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jueves, 28 de octubre de 2010

NÉSTOR KIRCHNER (1950-2010)

El 27 de octubre falleció el ex presidente Néstor Kirchner (1950-2010). En esta nota me propongo hacer una serie de consideraciones sobre el papel que jugó en la política argentina, así como también acerca del contenido del denominado kirchnerismo.

En primer lugar, resulta sencillo y previsible afirmar que el kirchnerismo, que accedió al gobierno en 2003 más por obra del azar que de las propios méritos, se mostró incapaz para modificar sustancialmente la estructura del poder en la Argentina. La dictadura militar de 1976-1983, las sucesivas "agachadas" del alfonsinismo y la década neoliberal e individualista del menemismo, construyeron un mapa del poder con límites bien definidos e infranqueables. Así, por ejemplo, en la Argentina democrática se pueden discutir y aprobar el divorcio y el matrimonio igualitario, pero resulta imposible siquiera pensar en eliminar la precarización y la flexibilización laborales, el trabajo esclavo en los talleres textiles, imponerles impuestos a los empresarios del campo, etc., etc. La caída del gobierno de Fernando De la Rúa (n. 1937) en diciembre de 2001 abrió grietas en la estructura de poder, pero esta demostró rápidamente su capacidad de resistencia. En resumen, a partir de 1976, los trabajadores y demás sectores populares pudieron ganar algunos partidos, pero el campeonato quedó siempre en manos del mismo equipo.

En este contexto, y ungido por el presidente no electo en las urnas Eduardo Alberto Duhalde (n. 1941), Néstor Kirchner su período presidencial en 2003. Toda su presidencia fue un proceso de construcción de una estructura de poder propia, que le permitiera independizarse de la tutela del duhaldismo y los demás sectores del peronismo que lo habían llevado a la presidencia. Para ello, Kirchner tomó nota de las crisis experimentada por el neoliberalismo en Argentina en 2001-2002, y decidió que su gobierno se diferenciaría, desde lo discursivo, de sus predecesores. La adopción formal de los Derechos Humanos (léase reiniciación de los juzgamientos a los genocidas de la dictadura), su rechazo del neoliberalismo y su negativa a reprimir a las movilizaciones populares, fueron los instrumentos que utilizó para diferenciarse. En este sentido, puede decirse que el mayor mérito de Néstor Kirchner consistió en haber comprendido que en la Argentina post 2001 era imposible seguir gobernando como en los '90. El ascenso de su popularidad y el triunfo de Cristina Fernández (n. 1953) en las elecciones presidenciales de 2007 fueron los frutos de esta política.

Néstor Kirchner no puede ser considerado un revolucionario. Su reformismo era muy tibio y siempre estaba subordinado a su objetivo principal, que era la conservación del gobierno. Su política económica no era neoliberal, pero no iba más allá de un keynesianismo moderado. Durante su presidencia, llevó adelante una construcción política que privilegiaba la "mesa chica" por sobre la construcción de una militancia y la movilización popular. Pero, así y todo, su opción por este reformismo era consecuente y no se quedaba en las palabras. Néstor Kirchner, a diferencia del resto de los políticos de los partidos mayoritarios, comprendió que sólo a través de los hechos podría hacerse un lugar en la política argentina.

La victoria de Cristiana Fernández en las elecciones de 2007 fue el espaldarazo que consolidó el poder que había ido construyendo Néstor Kirchner en 2003-2007. Siendo considerado como un cuasi advenedizo al comienzo de su presidencia, puesto que no era uno de los "niños mimados" ni del empresariado ni de los formadores de opinión pública, Kirchner consiguió despegarse del duhaldismo y cultivar una imagen progresista. Es cierto que no modificó las relaciones laborales instauradas en los '90 vía flexibilización, que los sojeros y demás empresarios ganaron fortunas bajo su gobierno y que su política de pago en efectivo de la deuda externa le habían evitado conflictos con los organismos financieros internacionales. Pero, y en esto Kirchner se distinguió de los demás presidentes constitucionales del período iniciado en 1983, mostró una habilidad excepcional para captar el hartazgo de gran parte de la población con las políticas y los modos del neoliberalismo.

