Cristina Fernández (n. 1953) suele pronunciar buenos discursos, en el sentido de que en ellos se encuentra un contenido que va más allá del floreo retórico o del chamuyo electoral tan caro a muchos aspirantes a dirigentes políticos. El jueves pasado, 12 de mayo, pronunció un discurso en la localidad de José C. Paz en el que se refirió directamente a la cuestión de la relación entre el Gobierno Nacional y el movimiento obrero (1). En una campaña electoral en la que las principales fuerzas políticas (el kirchnerismo y la autodenominada oposición rehuyen sistemáticamente el debate), el discurso de Cristina sobresale como una notable excepción. Como en dicho discurso se plantean varias cuestiones acerca del contenido del modelo económico imperante, resulta oportuno formular algunos comentarios.
El discurso tiene, por lo menos, dos niveles de lectura posibles. El primero hace a la relación de fuerzas al interior del kirchnerismo, en el que la presión del sindicalismo por aumentar su participación en las listas de candidatos para las elecciones nacionales de este año ha generado varios cortocircuitos y angustias en el oficialismo. Sin embargo, y con toda la importancia que tiene esta cuestión, no voy a referirme a ella en esta nota. El artículo de Mario Wainfeld, "La carta de la candidatura" (PÁGINA/12, 13/05/2011) plantea un buen análisis de este tema, y a él remitimos al lector interesado en conocer la estrategia de campaña de Cristina (2).
El segundo nivel de lectura al que aludimos arriba hace referencia al contenido mismo del modelo económico imperante. Hay que decir que numerosas figuras del kirchnerismo pasan sus días sosteniendo la necesidad de "profundizar el modelo", pero pocas veces (siendo generosos), avanzan en la definición del contenido mismo del modelo. Si tenemos que atenernos a los dichos de la nueva dirigencia "nacional y popular" el modelo está constituido por la Asignación Universal por Hijo, la ley de Medios y la redistribución vía aumentos de salarios y jubilaciones. Todo ello planteado de manera anecdótica, es decir, dispersa, como si cada medida fuera un universo en sí mismo, separado del contexto general. Nada se dice, habitualmente, sobre cuestiones "menores" como la relación capital-trabajo, el papel de la legislación laboral de los '90 en el crecimiento económico, el mantenimiento de las privatizaciones realizadas por el neoliberalismo (aún en sectores estratégicos como es el caso de YPF), la inversión, el pago de la deuda externa, los subsidios a los empresarios, etc. Es por ello que el discurso de Cristina resulta tan importante, en la medida en que expone francamente la posición del kirchnerismo en algunas de las cuestiones fundamentales del modelo.
El núcleo del discurso de Cristina está referido al papel que deben jugar los sindicatos en el modelo económico promovido por el kirchnerismo. Cosa inusitada en estos días, Cristina se animó a hablar de explotación, esa cuestión que parece no ser de este mundo si tenemos que atenernos a su constante ausencia en los debates políticos. Ahora bien, como esta sigue siendo una sociedad capitalista, la explotación siempre está, aunque se procure hacer pasar la ausencia de la palabra en los discursos como la ausencia real del fenómeno en la vida cotidiana. ¿Qué significa, pues, la explotación en una sociedad capitalista?, ¿cuál es su contenido? De modo esquemático, cabe decir que la explotación es la apropiación del producto del trabajo social por los capitalistas, quienes tienen la propiedad privada de los medios de producción. Traducido al criollo: el trabajo genera valor, y esto lo sabe cualquiera que se tome el trabajo de sumar el valor de los componentes necesarios para hacer una pizza, y comparar ese resultado con el valor de la pizza una vez cocinada y lista para comer. Esa diferencia, que surge de la transformación operada por el trabajo sobre los materiales iniciales, es el nuevo valor generado en el proceso productivo. El sentido común parecería indicar que ese nuevo valor tendría que pertenecer a quien preparó la pizza (amasó, cocinó, etc.). Sin embargo, en nuestro mundo capitalista eso no suele suceder así. El horno y los materiales para preparar una pizza pertenecen a los dueños de la pizzería, y ellos se apropian en virtud de esa propiedad privada el nuevo valor creado por el maestro pizzero. Este, en cambio, recibe un salario que de ningún modo es igual al valor de su trabajo.
