“El mismo Manifiesto
explica que la aplicación práctica
de estos principios dependerá siempre y en todas partes
de las circunstancias históricas existentes.”
K. Marx y F. Engels
Este
trabajo constituye parte de las tareas preparatorias para un taller sobre el Manifiesto Comunista (1848) de Karl Marx
(1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895), destinado a un público sin
conocimientos previos sobre la obra e interesado en aprender los conceptos
fundamentales del materialismo histórico.
Fue concebido como una tarea militante antes que académica; tenemos por objetivo
que nos comprenda la mayor cantidad de personas, sin renunciar a exponer la
complejidad de los temas. En este punto partimos del convencimiento de que un marxismo limitado a un número reducido
de cultores es un marxismo muerto.
En
este punto corresponde hacer una aclaración. En este texto las expresiones MH y
marxismo son utilizadas como sinónimos; con ellas designamos a la teoría de la
sociedad elaborada por Marx, cuyas ideas principales aparecen desarrolladas en
el MC.
Por
último, aquí no se encontrará una síntesis del contenido del MC. Tampoco una
exposición detallada del MH. Nuestro propósito es más modesto y utilitario:
justificar la necesidad de leer y estudiar el MC en 2020, mostrando como esa
lectura puede ser útil en la lucha de los trabajadores contra el capitalismo. En
estos tiempos que corren, explicar porqué es conveniente ser socialista y porqué
el socialismo puede ser la alternativa al sistema capitalista, son cuestiones
urgentes que exigen estudio, paciencia en la explicación y entusiasmo en la
difusión.
Abreviaturas utilizadas:
MC = Manifiesto Comunista / MH = Materialismo histórico
Nota bibliográfica:
En la
redacción del trabajo se utilizó la traducción española: Marx, K. y Engels, F.
(1986). Manifiesto del partido comunista.
Buenos Aires, Argentina: Anteo. Esta edición incluye los distintos prefacios
redactados por Marx y Engels, así como también los Principios del comunismo, redactados por Engels. A esta edición
pertenecen, salvo indicación en contrario, todas las citas incluidas en el
texto.
También
se consultó la edición del Manifiesto
Comunista incluida en Chiviló Villar, Matías, comp. (2013). Programas del movimiento obrero y socialista.
Buenos Aires, Argentina: Rumbos. (pp. 18-48).
Antes
de empezar la lectura del MC o, como en esta ocasión, antes de comenzar un
taller sobre éste, corresponde hacerse una pregunta, de cuya respuesta depende
todo lo demás: ¿Qué utilidad puede tener para nosotros, trabajadores, estudiar
un texto escrito hace 172 años?
En un
contexto todavía marcado por la caída de la URSS y los demás países “socialistas”
(1989-1991), en el que casi nadie considera al socialismo como alternativa
viable al capitalismo, la respuesta al interrogante cobra aun mayor
importancia.
Responder
a la pregunta no es sencillo. En parte, porque esto supone haber estudiado el
MC, y el taller está dirigido precisamente a quienes no tienen un conocimiento
previo del marxismo. Tampoco se trata de dar una respuesta amable para
estudiantes o profesores, que muestre la pertinencia del estudio del marxismo
en la universidad, bla, bla, bla.
El MC
es un escrito político, destinado a exponer las ideas y propuestas de una
organización política [1] que se había propuesto como objetivo derribar al
capitalismo e instaurar el socialismo. Por lo tanto, la justificación de su
estudio debe pasar primordialmente por lo político. El MC tiene que contener
algo que contribuya a clarificar los problemas políticos actuales de la clase
obrera.
Ahora
bien, el MC es un conjunto de textos que abarca mucho más que el Manifiesto propiamente dicho. Así,
incluye los prólogos que Marx y Engels (1820-1895)
redactaron para cada una de las ediciones de la obra. [2] Precisamente dos de
esos prólogos sirven para justificar la realización de un taller sobre el MC.
En
primer lugar, está el prefacio de Engels a la edición de 1888. [3] Allí
encontramos dos afirmaciones fundamentales para comprender la utilidad política
del MC.
1] El
materialismo histórico no es una
receta universal que se aplica a cualquier realidad, a cualquier coyuntura,
sino que parte de analizar cuáles son las formas en que se organiza la
producción, las relaciones sociales de producción. En este sentido, la tesis
central del MC es la siguiente:
“En toda época histórica el modo
dominante de producción y de cambio y la estructura social que necesariamente
deriva de él, constituye la base sobre la cual se edifica la historia política
e intelectual de esa época y solamente por él puede ser explicada; que de
acuerdo con esto, toda la historia de la Humanidad (...) ha sido historia de
las luchas de clases, luchas entre los explotadores y explotados, entre
opresores y oprimidos; que la historia de estas luchas de clases representa un
desarrollo que al presente alcanzó un grado en el que la clase explotada y
oprimida – el proletariado – no puede alcanzar su liberación del yugo de la
clase explotadora y opresora – la burguesía – sin liberar al mismo tiempo, de
una vez por todas, a la sociedad entera de toda explotación y opresión, de
todas las diferencias y de todas las luchas de clases.” (p. 20).