En un país en que la izquierda era casi mala palabra antes de 2001, Néstor Kirchner apostó a reivindicar discursivamente las banderas de transformación social enarboladas en los '70 y a transformar a las Madres de Plaza de Mayo en un símbolo de su gobierno. En este sentido, el gesto de bajar el retrato del dictador Jorge Rafael Videla (n. 1925) ejemplifica a la perfección esta característica del kirchnerismo.

Es cierto que en la coyuntura económica de 2003-2007, Kirchner no tuvo que enfrascarse en ninguna confrontación con los actores económicos sociales de peso. Sus gestos progresistas no perjudicaban las ganancias de los empresarios, por más que estos últimos no se sintieran del todo cómodos con el discurso presidencial. Hacia 2007 parecía que Kirchner había conseguido cierta autonomía en lo que respecta a los ya mencionados límites que el capital había impuesto a la política argentina desde 1983.

La larga lucha con el empresariado del campo en 2008 (motivada por el intento de hacer aprobar por el Congreso la Resolución 125, que facultaba al gobierno a establecer aranceles móviles a las exportaciones de productos agrícolas) mostró a las claras la fragilidad de la construcción política del kirchnerismo y la vigencia de dichos límites de la actividad política. Kirchner se había lanzado a una empresa que creía sencilla y fracasó estrepitosamente, a tal punto que el gobierno de su esposa parecía condenado a un final adelantado. La derrota en las elecciones legislativas del año siguiente pareció confirmar que el kirchnerismo había entrado en decadencia.

Aquí corresponde decir que, frente a la crisis gravísima en que se hallaba el gobierno de Cristina Fernández, Néstor Kirchner desplegó las cualidades que lo diferenciaban del resto de los políticos argentinos. Otro en su lugar habría pactado con los empresarios agrarios y se habría retornado poco a poco a una política económica neoliberal. Sin embargo, batido en la lucha en torno a la 125 y derrotado en las elecciones legislativas de 2009, logró recuperar la iniciativa política apelando a un discurso y a una serie de iniciativas políticas sin precedentes en la Argentina post 1983. No se trata de que Néstor Kirchner se haya convertido en un revolucionario, pero su afán por conservar el poder (y su convicción de que los poderosos del campo jamás le iban a perdonar su intentos de cobrarles más impuestos a través de la 125) lo obligó a traspasar ciertos límites que parecían infranqueables para el político argentino promedio.

En el 2008 se esperaba que el kirchnerismo, luego del voto "no positivo" del inefable Julio César Cleto Cobos (n. 1955), buscara un compromiso con las fuerzas que lo habían derrotado. Sin embargo, y esto es mérito de Néstor Kirchner, el gobierno se radicalizó, tanto en el lenguaje como en algunas de las medidas adoptadas. Con lucidez, Kirchner comprendió que "le habían bajado el pulgar", y que su única esperanza de conservar el gobierno era pasar al ataque. Así, logró superar la "ofensiva destituyente" liderada por los empresarios de la Mesa de Enlace y retomar el control de la política argentina. A este respecto, la discusión acerca de si Kirchner era "izquierdista", "progresista" o meramente oportunista, carece de sentido político. Néstor Kirchner era un personaje complejo con una enorme ambición de poder. No obstante esto, fue precisamente este político quien impulsó un proceso que, con todas sus contradicciones, llego a "poner nerviosos" a algunos de los pilares de la estructura del poder en la Argentina.

Ley de Medios y enfrentamiento con el grupo Clarín, eliminación del sistema de AFJP, asignación universal por hijo, ley de matrimonio igualitario, fueron algunas de las iniciativas que obligaron a discutir cuestiones que habían quedado fuera del debate político en el periodo anterior. Por otra parte, la construcción de una militancia propia a partir de la derrota de la 125, obligó a Kirchner a radicalizar aún más su discurso. Sobre el final de su vida, y con grandes vacilaciones, Néstor Kirchner comprendió que sólo mediante la movilización popular podía garantizar su permanencia en el poder.