¿Cómo plantea Cristina la cuestión de la explotación? Para ella, la explotación no consiste en la apropiación privada de los productos del trabajo social. Al contrario, esto es legítimo y pertenece al horizonte "natural". La presidenta se refiere así al tema: "nosotros, y yo puedo exhibir título junto a mi compañero, hemos hecho más que nadie en la historia para terminar con la explotación de los trabajadores. No solamente a partir de haber reinstalado en la Argentina las convenciones colectivas de trabajo que han permitido no sólo mejorar el poder adquisitivo sino también las condiciones laborales de millones de argentinos, la propia Asignación Universal por Hijo es también un poderoso instrumento que impide que la gente sea explotada por dos monedas en muchas economías regionales, sé de qué estoy hablando y lo saben todos los argentinos. Y vamos a seguir luchando contra la explotación, vamos a seguir demandando que aquellos sectores de la economía, que aquellos sectores empresariales que tienen rentabilidad también mejoren las condiciones salariales y laborales de nuestros trabajadores, porque está en nuestro ADN histórico, no de ahora, de cuando éramos muy jóvenes y peleábamos por una patria para todos los argentinos junto a millones de otros jóvenes." La formulación es clarísima. Cristina considera que la explotación consiste en que al trabajador le paguen un salario inferior al normal, o al que se considera como socialmente correcto. El problema no es la apropiación capitalista del nuevo valor generado por el maestro pizzero, sino la mala leche de algunos dueños de pizzerías que quieren pagarle a sus trabajadores por debajo de lo que se considera correcto. En definitiva, Cristina desplaza la cuestión hacia el terreno de la moral. Los empresarios tienen que ser buenos ciudadanos y entender que viven en una comunidad y que, por tanto, tienen que aportar su granito de arena para que sus compatriotas vivan decentemente.
Habrá quien lea el párrafo anterior y diga... todo el argumento está muy bien, pero para un trabajador es mucho más concreto tener un aumento salarial en mano que cien discursos sobre la explotación y la plusvalía volando. De ningún modo pretendemos discutir la verdad de esta afirmación. Desgraciadamente los trabajadores no somos rentistas ni vivimos en el paraíso. Ahora bien, la cuestión puede plantearse de este modo: o bien tenemos que conformarnos con lo que existe porque no lo podemos cambiar, y entonces los sindicatos tienen que ocuparse únicamente de obtener un mejor precio (salario) por la venta de la fuerza de trabajo; o bien tenemos que ocuparnos de crear una realidad diferente, para lo cual hay que partir de nuestras necesidades presentes para discutir la relación salarial misma. ¿Por qué, si es el trabajo el que crea el valor, los trabajadores no tienen el control del proceso productivo? Plantear esta última pregunta supone ya haber empezado a liberarse de la dura necesidad, por más que a fin de mes tengamos que seguir pagando las cuentas.
El discurso de Cristina está dirigido a los trabajadores y no a los empresarios; es a los primeros a los que se les da una lección de moral, buenas costumbres y racionaldiad. Cedámosle la palabra: "También quiero decirles que luchamos contra la explotación pero que no tenemos tampoco que permitir que surja otro fenómeno que es el de la extorsión, yo no quiero ni explotación ni extorsión en la República Argentina, ni de un lado ni del otro, yo quiero vivir en una sociedad más racional. Déjenme decirles lo que siento como Presidenta de todos los argentinos cuando por allí veo que precisamente desde los sectores que mejor están, que tienen buenos trabajos, que han logrado buenos salarios, por allí sus dirigentes nos someten a prácticas que les hacen mal a ellos mismos y no se dan cuenta que en definitiva terminan desprestigiando el movimiento sindical, que es importante mantenerlo unido y organizado en el país. Pero quiero decirles también, ya que hablaste Mario de los sindicatos, que la palabra sindicato deviene de otra palabra que fue lo que dio origen al sindicalismo aquí y en todo el mundo y que es la solidaridad, no es solamente alguien que pide para sí mismo, es alguien que también ve al conjunto de la sociedad y ve lo que le falta al otro, ¿porque saben qué? Cuando a una organización sindical solamente le impacta o le importa lo que les pasa a sus afiliados y a partir de eso toma actitudes que terminan perjudicando al conjunto de la sociedad deja de ser un sindicato para transformarse en una corporación, y yo quiero sindicatos solidarios con todos los argentinos."
