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sábado, 17 de septiembre de 2011

HISTORIA DEL MOVIMIENTO SOCIALISTA (21): LOUIS BLANC

Esta nota es la continuación de: http://miseriadelasociologia.blogspot.com/2011/09/historia-del-movimiento-socialista-20.html

El índice de esta serie de notas se encuentra disponible en:http://miseriadelasociologia.blogspot.com/2011/06/historia-del-movimiento-socialista.html

Aclaración previa. Todas las citas provienen, salvo indicación en contrario, de: Cole, G. H. D. (1980). Historia del pensamiento socialista. I: Los precursores, 1789-1850. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. La traducción es de Rubén Landa. En números romanos indico el número de volumen, y en arábigos la página.

34. Louis Blanc (1811-1882)

Ocupó el centro de la escena en el socialismo francés luego de la derrota del levantamiento parisino de 1839. Su libro Organisation du travail (1839), fue una de las obras más leídas en la década de 1840 entre los militantes e intelectuales socialistas. El influjo de Blanc se extendió hasta la derrota de la Revolución de 1848.

Algunos datos biográficos: Blanc nació en España, hijo de un emigrado francés y de madre española. Fue a Francia durante la Restauración. Se hizo abogado y periodista. Fue director de LE BONS SENS, luego de LA REVUE DU PROGRÈS. Exiliado en Gran Bretaña luego de la Revolución de 1848. En 1870 regresó a Francia. Se opuso a la Comuna de París. Según Cole, "terminó como representante de una reforma social moderada, actuando generalmente en los radicales-socialistas. Desde el principio hasta el fin fue, en realidad, esencialmente un moderado que no creía en las virtudes de una revolución violenta." (I: 171). "Puede ser considerado como un precursor del socialismo democrático moderno. Influido por los sansimonianos, atribuía al Estado la posición principal en la planificación económica y en el desarrollo de los servicios sociales." (I: 171). (2).

Apoyaba la democracia representativa basada en el sufragio universal. (3) Creía que su intermedio se lograría la transformación del Estado en instrumento de progreso y bienestar. Rechazaba la lucha de clases; proponía la tesis de la verdadera "solidaridad" entre todos los miembros de la comunidad. Quería que el reemplazo del capitalismo se produjera sin violencia, mediante la apelación a la razón. Creía, como Condorcet (1743-1794), que son las ideas las que hacen la historia y que el desarrollo de la inteligencia humana llevaría adelante todos los cambios sociales. La República Social representaba la concreción de una sociedad sin lucha de clases, en la que imperara la solidaridad. (I: 172).

Rechazaba el Socialismo de Estado (y en lo que sigue Cole ve la influencia de los furieristas): "No quería que el Estado dirigiese la industria, pero sí que ayudase a establecer organismos autónomos mediante los cuales los obreros la dirigieran por sí mismos, eligiendo sus propios jefes y repartiéndose la retribución en forma que se ajustase a una serie general de reglas destinadas a asegurar la distribución justa y la provisión adecuada para mantener el capital disponible y para hacer nuevas inversiones. Quería que de los servicios sociales (...) no estuviese encargado el Estado, sino estas asociaciones obreras, que se reservarían parte de sus ingresos para sostenerlos. El Estado, después de haber establecido las leyes necesarias para poner en marcha el nuevo sistema, en general debía mantenerse al margen, dejando que los nuevos organismos económicos dirigiesen los asuntos por sí mismos." (I: 172). Proponía (seguía en esto a los sansimonianos) la creación de un banco de propiedad pública, que concedería la mayor parte de los créditos. También era partidario de la planificación nacional de la producción. Sin embargo, deberían ser los organismos obreros y no el Estado quienes llevaran adelante la producción. (I: 173) (4)

Ahora bien, dejando de lado la cuestión de la vía para llegar al socialismo (la defensa de la democracia representativa no es el camino - por lo menos eso es lo que indica la experiencia histórica -, independientemente de que el movimiento obrero necesite como el aire que respira de las libertades democráticas), corresponde resaltar el papel otorgado a las organizaciones de trabajadores en la producción. Reemplazar la autoorganización de los trabajadores - verdadera escuela de autogobierno - por la dirección estatal, implica limitar severamente la posibilidad de construir una sociedad socialista. En este sentido, el planteo de Blanc es importante, pues rescata la defensa de la organización de la producción por los trabajadores. Y reconoce, implícitamente, el carácter político del proceso productivo, es decir, niega que se trate de un ámbito técnico, aislado de la política.