Néstor Kirchner ha muerto. Es muy pronto para hacer conjeturas acerca de la suerte de su proyecto político, encarnado ahora en Cristina Fernández. Sin embargo, podemos adelantar una opinión, que tendrá que pasar la prueba de los hechos. Cualquier intento de retorno a las políticas económicas neoliberales y a la "mano dura" contra las movilizaciones populares, tropezará con una gran resistencia. Más allá de sus intenciones, más allá de su ideología, Néstor Kirchner marcó un antes y un después en la política argentina, sobre todo porque trajo al debate algunas cuestiones fundamentales de las que estaba prohibido hablar y también porque mostró que los límites impuestos a la política podían llegar a ser atravesados. No es poca cosa, por cierto. Fue, en todo sentido, el político más notable desde la restauración del régimen democrático en 1983. Como suele suceder, los procesos históricos terminan por transfigurar a sus propios protagonistas.

Buenos Aires, jueves 28 de octubre de 2010










12 comentarios:

Anónimo dijo...

Te agradezco este escrito. Soy lo que muchos medios masivos llamarían simplemente Militante K, obviando historia, ideología y, por ejemplo, la crítica y el sufrimiento en carne propia de las "mesas chicas". Me resulta esclarecedor tu análisis sobre todo para poder comunicar desde una óptica más cercana y amena (que la mía, propia de un militante) a esas personas acostumbradas al asedio de discursos con intereses espúreos y llenos de recortes groseros.

Obviamente, desde mi postura no comparto tu opinión sobre las motivaciones personales de Néstor Kirchner, pero la verdad poco me importa, ojalá todos pudiéramos leer un poco más políticamente la realidad tal como lo hacés vos.

Un abrazo
Te dedico un lugar en mis favoritos
Ezequiel

Anónimo dijo...

Excelente, solo las personas inteligentes son capaces de reconocer aciertos y virtudes de los demas, aunque no compartan ideologias. Yo nunca me imagine que iba a estar de acuerdo con un peronista, pero Nestor Kirchner tuvo las agallas de enfrentarse con gente muy poderosa. Ninguno habia tenido la valentia de descolgar el cuadro del genocida de Videla, y eso fue algo que nunca voy a olvidar. todos, absolutamente todos, cuando nos enteramos de la noticia del fallecimiento nos quedamos en silencio

Ariel Mayo (1970) dijo...

Ezequiel, muchas gracias por tu comentario. Un abrazo,

Ariel Mayo (1970) dijo...

Gracias también al segundo "Anónimo" que ha comentado la nota. Un saludo, más allá del alto grado de anonimia de este contacto.

Anónimo dijo...

Hola, profesor... Yo llegué a este texto por casualidad...

A mí me pareció interesante. Pero un par de cosas no me convencieron...

- Me parece feo hablar de "agachadas" alfonsinistas... No es un dato menor que esas "agachadas" fueron forjadas a punta de pistola muchas veces. No puede dejarse de lado que Alfonsín fue un hombre que llegó tras una época de intensa violencia y, si hay algo que no quiso hacer, fue traer más violencia. Creo que sus "agachadas" fueron una manera de mantener la calma social.

- Creo que Kirchner fue partidario de una izquierda mentirosa. Qué tan de izquierda se puede ser habiendo crecido bajo la tutela de Duhalde? Y no olvidemos que hasta los Kirchner fueron menemistas en su momento (como taaantos otros)...

- Con respecto a Cobos, me parece que los K sabían en qué se metían al ponerlo en la boleta del Frente Para la Victoria. Nunca me pareció justo el maltrato que recibió y recibe desde su voto "no positivo". Él hizo lo que le pareció mejor. Actuó de acuerdo a lo que creyó más sensato, sin importarle lo que le convenía. Ahora tiene el rencor de muchas personas pero, seamos justos, es el vicepresidente por voto popular. No tiene por qué dejar su cargo...

- Creo que los ataques de Kirchner nunca estuvieron justificados. Siempre he criticado mucho esto en él... Desde que subió al gobierno, supo dividir y dividir más y más al país. Siempre planteó buenos y malos, progres y oligarcas, la libre expresión contra el monopolio... Siempre así, sin puntos intermedios... Me gustaría haberlo visto unificando al pueblo alguna vez.

