargo, existe una forma de minimizar los riesgos. Si el problema consiste en que las personas no queremos reconocer nuestra ignorancia, es conveniente reforzar las precauciones que garantizar el carácter anónimo de los datos obtenidos en la cuesta, así como también evitar hacer públicos los datos de los individuos que conforman la muestra.

La búsqueda del anonimato en la encuesta puede servir para desalentar la tendencia para mentir en las respuestas. Total, los datos son anónimos y, por ende, nadie se enterará de que no ignoro todo lo referente a determinado tema.

Los dos primeros supuestos se relacionan con otro problema, de carácter más teórico, por decirlo así. Detrás de ellos se encuentra la idea de que el individuo es la unidad de análisis de lo social. En otras palabras, si queremos saber que ocurre en la sociedad, tenemos que preguntarles a los individuos que componen dicha sociedad. Esta forma de concebir la investigación social (y, en definitiva, a la sociedad) recibe la denominación de individualismo metodológico.

No podemos desviarnos del tema principal de la clase para discutir las implicancias del individualismo metodológico. Basta decir que las respuestas de los encuestados se hallan influidas por el contexto en que se realiza la encuesta. Así, si nos toca llevar adelante una encuesta al día siguiente de un asesinato particularmente atroz (por ejemplo, el asesinato de un niño), y en el cuestionario figura una pregunta sobre la pena de muerte, es casi seguro que la aprobación de la pena de muerte por los encuestados será mayor que si la encuesta hubiera sido realizada antes del crimen.

Respecto al tercer supuesto, la profesora Archenti dice lo siguiente:

“El tercer supuesto de Bourdieu se basa en las investigaciones sobre grandes poblaciones, donde cada individuo es considerado equivalente a los demás y, en consecuencia, unos son sustituibles por otros. Esto permite trabajar matemáticamente las opiniones bajo el supuesto de la acumulatividad de las respuestas, pero, simultáneamente se pierde la especificidad relativa a la especificidad de cada sujeto. En este sentido tiene la misma importancia la opinión de un líder social que la de cualquier ciudadano.” (p. 206).

El tercer supuesto también se encuadra dentro del individualismo metodológico, pues deja de lado la cuestión de los grupos y las clases sociales. En este sentido, cabe señalar que es difícil de defender la afirmación de que cada individuo tiene una opinión sobre cada tema de la vida social. La experiencia (me refiero a nuestra experiencia personal, como individuos que viven en una sociedad determinada y en un tiempo también determinado) muestra que las personas suelen tener opiniones semejantes sobre los mismos temas, que la diversidad de opiniones no es tan grande, que la similitud de opiniones se relaciona con compartir condiciones similares de vida.


Limitaciones de la encuesta

Los supuestos que acabamos de examinar nos permiten pasar a una cuestión fundamental al momento de emplear cualquier instrumento de recolección de datos: el problema de los límites de la herramienta. Aquí el punto de partida tiene que ser la relación entre el instrumento elegido y el problema de investigación.

La encuesta no sirve para todos los problemas de investigación.

Ya hemos indicado que la encuesta es un instrumento de recolección de datos cuantitativos. Por eso resulta efectiva para recopilar información sobre cuestiones de hecho, pero empieza a patinar cuando se trata de averiguar las opiniones, creencias y preferencias de los encuestados.

Las limitaciones mencionadas (los tres supuestos de Bourdieu y la ubicación de la encuesta en el conjunto de las herramientas cuantitativas) hacen a la teoría de la encuesta. Pero existen otras limitaciones, derivadas de la práctica de la encuesta.

La confiabilidad de la información proporcionada por el sondeo depende de la muestra y el cuestionario. Ya nos ocuparemos de ambas cuestiones. Existen, además, otras dificultades de carácter práctico que deben ser tenidos en cuenta al momento de discutir las limitaciones y problemas de la encuesta: a) el trabajo de campo [5]; b) la negativa de los encuestados a responder. [6]

Doy por cerrada la clase para no hacer demasiado extensa la exposición. En nuestro próximo encuentro concluiremos el tema de la encuesta, abocándonos en especial a dos temas: a) la elaboración del cuestionario; b) los tipos de encuesta.

 

Muchas gracias por su atención.

 

 

Villa del Parque, martes 20 de octubre de 2020


NOTAS:

[1] Archenti, N. (2007). El sondeo. En Marradi, A., Metodología de las ciencias sociales. (pp. 203-214). Buenos Aires, Argentina: Emecé. Todas las citas empleadas en la clase corresponden a esta edición de la obra. En este artículo se encuentra una breve descripción histórica de la expansión del uso de la encuesta (pp. 203-204).

[2] Más adelante en el curso dedicaremos una clase a estudiar la problemática de la entrevista.

[3] Los conceptos de población y muestra han sido estudiados en la clase N° 8 del presente curso. Ver Miseria de la Sociología, martes 2 de junio de 2020.

[4] “La base estadística de la encuesta convirtió a esta técnica en una de las más potentes para establecer ciertas predicciones basadas en datos empíricos, al demostrar que pequeñas muestras probabilísticas correctamente seleccionadas podían proporcionar algún grado de representatividad respecto de actitudes, opiniones y comportamientos de grandes poblaciones. En consecuencia, el principal atractivo de la encuesta reside en su potencial predictivo, al permitir el registro de alguna propiedad de la población estudiada, con un margen de error muestral calculable, a partir del análisis de un fragmento de ésta.” (p. 204).

[5] “La mayoría de estos errores [los relacionados con la realización del trabajo de campo] pueden minimizarse a través de un buen entrenamiento de los encuestadores y por medio de la supervisión y control de su trabajo.” (p. 206). A estas afirmaciones de la profesora Archenti hay que agregar lo siguiente: las condiciones de trabajo de los encuestadores en Argentina son precarias y difíciles. Quienes salen al campo y realizan las encuestas están, por lo general, mal pagos; en la mayoría de los casos son trabajadores informales y sólo por excepción se encuentran en relación de dependencia. Además, la inseguridad hace que muchas personas se nieguen a ser encuestadas, siendo mayor este rechazo cuando se trata de encuestas domiciliaria. Todo esto debe ser tenido en cuenta al momento de pensar la realización del trabajo de campo.

[6] “Una limitación muy importante se produce cuando los encuestados se niegan a responder, debido a que una tasa de no respuesta muy alta puede vulnerar el cumplimiento de la muestra y sesgar los resultados afectando la calidad de los datos en su totalidad.” (p. 206). Podemos agregar que una encuesta con alto nivel de no respuesta puede estar indicando que se falló en la elección del instrumento de recolección de datos, que este no es el adecuado para el problema de investigación.