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domingo, 17 de julio de 2011

HISTORIA DEL MOVIMIENTO SOCIALISTA (16): EL MOVIMIENTO OBRERO INGLÉS EN 1824-1834


Aclaración previa. Todas las citas provienen, salvo indicación en contrario, de: Cole, G. H. D. (1980). Historia del pensamiento socialista. I: Los precursores, 1789-1850. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. La traducción es de Rubén Landa. En números romanos indico el número de volumen, y en arábigos la página.

25. El desarrollo de los sindicatos obreros en Gran Bretaña en 1824-1834.

Los sindicatos eran ilegales desde la sanción de las Combinations Acts [Leyes contra las coaliciones], sancionadas en 1789 y 1800. Esta legislación condenó a la clandestinidad a todos los intentos de organizar a los trabajadores.

En 1824, gracias a los esfuerzos de Joseph Hume (1770-1855) y de Francis Place (1771-1854), la legislación anti-sindical fue derogada y se otorgó libertad para constituir sindicatos. (I: 125). Inmediatamente se produjo una oleada de huelgas. En 1825 el Parlamento derogó la ley Hume y la reemplazó por otra que redujo mucho el campo de la acción de de los sindicatos. La nueva ley imponía severas penas a quienes recurrieron a la violencia y a la intimidación. (I: 126).

En 1825 estalló una crisis económica. Los sindicatos enfrentaron la reducción de salarios con numerosas huelgas, en las que sufrieron grandes derrotas. Algunos sindicatos (como en el caso de la industria de la lana de Yorkshire) retornaron a la clandestinidad. Pero el movimiento resistió y rápidamente volvió a crecer, en buena medida como instrumento de lucha contra los bajos salarios y por la recuperación del poder adquisitivo. Los militantes obreros recurrieron a las obras de Hodgskin, Thompson y otros para buscar respuestas a su situación: "...Thompson (...) les aconsejaba que aspirasen a más, y que hiciesen frente a los 'lock-outs' y a los intentos de reducción de salarios, creando sociedades cooperativas de producción en las cuales podían emplear a sus mismos miembros, y amenazar a los patrones con la pérdida de su negocio y, lo que es más, aspirar a un nuevo orden social en el cual la dirección de la industria pasaría a manos de los obreros." (I: 126).

A las ideas de los ri
cardianos de izquierda se sumó el influjo del cooperativismo (George Mudie, William King, etc). Owen (quien había regresado de EE. UU. en 1829), no había pensado en la acción obrera como medio para reorganizar la sociedad. Por el contrario, había apostado a la propaganda entre el Estado, las sociedades de beneficencia y filántropos particulares. Ellos deberían financiar la creación de cooperativas. Los obreros, ante la ofensiva capitalista, buscaron en el sistema de Owen una salida y comenzaron a organizar cooperativas por sí mismos. (I: 126-127).

A todo lo anterior hay que sumarle la lucha por la Reforma Electoral (que culminaría con la Reform Act de 1832). Los trabajadores pensaban que dicha reforma sería el comienzo del derrumbe del sistema capitalista. (I: 126). (1).

Todas estas iniciativas terminaron por confluir en dos grandes líneas:

a) El intento de unificar a los sindicatos locales en los sindicatos nacionales de oficios. Hay que destacar la labor de John Doherty (1798-1854), quien en Lancashire organizó a los hilanderos del algodón en el Gran Sindicato General de Hilanderos (1829) y luego planeó la creación de una Unión General de Oficios (1830), que se constituyó luego como Asociación Nacional de Oficios Unidos para la Protección de los Trabajadores (1831). También John Gast (1772-1837), armador, quien organizó en Londres la Unión Metropolitana de Oficios; William Lovett (1800-1877), obrero ebanista, partidario de Owen, quien jugó un papel importante en la confluencia de los movimientos sindicalista y cooperativista. (I: 127). (2).

b) La expansión del movimiento cooperativista, ahora fogoneada por los trabajadores como alternativa al capitalismo. En 1831 se celebraron varios congresos de cooperativas; se decidió promover la industria y el comercio cooperativos como un primer paso hacia la instauración del sistema cooperativo. En la década de 1820, varias cooperativas habían impulsado el "cambio" entre artesanos de diferentes oficios, sin patronos capitalistas ni intermediarios. A su regreso de EE. UU., Owen tomó nota de estas experiencias y comenzó a bregar por el establecimiento de una Bolsa Nacional Equitativa para los Obreros, "en la cual los productos de los diferentes oficios organizados en sociedades cooperativas de producción podían cambiarse según el valor determinado por el 'trabajo-hora' empleado en su producción." (I: 128). Owen estableció una bolsa en Londres; también se abrieron en Birmingham, Liverpool y Glasgow. Se realizó un comercio activo entre cooperativas por medio de los billetes de trabajo, emitidos por las bolsas para sustituir a los billetes de banco. Se crearon cooperativas de producción y tiendas cooperativas (muchas de ellas acumulaban el excedente sobre la venta para financiar experimentos sociales más extensos). (I: 128-129). Aquí es conveniente insistir en un comentario hecho en una nota anterior. En el marco de la producción de mercancías, las leyes de la producción mercantil se transforman en leyes de apropiación capitalista, nos guste o no.

El paso siguiente fue el intento de constituir una Unión General de Trabajadores, "que no solamente interviniese en la lucha diaria de los trabajadores, sino que llegase a ser instrumento para la pronta introducción del nuevo orden social cooperativo." (I: 129).

