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jueves, 10 de septiembre de 2015

FICHA DE LECTURA: DURKHEIM, LECCIONES DE SOCIOLOGÍA. LECCIÓN OCTAVA. MORAL CÍVICA: FORMAS DEL ESTADO. LA DEMOCRACIA




Nota bibliográfica:
Para la redacción de esta ficha utilicé la traducción española de Federico Lorenc Valcarce: Durkheim, Emile. (2003). Lecciones de Sociología. Física de las costumbres y del derecho y otros escritos sobre el individualismo, los intelectuales y la democracia. Buenos Aires: Miño y Dávila.

Aclaración:
Los párrafos entre corchetes intercalados en el texto corresponden a comentarios de mi autoría.

LECCIÓN OCTAVA. MORAL CÍVICA: FORMAS DEL ESTADO. LA DEMOCRACIA (pp.149-160).

Arranca la Lección con el rechazo de la teoría cuantitativa de las formas de gobierno (desarrollado en la Lección 7°); insiste en que, salvo en las poblaciones “inferiores”, el gobierno “está siempre en manos de una minoría” (p. 149), nunca es ejercido por el conjunto de la población.

“Gobernar es siempre la función de un órgano definido, delimitado.” (p. 149)

Varía la forma en que el gobierno se comunica con el resto de la población. En unos casos, se encuentra replegado sobre sí mismo y es, ante todo, “el agente de las relaciones exteriores, el agente de las conquistas, el órgano de la diplomacia” (p. 149). En otras sociedades, el Estado mantiene comunicaciones permanentes con el resto de la sociedad (Estado y ciudadanos están permanentemente informados de lo que hace uno y otro): democracia.

En definitiva, Durkheim propone una teoría de las formas de gobierno basada en el tipo de comunicación entre el gobierno y la población: “Poco importa que los jefes de Estado sean tantos o cuantos; lo esencial es la manera en que se comunican con el conjunto de la sociedad.” (p. 150).

Esta “comunicación estrecha” entre el gobierno y la sociedad es el primer rasgo distintivo de la democracia.

El segundo rasgo de la democracia es la extensión del campo de la conciencia gubernamental, su mayor maleabilidad. En las sociedades precapitalistas, la conciencia gubernamental se encuentra localizada en los bordes del organismo-sociedad (por ello el Estado aparece, ante todo, como el encargado de las relaciones exteriores), y suele mantenerse inaccesible para la mayoría de la sociedad, por eso se lo identifica con lo religioso. [La Modernidad se identifica, entonces, con el aumento de las comunicaciones – las deliberaciones, dice Durkheim, entre los miembros de la sociedad.]

Una consecuencia de la mayor comunicación entre los miembros de la sociedad es la mayor facilidad con que se desarrolla el cambio social: “Dado que hay una mayor cantidad de cosas sometidas a la deliberación colectiva, hay también más cosas en vías de transformación.” (p. 152).

Durkheim sintetiza así este segundo rasgo de la democracia:

“La verdadera característica es doble: 1°La mayor extensión de la conciencia gubernamental, 2° Las comunicaciones más estrechas de esta conciencia con la masa de las conciencias individuales.” (p. 152).

[En lo que sigue hay un inconfundible aire a Tocqueville y su análisis del Antiguo Régimen.]
Durkheim considera que la democracia no es ni un descubrimiento ni un renacimiento acaecido en el siglo XIX; es el resultado de un largo proceso histórico cuya nota principal es la difusión de la reflexión en el seno de las sociedades:

“La democracia es la forma política a través de la cual la sociedad alcanza la más pura conciencia de sí misma. Un pueblo es más democrático cuando la deliberación, la reflexión, el espíritu crítico desempeñan un papel más considerable en la marcha de los asuntos públicos. Lo es menos cuando predominan la inconsciencia, las costumbres irreflexivas, los sentimientos oscuros, los prejuicios sustraídos al examen.” (p. 153).

Si se tiene presente la centralidad del rasgo del incremento de la comunicación para caracterizar a la democracia, se comprende el porqué Durkheim considera que la monarquía fue más democrática que el feudalismo (porque centralizó las fuerzas de la sociedad). (1).

