Vistas de página en total

miércoles, 15 de abril de 2020

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN – CURSO 2020 – CLASE N° 3





Bienvenidas y bienvenidos a la tercera clase del curso.
A partir de hoy inauguraremos, por decirlo así, una nueva sección de la clase. Antes de comenzar con el desarrollo de los temas del día, dedicaremos un espacio a responder dudas y cuestiones varias, ya sean de la clase anterior o de la lectura de los textos de la bibliografía obligatoria.
Tengan presente que dar clase puede convertirse, muchas veces, en el equivalente a la experiencia de volar a ciegas, en la que el profesor confía en su experiencia, sin tomar en cuenta si los estudiantes comprenden realmente los temas de la clase. Como suele suceder, quien vuela a ciegas termina estrellado. Para evitar ese resultado resulta imprescindible que pregunten todo lo que no se comprenda, todo lo que les parezca mal explicado, ya sea en los textos o en las clases. Como dicen los vendedores ambulantes, “su consulta no molesta”. Los docentes muchas veces damos malos clases, pero pensamos que no es así por pura autocomplacencia. De ahí que necesitamos como el aire las opiniones y críticas de los estudiantes.
Dicho esto, ¡a trabajar!
Una estudiante pregunta por el sentido de un pasaje que se encuentra en el texto sobre el Círculo de Viena. El pasaje en cuestión dice lo siguiente:
“Debido a que el significado de todo enunciado científico debe ser establecido por la reducción a un enunciado sobre lo dado, de igual modo, el significado de todo concepto, sin importar a qué rama de la ciencia pertenezca, debe ser determinado por una reducción paso a paso a otros conceptos, hasta llegar a los conceptos de nivel más bajo que se refieren a lo dado. Si tal análisis fuera llevado a cabo para todos los conceptos, serían de este modo ordenados en un sistema de reducción, un «sistema de constitución».” (p. 115). [1]
Para comprender el significado del texto tenemos que hacer un rodeo.
El Círculo de Viena (o empirismo lógico) es una variante del viejo empirismo, corriente que surgió en el siglo XVI en paralelo a la Revolución Científica. Los empiristas de esa época pensaban que lo empírico (aquello a lo que podía accederse por medio de los sentidos) era la fuente del conocimiento verdadero. Así, por ejemplo, si queríamos conocer la estructura del sistema solar teníamos que realizar observaciones por medio del telescopio (que podía considerarse una extensión del sentido de la vista). Posteriormente, la acumulación de observaciones sobre los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas, realizada durante un extenso período de tiempo, nos permitirá formular leyes sobre el movimiento de los astros y la estructura de nuestro sistema solar. El conocimiento astronómico proviene, pues, de la observación empírica.
El empirismo se convirtió en una corriente muy influyente en el campo de la filosofía del conocimiento. En el siglo XIX el positivismo, la filosofía de la época, tomó del empirismo lo fundamental de su teoría. En el siglo XX los empiristas lógicos (el Círculo de Viena) retomaron la idea empirista de que el conocimiento verdadero es el conocimiento empírico, el saber que se obtiene por medio de los sentidos. El Círculo de Viena expresó esta idea afirmando que un enunciado [2] tenía sentido si podía ser verificado empíricamente. Más claro, si los términos [3] que la componían podían ser referidos, en última instancia, a algo que existía en el mundo empírico. Por ejemplo, para los empiristas lógicos el enunciado "Dios es amor" carece de sentido porque no puede ser verificada empíricamente. En cambio, el enunciado "La ley de gravedad rige el movimiento de todos los cuerpos en el universo" puede ser reducida a enunciados verificables empíricamente.
Ya podemos pasar a examinar el significado del pasaje mencionado. El párrafo se refiere a que los conceptos tienen sentido si pueden ser reducidos a otros conceptos que tienen un referente empírico, es decir, a palabras que nombran algo existente en la realidad. En otras palabras, la ciencia se compone de conceptos que, por tener referente empírico, pueden ser verificados en la realidad. En este punto tenemos que dejar la cuestión, pues ir más allá nos llevaría mucho más lejos de lo requerido en un curso de Metodología de la Investigación.
En la clase de hoy trataremos dos cuestiones. En primer lugar, el problema de investigación, su construcción y las dificultades implicadas en ella. En segundo lugar, presentaremos las dos principales corrientes metodológicas: la línea cuantitativa y la línea cualitativa. En términos del programa continuaremos hoy los temas de la unidad 1 y comenzaremos con la unidad 2.

