“…para tener
derechos, primero hay que cumplir con obligaciones,
en este caso impositivas en función a la capacidad contributiva.
Así se desarrollaron los contratos sociales
de las sociedades modernas.”
en este caso impositivas en función a la capacidad contributiva.
Así se desarrollaron los contratos sociales
de las sociedades modernas.”
El epígrafe que abre esta nota no fue escrito ni por un economista neoliberal ni por el inefable Mauricio Macri. Su autor es el periodista Alfredo Zaiat, quien se encarga de las cuestiones económicas en Página/12, diario que cumple las funciones de vocero del “kirchnerismo”.
La frase en cuestión se
encuentra en el artículo “Contrato social” (Página/12, sábado 1 de julio de
2012), donde Zaiat interviene en el debate sobre el impuesto a las ganancias
aplicado a los salarios. El debate se enmarca en un contexto signado por un
ascenso de las luchas obreras, cuya expresión han sido los paros del 8 de junio
(CTA – Sector De Micheli) y del 28 de junio (CGT – Moyano). Tanto por el tema
como por el contexto no se trata de un debate académico, sino netamente
político.
No es nuestra intención
presentar aquí las razones por las que el salario de los trabajadores no debe
ser considerado ganancia. En nuestra opinión, esto ha sido explicado con toda
precisión por el economista marxista Rolando Astarita en su nota “¿Impuesto a los salarios o las ganancias?”. En cambio, el objetivo del presente artículo
es someter a discusión la concepción general de Zaiat sobre el sistema
impositivo. Nada de lo que sigue es novedoso, pero resulta fundamental aclarar
una y otra vez las cuestiones básicas
.
Volvamos a la frase del
epígrafe. Zaiat invierte la relación entre derechos y obligaciones tal como la
concebía el contractualismo (la corriente de filosofía política que proporcionó
los argumentos filosóficos para las Revoluciones Burguesas de los siglos XVII y
XVIII). Según esta concepción, los seres humanos poseen derechos por el mero
hecho de ser seres humanos (los derechos naturales), y esos derechos preceden a
cualquier forma de organización social. Es por ello que varios de estos filósofos
(Rousseau es el caso más notorio) condenaron las monarquías absolutistas de la
época, debido a que dichos regímenes no aceptaban los derechos naturales. Esta
corriente de pensamiento ha ejercido una influencia enorme en el pensamiento
político posterior, a punto tal que las constituciones de los distintos países
parten del reconocimiento de toda una serie de derechos que no pueden ser
violados o suprimidos por el Estado, pues son patrimonio de las personas por el
mero hecho de ser personas.
Zaiat, probablemente sin
advertirlo (es un tipo inteligente), adopta una posición contraria al
pensamiento político de la Modernidad, y se encolumna, paradójicamente, en las
filas del neoliberalismo. La política económica neoliberal tiene entre sus
supuestos la tesis de que sólo los poseedores de dinero tienen derechos. Pague
por tener. Los derechos son una mercancía para el neoliberalismo. Zaiat, quien
en sus columnas sabatinas suele fustigar al neoliberalismo, adopta aquí uno de
los principios de esta corriente. Veámoslo de este modo, quién no puede pagar
sus impuestos: ¿tiene derechos? Si nos atenemos
a la frase del epígrafe, la respuesta es no.
¿Cómo podemos explicar la
posición adoptada por Zaiat?
La clave se encuentra en el
mismo artículo que estamos comentando:
“En
la discusión sobre el Impuesto a las Ganancias a los trabajadores en relación
de dependencia intervinieron políticos, sindicalistas, trabajadores,
comunicadores sociales y economistas del establishment. No fueron convocados a dar su opinión los que más saben del tema: los
tributaristas y los contadores. Estos últimos se ocupan del aspecto técnico
de la liquidación del impuesto, que la mayoría de los economistas ignoran
porque nunca estudiaron esa materia. La
omisión de la voz de los expertos ha provocado que el debate sea dominado por
una sucesión de disparates conceptuales y técnicos.” (El resaltado es
nuestro).
El régimen impositivo de un
país es una cuestión política antes que técnica. Si se entiende al Estado como
un instrumento de dominación, que expresa en cada momento una determinada
relación de fuerzas entre las distintas clases sociales de una sociedad
determinada, el régimen tributario constituye la cristalización, siempre
precaria, de un momento determinado de esa relación de fuerzas. Dicho en
criollo: las clases dominantes modelan ese sistema tributario en función de sus
intereses, y deben enfrentarse para ello a las clases explotadas. Basta
mencionar que, por ejemplo, la Revolución Francesa tuvo su origen en la
negativa de la burguesía a pagar nuevos impuestos para financiar los gastos del
rey y de la Corte. Si hubiera sido por los expertos, el Tercer Estado
(burguesía, campesinos, artesanos) todavía estaría pagando las fiestas de Luis
XVI y María Antonieta.
El llamado a escuchar a los
expertos formulado por Zaiat se parece a las invocaciones periódicas de los
economistas neoliberales acerca de que la economía tiene que estar en manos de
los economistas (neoliberales), pues únicamente ellos saben lo que hay que
hacer. Por supuesto, para aceptar esta concepción hay que renunciar, primero,
al carácter político de la economía.