¿Por qué se extiende la democracia?

a)    La mayor complejidad de las sociedades [Extensión de la división del trabajo] requiere de una mayor reflexión. “Cuanto más complejo se vuelve el medio social; también se vuelve más cambiante; es necesario, entonces, que la organización social se transforme en la misma medida y se vuelve más reflexiva y consciente de sí misma.” (p. 153). (2).

b)    Es el régimen político más adecuado para “nuestra concepción actual del individuo”. Más claro: “El valor que atribuimos a la personalidad individual hace que nos repugne convertirla en un instrumento material que la autoridad social mueve desde afuera.” (p. 154). “Ser autónomo, para el hombre, es comprender las necesidades a las que debe plegarse y aceptarlas con conocimiento de causa. No podemos hacer que las leyes de las cosas sean de otro modo del que son; pero podemos liberarnos de su influencia pensando en ellas, es decir, apropiándose de ellas a través del pensamiento. Esto constituye la superioridad moral de la democracia. Porque es el régimen de la reflexión, permite al ciudadano aceptar las leyes de su país con más inteligencia y, por tanto, con menos pasividad.” (p. 154-155; el resaltado es mío – AM-).

A continuación, Durkheim refuta la siguiente concepción de la democracia: el Estado representa a la masa de los individuos “y toda la organización gubernamental tiene por único objeto el traducir lo más fielmente posible, sin agregar nada, sin modificar nada, los sentimientos esparcidos en la colectividad.” (p. 155). Una expresión de esta concepción es el mandato imperativo. Si bien goza de bastante aprobación, nada tiene que ver con la democracia. “Porque la democracia supone la existencia del Estado, de un órgano gubernamental, distinto del resto de la sociedad, aunque estrechamente en relación con ella” (p. 155). El Estado no tiene por función expresar los sentimientos irreflexivos de la multitud, “sino en agregar a este pensamiento irreflexivo un pensamiento más meditado, que es necesariamente diferente. El Estado es, y debe ser, una fuente de representaciones nuevas, originales, que deben permitir que la sociedad se conduzca con más inteligencia que cuando era movida simplemente por sentimientos oscuros que operaban sobre ella.” (p. 156). El Estado utiliza todos los medios disponibles (estadística, informes administrativos, etc.) “no simplemente para saber lo que piensa la sociedad, sino para descubrir qué es lo más útil para la sociedad.” (p. 156). (3)

Durkheim sostiene que la causa del éxito de la concepción de la democracia esbozada a principios del párrafo anterior, radica en la inexistencia de grupos intermedios que medien entre el Estado y los individuos. Termina la Lección proponiendo a los grupos profesionales como “base tanto de nuestra representación política como de nuestra organización social.” (p. 160).


Villa del Parque, jueves 10 de septiembre de 2015


NOTAS:

(1)  Nótese cómo define al régimen feudal: “El feudalismo es la difusión de la vida social, es el máximo de autoridad y de inconsciencia, que las sociedades actuales han reducido.” (p. 153).

(2)  “Las asambleas deliberativas se convierten en una institución cada vez más general, debido a que son el órgano a través del cual las sociedades reflexionan sobre sí mismas y, por consiguiente, el instrumento de las transformaciones casi ininterrumpidas que requieren las condiciones actuales de la consciencia colectiva. Para poder vivir actualmente, es necesario que los órganos sociales cambien a tiempo y, para que cambien a tiempo y rápidamente, es necesario que la reflexión social siga atentamente los cambios que se producen en las circunstancias y organice los medios para adaptarse a ellas.” (p. 154).


(3)  En su lenguaje peculiar, Durkheim expresa con precisión el carácter de aparato de dominación del Estado (su carácter de clase). Surgido en el seno de la sociedad dividida en clases sociales antagónicas, es consecuencia y causa de la extensión de la división del trabajo. No sólo se ocupa de reprimir a las clases explotadas; se encarga, además, de generar la legitimidad (el consenso) de la dominación. Para cumplir estas funciones es preciso que se presente como órgano independiente (separado) de la sociedad, para no figurar como impregnado por los intereses materiales en pugna. Esta separación le permite crear una ideología universal, que pretende ser válida para toda la sociedad.

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