El MC
conecta el pensar y el hacer. El eje del planteo es el estudio de la realidad
para poder hacer política. En definitiva, en esto consiste el núcleo del MH.
La
misma historia del MC relatada por Engels, confirma la afirmación del párrafo
anterior.
“En el Congreso de la Liga [de los
Comunistas], que tuvo lugar en Londres en noviembre de 1847, fueron encargados Marx
y Engels de la publicación de un programa de partido completo, que habría de
orientarla en su camino.” (p. 15).
Suele
olvidarse que el MC es un texto directamente político, no un escrito académico.
Por eso, los dos primeros capítulos del MC, en los que se esboza el desarrollo
del capitalismo y la lucha entre capital y trabajo, constituyen el fundamento necesario
de la acción política de la Liga de los Comunistas.
2] El
estudio de la estructura social (el conjunto de relaciones sociales) sirve para
pensar la estrategia y las tácticas dirigidas a enfrentar al capitalismo. En
síntesis, para el marxismo, los tipos de acción, las tácticas, dependen del
análisis que se haya hecho de la realidad.
Marx
y Engels son claros cuando afirman que la aplicación práctica del programa del
MC (1848) depende de las condiciones históricas existentes. Esto queda claro en
el prefacio a la edición alemana de 1872. [4]
“El mismo Manifiesto explica que la aplicación práctica de estos principios
dependerá siempre, y en todas partes, de las circunstancias históricas
existentes.” (p. 8).
Como
indicamos arriba, el MH no es una fórmula, algo que hay que aplicar en todos
los tiempos, lugares y circunstancias. Es un método crítico de la realidad, es
una manera de entenderla para luego transformarla. Por esto no puede ser
concebido como un dogma. Hay que hacer hincapié en que Marx es un guía, pero no
un dios que tiene las respuestas a todos los problemas; esta afirmación es
válida para cualquier otro autor considerado clásico en las filas del
movimiento socialista.
En el
prefacio de 1872, los autores del MC señalan la necesidad de retocar “algunos
puntos” del texto. ¡Y esto a sólo 24 años de la publicación de la primera
edición de la obra!
¿Cuáles
son los factores que exigían una modificación del MC?
Marx
y Engels indican tres factores: a)
“el desarrollo colosal de la gran industria en los últimos veinticinco años”; b) “el [desarrollo] de la organización
del partido de la clase obrera”; c) la
Comuna de París [1871], “que eleva por primera vez al proletariado durante dos
meses, al Poder político” (p. 8). [5] Los puntos b y c están estrechamente
relacionados, pues, tal como se lee en el MC, “toda lucha de clases es una
lucha política” (p. 47).
En
base a lo anterior, Marx y Engels plantean que “este programa ha envejecido en
algunos de sus puntos” (p. 8). Dicen que las experiencias políticas de la clase
trabajadora en el período 1848-1872 obligan a modificar la posición del MC
respecto al Estado:
“La Comuna ha demostrado, sobre
todo, que «la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina
estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines»” (p. 8). [6]
De
modo que los autores del MC consideraban que la posición tomada en 1848 frente
al Estado tenía que ser modificada radicalmente a partir de las experiencias de
lucha de la clase trabajadora. El Estado no puede ser utilizado tal como está
para construir el socialismo; el Estado es un instrumento de opresión y, como
tal, no puede ser un instrumento de liberación. [7]
En
síntesis, Marx y Engels consideraban en 1872 que el MC había “envejecido” en
tres ítems, mencionados expresamente en el prefacio de ese año. En primer
lugar, el programa contenido al final del cap. 2 (p. 62-63); en segundo
término, la cuestión del Estado; en tercer lugar, el cap. 3, dedicado a la
“crítica de la literatura socialista”, al que consideran “incompleto”; por
último, el cap. 4, dedicado a la actitud de los comunistas ante los diferentes
partidos de oposición. [8]
Ahora
bien, si ya en 1872 los propios autores del MC afirmaban que era necesario
modificar partes del mismo debido a la transformación de las condiciones
económicas, sociales y políticas, ¿qué duda puede quedar hoy, en 2020, acerca
de la necesidad de no considerar al MC – y a cualquier otro texto de los
clásicos y los no tan clásicos – como un dogma? Esto nos lleva a adoptar la
misma posición de Engels en el prefacio de 1888: el MH es un método para
analizar la realidad, no un conjunto de proposiciones válidas para toda época y
lugar.
Una
vez aceptada la proposición que figura al final del párrafo precedente, el
camino a seguir es claro: hay que aplicar las categorías del método del MH al
análisis de la realidad concreta, de nuestra realidad concreta. Si esas
categorías no sirven, corresponde modificar las categorías o crear otras
nuevas. Si no se entiende esto, estamos condenados a cometer una y otra vez los
mismos errores.
