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viernes, 25 de octubre de 2019

GEARY, EL SOCIALISMO Y EL MOVIMIENTO OBRERO ALEMÁN ANTES DE 1914: FICHA




Dick Geary (n. 1945) es un historiador inglés, especializado en historia del movimiento obrero europeo y del marxismo. En 1989 fue el compilador de la colección de trabajos titulada Labour and Socialist Movements in Europe before 1914 (Berg Publishers). En ella se encuentra el artículo de Geary, “El socialismo y el movimiento obrero alemán antes de 1914”. La presente ficha de lectura es un resumen del mencionado artículo, con algunos comentarios de mi autoría.

NOTICIA BIBLIOGRÁFICA:
Trabajé con la traducción española de María Teresa Casado: Geary, D., comp. (1992). Movimientos obreros y socialistas en Europa, antes de 1914. Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. España. (pp. 149-197).

Abreviaturas:
MO = Movimiento obrero  / PGM = Primera guerra mundial / SPD = Partido Socialdemócrata Alemán

En 1914 Alemania tenía el partido socialista más grande del mundo (en rigor, se denominaba Partido Socialdemócrata Alemán – SPD-) [1], que contaba con un millón de afiliados que pagaban su cotización mensual y una enorme red de organizaciones  entre sus simpatizantes. En 1912, las últimas elecciones al Reichstag (Parlamento alemán) antes de la PGM, el SPD obtuvo cuatro millones de votos, un tercio del total de los votantes.

En 1914 Alemania tenía uno de los movimientos sindicales más importante del mundo y se encontraba estrechamente relacionado con el SPD. Los llamados Sindicatos Libres sumaban 2.6 millones de afiliados (frente a los 19000 que tenían en 1872).

En 1914 Alemania era el país más industrializado de Europa y el segundo a nivel mundial, detrás de los EE.UU. La transformación que había experimentado era inmensa, si se tiene en cuenta que hacia 1860 era un país agrícola. En el período comprendido entre 1875-1914 se produjo un impresionante crecimiento urbano, alimentado por inmigrantes provenientes del Este de Alemania, que fluían hacia las ciudades para trabajar en la industria y los servicios. De modo que en 1914, la mitad de los trabajadores industriales y mineros eran primera generación de obreros; muchos de ellos apenas conocían el idioma alemán, pues eran polacos o masurianos. Ello contribuyó a la fragmentación de la clase obrera alemana, debido a las divisiones étnicas y confesionales.

El crecimiento urbano generó un enorme problema de vivienda. Las familias obreras vivían hacinadas y, en los casos en los que era posible, compartían su vivienda con huéspedes (una manera de aumentar los ingresos familiares). Dada lo exiguo del tamaño de los hogares, la vida de los trabajadores varones transcurría en la taberna, verdaderos centros de la vida social de los obreros. En la taberna y en la costumbre de albergar huéspedes se fueron forjando lazos de solidaridad entre los obreros de primera generación y las viejas generaciones de trabajadores.

Las pésimas condiciones de vivienda iban de la mano con las penurias de la vida en la fábrica: bajos salarios, jornadas laborales muy extensas, accidentes laborales.

En 1914 el SPD era el partido de los obreros manuales industriales de las grandes ciudades industriales de la Alemania protestante; su presencia era mucho más débil en las pequeñas ciudades y pueblos industriales de las provincias.

Al analizar los orígenes del movimiento obrero alemán, se observa que las organizaciones de trabajadores surgieron con anterioridad a la industrialización. En 1840 aparecieron organizaciones de artesanos; la revolución de 1848, a pesar de su derrota, estimuló el proceso de organización de la clase obrera. El desarrollo experimentado a partir de 1863, año en que comenzó a activar Ferdinand Lassalle, puede ser considerado una continuación del proceso anterior. Los trabajadores que participaron en la creación de las organizaciones obreras en la década de 1860 y principios de la década siguiente pertenecían a los sectores más calificados y mejor remunerados de la clase trabajadora alemana.