Como en el caso de la explotación, Cristina adopta un tono moralizante y advierte a los trabajadores que tienen que pensar más en el país y menos en su propio bolsillo. La afirmación resulta cuanto menos curiosa, porque la palabra "extorsión" es muy fuerte y parece aludir a un poder desmesurado que poseería el movimiento obrero. ¿En qué consisten estas supuestas "armas de destrucción masiva" que, además, estarían en malas manos - las de los dirigentes sindicales -? Al hecho de que en algunas ramas de actividad, el ascenso del nivel de actividad propio de una economía en crecimiento más el descenso de la desocupación y el consiguiente fortalecimiento de los sindicatos, ha incrementado la capacidad de negociación de algunos sindicatos para exigir aumentos salariales. Como vivimos en una sociedad terrenal, de la que los ángeles han huido hace rato, los sindicatos que poseen mayor poder de negociación lo utilizan efectivamente. Claro está que los señores sindicalistas a los que alude Cristina tienen el digno ejemplo de los señores empresarios, quienes en la historia argentina han acostumbrado vender a su madre con tal de obtener unos céntimos más de ganancia. Claro está que la señora presidenta omitió mencionar en su discurso la "extorsión" cotidiana que sufren, por ejemplo, los trabajadores que componen el 35% de la fuerza de trabajo que está empleada "en negro". Al parecer, el sinceramiento oficial todavía no llega a tanto.
Hay que observar que el modo en que Cristina aborda la "extorsión" es sumamente desprolijo. En primer lugar, porque se refiere únicamente (y astutamente) sólo al grupo de trabajadores cuya capacidad de negociación le permite obtener buenos salarios. En verdad, la situación de los trabajadores es bien diferente. En el movimiento obrero lo que prima es la heterogeneidad en cuanto a las situaciones salariales. Así, hay un sector que firma Convenios que le permiten acceder a buenos acuerdos salariales (ej., los camioneros); otro sector firma Convenios que están más o menos; y otro, finalmente, firma Convenios que alcanzan para pucherear con la inflación. Además, está el tercio de trabajadores "en negro". Cristina, que llama a los trabajadores a atender las necesidades del conjunto del país, se olvida curiosamente de considerar la situación del conjunto de los trabajadores. Claro está que lo curioso deja de ser tal en la medida en que se entiende que el llamado de Cristina tiene por objeto evitar los "desbordes" salariales, todo esto en un marco de crecimiento económico iniciado en 2003 (!).
El planteo de Cristina es interesante, pues trae al centro de la escena cuestiones que quedan ocultas habitualmente y, además, actualiza la vieja concepción del peronismo, según la cual es posible la armonía entre empresarios y trabajadores. Cristina expresa esta idea en un pasaje de su discurso: "Quiero decirles a los compañeros que siempre me van a tener del lado de los trabajadores porque este no es un gobierno neutral, este es un gobierno que quiere que siga mejorando el poder adquisitivo de los trabajadores, pero también sabe que tenemos que tenemos que llegar a todos los otros sectores y que no podemos ser rehenes de aquellos que por una determinada actividad pueden afectar al resto de la sociedad." En otras palabras, el Gobierno Nacional ve con simpatía los reclamos de los trabajadores, siempre y cuando no cuestionen un ápice la naturalidad de la dominación de los empresarios y que no afecten los intereses del conjunto de la sociedad. Ahora bien, en una sociedad capitalista (y somos una sociedad capitalista) los intereses de las sociedad son, ante todo, los intereses de los empresarios, pues ellos son los que tienen la potestad de decidir qué, cómo y cuánto se produce a través de su propiedad privada de los medios de producción. Es cierto que esto último puede parecer anticuado y un tanto tosco, pero para poder sostener que se trata efectivamente de un pensamiento anticuado sería preciso hacer una de estas dos cosas: o bien mostrar que estamos viviendo en otra forma de organización social que no es la capitalista, o bien que el capitalismo del siglo XXI ha mutado de tal forma que trabajadores y empresarios poseen un interés común que está por encima de minucias tales como la explotación. Hasta ahora ningún vocero intelectual del denominado pensamiento "nacional y popular" se ha atrevido a afrontar la empresa.
En verdad, resulta significativo que la cuestión social se haya desplazado de la "explotación" (aún en los términos en que la concibe Cristina) a la "extorsión".