- Creo que la "ofensiva destituyente", producto del voto "no positivo" de Cobos, JAMÁS EXISTIÓ. Los Kirchner y sus seguidores, tras perder esa batalla por las retenciones, salieron a instalar la idea de que había gente con ganas de voltearlos... Obvio, siempre hay algún gil... Pero no era una sensación real... El grueso del país no tenía intención es derrocar a los K. Creo que todo eso fue una jugada de los K para victimizarse y acentuar aún más esa tendencia a marcar dicotomías, en este caso, la dicotomía "progresistas por un lado, golpistas por el otro"... Creo que no había una "ofensiva destituyente" real...

Anónimo dijo...

Me parece injusto decir que los Kirchner eran Duhaldistas, Kirchner lo fue circunstancialmente, pero Cristina era claramente la línea opuesta dentro del PJ. Además, en cuanto tuvo la oportunidad, a días de asumir, cuando Duhalde le quiso determinar la política de derechos humanos dijo que NO con una firmeza que poco me interesa si lo hizo pensando en intereses personales, xq terminó siendo determinado por intereses colectivos.

En cuanto a la falta de puntos intermedios yo creo que en primer plano hay que analizar a quién beneficia cada medida, por sobre a quién la lleva adelante.

Respecto a Cobos: yo entiendo que alguien se da cuenta que piensa diferente respecto de la plataforma, los votos y los acuerdos políticos que lo llevaron al lugar de representación que "tiene". Ahora, cuando uno se separa de la fuerza política que lo llevó a un cargo institucional desde el cual ejercer políticas de Estado, la ética y por sobre todo la coherencia con esas diferencias político-ideológicas lo obligan a uno a renunciar a un puesto-función para el que fue elegido. Ejemplo reciente: Chacho Álvarez.

Respecto a los ataques de Kirchner, la verdad son contradicciones insalvables, para mí la unificación del pueblo no pasa por la paz o el consenso con los monopolios (ni mediáticos, ni mineros, ni agros, etc) o con los oligarcas. Tal vez sea un poco básico en mi análisis pero hay explotadores que no quieren ceder ni un centavo, con esos el consenso no funciona, sólo la mayoría absoluta. Además, en las sociedades actuales (y con el tejido social hecho trizas por décadas de neoliberalismo impuesto a sangre y fuego) el consenso es construido en su mayoría mediáticamente asi que ya sabemos a favor de quien irá el consenso.
Además yo sí lo vi uniendo al pueblo: descuelgue de cuadro de Videla, avance en los juicios, el hecho de resaltar la figura de Madres y Abuelas cómo símbolo de lucha, la ley de Medios (aunque se que no lo vas a compartir), el matrimonio igualitario, la eliminación del sistema de AFJP, etc. Para mi esas medidas, más allá del estilo confrontativo fueron tendiendo a unir al pueblo.

Yo creo que cortar la mayoría de las vías de comunicación de la producción y el consumo de un país son lo más parecido que vi a una estrategia de guerra donde primero se deja sin provisiones al enemigo. Eso, acompañado de medios explícitamente llamando a movilizar y planos cerrados que pretendían darle masividad a las manifestaciones que, si no leí mal, decían literalmente: "Fuera Montoneros", "Andate Yegüa", "KK", etc. Quiero decir, yo cuando escucho "andate Cobos la puta que te parió" interpreto que cierta gente desea que esa persona renuncie, no me deja mucho margen para dudar.
Después bueno, que se yo, para mi frente a Alfonsín hubo una ofensiva destituyente real tanto mediática cómo política y económicamente, sólo que él ya no tenía el apoyo suficiente para resistirlo. A mi eso me parece una coincidencia bastante grande (y te aclaro que en algunos sectores del conurbano hubo intentos frustrados de saqueos durante la ofensiva contra el gobierno de Cristina Fernández).
Comparto que el grueso del país no tenía intenciones de derrocar al gobierno, pero sí sectores muy poderosos y determinantes.

Ezequiel

Fernando Iacovone dijo...