En la década de 1870 surgió un MO más moderno [es decir, centrado en la fábrica mecanizada y no en el artesanado). Sobre esta base se construyeron el SPD y los sindicatos. Esas organizaciones se edificaron en torno a los trabajadores calificados. Geary enfatiza que el SPD agrupaba a los trabajadores calificados. De ahí deriva la siguiente conclusión: “Esto sugiere que la penuria y la pobreza no bastaban por sí solas para generar una organización política e industrial colectiva de los asalariados (…). Los primeros en formar organizaciones estables fueron aquellos que necesitaban defender su estatus u obtener mejoras, quienes tenían expectativas, una tradición organizativa y fuerza para negociar en el mercado laboral.” (p. 160).

Los bajos salarios, las penosas condiciones fabriles, el pésimo alojamiento no bastan para explicar la organización ni las luchas del MO. La cronología de las huelgas y las oleadas de huelgas (conjunto de huelgas que afectaban más o menos simultáneamente a más de una industria) muestra que éstas se producían en momentos de crecimiento económico (1869-1873 y 1905-1907) y no en períodos de crisis (finales de la década de 1870 y principios de la de 1880). Este comportamiento se explica así: en los períodos de expansión, muchas ramas de producción se aproximaban al pleno empleo y, en algunos casos, había escasez de fuerza de trabajo. Esto aumentaba la capacidad de los trabajadores, sobre todo de los calificados, cuyo saber específico requería un prolongado tiempo de formación. Por ello eran capaces de llevar adelante huelgas ofensivas, cuyo objetivo era mejorar los salarios y las condiciones laborales. En cambio, los trabajadores menos calificado o no calificados recurrían frecuentemente a las huelgas defensivas, para evitar despidos o mantener el poder adquisitivo de los salarios.

La economía alemana experimentó una expansión continuada en 1896-1914 (interrumpida en 1903-1904 y 1907-1909). Este fue el contexto propicio para que en 1880-1900 se produjera un aumento sostenido de los salarios, que no se vio disminuido por un período de relativo estancamiento de los mismos en 1900-1914. En el período previo a la PGM disminuyó la jornada laboral (aunque se intensificó el ritmo de trabajo, de manera que aún trabajando menos horas los trabajadores terminaban más agotados que antes). A esto hay que sumarle las medidas de bienestar social promovidas por Bismarck y continuadas por sus sucesores (pensiones para la tercera edad, prestaciones para la enfermedad, etc.), modestas sí, pero que mejoraban la situación de la clase obrera.

La transformación del SPD en partido de masas no se correspondió con un aumento de la pobreza, sino con un mejoramiento del nivel de vida de la clase trabajadora.

Geary alerta sobre el error de considerar que antes de 1914 existía una clase obrera acomodada. En 1900-1914 los salarios estuvieron por debajo de la inflación; los empresarios se organizaron mejor para enfrentar las huelgas [2] y las direcciones sindicales obraron con mayor cautela (esto provocó tensiones entre los dirigentes y las bases). Había grandes diferencias salariales entre trabajadores calificados y no calificados; entre ramas de producción y regiones; entre hombres y mujeres.

La solidaridad de clase entre trabajadores no calificados y de diversa procedencia (más arriba indicó las diferencias idiomáticas, confesionales, etc.) se dieron en el vecindario y en la taberna. La lucha por un alquiler barato, la socialización en la taberna, fueron los espacios en los que se creó y desarrolló dicha solidaridad (intereses compartidos en torno a la vivienda y el ocio común). Para superar el fraccionalismo de la clase era necesaria la intervención activa del partido y de los sindicatos. El desarraigo motivado por la emigración constituyó un freno a la organización; fueron los artesanos y trabajadores calificados establecidos quienes dieron el paso de construir organizaciones sindicales.

Los trabajadores no calificados constituían el eslabón más débil de la clase obrera alemana. Sus luchas acompañaban el ciclo económico; en épocas de crisis, sufrían despidos y/o reducciones de salarios. Su falta de calificación los hacía fácilmente reemplazables. Padecían las jornadas laborales más largas y disponían de poco tiempo para organizarse sindical y/o políticamente. Pero la clase trabajadora alemana era más débil que la inglesa porque la industrialización en Alemania fue más intensiva en capital; la introducción de una tecnología más moderna reforzó las posiciones de los empresarios frente a los trabajadores. Además, desde 1879 la industria del Reich estaba protegida de la competencia extranjera.

