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miércoles, 14 de enero de 2009

FRASE DEL DIA

(Por nuestro corresponsal Joseph Ratzinger)
Amados lectores de este pasquín. Si no me equivoco, en alguna parte Santo Tomás Moro escribió que las tareas y compromisos del hogar, la hacienda, la familia, la servidumbre, etc., etc., dejaban muy poco tiempo para dedicarse a la lectura y la escritura. Desde que me gano el pan como Benedicto, no tengo paz ni descanso. De ahí que sea un buen momento para recordar otra vez a Paul Lafargue (1842-1911):

"Jehová, el dios barbado y huraño, dio a sus adoradores el supremo esfuerzo de la pereza ideal: después de seis días de trabajo, descansó por toda la eternidad."

Otra vez la cita está tomada de la edición citada de El derecho a la pereza, pág. 196. Recomiendo la lectura de este opúsculo, sobre todo en estos tiempos en que impera la barbarie de vivir para trabajar y no del vivir para gozar. Buenas noches, mis amigos.

miércoles, 7 de enero de 2009

FRASE DEL DÍA

(Por nuestro corresponsal Joseph Ratzinger)
Amados lectores, las muchas ocupaciones me han impedido dejarles el alimento espiritual cotidiano. Afortunadamente, he logrado ahuyentar por un rato a los cardenales que me siguen a sol y sombra para poder garabatear estas líneas. La frase del día es:
"...para que tome conciencia de su fuerza, el proletariado debe aplastar con sus pies los prejuicios de la moral cristiana, económica y librepensadora; debe retornar a sus instintos naturales, proclamar los Derechos de la Pereza, mil veces más nobles y más sagrados que los tísicos Derechos del Hombre, proclamados por los abogados metafísicos de la revolución burguesa; que se limite a trabajar no más de tres horas por día, a holgazanear y comer el resto del día y de la noche." (Paul Lafargue, 1842-1911)
Lafargue era un socialista francés, que había nacido en Cuba (¡Ese nido de rebeldes!). La frase que les dejo pertenece a su obra más difundida, el folleto titulado "El Derecho a la Pereza". Utilicé la traducción de María Celia Cotarelo en una edición argentina que recoge el texto, preparada por el colectivo Razón y Revolución: Sartelli, Eduardo, comp. (2005). Contra la cultura del trabajo:Una crítica marxista del sentido de la vida en la sociedad capitalista. Buenos Aires: Ediciones Razón y Revolución. La cita se encuentra en la pág. 203.
Meditad hermanos, meditad...

martes, 6 de enero de 2009

FRASE DEL DÍA

(Por nuestro corresponsal Joseph Ratzinger)
Joseph, quien en sus ratos de ocio no tiene más remedio que fungir el rol de Benedicto XVI, nos enviará diariamente una pequeña colaboración, con el objeto de recordarnos, en medio del ruido y la velocidad, aquellas cuestiones perennes que siempre deben interesar al ser humano. Amén, querido Joseph.
La frase correspondiente al lunes 5 de enero de 2009 es la siguiente:

"...la teología, desde siempre la mancha putrefacta de la filosofía".

¿A quién pertenece la frase? Karl Marx (1818-1883) era un prusiano alborotador, que había adherido en sus comienzos al liberalismo y ahora había descendido a codearse con la gente que vive del trabajo de sus manos. Su adhesión al socialismo, esa molesta teoría que pretendía alborotar las mentes de las gentes que todavía no conocían la televisión, le había acarreado la mala fortuna de partir al exilio. Claro que exilio en Paris (¡Qué envidia!). Allí, a los 26 años, se dedicaba, por primera vez, a leer textos de economía política. Era 1844 y sus lecturas se plasmaron en los llamados Manuscritos Económico-Filosóficos o Manuscritos de 1844 o Manuscritos de París. De ahí he tomado la frase que dejo para solaz de los lectores y lectoras de este infame pasquín, perdón, de este venerable blog. Me olvidaba (ya me llaman los cardenales, ufa!). La frase se encuentra en la pág. 46 de Marx, Karl. (2004). Manuscritos Ecónomico-Filosóficos de 1844. Buenos Aires: Colihue. (La traducción es de un equipo argentino, dirigido por Miguel Vedda).