Buenos Aires, lunes 16 de mayo de 2011
NOTAS:
(1) El texto completo del discurso se encuentra disponible online en: http://www.casarosada.gov.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=8246&Itemid=66
(2) El artículo de Wainfeld puede consultarse online en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/168095-53576-2011-05-13.html
8 comentarios:
Te esta vendiendo chamuyo, una cosa es que lo diga, hay que ver si piensa así, por lo menos mirando sus bienes y el de sus hijos no piensa como habla, parece esto a gato por liebre. Sería creible si se desprende de la mayoría de sus bienes y los done ese capital, por ejemplo, para la salud y la educación. Son muy lindos sus discursos, pero para mí tiene lengua de plata igual que hitler. No se olvide de esto, es burguesa, no trabajo nunca, no trabajo intelectualmente nunca, sus participaciones antes que sea presidente el finado esposo en parlamento eran contadas, y muchas cosas más. Se que tratar de imponer el socialismo en la Argentina sería una obra titanica y hasta me atrevería a decir imposible ya que también necesitarios creo yo de socialismo en otros países y que estos países esten bien industrializados, pero creo yo que si vamos a luchar por así la causa socialista, por empezar no se puede estar y ni avalar nunca a un gobierno burgues con dirigentes burgueses. Si en un gobierno burgues se hacen las cosas bien en algunos temas, pues apludid, pero no estar con el gobierno burgues. Cristina me da la impresión que es tan falsa como billete de 200 pesos. Me da la impresión que hay mucha conveniencia y poca convicción. Quisiera hacerle una pregunta: ¿ si usted tuviera el capital ecónomico que tenía Kirchner y que tiene su esposa y todas sus propiedades, y ve gente que se muere de hambre porque no tiene ni un misero pedazo de tierra para cosechar o criar algo, que haría? ¿ si usted le dieran a elegir hablar con mendiguren o con los ARGENTINOS de la etnia indígena de formosa y chaco y muchos más, usted con cuál hablaría primero y porque hablaría primero con tal grupo? ¿ si usted fuera Presidente, permitiría a Moyano y otros como jefe sindical? De algo estoy seguro en esta vida, LA GENTE NO TIENE MEMORIA; LA GENTE NO TIENE MEMORIa.
EN primera instancia quiero contestar al muchacho/a anterior que David Ricardo (padre fundador de la economia clasica) era rentista y escribio que la clase parasitaria (la peor de la sociedad economica) era la rentista, por lo que pierde peso la critica. Y claramente no se puede esperar que un burgues no quiera ganar dinero.
Interesantisimo el articulo y la percepcion acerca del gobierno actual, lo cual me remite nuevamente a "la cuestion judia" de Marx. Es un muy buen ejercicio (y creo que para un cientista social NECESARIO) analizar los discursos. Claramente este es un gobierno funcional a los intereses capitalistas, de esto no hay duda y quien lo discuta simplemente este en un problema de falta de conocimiento o ignorancia. CUal es el problema que se plantea en esta entrada de blog... NATURALIZAR EL CAPITALISMO, no naturalizarlo como la cultura (estructura) naturaliza de apoco lo que sus intereses le den en gana (en un show capusotto tal vez sin querer, quien sabe, hizo un chiste sobre la legalizacion de la marihuana alegando a un ficticio libro de Reagan llamado "denle un porro a los jovenes y ya no se haran problema por el capitalismo", vaya cuanta verdad) manipular, permitir o prohibir los "intereses de todos" (gracias Weber por el parlamentarismo) cuando la presidenta cambia el discurso sobre lo que la EXPLOTACION lo manda directo a la SUPERESTRUCTURA, lo cual lo hace preocupante. Ya no esta en discusion si los capitalistas explotan, porque los sueldos suben todos los anios podria decir cualquiera (y aqui peco de dejar por fuera a los trabajadores en negro aunque estos tambien ven sus salarios aumentarse, no en la misma proporcion y no en el mismo nivel), y esto en la nueva logica presindencial de naturalizar lo que en algun tiempo se decia explotacion, y ahora cambiamos el termino por "nivel salarial". INCREIBLE ponerselo solo a pensar.
EN la clase pasada del taller de Marx un companiero (creo que el novio de Paola) dijo: "los empresarios no son tontos, saben que ahora le va mejor que en los 90' inclusive, por eso aumentan los sueldos". Y ahora yo me pregunto... y como es que sistematicamente se oponen (los empresarios) y atacan al gobierno y bancan a la oposicion, la cual monta un modelo que no les hizo tener menor ganancia???!!!!