Pero Zaiat va todavía más
allá. No contento con plantear que para tener derechos hay que pagar primero, y
que la política económica tiene que estar en manos de los técnicos, también
iguala a los trabajadores con los empresarios. Nada de clases sociales u otras
yerbas. Zaiat equipara en su artículo a los grandes propietarios del campo, el
sector financiero, las grandes empresas y la dirigencia sindical de la CGT y de
la CTA. Total, todo da lo mismo para nuestro autor. Ahora bien, para que todo
sea lo mismo, es preciso dejar de lado el hecho de que los empresarios son
dueños de los medios de producción, en tanto que los trabajadores están
obligados a vender su fuerza de trabajo para subsistir. Este “pequeño detalle”
es pasado por alto por Zaiat. De este modo, se empresarios y trabajadores pueden
ser descriptos como igualmente insaciables, o como unos tacaños incurables que
se niegan sistemáticamente a pagar más impuestos, desairando al pobre Estado
que brega incansablemente por el interés general.
Una vez que nuestro autor ha
reducido el tema impositivo a una cuestión técnica, y que también se ha ocupado
de esfumar a las clases sociales, el régimen impositivo pasa a ser el producto de
un “contrato” entre individuos. Zaiat
tendría que recordar que la noción de “contrato social” es propia de
liberalismo, y que este liberalismo es una de las bases del neoliberalismo que
nuestro autor dice combatir. Para el liberalismo clásico, independientemente de
que, a diferencia de Zaiat, reconoce que los derechos humanos preceden a las
obligaciones, la sociedad es un ente artificial en el cual lo verdaderamente
importante son los individuos. Dichos individuos son definidos como seres
egoístas, que procuran maximizar sus utilidades. Usar la expresión “contrato
social” implica aceptar la ideología del liberalismo que, guste o no, es
también la ideología de la burguesía.
A través de todos estos
malabares, el señor Zaiat, justifica la posición del gobierno frente al pago
del impuesto a las ganancias por los trabajadores.
Como indicamos más arriba,
nada de lo expuesto aquí es novedoso, ni pretende serlo. Pero resulta importante
hacer notar, una vez más, la enorme distancia existente entre la realidad del
modelo de acumulación de capital promovido por el “kirchnerismo” y la prédica
de aquéllos que conciben al “kirchnerismo” como un movimiento de “emancipación nacional
y social”. Zaiat muestra, con la claridad que le es característica, que la
defensa de dicho modelo de acumulación implica la aceptación de la ideología
propia del capitalismo.
Tal vez así se comprenda mejor la enorme coherencia de
la presidenta Cristina Fernández cuando caracteriza sistemáticamente a las
huelgas y demás protestas obreras como “chantaje”.
Buenos Aires, sábado
7 de julio de 2012
4 comentarios:
Huelga obrera fue la del enero de 1959 en el frigorífico Lisandro de la Torre... que obviamente por ser obrera y Argentina fue Peronista...si consideras a las movilizaciones de Moyano y los paros de camioneros como huelgas obreras quiza ahi esta el mayor error... nada tiene la movilizacion de Moyano de huelga obrera, nada mas que porque Moyano no representa trabajadores... es un empresario mas quien lo primero que hizo para provocar un desabastecimientos fue pactar con los empresarios o socios (para moyano es lo mismo) del combustible. Hoy el mayor representante de los trabajadores es Cristina Fernandez... quien a Generado 5 millones de puestos de trabajo.. quien a gererado la AUH para los trabajadores desocupados.. quien evita que muchos trabajadores sean despedidos penalizando (dobles indemnizaciones) y tambien colaborando (prestamos blandos, REPRO) a los empresarios.... protegiendo el mercando interno, o sea el trabajo de los argentinos, aplicando proteccionismo... aplicando retenciones a las exportaciones para evitar pagar los mismos precios que en el exterior de los productos exportables..desendeudando al pais de la deuda herededa del neoliberalismo y evitando tomar nueva deuda... impulsando politicas anticiclicas como el PROCREAR, evitando que lo recesion mundial y la baja de la actividad inmoviliaria afecte a los trabajadores... y de paso que las casas sean dirigidas con tasas de intereses menores para lo de menores sueldos... y mayores para lo de mayores ingresos... increible lo que logra invertir el orden de funcionamiento de un credito capitalista... obligando a los banco a poner parte de su ganancia al servicio de la industria nacional etc, etc, etc.... Esto con los pseudo respresentantes de los trabajores conspirando, y la izquierda (de teoria europea) en lo mismo... mas a lla de la oligarquia, la alta burguesia y la iglesia que siempre han sabido ubicar al peronismo (juventud peronista, 30000 desaparecidos, kirchnerismo) como su mayor enemigo y atacarlo...invito a esa izquierda a leer a Mariategui, Marti, Milciades Peña... digerirlo y luego pasar por Scalabrini, Jauretche la propia evita (mi mensaje), cooke y Hernandez Arregui... Una vez hecho esto quiza puedan sentarse a escuchar un discurso de la presidenta y comprenderlo... como asi tambien comprender el pequeño pedazo de poder que ella tiene dentro del aparato de poder real.. en beneficio de quien lo usa y asi poder acompañar... solo agregar que los antikirchnerista en Argentina... son los antichavista en venezuela, los anticorrea, los antievo, los antilatinoamerica unida.... los reaccionarios de siempre... SALUD