¿Cómo poner en práctica el derecho al trabajo?

La respuesta se encuentra en Organisation du travail.

El Estado debe asegurar empleo razonablemente bien remunerado a todos los ciudadanos. Pero esto tenía que aportar capital para poner en marcha los Ateliers Nationaux (Talleres Nacionales), cuyos primeros directores serían nombrados por el Estado por el término de un año. Después de esto los obreros elegirían sus propios directores. "El Estado daría estatutos a los talleres, los cuales se agruparían en corporaciones industriales; pero cada taller se gobernaría a sí mismo dentro de una estructura general coordinadora. El capital que fuese suscrito para el desarrollo de los talleres produciría un rédito de interés fijo. No habría ganancia; el salario al principio sería desigual, pero Blanc pensaba que esta desigualdad desaparecería gradualmente a medida que mejorase la moral de los hombres. Su objetivo final era una sociedad en la cual prevaleciese una igualdad completa tanto económica como social. Bajo el nuevo sistema la herencia desaparecería también poco a poco." (I: 173). "Blanc pensaba que el derecho al trabajo con un salario mínimo garantizado, buenas condiciones de empleo y un régimen industrial autónomo haría que todos los obreros mejores acudiesen a los talleres nacionales, de tal manera que los capitalistas , viendo que se les marchaban sus mejores obreros, se verían obligados a transferir sus negocios al nuevo sistema. Creía que la agricultura podría reorganizarse poco a poco siguiendo líneas análogas. Para el campo aconsejaba un sistema de talleres rurales, empezando con uno por cada departamento del país. Éstos serían a la vez granjas colectivas, explotadas con arreglo a las últimas técnicas científicas, y centros de la industria rural. A través de ellos el conocimiento de las mejoras agrícolas se difundiría entre los aldeanos, hasta que el nuevo sistema desterrase al antiguo." (I: 174).

Blanc rechazaba la lucha de clases. "No se proponía (...) acabar con el Estado, que consideraba órgano indispensable del poder, sino transformarlo en el agente de la clase trabajadora, y deseaba realizar estas transformación mediante el consentimiento y la razón y no por la fuerza de una clase social. Su llamamiento era esencialmente ético." (I: 175).

Blanc creía que la caída del capitalismo estaba próxima, como resultado de las crisis y del desempleo. El socialismo era la "consecuencia natural de las revoluciones de 1789 y de 1830; era la forma de armonizar el sistema económico con las ideas de democracia que la Revolución Francesa había puesto en marcha." (I: 175).

En 1848, luego de la Revolución de Febrero, pasó a formar parte del Gobierno Provisional como representante del ala socialista de los republicanos, junto con el dirigente obrero Albert (1815-1895). El resto del Gobierno Provisional era partidario del laissez faire, pero toleró la presencia de Blanc y de Albert con el propósito de calmar a los obreros. Se constituyó la Comisión de Luxemburgo, con Blanc de presidente y Albert como vicepresidente. Integrada por representantes de los patrones y de los obreros, así como también por economistas y personas dedicadas a estudiar la cuestión social. Formada por diversos comités, tenía que analizar los distintos proyectos de reforma social. Carecía de poder para actuar y de dinero. Desde el punto de vista del Gobierno Provisional cumplió dos funciones básicas: a) apartar a los dirigentes obreros de la participación activa en el Gobierno Provisional; b) contentar a los sectores moderados del movimiento obrero, que reclamaban cambios sociales. En los hechos, Blanc actuó como mediador entre obreros y patronos, contribuyendo a evitar numerosas huelgas. (I: 175-176).

Además, el Gobierno Provisional creó los Atelier Nationaux para auxiliar a los desocupados. Esto no tenía nada que ver con el proyecto de Blanc (sólo se parecían en el nombre). Fueron dirigidos por Marie y Emile Thomas. No cumplían ninguna función de organización del trabajo. Inclusive llegaron a reclutar obreros para el mantenimiento del "orden". Luego de que el general Cavaignac (1802-1857) masacrara a los obreros en las Jornadas de Junio, los Talleres fueron cerrados. (I: 176-177).