Toda investigación empieza con un problema. Éste es la base de todo lo demás. En términos muy esquemático es correcto decir que formular de modo adecuado el problema de investigación equivale a tener completa la mitad de la investigación. Es por eso que estamos obligados a darle especial importancia en esta cursada.
Ante todo es necesario refutar una creencia generalizada, que sostiene que los problemas están dados y que sólo se trata de desarrollar una respuesta para cada uno de ellos, siguiendo un protocolo existente de antemano. Nada de ello. Tener un problema de investigación supone un arduo trabajo de elaboración.
El estudiante que encara por primera vez la tarea de investigar aprende rápidamente lo difícil que es formular el problema, a punto tal que termina por dejar en suspenso la cuestión, frustrado por las dificultades que aparecen a cada paso. Eso ocurre con frecuencia en las tesis de licenciatura (nuestro TFPP). [4] Las dificultades se agravan porque nada de su experiencia anterior lo prepara para la investigación (ya hemos dicho algo al respecto en la primera clase del curso). El estudiante se enfrenta a un mundo nuevo sin tener experiencia previa.
Las cosas empiezan a despejarse si partimos de la base de que el problema tiene que ser construido. El punto de partida es la existencia de una situación problemática, a la que debemos darle respuesta mediante la investigación.
Veamos un ejemplo.
Es sabido que el turismo experimentó una gran transformación luego de la finalización de la Segunda Guerra Mundial (1945). Supongamos que un estudiante propone como tema de su tesis de licenciatura lo siguiente: “El turismo y sus transformaciones después de la Segunda Guerra Mundial”.
El título suena impresionante. Pero estamos lejos de tener un problema de investigación. Ahora bien, para explicar por qué no es un problema de investigación es necesario ser sistemáticos, y en ese camino iremos armando el rompecabezas de la investigación.
Comencemos por una cuestión terminológica, que hace a nuestra forma de concebir la investigación, la distinción entre ‘tema’ y ‘problema’.
Cuando el estudiante que enfrenta el trabajo de hacer una tesis tiene que proponer un problema de investigación, lo que hace habitualmente es presentar un ‘área temática’, como ser, por ejemplo, “turismo accesible”, y no un ‘problema’.
¿Por qué decimos que se trata de un ‘área temática’?
Porque abarca múltiples cuestiones, que no pueden abordarse en una única investigación.
Veamos otro ejemplo. Si retomamos el tema “El turismo y sus transformaciones después de la Segunda Guerra Mundial”, rápidamente observamos que incluye una enorme cantidad de temas, que van desde lo económico y lo político hasta el turismo propiamente dicho.
Paso a explicarme mejor.
Los cambios en el turismo post Segunda Guerra Mundial se comprenden en el marco de las transformaciones en la economía capitalista, centrados en la expansión del modelo fordista de producción y en el consumo de masas. No hace falta decir que la explicación de esas transformaciones excede largamente el tema de la tesis. Pero aunque nuestro estudiante encarase esa tarea, se encontraría obligado a resolver otro tema conexo: la conformación del Estado de Bienestar y la consiguiente implementación de una serie de mejoras en las condiciones de vida de la clase trabajadora (por ejemplo, las vacaciones pagas). En paralelo, tendría que desarrollar los nuevos hábitos de consumo de las clases medias, que pasaron a incluir los viajes turísticos como parte de la rutina anual. Y no podría dejar de lado las políticas públicas que promovieron el desarrollo del turismo. Y todo esto aun sin haber abordado la cuestión del turismo propiamente dicho.
Podemos concluir aquí la enumeración, pues ya está claro lo que queríamos decir. Hagamos una síntesis antes de seguir adelante. El título “El turismo y sus transformaciones después de la Segunda Guerra Mundial” se refiere a un ‘área temática’, es decir, a un conjunto de temas, cada uno de los cuales puede abarcar varios subtemas menores.
Este carácter de ‘área temática’ (insisto, un vasto conjunto de temas) hace que no sirva como tema para una tesis de licenciatura. ¿Por qué? Porque el estudiante no puede profundizar en todos esos temas. Se trata de una investigación inviable para los fines de la tesis (el primero de ellos es graduarse en un tiempo razonable).
Encarar la tarea de hacer una tesis implica, en primer lugar, transformar un área temática en un problema de investigación.
Pero, ¿qué significa esto?
Hacer investigación (y esto ya lo dijimos) es darle respuesta a una situación problemática. Esta situación debe estar planteada de manera precisa, pues de ese modo tendremos en claro el tipo de información que estamos buscando. Ahora bien, proponer como tema de investigación un área temática implica dispersar nuestra búsqueda de información entre un gran número de temas. Esto nos lleva a revisar una masa de bibliografía tan grande que resulta imposible hacerlo en el marco de la tesis. Para evitar ese inconveniente es preciso elegir uno de los temas de esa temática y profundizar en él, mediante la lectura de bibliografía especializada, consultas a docentes, expertos, etc.
En otras palabras, al pasar del área temática a nuestro tema de tesis de licenciatura estamos construyendo el problema de investigación.
¿Por qué distinguimos entre tema y problema?
Un tema es un área todavía muy amplia, que incluye una variedad de subtemas posibles. Un problema, en cambio, es el planteo de una cuestión problemática, algo que no puede ser explicado ni por el saber cotidiano ni por el conocimiento científico existente hasta ese momento. Ese problema será resuelto en el transcurso (y por medio) de la investigación. [5] Esto se ve mejor con un ejemplo.
Si nuestro tema de investigación es “Las políticas públicas del Estado argentino para el turismo”, un posible problema de investigación es: ¿Qué políticas públicas se adoptaron para promover el turismo en la costa atlántica bonaerense en el período comprendido entre 1983 y 1989?