Por
lo tanto, proponemos una lectura del MC centrada en la búsqueda de herramientas
útiles para el estudio de nuestra realidad. En este sentido, consideramos que
el MC contiene varias afirmaciones fundamentales: 1) la centralidad de la
relación capital – trabajo; 2) la lucha de clases como motor de la historia; 3)
el carácter de clase del Estado; 4) el rechazo al nacionalismo y el carácter
internacional de la lucha de clases de los trabajadores; 5) la revolución como
salida al capitalismo. Al análisis de cada una de ellas estará dedicado este
taller.
Villa
del Parque, miércoles 4 de marzo de 2020
NOTAS:
[1] La
Liga de los Comunistas estaba conformada por artesanos y obreros alemanes, la
mayoría de los cuales se encontraba fuera de Alemania, ya sea por razones
políticas o laborales. Esta circunstancia hizo que la Liga tuviera desde sus
comienzos un carácter internacional, pues sus miembros se encontraban dispersos
en Francia, Inglaterra, Bélgica y la propia Alemania. El MC fue el programa de
la Liga. Sus miembros participaron en las revoluciones de 1848-49 (sobre todo
en Francia y en Alemania). Fue disuelta en 1850, cuando la policía prusiana
acabó con su organización en Alemania.
[2]
Este conjunto de textos está compuesto, además del MC propiamente dicho, por:
a) prefacio a la edición alemana de 1872, co-escrito por Marx y Engels; b)
prefacio a la edición rusa de 1882, co-escrito por Marx y Engels; c) prefacio a
la edición alemana de 1883, escrito por Engels; d) prefacio a la edición
inglesa de 1888, escrito por Engels; e) prefacio a la edición alemana de 1890,
escrito por Engels; f) prefacio a la edición polaca de 1892, escrito por
Engels; g) prefacio a la edición italiana de 1893, escrito por Engels. Hay que
agregar los Principios del comunismo,
trabajo redactado por Engels a fines de octubre y principios de noviembre de
1847, como proyecto de programa de la Liga de los Comunistas, y que terminó
siendo reemplazado por el MC.
[3] El
prefacio está fechado en Londres el 30 de enero de 1888. Fue redactado para la
edición inglesa del MC, cuya traducción estuvo a cargo de Samuel Moore
(1838-1911), quien se había encargado anteriormente de la traducción al inglés
de la mayor parte del Libro I de El
capital. Moore fue colaborador de Engels durante varios años.
[4] Firmado
por ambos y fechado en Londres el 24 de junio de 1872.
[5] Marx
y Engels mencionan otro hito en la organización política de la clase
trabajadora, la Revolución de Febrero de 1848. Ésta abarcó buena parte del
continente europeo, pero tuvo su epicentro en Francia. Marx dedicó dos trabajos
a examinar esa experiencia: Las luchas de
clases en Francia de 1848 a 1850 y El
dieciocho brumario de Luis Bonaparte. En la segunda de estas obras, Marx
analiza la insurrección obrera de junio de 1848 en París: “el acontecimiento
más gigantesco en la historia de las guerras civiles europeas. Venció la
república burguesa. A su lado estaban la aristocracia financiera, la burguesía
industrial, la clase media, los pequeños burgueses, el ejército, el lumpemproletariado
organizado como Guardia Móvil, los intelectuales, los curas y la población del
campo. Al lado del proletariado de París no estaba más que él solo. Más de 3000
insurrectos fueron pasados a cuchillo, después de la victoria, y 15000 deportados
sin juicio.” (Marx, K, Trabajo asalariado
y capital, Barcelona, Planeta-Agostini, 1985, p. 142). La derrota del
levantamiento obrero de junio de 1848 marcó profundamente a Marx y Engels,
quienes a partir de ese momento bregaron por evitar la soledad política de la
clase trabajadora.
[6]
Ese pasaje se encuentra en “La guerra civil en Francia” (1871), manifiesto de
la Asociación Internacional de Trabajadores [1° Internacional] sobre la Comuna
de París, redactado por Marx en abril-mayo de 1871.
[7]
“Pero el proletariado no puede, como lo hicieron las clases dominantes y sus
diversas fracciones rivales inmediatamente después de su triunfo, tomar
simplemente posesión del cuerpo del Estado existente y hacer funcionar ese
aparato para sus propios fines. La primera condición para conservar el poder
político es transformar el mecanismo actuante y destruirlo en tanto que
instrumento de dominación de clase. (…) El instrumento político de su sumisión
no puede servir de instrumento político de su emancipación.” (Marx, K.,
Borrador II de La guerra civil en Francia,
citado por Rubel, M. y Janover, L., Marx anarquista, Buenos Aires, Madreselva,
2010, p. 61).
[8] Respecto al cap. 4: “si
las observaciones que se hacen sobre la actitud de los comunistas antes los
diferentes partidos de oposición (…) son exactas todavía en sus trazos
generales, han quedado anticuadas en sus detalles, ya que la situación política
ha cambiado completamente y el desarrollo histórico ha borrado de la faz de la
tierra a la mayoría de los partidos que allí se enumeraban.” (p. 9).
2 comentarios:
Genial.
Víctor, gracias. Saludos,
Publicar un comentario