¿No será un poco mucho? Muchas gracias por comentar. Como es evidente, es poco en lo que podemos coincidir, así que no tiene caso que esboce una respuesta. Quisiera, eso sí, hacer notar que es erróneo afirmar que todo el movimiento obrero post 1945 es peronista. No por gorilismo (más de una vez dije que gorila es aquél que se pone del lado del capital), sino por respeto a los militantes que sacrificaron todo por la causa de la clase obrera. Usted habla de la huelga del Frigorífico Lisandro de la Torre en 1955... soy de Mataderos, y quiero rendir homenaje a mi padre quien, no siendo peronista, participó de la toma, de la huelga y de la resistencia al ejército. En los fondos de su casa (donde vivía su padre, mi abuelo) se reunió una vez el comité de huelga, entre ellos don Sebastián Borro. Además, Agustín Tosco, Renée Salamanca, los clasistas cordobeses, tantos y tantos militantes anónimos de comisiones internas, etc., etc. ¿Acaso todos ellos eran gorilas? Saludos,
Mi estimado, la toma del frigorífico fue en enero del 1959 y no en 1955 como usted señala,en pleno gobierno de Frondizi, quien fue desplazada cuando vieron que por su conducción no tan antipopular, esta volviendo a resurgir el movimiento Peronista de esa época. Cosa que la derecha detesta, como ahora la detesta a Cristina, sabe que es el único movimiento que le puede disputar poder real es el Kirchnerismo, no así la izquierda Europeizada que siempre le fue funcional, y con la que no tienen problemas en marchar (Pando junto al PO en la marcha de Moyano).
Más allá de ello 2 aclaraciones.
1- Los sindicalistas que usted nombre no eran gorilas, solo tenian una formación Europea y querían encajarla en el esquema latinoamericano. Sin embargo tenian un gran respeto por los peronistas de la resistencia, (sabiendo de que peronismo estamos hablando, el mismo que encarna el kirchnerismo), respeto que se dio por compartir las mismas carceles y sufrir las mismas torturas y persecuciones.
2- La recomendacion de Milciades Peña no esta hecha al boleo, el mismo, si bien Marxista, supo entender la coyuntura del 55, llorar y pretender combatir para evitar la salida de Peron, entendiendo que era lo que iba a venir, cosa que muchos parecen no entender, haciendo criticas sobre una administración, la cual solo puede ser reemplazada hoy día por el capitalismo mas rancio y la derecha mas ignorante, sector que no se molestan en criticar ni en combatir.
Finalmente quiero retomar el tema de la aplicación de estructuras Europeas de manera calcada. Ese es el gran error de la izquierda y para mi de este bloguero. Como dijo Mao, no tiene sentindo recaer en la resolución de una contracción secundaría si existe una contradicción principal o de orden superior, (o algo por el estilo), el tema es que la contracción Europea era claramente Proletariado-Burgesia, pero no asi en Latinomerica donde existia una contradicción mayor, Patria-Colonia. El imperialismo recae sobre Lationamerica y es una variable que desencaja la estructura Europea, es fundamental desarrollar como dice nuestra presidenta, Independencia Economica para tener Soberania Politica y asi genera la Justicia Social. Justicia social que sola en su avance cuestiona al capitalismo.
Por eso no podemos continuar si nos analizados lo textos de aquellos que intentaron dar una impronta latinoamericana al sensacional trabajo de Marx.
Me parece que si tiene caso que esboce una respuesta de hecho yo lo hago, notando, igual que usted que nuestras coincidencias son pocas.
SALUD
Fernando:
Gracias por la extensa y amable respuesta, y por la corrección del furcio de la fecha de la toma del Lisando de la Torre que, como imaginará, es involuntaria. Es usted un lector muy atento y eso reconforta.
Valoro su mensaje, además, por la precisión al establecer nuestras diferencias. Usted dice que la contradicción principal es Patria vs Colonia y no Capital vs. Trabajo. Allí radica la base de nuestras diferencias, todo lo demás es secundario. Dicho esto, usted tiene que probar que efectivamente eso es así, y a mí me compete mostrar que la contradicción central sigue siendo Capital vs. Trabajo. Si no, ambos nos quedamos en oraciones a la bandera que no le sirven a nadie, y estoy seguro que esa no es su intención.
Por mi parte, intentaré mostrar que la contradicción Imperio vs Colonia no significa lo que podía significar en los '50, '60 0 '70 y que hoy por hoy, funciona como ideología funcional al capital. Eso sí, le pido paciencia, porque me veo obligado a trabajar a seis manos en estos tiempos.
Un abrazo,
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