Mientras que en el ‘tema’ tenemos múltiples cuestiones a trabajar, en el ‘problema’ ya tenemos claro desde el principio el tipo de información que debemos buscar. No sólo eso. También tenemos una indicación precisa del alcance geográfico y temporal de nuestra investigación. En el ejemplo que acabamos de mencionar, los datos a recabar sobre las políticas públicas están circunscriptos al período 1983-1989. Si incluyéramos información sobre las políticas públicas del período 2003-2015 estaríamos fuera del límite que nos hemos fijado de antemano al plantear el problema de investigación. [6]
Dicho de manera esquemática, estamos en condiciones de comenzar la investigación propiamente dicha cuando tenemos un problema de investigación.
Pero el pasaje de un ‘área temática’ a un ‘tema’ y, luego, a un ‘problema de investigación’, supone una serie de tareas previas.
Todos los estudiantes tienen un área temática de preferencia. Este tiene que ser el punto de partida, pues siempre es conveniente investigar algo que nos resulta interesante y/o agradable.
Una vez establecido el punto de partida tenemos que identificar los diversos temas contenidos en él. Hay que saber cuáles son los caminos posibles (los distintos temas) para poder elegir el que más nos conviene.
¿Cómo se hace esto en la práctica? O, mejor dicho, ¿cómo lo hace el estudiante de Turismo que debe realizar su TFPP?
Existen, por supuesto, muchas maneras de hacerlo. Estoy tentado a decir: hay tantas formas de construir el problema de investigación para el TFPP como estudiantes de la Licenciatura en Turismo. Y algo de razón habría en esta afirmación. Pero seamos prácticos.
La manera más eficaz de seleccionar un área temática consiste en elegirla de las materias cursadas durante la carrera de Turismo. Si, por ejemplo, me interesó la historia del turismo, lo mejor es revisar los apuntes de la o las materias en las que se abordó dicha área temática. También, si es posible, podemos conversar con los docentes de dichas asignaturas. De este modo tendremos un panorama amplio de los diversos temas incluidos en nuestra área temática.
En este punto estamos en condiciones de elegir uno de esos temas. Por supuesto, también en esta elección lo mejor es optar por aquel tema que nos resulta más interesante.
Una vez elegido el tema corresponde emprender la revisión de la bibliografía disponible sobre él. ¿Cómo se hace? En primer lugar, volviendo sobre los textos vistos en las materias de la licenciatura.
Esta primera revisión bibliográfica tiene una importancia fundamental en el curso de la investigación. A partir de ella estamos en condiciones de formular nuestro problema de investigación en forma de pregunta. Pero no sólo eso. También tomamos conciencia de la disponibilidad de información, del estado del arte [7] y de las herramientas conceptuales para abordarlo.
La primera revisión bibliográfica (como la siguiente, la que se hace para la elaboración del marco teórico) tiene que ceñirse a las posibilidades del investigador, mejor dicho, a los recursos disponibles. No es lo mismo contar con un presupuesto considerable, un equipo de investigadores experimentados y amplio acceso a bibliotecas y centros de documentación, que ser un estudiante que tiene que llevar a cabo su tesis de licenciatura. El acceso a la información es un punto crucial al momento de ajustar nuestro problema de investigación, de fijar los límites del mismo. Lo recomendable es no ir más allá de nuestras posibilidades, ceñirse a lo posible.
El estudiante tiene que realizar la primera búsqueda bibliográfica contando con los reservorios de material bibliográfico a los que tiene acceso. En tiempos normales, estos reservorios son dos: 1) la biblioteca de la Escuela de Economía y Negocios; 2) Internet. En este momento, por las razones conocidas, estamos limitados a emplear únicamente Internet. En la próxima clase haremos un tratamiento exhaustivo de esta búsqueda. Por el momento basta con indicar que todos los textos consultados en el marco de esta revisión bibliográfica y, en general, todos los textos utilizados efectivamente en la investigación, tienen que ser incorporados a la bibliografía del trabajo, es decir, a una sección especial en la que se consignan los datos más importantes de los materiales empleados. Para armar la bibliografía utilizaremos el formato APA. [8]
La revisión bibliográfica posee otra utilidad a los fines de la investigación. Nos indica la disponibilidad de material (textos, ya sea en formato papel o electrónico, expertos para entrevistas, etc.), es decir, material accesible para consultas. Un ejemplo burdo: si planeo realizar una tesis sobre las políticas turísticas de la República Popular China y el materia que necesito está en chino mandarín, y yo no leo chino mandarín, está claro que debo dejar de lado ese tema y pensar otro. La revisión bibliográfica sirve, entonces, para redireccionar la investigación.
Hay que repetirlo una y otra vez: hay que elegir un problema de investigación que sea viable en términos de la disponibilidad de material.
A partir de lo dicho es posible señalar otra utilidad de la revisión bibliográfica: permite establecer el tipo de investigación a realizar. Aquí lo indicaremos brevemente, pues será tema de la próxima clase. Si no hay material disponible o este es muy escaso, estaremos frente a una investigación de tipo exploratorio. Si hay investigaciones disponibles y la masa de datos es considerable, nos encontramos frente a una investigación de tipo descriptivo. Si, además de contar con abundante información, nos proponemos explicar el porqué sucede ese hecho, encararemos una investigación de tipo explicativo.
Por último, la revisión bibliográfica tiene una utilidad adicional: nos proporciona información importante para decidir si el eje de la investigación será cuantitativo o cualitativo. Una investigación cuantitativa se concentra en la búsqueda y construcción de datos numéricos; una investigación cualitativa, en cambio, se centra en la búsqueda del sentido de las relaciones y estructuras. Sé que esto es muy vago, pero nos sirve por el momento.
Cierro la clase con la promesa de dedicar la próxima a explicar los temas que apenas han sido esbozados hoy.