Los empresarios aumentan los sueldos por debajo del proporcional de nivel de ganancia seniores!!! y la GRAN PARADOJA DE LLAMAR SOCIALISMO A ESTE REGIMEN CAPITALISTA "DE IZQUIERDA" ES QUE QUEDA DEMOSTRADO QUE UN GOBIERNO AUTODENOMINADO SOCIALISTA HACE MAS PARA MANTENER EL REGIMEN Y LA DESIGUALDAD SOCIAL Y LA EXPLOTACION QUE UN REGIMEN NEOLIBERAL, ya que mantiene el sistema equilibrado, es muy obvio, generar nivel de consumo para que tengas que comprar, que compramos? una venda para nuestros ojos...
Haciendo foco: ¿el sistema de explotación o el gobierno de turno?
Leyendo tu artículo se me vinieron a la cabeza unos cuantos cuestionamientos, respecto a cómo analizas el discurso de la presidenta, y a cuales serian las preguntas que recorrerían el discurso, y me parece necesario enumerar algunas de las preguntas que te realizas o se las realizas, en este interrogatorio espejado.
¿Qué significa la explotación en un sistema capitalista?
¿Cuál es su contenido?
¿Cómo plantea Cristina la cuestión de la explotación?
¿Por qué, si es el trabajo el que crea el valor, los trabajadores no tienen el control del trabajo productivo?
Y entonces me pregunto, y trato de colectivizar este interrogante que creo no ser el único en tenerlo, estará en la cabeza de la presidenta la recurrente inquietud por saber cómo el sistema capitalista explota al proletariado, y además ¿nos importa a nosotros si ella se lo pregunta? Vale aclarar que quienes representan los intereses históricos de la burguesía buscan continuamente los mejores métodos de dominación, para tener el mayor control posible de la situación, y obtener la máxima extracción de plusvalía.
Entiendo que las preguntas tienden a esclarecer cual es la posición del gobierno, pero ¿es el accionar del gobierno lo que en el fondo nos interesa? ¿O en la realidad la tarea es reconocer como se mueve la burguesía como clase y no sus accidentales representantes?
Nada cambiará de fondo cuando cambie esta administración. Y esto no es una afirmación mía, según datos del INDEC “hubo una espectacular mejora en los términos de intercambio” es decir entre lo que vende la Argentina al mundo y lo que el país compra. Desde la salida de la convertibilidad el indicador muestra una mejora del 40% a favor de la Argentina. Estaba en 105 puntos al finalizar el 2001 y en la actualidad se encuentra en 153,1%.
Además el poder adquisitivo de nuestras exportaciones ha crecido un 113%, perdón me rectifico, la ganancia por exportaciones desde la argentina de la burguesía monopólica transnacionalizada creció un 113%.
Con esto quiero decir, que quienes hoy se rasgan las vestiduras hablando del neoliberalismo de los ’90, y negando la adscripción de Menen y sus acólitos al peronismo, como si estos hubiesen nacido de otro huevo, son los mismos que día a día incrementa más las ganancias de la burguesía.
Por supuesto podemos decir que han tenido la lucidez de aplicar las mismas recetas, con mayor consenso y más rentabilidad, y construyendo todo un aparato ideológico, político y cultural, que exacerba éste proyecto de capitalismo con apariencia humana y corazón de hiena.
En el fondo lo que queda a tras luz, que creo es lo que debemos mostrar con claridad, ya que como vos mismo aclararías en el taller de lectura sobre Marx, la plusvalía que extrae la burguesía se encuentra oculta a los obreros detrás del modo de producción capitalista, es que la aparente oposición no puede solidificarse porque no encuentra mayormente grupos económicos que les den sustento, porque como decía el general, que nunca lo fue (ya que llego a teniente general), la realidad es la única verdad, y la realidad es que la burguesía está llenando sus arcas mucho más que en la década menemista. Por lo que este proyecto que construyeron los más lucidos del capital concentrado no solo les cierra con el orden conseguido y establecido sino y sobre todo por las espectaculares ganancias que se están llevando.
Y si no leamos un poquito del discurso de asunción en la UIA de Mendiguren, “ La UIA no está aquí para confrontar sino para construir. No somos ni seremos antagonistas de un gobierno, ni de un partido político, ni de los trabajadores ni de otras organizaciones de la sociedad civil. El enemigo de la UIA es el subdesarrollo, la desintegración regional, la informalidad, la competencia desleal, la pobreza, la pérdida del mercado interno y las condiciones que no favorezcan la inversión. (...)".