No entiendo porque tantos Anónimos sería bueno aclarar los nombres para poder saber luego a quien se le está contestando.
Mi nombre es Fernando Iacovone alumno de Mayo durante dos excelentes clases
Con respecto a el tema de unir o no unir a la argentina, pacificar o no al pais tiene que ver con los intereses que uno esta realmente dispuesto a tocar. Son conflictos que se tratan de ocultar pero que están presentes en toda sociedad capitalista, estamos en una sociedad de clases, poseedores de medios de producción y nosotros los trabajadores. Solo en épocas como en los 90 podian sentarse y no discutir en lo que podría ser quizás una circunstancia familiar de una cena, un empresario y un obrero, por que en esa cena, los temas de debates iban a ser el futbol, pavadas sobre la TV, y cuando se tocaba el tema política, se hablaba sobre lo simpático de que a nuestro presidente se lo vea manejando Ferraris. (Digo esto en la mayoría de las familias donde los temas son impuestos por el contexto). Hoy en dia y gracias a uno de los mejores y de los tantos aportes que dejo NK los temas de discusión son otros, repartición de las ganancias, asignación por hijo, influencia de los medios de comunicación etc. En donde miembros de estas 2 clases seguramente chocaran y discutirán eso. A gran escala es eso lo que sucede con la sociedad argentina. Hay división y siempre la va a ver cuando se toquen temas importes, “brindo por la división” y por que todos se saquen sus caretas, que se muestre la miseria del oligarca cuando se queja porque no quiere que uno obrero participe en sus ganancias, los quiere solo para las perdidas, cuando sufre cuando le dan plata a los marginados porque piensas que ellos no tiene nada por que son comodos, brindo de nuevo por la división porque a partir de ahí podemos empezar a cambiar las cosas.
Con respecto al informe me pareció muy bueno solo tengo para agregarle que quizá esta explicada de una manera con la cual no coincido, cuáles fueron las motivaciones que llevaron a tomar ciertas medidas a NK, sobre las grandezas y limitaciones de ciertas medidas estamos de acuerdo pero según entiendo en el informe casi todas las motivación eran coyunturales, ejemplo resumido: después de la 125 me voy para la izquierda por que los del campo ya están bastante ofendidos como para que hagamos una reconciliación. Creo que atribuir las acciones de NK a reacciones coyunturales desmerece las convicciones que tenia que solo supeditaba a la conservación del poder, cosa que veo necesaria si es que se quiere seguir avanzando con nuevas batallas. Es decir si la imposición de la 125 me constará el poder no la impongo, dejo evidenciado a un traidor, y luego llevo mi batalla por otros frentes, Ley de medio etc, etc, etc. Me parece pensamientos lógicos de un excelente estratega.
Sobre Cobos y Alfonsín no opino porque me resultarías difícil hacerlo sin insultar.
Gracias por tu óptica ojalá tipos como vos puedan ser mas masivos, eso es una tarea de todos.
Saludos

Ariel Mayo (1970) dijo...

Ezequiel y Fernando: Muchísimas gracias por sus valiosos comentarios, que señalan puntos flacos de mi argumentación, los cuales tendré que desarrollar oportunamente. Nada mejor que una buena lectura crítica como la de ustedes para esmerarse más.
Agradezco también al comentarista anónimo, sobre todo por su deferencia de hacer un largo comentario partiendo de una posición política bastante diferente a la mía. Mi respuesta iba a estar estructurada en torno a a la cuestión de en qué medida puede hablarse del "pueblo", como una unidad. Si el pueblo es heterogéneo, debido a que está dividido en clases sociales que tienen intereses diferentes (y esto lo marca Fernando con mucha claridad), no tiene sentido decir que Kirchner, o Alfonsín, o quien fuere, dividen al pueblo, porque éste no constituye una unidad original. La pregunta que hay que hacerse en todo caso es, ¿las divisiones entre los habitantes de este país son el resultado de la acción de tal o cual político, o surgen de la forma misma en que está construida nuestra estructura social? Mi respuesta ya está expresada en el artículo sobre Kirchner: 1976 constituye en este sentido una bisagra, pues representa el aniquilamiento por un largo tiempo de la capacidad de los trabajadores para resistir a la voracidad de los empresarios. El menemismo, por ejemplo, no podría haber existido si la dictadura no hubiera aniquilado con tanto éxito a los cuadros de la clase trabajadora. Y tampoco pueden imaginarse los límites a la acción política de Kirchner si no se tienen en cuenta tanto la dictadura como el menemismo. Respecto al alfonsinismo, mantengo mi observación sobre las "agachadas", pero intentaré fundamentar como corresponde esta afirmación en una nota posterior. Saludos, Ariel.