Los industriales alemanes supieron encontrar formas de vincular a los obreros a sus empleos y debilitar la organización sindical. El “paternalismo” empresario consistente en proveer viviendas, escuelas y clínicas y sistemas de pensiones y seguros por enfermedad fue una política deliberada de cooptación de los trabajadores.  [3] Éstos eran amenazados con perder esos beneficios (y aún el empleo) si no aceptaban colaborar con las patronales, hasta el punto de estar obligados a la delación de los compañeros que realizaban actividades sindicales. Se crearon sindicatos “amarillos” (de empresa), se elaboraron “listas negras” de activistas. Todas estas medidas condicionaron la acción de los trabajadores, que se organizaron allí donde podían hacerlo.

Las mujeres eran el arquetipo del trabajador no organizado y no calificado. Sin embargo, la organización de mujeres del SPD contaba con 200 mil afiliadas en 1914. La mayoría de las afiliadas al SPD eran amas de casa, esposas de artesanos también miembros del partido. La movilización política de las mujeres comenzó, pues, en el ámbito hogareño. Las mujeres trabajaban en la agricultura, el servicio doméstico, la producción agropecuaria y la manufactura textil no calificada: se trabaja de oficios geográficamente dispersos, lo que dificultaba la organización sindical. Los salarios eran bajos y las jornadas muy largas. Tenían poca fuerza para negociar, eran reemplazadas con facilidad, carecían de recursos para sostener una organización estable. Trabajaban más que sus colegas varones, porque debían realizar las tareas domésticas además de las de la fábrica. La mayoría de las mujeres que trabajaban en la fábrica lo hacían porque lo necesitaban, y el trabajo era una etapa en el camino al matrimonio.

Lo novedoso del MO alemán fue: a) la rapidez con que ciertos sectores adoptaron una política independiente de la burguesía (década de 1860); b) el grado de apoyo prestado al movimiento socialista.

Geary se pregunta por las causas de la radicalidad del MO alemán, puesto que los trabajadores de Gran Bretaña y EE.UU encontraron poco atractivo el socialismo en el mismo período. Descarta la pobreza como factor (más arriba describió la mejora de las condiciones de vida de la clase obrera en el período que culmina en 1914). Es discutible el papel de la ideología del partido en la movilización de los trabajadores. [4] Pero incluso si la ideología socialista hubiera tenido sentido para la base del SPD [5], hay que explicar las razones de por qué era preferida a otras opciones como, por ejemplo, el reformismo. Ser socialista en Alemania implicaba correr el riesgo de ser perseguido.

La radicalización de la clase obrera alemana se explica por: el papel y las actitudes de la burguesía alemana, las políticas adoptadas por los empresarios antes los trabajadores, la naturaleza del Estado imperial antes de 1914. Respecto a la burguesía alemana, el crecimiento industrial alemán generó el desarrollo de una nueva clase media (abogados, médicos, ingenieros, periodistas). La clase media alemana adhirió inicialmente al liberalismo, pero la derrota del movimiento liberal en 1861-1863 y la política proteccionista adoptada por el gobierno prusiano, hicieron que la burguesía y los sectores medios apoyaran las políticas del Estado prusiano (luego alemán). El gobierno agitó la amenaza del “peligro rojo” y ello aglutinó a la burguesía. El SPD también se benefició, pues ocasionó la afluencia de nuevos militantes, pero quedó condenado al ostracismo político. El radicalismo de la clase obrera era producto, en buena medida, del aislamiento de la clase trabajadora, debido al rechazo de la burguesía a establecer alianzas con ella (p. 178). Pero también fue consecuencia de las políticas de la burguesía alemana: la organización de ésta, su capacidad para organizar cierres patronales de las empresas como medida para enfrentar a las huelgas, hizo que en el período previo a la PGM los éxitos obreros en la lucha sindical fuesen escasos. Eso volcó a los trabajadores a la lucha política en las filas del SPD.