Blanc, convencido de la falta de interés del gobierno en la instalación de los verdaderos talleres nacionales, pasó a propugnar que fueran los propios obreros los que los instalasen. Propuso el establecimiento de asociaciones voluntarias de productores (sociedades cooperativas de productores). Entabló contacto con Philippe Buchez (1792-1865). Aunque el gobierno otorgó algún apoyo económico a estas asociaciones, Blanc fue acusado de complicidad en los sucesos de mayo de 1848. Acto seguido, se exilió en Gran Bretaña. (I: 177).

Fue el inventor o el divulgador, de la divisa: "De cada uno con arreglo a su capacidad; a cada uno con arreglo a sus necesidades." (I: 178-179).

Es conveniente destacar la ingenuidad del planteo en lo que hace al comportamiento de los capitalistas (y, subyacente a éste, la concepción puramente instrumental del Estado). ¿Por qué habrían de aceptar sin resistencia la instalación de empresas controladas por los obreros? Hay que tener presente que el ámbito de la producción es un ámbito esencialmente político, esto es, es el lugar donde se asientan las bases de la dominación de la burguesía sobre la sociedad. Este ámbito sólo puede ser ocupado por la clase trabajadora luego de quebrar la resistencia de los capitalistas. Y esta resistencia va a estar encabezada por el Estado, en tanto órgano de dominación de clase. La burguesía puede hacer muchas cosas, posee una enorme cintura política, pero no puede ceder un ápice las bases de su poder. Y éstas siguen residiendo en el proceso de producción. En segundo lugar, hay que remarcar una cuestión más "económica". Según Blanc, los Talleres Nacionales competirían con las empresas capitalistas, obteniendo ventaja gracias a su mayor eficiencia (los obreros serían más productivos trabajando para sí mismos). Ahora bien, esto implica aceptar las condiciones, las reglas de juego del capitalismo. Los Talleres Nacionales producirían mercancías, lo cual implicaría el pasaje de las leyes de la producción mercantil a las leyes de la producción capitalista. En otros términos, el desarrollo de las relaciones de producción socialistas requiere que éstas pasen a ser hegemónicas desde el primer momento. No sirven las cooperativas, las fábricas recuperadas, etc. No se trata de un problema económico, consistente en mostrar mayor "eficiencia", sino de una cuestión política, de poder político. Hay que romper el espinazo del poder capitalista mediante la revolución.



Mataderos, sábado 17 de septiembre de 2011

NOTAS:

(1) Cole dedica el capítulo 15 del volumen 1 de su libro al examen de la vida y obra de Blanc. (I: 171-179).

Su obras principales son: Organisation du travail (1839). La 5º edición (1848) se encuentra disponible en: http://www.archive.org/stream/organisationdut00blangoog#page/n8/mode/2up

Le Socialisme: Droit au travail (1849).

Catéchisme des socialistes (1849).

Plus de Girondins (1851)

En la lista precedente se encuentran exclusivamente las obras referidas al socialismo. También es autor de libros sobre la historia de Francia y sobre asuntos ingleses contemporáneos. (I: 171).

(2) En sus primeros escritos proponía la nacionalización de los ferrocarriles como punto de partida del desarrollo de la economía pública. (I: 172).

(3) Propugnaba la existencia de una cámara legislativa basada en el voto de todos los varones y una autoridad ejecutiva responsable ante ella. Estos organismos debían mantener la estructura de la república social. (I: 204).

(4) Se opuso a los sansimonianos, "acusándolos de querer que el Estado se adueñe de la industria y, bajo el nombre del socialismo, dirija todo por medio de una jerarquía de administradores industriales seleccionados desde arriba." (I: 173).


1 comentario:

Luis Manteiga Pousa dijo...

El socialismo total es perverso. La naturaleza humana no es así.El capitalismo total también es perverso, alienante. Lo menos malo es una mezcla de ambos sistemas. Y fomentar el cooperativismo.