En 1833 se realizó un Congreso de Cooperativas. Participaron delegados de sociedades cooperativas, de sindicatos obreros y de sociedades owenianas de propaganda. Owen presentó un plan para una Gran Unión Nacional Moral de las Clases Productoras. Su idea era implantar el nuevo orden social de un solo golpe, mediante la negativa pacífica a seguir trabajando bajo el sistema capitalista. (I: 129). Los delegados tomaron la propuesta de Owen en un sentido diferente.

En 1834 se produjo la creación de la Gran Alianza Nacional de Sindicatos, que se propuso agrupar a todos los sindicatos obreros para enfrentar el orden capitalista. (I: 129). Logró reunir por breve tiempo y de manera incompleta a los sindicatos. Agrupó (de manera muy laxa) a los sindicatos generales creados por Doherty en los distritos de industria textil de Lancashire y Midland; el sindicato secreto de tejedores de Leeds (Yorkshire); los sindicatos nacionales de los obreros de la construcción, de los alfareros y otros; multitud de sociedades locales. Sin embargo, al poco tiempo, los militantes de Yorkshire, los obreros de la construcción y otros sindicatos se negaron a fundirse con la Gran Alianza. Había una fuerte disputa en torno a definir cuáles debían ser sus objetivos. Owen: "fue anunciando la caída del orden antiguo e inmoral de la sociedad y el comienzo del nuevo al cabo de pocos meses, esperando, al parecer, que la clase patronal consintiese en su propio derrocamiento frente a la negativa de los trabajadores a continuar trabajando para ellos." (I: 132). (3). Otros dirigentes obreros, como Doherty (hilanderos de algodón), y James Morrison (sindicato de la construcción), partidarios de Owen, no estaban convencidos de que los patrones se dejaran convencer: "...para la mayoría de los directivos de los sindicatos, probablemente se trataba más bien de crear un extenso 'sindicato general', capaz de subir los salarios y de mejorar las condiciones de trabajo mediante una acción unida." (I: 132).

Un ala izquierda, liderada por Henry Hetherington (1792-1849) (4), pugnaba por radicalizar al movimiento obrero. Hetherington proclamó en su POOR MAN'S GUARDIAN, "que el congreso del 'Gran Sindicato Nacional Obrero' era una representación más verdadera del pueblo que el parlamento reformado, y pidió a los sindicatos obreros que tomasen la dirección de una nueva cruzada en favor del sufragio universal y también en favor de un orden económico basado en la cooperación." (I: 133). La idea también adhería a la idea de una huelga general (llamada también "gran vacación general"), propuesta por William Bembow en 1831 y 1832. Bembow pensaba en una huelga política.

En definitiva, y según palabras de Cole, la Gran Alianza "era más bien un movimiento amorfo de masas económicas políticamente descontentas que una campaña consciente dirigida hacia un fin definido." (I: 133).

En 1834 la Sociedad para la Regeneración Nacional, liderara por Doherty, inició en los distritos industriales del norte una campaña de agitación a favor de la jornada de 8 horas, llamando a dejar el trabajo pasado ese límite. (I: 129). Se inició una ofensiva obrera. Se multiplicaron las huelgas. No sólo se exigían salarios más altos y mejores condiciones de trabajo; también aparecen pedidos de renuncia de los patrones y el establecimiento de un nuevo sistema de dirección. En este sentido, la carencia de una dirección común de la clase trabajadora generaba una dispersión de los objetivos perseguidos.

Al poco tiempo, se verificó la contraofensiva capitalista, que había comenzado ya antes de la constitución de la Gran Alianza. Sus armas principales fueron el lock out y el compromiso de despedir a los trabajadores sindicalizados. Algunos de los hitos de este avance patronal fueron: los despidos en Derby (1833-1834); en Yorkshire, con el apoyo del gobierno; lock out y firma de compromisos de dejar el sindicato; el episodio de los Mártires de Tolpuddle (1834) (5). (I: 130-131).

Owen ingresó en la Gran Alianza y llegó a ser su presidente. Intentó convencer a los sindicatos que aboliesen todo juramento secreto, pero la ofensiva combinada de los patrones y del gobierno obligó a la disolución de la organización hacia fines de 1834. (I: 131). Con posterioridad a la disolución de la Gran Alianza, Owen se volcó a la promoción del movimiento cooperativo. (I: 133).

Buenos Aires, domingo 17 de julio de 2011

NOTAS:

(1) La sanción de la Ley de Reforma (1832) tuvo el efecto de radicalizar al movimiento obrero, pues la burguesía no hizo concesiones a los trabajadores. (I: 127). "Los obreros, viendo fracasados sus esperanzas políticas, se resolvieron hacia la acción económica como medio de defensa contra los nuevos dueños del Estado, y se difundió rápidamente la idea de una 'Unión General' de toda la clase obrera." (I: 127).

(2) En Yorkshire, centro textil, se formó una Unión General. Activistas afines a Doherty y a los militantes de Yorkshire, recorrían el país promoviendo la creación de nuevas asociaciones obreras. (I: 127).

(3) Anteriormente, Owen había destituido al director de su periódico, THE CRISIS, J. E. Smith, por su actitud en favor de la lucha de clases y su oposición a la propaganda religiosa de Owen. (I: 130).

(4) Fue uno de los dirigentes del Sindicato Nacional de las Clases Trabajadoras, situado en la izquierda del movimiento obrero en favor de la Radical Reform. (I: 133).

(5) Seis obreros de Dorchester fueron procesados y condenados a confinamiento en colonias penales por el delito de tomar juramentos "ilegales" al intentar establecer una sociedad de trabajadores agrícolas, como sección de la Gran Unión Nacional. (I: 131).

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