II
Creo que está más claro que el agua cuál es el nivel de rentabilidad alcanzado por los grupos monopólicos y cuál es su relación con los representantes de turno. Y también ésta claro porqué para ésta campaña electoral, no hay una oposición solida y bien representada, y la realidad es que no pueden mostrar una alternativa que supere en consenso y rentabilidad al actual proyecto.
Y entonces creo que la necesidad imperiosa en nuestra actual y enmarañada luchas de ideas en contra del orden establecido, es dilucidar al verdadero enemigo de clase, quien de verdad maneja las relaciones de producción, quien sustenta los proyectos y establece las reglas de juegos. Ya que sino, como diría el tan ocultado, tanto por burgueses como por reformistas, Lenin, caemos en izquierdismo y es deber de los revolucionarios esclarecer al verdadero enemigo de la clase para nos desviar al pueblo de su objetivo principal.
En esta larga lucha, y la historia lo demuestra, la burguesía siempre encuentra los resortes necesarios para lograr su cometido, y a la hora de implementar políticas no especula en las herramientas a utilizar.
Por otro lado tanta critica personalizada podría dar una lectura entrelineas, que resuena en ciertos sectores de la izquierda, mas peronista que marxistas, o mejor dicho pequeños burgueses que intentan disfrazarse de marxistas, que es éste deseo irresoluble de esperanzas que nunca se terminan de concretar, porque en realidad se espera que la burguesía, representada en éste gobierno, cumpla con demandas sociales, que solo pueden estar representadas en un gobierno socialista. Entonces éste depósito de buenas esperanzas se termina convirtiendo en una traición por los problemas no resueltos, y entrelineas queda como síntesis que éste gobierno nos ha traicionado y entonces tendremos que depositar las esperanzas en otro, como sí de gobiernos se tratara. Intercambiando de lugar al verdadero enemigo y solo aportando confusión a la lucha ideológica.
Me parece que estamos transitando una etapa de gran confusión política e ideológica; en principio, porque la burguesía ha extremado su embate y utiliza con suma astucia y perfeccionamiento todo el aparato del estado para hegemonizar políticamente, y en segundo lugar, porque el campo popular se encuentra desarmado de ideología.
Si bien creo está resurgiendo cierta movilidad de la subjetividad de algunos sectores más dinámicos, como parte del estudiantado tanto secundario como terciario y universitario y algunos sectores todavía muy chicos en la clase obrera sindicalizada, me parece que la gran carencia se encuentra en la incapacidad de todos nosotros de comenzar a forjar nuevamente una línea política que cuestione el poder como tal, para que realmente tengamos nuevamente la posibilidad histórica de cambiar el rumbo de éste país.
Y supongo que estamos de acuerdo que tenemos el deber, por conciencia y por clase, de aportar nuestro granito de arena a este proceso, por eso estoy seguro que el taller es un buen principio para generar un espacio de estudio y debate que nos ayudará a comprender la realidad en un proceso que seguramente será gradual y reflexivo y que tendrá tiempos lentos en un principio hasta que encontremos el dinamismo adecuado.
I
Haciendo foco: ¿el sistema de explotación o el gobierno de turno?
Leyendo tu artículo se me vinieron a la cabeza unos cuantos cuestionamientos, respecto a cómo analizas el discurso de la presidenta, y a cuales serian las preguntas que recorrerían el discurso, y me parece necesario enumerar algunas de las preguntas que te realizas o se las realizas, en este interrogatorio espejado.
¿Qué significa la explotación en un sistema capitalista?
¿Cuál es su contenido?
¿Cómo plantea Cristina la cuestión de la explotación?
¿Por qué, si es el trabajo el que crea el valor, los trabajadores no tienen el control del trabajo productivo?
Y entonces me pregunto, y trato de colectivizar este interrogante que creo no ser el único en tenerlo, estará en la cabeza de la presidenta la recurrente inquietud por saber cómo el sistema capitalista explota al proletariado, y además ¿nos importa a nosotros si ella se lo pregunta? Vale aclarar que quienes representan los intereses históricos de la burguesía buscan continuamente los mejores métodos de dominación, para tener el mayor control posible de la situación, y obtener la máxima extracción de plusvalía.