Martín dijo...

Yo soy el Anónimo del 30 de Octubre, a las 00:30 horas... No me di cuenta de poner mi nombre. Me llamo Martín. Saludos. :)

Anónimo dijo...

Me pareció muy interesante tu nota y enriquecedora en algunos casos. Respecto a las "agachadas" no concuerdo porque como decía el comentario de arriba fue muchas veces a punto de pistola, sin dejar de lado los 13 paros nacionales del entonces líder de la CGT Ubaldini y muchas otras trabas que pusieron durante su gobierno.
También quiero resaltar que cuando se presentó el proyecto para sacar de la Constitución las leyes de "obediencia debida" y "punto final", el ex-presidente Alfonsín fue una de las personas que más apoyó el proyecto, no como otros diputados, como el "izquierdista" Zamora que votó en contra, argumentando "voto en contra porque no está asegurado el enjuiciamiento de todos los participes de la dictadura"
En cuanto al menemato / de la rúa / kirchnerismo concuerdo bastante.
Pablo (estudiante de Historia del J.V.G)

Anónimo dijo...

Hola como va???!!! primero, hace rato q no leía un artículo de éstas características. la verdad me gustó y me resulto interesante.

Para algunos que comentaron sobre Nestor Kirchner, quería invitarlos a que lean su primer discurso, en el acto de asunción. Analizandolo se van a dar cuenta de un monton de cosas. Para cambiar el estado de las cosas es necesario ponerlas en movimiento, y eso desde luego esto genera conflicto, sobre todo en quienes detentan el verdadero poder. Lean en ese discurso "cambio es el nombre del futuro" y para ciertos sectores eso es mala palabra ya que "ellos estaban bien".

Segunda cuestión, siempre refiriendome a algunos comentarios de este blog, en la década del noventa, principalmente en los primeros 5 años, no existía un peronísmo dividido, y Menem era el presidente de ese entonces, el elegido del partido, y si estabas en ese partido estabas con él. Pero IGUALMENTE fijensen que Kirchner no era uno de los mimados por Menem, diriamos que era el "rebelde" del grupo. Hay un acto en Sta Cruz, dnd Menem y Kirchner dan sus respectivos discursos, donde se puede escuchar en dos frases (una de Menem y otra de Kirchner) sus diferentes posturas sobre las mismas cuestiones, opiniones ambas, que marcan las tendencias e inclinaciones de ambos políticos.

Yo creo que Kirchner despertó una especie de intriga entre los jovenes, y en adultos tambien y eso es positivo. Las luchas de poder que se han librado en los últimos tiempos, no hicieron mas que "destapar" cuestiones que se mantenían ocultas.

Considero de mucho valor poder opinar como todos Uds, y que valoremos esto, pero siempre con prudencia, respeto, valores.

Un saludo... Muy buena nota....
Ger

Ariel Mayo (1970) dijo...

Ger, muchas gracias por tu comentario.
Es cierto que hay que analizar la forma en que Kirchner se fue diferenciando de Duhalde a partir de su asunción como presidente en 2003. En este sentido, y eso aparece en la nota, su presidencia de 2003-2007 puede caracterizarse como la construcción de un proyecto político propio, en un contexto en el que todavía estaba muy condicionado por el duhaldismo (sobre todo en los primeros dos años, no hay que olvidar que el ministro de Economía era Lavagna). Sin embargo, y sin restarle méritos a Kirchner, hay que insistir en que la posibilidad misma del kirchnerismo tiene su origen en el derrumbe de la hegemonía ideológica del neoliberalismo en 2001, y en la movilización popular que acompañó a la misma. Sin ella, Kirchner no hubiera existido. Es por eso que, en un análisis del período abierto en 2003, hay que tener en cuentra que las limitaciones y debilidades del kirchnerismo son las debilidades y limitaciones de dicha movilización popular. Saludos,