Villa del Parque, miércoles 15 de abril de 2020

NOTAS:
[1] Mayo, A. (2013). Ficha de lectura: Manifiesto del Círculo de Viena. La concepción científica del mundo (1929). [en línea] Miseria de la Sociología, 8/05/2013. Allí se cita el texto de Carnap, R., et al, “La concepción científica del mundo: el Círculo de Viena”, en REDES N° 18, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 2002. Rudolf Carnap (1891-1970), filósofo y lógico alemán, fue uno de los representantes más significativos del Círculo de Viena.
[2] Un enunciado o proposición es una oración en lenguaje informativo que nos dice algo acerca del mundo y cuyo contenido es verdadero o falso. Sin entrar en detalles, pues no se trata de un tema de la materia, la verdad o falsedad de las proposiciones se averigua por procedimientos lógicos o empíricos. El estudiante interesado en profundizar el tema puede consultar: Copi, I. (1999). Introducción a la lógica. Buenos Aires, Argentina: Eudeba.
[3] Un término es la unidad más pequeña del análisis lógico (los enunciados están compuestos por términos). Pueden tener sentido en sí mismos y se los denomina términos categoremáticos, por ejemplo: ‘casa’, ‘libertad’; o carecer de éste y servir de nexo a los otros términos, recibiendo la denominación de términos sincategoremáticos, por ejemplo: ‘de’, ‘y’. Ver el manual de Copi, ya citado en la nota anterior.
[4] Abreviatura de Trabajo Final de Práctica Profesional, una de las instancias por medio de las cuales se gradúan los estudiantes de las carreras que se cursan en la Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM.
[5] Más adelante veremos cómo una investigación puede proponerse otros objetivos, además de la explicación, como ser explorar un terreno desconocido y describir un hecho, una conducta, una institución, etc.
[6] Salvo que la información sobre el período 2003-2015 tenga fines comparativos, es decir, nos sirva para comprender mejor los datos de 1983-1989. Ya nos tocará examinar el método comparativo.
[7] El estado del arte se refiere al conocimiento disponible sobre el tema de nuestra investigación al momento de comenzar nuestro trabajo. En la próxima clase trataremos esta cuestión.
[8] El formato APA es un sistema para las citas y las referencias bibliográficas, elaborado por la American Psychological Association (Asociación Americana de Psicología) en 1929. En la actualidad es el formato más empleado en el ámbito de las ciencias sociales. Ver en la bibliografía obligatoria: De Volder, C. y Garin, I. (2013). La cita documental: Elementos y ejemplos de referencias en estilo APA. Buenos Aires: IIGG.

No hay comentarios: