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martes, 6 de octubre de 2020

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN – CURSO 2020 – CLASE N° 9: HIPÓTESIS Y VARIABLES

 

Bienvenidas y bienvenidos a la novena clase del curso.

La clase de hoy gira en torno a la cuestión de la hipótesis. Para ello trabajaremos el capítulo 6 del libro de HS. [1] Nos hallamos en un punto de transición entre las cuestiones ligadas a la formulación del problema de investigación y el trabajo de recolección de datos. El objetivo de la clase es, precisamente, mostrar la relación entre las tareas más “teóricas” (el problema, el MT) y las más “prácticas” del proceso de investigación".

Empecemos ahora con la clase.


La noción de hipótesis y su relación con el problema de investigación:

Ya hemos avanzado bastante en el conocimiento del proceso de investigación y estamos al borde mismo de la construcción de los instrumentos de recolección de datos. Sin embargo, antes de empezar con los rudimentos de la encuesta o la observación, por mencionar dos de esos instrumentos, es necesario volver sobre el problema de investigación y el MT, dos cuestiones que hemos trabajado en clases anteriores.

No se asusten, no es mi intención aburrirlos más de lo debido repitiendo cosas ya dichas. Nuestro tema de hoy es la hipótesis. Pero hablar de ella requiere repasar algunas cuestiones previas. Para comprender esto último nada mejor que formular el concepto de hipótesis.

“Las hipótesis son las guías de una investigación o estudio. Las hipótesis indican lo que tratamos de probar y se definen como explicaciones tentativas del fenómeno investigado. Se derivan de la teoría existente y deben formularse a manera de proposiciones. De hecho, son respuestas provisionales a las preguntas de investigación.” (HS, p. 104).

La hipótesis consiste, en el sentido más general, en una respuesta al problema de investigación. Esta es una de las razones por las que resulta imprescindible que el problema esté bien formulado. Una formulación precisa, que acote los límites del problema, sus alcances conceptual, geográfico y temporal, permite formular buenas hipótesis. La razón es sencilla: es más fácil dar respuesta a una pregunta precisa que a una pregunta ambigua y/o vaga. Por ejemplo: si mi problema de investigación es ‘El turismo en Argentina’ es dudoso (por no decir imposible) que pueda formular una hipótesis para él. ¿Qué explicación podríamos elaborar para un problema planteado de ese modo?

La formulación de hipótesis requiere de un MT sólido. Esto significa, nada más ni nada menos, que contar con definiciones de los conceptos utilizados en la investigación. Por ejemplo: si en mi MT utilizo dos definiciones diferentes de turismo, una que apunte a los aspectos económicos del mismo y la otra a los aspectos culturales, y no digo cuál de ellas es la que voy a emplear en la investigación, es muy improbable que pueda armar una hipótesis coherente. Definiciones diferentes crean, si se me permite la expresión, mundos diferentes, y mundos diferentes requieren de explicaciones también diferentes.

Establecida la relación entre la hipótesis, el problema de investigación y el MT [2], podemos pasar adelante.

No toda investigación requiere de la elaboración de hipótesis. Esto depende del tipo de investigación. Nosotros distinguimos entre los estudios cuantitativos y los estudios cualitativos. Veamos qué ocurre en cada caso.

Como ya hemos visto, los estudios cuantitativos pueden clasificarse en exploratorios, descriptivos, explicativos y correlacionales.

En los estudios exploratorios no hay hipótesis. La razón es simple: se trata de investigaciones en las que se procura recopilar la mayor cantidad de información sobre un problema que no ha sido investigado hasta ese momento; la formulación de hipótesis sesgaría la búsqueda de información, pues obligaría a que nos limitáramos a los datos exigidos por la hipótesis. Por otro lado, dado que en un estudio exploratorio se trabaja sobre un tema sobre el que existe muy poca información, la construcción de una hipótesis resultaría muy problemática.

En los estudios explicativos y correlacionales es imprescindible la formulación de hipótesis, pues en ellos se procura, precisamente, probar la hipótesis (la cual sirve de explicación del problema de investigación, explica por qué las cosas son así y no de otra manera).

En los estudios descriptivos se plantean hipótesis cuando se intenta pronosticar una cifra o un hecho; en cambio, cuando el objetivo es la descripción de una situación o fenómenos, no se formulan hipótesis.

En cambio, en los estudios cualitativos la formulación de hipótesis se realiza a posteriori de la recopilación de información.

HS sintetiza lo que acabamos de decir en la tabla 6.1 (p. 104). También señala la necesidad de distinguir entre las hipótesis y los hechos. Una hipótesis es una explicación tentativa al problema de investigación; puede o no verificarse en el transcurso de la investigación. En cambio, los hechos existen como tales, independientemente de las interpretaciones que puedan hacerse de los mismos. Por ejemplo: puedo formular una hipótesis que diga que los turistas prefieren la costa a la montaña porque en la primera las instalaciones turísticas son más cómodas. Esto puede ser verificado o no en el transcurso de la investigación. En cambio, si un investigador afirma que los turistas concurren en mayor número a la costa que a la montaña basándose en información estadística, esa afirmación es un hecho, no requiere ser verificada (salvo que dudemos de la confiabilidad de la fuente de datos utilizada).

Ya dijimos que la hipótesis es una respuesta tentativa al problema de investigación. No obstante, los investigadores utilizan el término en un sentido más preciso: “En el ámbito de la investigación científica, las hipótesis son proposiciones tentativas acerca de las relaciones entre dos o más variables y se apoyan en conocimientos organizados y sistematizados.” (HS, p. 105).

Ahora bien, ¿qué es una variable?

“Una variable es una propiedad que puede fluctuar y cuya variación es susceptible de medirse u observarse. Ejemplos de variables son el género, la presión arterial, el atractivo físico, el aprendizaje de conceptos, la religión, la resistencia de un material, la masa, la personalidad autoritaria, la cultura fiscal y la exposición a una campaña de propaganda política. El concepto de variable se aplica a personas u otros seres vivos, objetos, hechos y fenómenos, los cuales adquieren diversos valores respecto de la variable referida.” (HS, p. 105).

Dicho de otro modo, una variable es una dimensión, un aspecto de la realidad. Por ejemplo, en un estudio sobre las características socioeconómicas de los turistas que visitan Argentina, pueden distinguirse variables tales como: edad, género, nivel educativo, etc. Cada una de ellas se refiere a un aspecto de esa condición socioeconómica. [3]

En este punto, es preciso aclarar que la realidad no viene ya con un sistema de variables establecido, sino que es el investigador quien se ocupa de construir las variables que precisa para su investigación. En nuestro ejemplo anterior podemos establecer muchas otras variables además de las tres mencionadas. La elección de unas y otras (y su construcción) dependerá del problema de investigación elegido.

Ahora bien, así como no encontramos en la realidad un conjunto de variables preestablecido, tampoco obtenemos de ella las hipótesis de nuestra investigación. En otras palabras, las hipótesis son construidas por el investigador. ¿Cómo se construye una hipótesis? No existe ninguna máquina ni algoritmo que produzca hipótesis; ellas surgen del análisis del problema de investigación y de la RB. Conocer en profundidad la problemática a investigar genera el clima ideal para formular hipótesis o, lo que es lo mismo, para establecer relaciones entre las variables que actúan en esa problemática.


Tipos de hipótesis:

Existen varias formas de clasificar las hipótesis. En esta clase seguiremos la clasificación propuesta por HS, quien distingue los siguientes tipos de hipótesis:

a)   Hipótesis de investigación:

Reciben esta denominación las hipótesis que hemos mencionado hasta este momento en la clase, o sea “las proposiciones tentativas acerca de las posibles relaciones entre dos o más variables” (HS, p. 107).

Existen diversos tipos de hipótesis de investigación:

·         Hipótesis descriptivas de un dato o valor que se pronostica: Se utilizan en estudios descriptivos para predecir un dato o valor en una o más variables que se van a medir u observar. Por ejemplo: “el turismo en la costa atlántica en el verano de 2021 caerá un 50% en relación con los valores del verano de 2020”.

 

·         Hipótesis correlacionales: establecen que dos o más variables están relacionadas y, además, el tipo de asociación existente entre ellas. Dicho de modo sencillo, intentan establecer de modo numérico la fuerza de la asociación entre esas variables. Por ejemplo: “un aumento de 10 % en el salario real de los trabajadores en blanco genera un incremento del 5 % en el turismo anual en la costa atlántica argentina”. En una hipótesis correlacional el orden en que ubiquemos las variables es indistinto, algo que no ocurre en las hipótesis cuando existen relaciones de causalidad.

 

·         Hipótesis de la diferencia entre grupos: se formulan en investigaciones cuyo objetivo es comparar el comportamiento de grupos (o, simplemente, alguna diferencia entre grupos). Por ejemplo: “los turistas chinos prefieren destinos turísticos en el sur argentino, en tanto que los turistas brasileños optan por la costa atlántica argentina.” Esta hipótesis plantea la existencia en el comportamiento de dos grupos de turistas (chinos y brasileños) en relación al destino turístico en Argentina.

 

·         Hipótesis que establecen relaciones de causalidad: Estas hipótesis no sólo establecen la existencia de una relación entre las variables, sino que intentan determinar cuál es el tipo de relación existente. Dicho de otro modo, se busca proponer una relación causa-efecto entre ellas. Por ejemplo: “El nivel de ingresos determina el destino turístico elegido”. En esta hipótesis, la variable ‘nivel de ingresos’ es la causa y la variable ‘destino turístico elegido’ el efecto. A la variable que actúa como causa se la denomina variable independiente, en tanto que a la variable que cumple el rol de efecto se la denomina variable dependiente (sus cambios son efecto de las modificaciones en la variable independiente). [4] A su vez, podemos distinguir entre hipótesis causales bivariadas, en las que se formula una relación entre una variable independiente y una variable dependiente, y las hipótesis causales multivariadas, que plantean una relación entre varias variables independientes y una dependiente, o entre una variable dependiente y varias dependientes, o entre varias variables independientes y varias dependientes. [5]

 

b)   Hipótesis nulas: Constituyen el reverso de las hipótesis de investigación. Son proposiciones que niegan o refutan la relación entre variables. Por ejemplo, si nuestra hipótesis de investigación es: “El nivel educativo influye en la elección del destino turístico”, la hipótesis nula es “El nivel educativo no influye en la elección del destino turístico”.

 

c)   Hipótesis alternativas: Son posibilidades diferentes a las planteadas en las hipótesis de investigación y nulas.

 

d)   Hipótesis estadísticas: Este tipo de hipótesis quedan fuera del campo de esta materia, dada su especificidad. [6]

 

¿Cuándo utilizar cada tipo de hipótesis?

No existe una respuesta precisa a esta cuestión, pues no existe una regla que permita establecer esto de manera definitiva para cada problema de investigación. En rigor, la respuesta queda a criterio de cada investigador, quien decide en función de las necesidades de la investigación.

HS afirma lo siguiente:

“Los estudios que se inician y concluyen como descriptivos, formularán —si pronostican un dato— hipótesis descriptivas; los correlacionales podrán establecer hipótesis descriptivas de estimación, correlacionales y de diferencia de grupos (cuando éstas no expliquen la causa que provoca la diferencia); por su parte, los explicativos podrán incluir hipótesis descriptivas de pronóstico, correlacionales, de diferencia de grupos y causales. No debemos olvidar que una investigación puede abordar parte del problema de forma descriptiva y parte explicativa. Aunque debemos señalar que los estudios descriptivos no suelen contener hipótesis, y ello se debe a que en ocasiones es difícil precisar el valor que se puede manifestar en una variable.” (p. 116).

El único tipo de estudio del que puede decirse de manera taxativa que no requiere hipótesis es el exploratorio.

*             

La prueba de la hipótesis:

Formular una hipótesis supone establecer un compromiso: es necesario poner a prueba la hipótesis. Si esto no se lleva a cabo, será imposible saber si la proposición enunciada en la hipótesis sirve de respuesta a la pregunta formulada en el problema de investigación.

HS aclara lo siguiente:

“Como se ha dicho, en el proceso cuantitativo las hipótesis se someten a prueba o escrutinio empírico para determinar si son apoyadas o refutadas, de acuerdo con lo que el investigador observa. De hecho, para esto se formulan en la tradición deductiva. Ahora bien, en realidad no podemos probar que una hipótesis sea verdadera o falsa, sino argumentar que fue apoyada o no de acuerdo con ciertos datos obtenidos en una investigación particular. Desde el punto de vista técnico, no se acepta una hipótesis por medio de un estudio, sino que se aporta evidencia a favor o en contra. Cuantas más investigaciones apoyen una hipótesis, más credibilidad tendrá y, por supuesto, será válida para el contexto (lugar, tiempo y participantes, casos o fenómenos) en que se comprobó. Al menos lo es probabilísticamente.” (p. 117).

Para poder someter a prueba una hipótesis es indispensable que los términos de dicha hipótesis estén definidos. Esto se relaciona con el MT. Como recordarán, el MT es la caja de herramientas conceptuales de la investigación. Allí se determinan qué teorías y qué conceptos emplearemos en nuestro trabajo de investigación. Del MT se derivan las definiciones de las variables.

Podemos distinguir entre definiciones conceptuales de las variables, esto es, las definiciones que se encuentran en los diccionarios o en la literatura especializada; y las definiciones operacionales. Las primeras no sirven para trabajar con la realidad, pues siguen estando en el nivel de lo teórico, de lo conceptual. Las segundas, en cambio, se construyen para poder obtener información de la realidad. HS proporciona la siguiente definición:

“Una definición operacional constituye el conjunto de procedimientos que describe las actividades que un observador debe realizar para recibir las impresiones sensoriales, las cuales indican la existencia de un concepto teórico en mayor o menor grado (…). En otras palabras, especifica qué actividades u operaciones deben realizarse para medir una variable e interpretar los datos obtenidos (…). Una definición operacional nos dice que para recoger datos respecto de una variable, hay que hacer esto y esto otro, además articula los procesos o acciones de un concepto que son necesarios para identificar ejemplos de éste” (p. 120).

En esta clase sólo puedo mencionar la distinción entre definiciones conceptuales y operacionales. Sin embargo, esta cuestión tiene enorme importancia, pues la experiencia muestra que los estudiantes y los investigadores principiantes suelen tener grandes dificultades al momento de operacionalizar variables [7]. En las clases dedicadas a la encuesta y a la observación formularé algunos ejemplos de operacionalización, para que se comprenda mejor en qué consiste esta última.

Ya tenemos lo necesario para empezar a estudiar cómo se construyen los instrumentos de recolección de datos. En la próxima clase veremos la temática de la encuesta o sondeo de opinión pública. Para ello utilizaremos el artículo de Archenti que figura en la bibliografía obligatoria. [8]

Muchas gracias por su atención.

 

 

Villa del Parque, martes 16 de junio de 2020


ABREVIATURAS:

HS = Hernández Sampieri et. al. / MT = Marco teórico / RB = Revisión bibliográfica / TFPP = Trabajo Final de Práctica Profesional


NOTAS:

[1] Hernández Sampieri, R.; Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, P. (2014). Metodología de la investigación. México D. F.: McGraw-Hill Interamericana. (pp. 102-125). Todas las citas textuales corresponden a esta edición.

[2] “En el enfoque cuantitativo, y si hemos seguido paso por paso el proceso de investigación, es natural que las hipótesis surjan del planteamiento del problema y del marco teórico (de un postulado de una teoría, del análisis de ésta, de generalizaciones empíricas pertinentes a nuestro problema de investigación y de estudios revisados o antecedentes consultados). Existe, pues, una relación muy estrecha entre el planteamiento del problema, la revisión de la literatura y las hipótesis. Al formular las hipótesis volvemos a evaluar nuestro planteamiento del problema.” (HS, p. 105).

[3] Para las características de las hipótesis, consultar HS, pp. 106-107.

[4] HS indica que no debe confundirse causalidad con correlación entre variables: “Correlación y causalidad son conceptos asociados, pero distintos. Si dos variables están correlacionadas, ello no necesariamente implica que una será causa de la otra. Supongamos que una empresa fabrica un producto que se vende poco y decide mejorarlo. Entonces, lanza una campaña para anunciar el producto en radio y televisión. Después, se observa un aumento en las ventas del producto. Los ejecutivos de la empresa pueden decir que el lanzamiento de la campaña está relacionado con el incremento de las ventas; pero si no se demuestra la causalidad, no es posible asegurar que la campaña haya provocado tal incremento. Quizá la campaña sea la causa del aumento, pero tal vez la causa sea en sí la mejora al producto, una excelente estrategia de comercialización u otro factor, o bien todas pueden ser las causas.” (HS, p. 111). A esto agrega lo siguiente: “Para establecer causalidad, primero debe haberse demostrado correlación, pero además la causa debe ocurrir antes que el efecto. Asimismo, los cambios en la causa tienen que provocar cambios en el efecto.” (p. 111).

[5] En este curso no podemos desarrollar la complejidad de las relaciones en las hipótesis causales. Remitimos al estudiante a la exposición que se encuentra en HS (pp. 110-113).

[6] Ver al respecto el capítulo 8 de HS.

[7] La operacionalización de las variables es el proceso por el cual se pasa de las definiciones conceptuales a las definiciones operacionales.

[8] Archenti, N. (2007). “El sondeo”. EN: Marradi, A. (2007). Metodología de las ciencias sociales. Buenos Aires: Emecé. (pp. 71-85).

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