Entiendo que las preguntas tienden a esclarecer cual es la posición del gobierno, pero ¿es el accionar del gobierno lo que en el fondo nos interesa? ¿O en la realidad la tarea es reconocer como se mueve la burguesía como clase y no sus accidentales representantes?
Nada cambiará de fondo cuando cambie esta administración. Y esto no es una afirmación mía, según datos del INDEC “hubo una espectacular mejora en los términos de intercambio” es decir entre lo que vende la Argentina al mundo y lo que el país compra. Desde la salida de la convertibilidad el indicador muestra una mejora del 40% a favor de la Argentina. Estaba en 105 puntos al finalizar el 2001 y en la actualidad se encuentra en 153,1%.
Además el poder adquisitivo de nuestras exportaciones ha crecido un 113%, perdón me rectifico, la ganancia por exportaciones desde la argentina de la burguesía monopólica transnacionalizada creció un 113%.
Con esto quiero decir, que quienes hoy se rasgan las vestiduras hablando del neoliberalismo de los ’90, y negando la adscripción de Menen y sus acólitos al peronismo, como si estos hubiesen nacido de otro huevo, son los mismos que día a día incrementa más las ganancias de la burguesía.
Por supuesto podemos decir que han tenido la lucidez de aplicar las mismas recetas, con mayor consenso y más rentabilidad, y construyendo todo un aparato ideológico, político y cultural, que exacerba éste proyecto de capitalismo con apariencia humana y corazón de hiena.
En el fondo lo que queda a tras luz, que creo es lo que debemos mostrar con claridad, ya que como vos mismo aclararías en el taller de lectura sobre Marx, la plusvalía que extrae la burguesía se encuentra oculta a los obreros detrás del modo de producción capitalista, es que la aparente oposición no puede solidificarse porque no encuentra mayormente grupos económicos que les den sustento, porque como decía el general, que nunca lo fue (ya que llego a teniente general), la realidad es la única verdad, y la realidad es que la burguesía está llenando sus arcas mucho más que en la década menemista. Por lo que este proyecto que construyeron los más lucidos del capital concentrado no solo les cierra con el orden conseguido y establecido sino y sobre todo por las espectaculares ganancias que se están llevando.
Y si no leamos un poquito del discurso de asunción en la UIA de Mendiguren, “ La UIA no está aquí para confrontar sino para construir. No somos ni seremos antagonistas de un gobierno, ni de un partido político, ni de los trabajadores ni de otras organizaciones de la sociedad civil. El enemigo de la UIA es el subdesarrollo, la desintegración regional, la informalidad, la competencia desleal, la pobreza, la pérdida del mercado interno y las condiciones que no favorezcan la inversión. (...)".
Guillermo, comencemos por el final. Creo que no existen verdaderas diferencias entre nosotros en lo que hace a la consideración del carácter de clase del "kirchnerismo". Coincido plenamente con la necesidad de "comenzar a forjar nuevamente una línea política que cuestione el poder como tal", dado que el "kirchnerismo" representa la emergencia de una nueva derecha política, capaz de garantizar la acumulación capitalista con mayor eficacia que la vieja derecha neoliberal, representada por Macri, Duhalde, Cobos y Cía. La aparición de esta nueva derecha, pertrechada de un verdadero arsenal de herramientas tomadas del progresismo, del viejo peronismo y aún de la izquierda, constituye el fenómeno político más interesante de la primera década de este siglo.
La personalización a que aludís en tu comentario (las referencias directas a la presidenta Cristina Fernández) están relacionadas con una necesidad imperiosa para quienes pretendemos colaborar en la construcción de esa línea política cuestionadora del poder capitalista, esto es, la de conocer y desarmar el discurso y la acción del enemigo. En este sentido, considera que es fundamental comprender los
mecanismos por los cuales el "kirchnerismo" reconstruyó la hegemonía capitalista, luego de la crisis del neoliberalismo en 2001.
Un abrazo,
Ariel
Ariel, me quede esperando tu comentario sobre un anónimo que se expide sobre el perjuicio de los totalitarismos...estoy de acuerdo con esta visión...de paso te copio un artículo de Le Monde pa que opines...
Tetis pies de plata:
Acabo de ver el comentario al que se refiere. Voy a contestar algo al respecto en ese lugar. ¡Gracias por recordármelo! No salió copiado el texto de Le Monde,
Saludos,
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