Goya. Saturno devorando a su hijo |
Ariel Mayo (UNSAM / ISP J. V.
González)
El resultado del
balotaje fue del domingo 19 de noviembre fue el esperable, si se deja de lado
el miedo y la incertidumbre que generan las frases y la orientación ideológica
de Javier Milei. Todos sabemos que con el diario del lunes los análisis son
sencillos pero, objetivamente, Sergio Massa no podía ganar. Sólo la
personalidad de Milei logró que Massa fuera competitivo hasta el final.
Ministro de Economía
con 140% de inflación anual mata candidato.
La victoria de Milei se
remonta a mucho antes de que el presidente electo iniciara su meteórica carrera
política. La economía del país se estancó en 2011 y ni el peronismo ni el
macrismo fueron capaces de restablecer el crecimiento. Ello se tradujo en inflación
en ascenso y el consiguiente incremento de la pobreza. El resultado es conocido:
para el primer semestre de 2023 la pobreza en Argentina alcanzó el 40,1%, mientras
que la indigencia representó el 9,3%. En números: 18,5 millones de personas
vivían en la pobreza (y 4,3 millones de ellas eran indigentes). Todavía más,
entre los niños de 0 a 14 años el 56,2% eran pobres.
Cifras lapidarias que
permiten caracterizar el gobierno de Alberto Fernández.
En 2019 el PJ ganó las
elecciones con la promesa de terminar con el deterioro de las condiciones de
vida verificado durante el gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, lejos de
mejorar, la situación de la mayoría de la población siguió empeorando.
Más de una década de
estancamiento económico, de aumento de la pobreza, de deterioro de la salud y
de la educación públicas, de precarización de las relaciones laborales. Más de
una década de caída de las condiciones de vida de la mayoría de la población.
Más de una década. Nada
es gratis en política y las elecciones de 2023 fueron la presentación de la
factura por esa mayoría de la población. El candidato Massa pagó la factura con
su derrota estrepitosa en el balotaje de 2023.
La victoria de Milei
comenzó a gestarse hace mucho tiempo. No fue sólo el fracaso de las dos grandes
coaliciones (kirchnerismo y macrismo) para revertir el estancamiento económico.
Más en general, hubo una especie de actitud de época, especialmente notoria
entre el kirchnerismo y los sectores progresistas, tendiente a subestimar los
efectos políticos del empeoramiento de las condiciones de vida de la mayoría de
la población.
Karl Marx, ignorado
ecuménicamente en estos tiempos, decía que “no es la conciencia de los seres
humanos lo que determina su ser, sino, por el contrario, es su existencia
social lo que determina su conciencia”.
En el caso argentino,
las condiciones materiales, expulsadas por el sistema político, fueron
reintroducidas por el político menos pensado: Javier Milei. En medio del empobrecimiento
de la mayoría de los argentinos, los dirigentes de los principales partidos se
dedicaron a debatir cuestiones secundarias y a enfrascarse en interminables
internas. Cada vez más separados de las condiciones materiales de la población,
los políticos fueron fácil presa de un gran agitador como Milei.
Nada de los escrito
aquí debe interpretarse como una explicación del triunfo de Milei. Se trata,
apenas, de señalar que las condiciones materiales (y no el discurso) siguen
jugando un papel primordial en los procesos políticos. Y le tocó a Milei el demostrarlo.
Balvanera, lunes 20 de
noviembre de 2023
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