El papel del Estado fue crucial para la radicalización de los trabajadores. Sobre todo en Prusia, las leyes electorales quitaban poder al voto obrero. La policía perseguía a los militantes socialistas y sindicales.

“Los representantes de los trabajadores quedaron excluidos de la toma de decisiones, tanto a escala nacional como local. Fue esta exclusión la que generó un movimiento socialista de masas que exigía un cambio social y económico cualitativo, incluso aunque algunos de sus miembros no estuvieran muy seguros de lo que ese cambio significaba en términos concretos.” (p 187).

Al aislamiento político hay que sumarle la heterogeneidad de la clase obrera alemana. El SPD tenía su mayor arraigo en las grandes ciudades industriales de la Alemania protestante (Berlín, Hamburgo, Leipzig), pero no logró ganar, por lo menos significativamente, a los obreros de las pequeñas ciudades, a los trabajadores rurales y a los campesinos. [6] Además, una parte de los trabajadores adhería a sindicatos católicos, liberales y “amarillos”. A eso debe agregarse que una parte significativa de la clase obrera no estaba sindicalizada. Geary sostiene que todo esto condicionó al SPD, obligándolo a adoptar una actitud cada vez más cautelosa, para así poder enfrentar el aislamiento político.


Parque Avellaneda, viernes 25 de octubre de 2019

NOTAS:

[1] El SPD (Sozialdemokratische Partei Deutschlands) fue fundado en 1875, producto de la fusión de la Unión General de Trabajadores Alemanes (creada en 1863 por F. Lassalle) y el partido de Eisenach (creado por W. Liebknecht y A. Bebel e influido por las ideas de K. Marx). En 1878-1890 sus actividades fueron prohibidas (salvo la participación en elecciones) como consecuencia de la ley de excepción contra los socialistas, promovida por el canciller Bismarck. El partido no dejó de crecer durante las persecuciones y, además, se radicalizó. La persecución coincidió con la larga depresión económica de 1878-1896, de modo que los militantes aceptaron la justeza del análisis marxista respecto a la crisis del capitalismo y el carácter de clase del Estado. En 1891 se aprobó el nuevo programa del SPD, conocido como “programa de Erfurt”, que adoptaba las ideas marxistas. En 1914 era el mayor partido político de Alemania y, a pesar de la infrarrepresentación resultante de las leyes electorales, contaba con 110 escaños en el Reichstag (Parlamento).
[2] Había altos niveles de centralización del capital en la industria pesada, la química y la electrotecnología. Eso facilitó la organización de los empresarios para hacer frente a la clase trabajadora.
[3] Entre las grandes empresas que adoptaron esta política estaban las compañías del carbón, el hierro y el acero (Krupp y Stumm-Halberg), electrotecnología (Siemens), química (BASF).
[4] Entre los trabajadores organizados, sólo una pequeña minoría se sirvió de las bibliotecas creadas por el SPD y los sindicatos (en Hamburgo sólo recurrían a ellas el 3% de los obreros). Los trabajadores que concurrían a estas bibliotecas consultaban poco los clásicos del marxismo, salvo La mujer y el socialismo, de Bebel; y Las doctrinas económicas de Karl Marx, de Kautsky. Preferían la literatura profesional (que les permitía instruirse en su oficio), estudios de biología evolucionista y ficción histórica.
[5] “Resulta extremadamente difícil saber lo que significaba el marxismo oficial del partido para los miembros de base.” (p. 188).
[6] “Por encima de todo, el SPD era en lo fundamental un partido de consumidores urbanos y, por esta razón, rechazaba cualquier política de protección al campesinado que supusiera el aumento de los precios de los alimentos.” (p. 196).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias crack

Ariel Mayo (1970) dijo...

Gracias por comentar. Saludos,

El Tabano dijo...

Mandel, ya había sostenido que las luchas ofensivas se dan en épocas de crecimiento de la economía, que decrecen a defensivas en los momentos de crisis. Muy buen artículo.

Anónimo dijo...

Gracias, me salvaste de leer un libro por fotos en blanco y negro irresumible