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jueves, 10 de agosto de 2017

GIDDENS: TEORÍA DE LA ESTRUCTURACIÓN


Nota bibliográfica:
Redacté esta ficha en base a: Ritzer, George. (1997). Teoría sociológica contemporánea. México D. F.: McGraw-Hill.

El objetivo de este trabajo es presentar de manera sintética la teoría de la estructuración (TE a partir de aquí), desarrollada por Anthony Giddens (n. 1938) en su obra The Constitution of Society: Outline of Theory of Structuration (Berkeley: University of California Press, 1984). (CoS a partir de aquí). (1)

En la exposición no hago más que glosar el texto de Ritzer, quien dedica a Giddens unos pasajes al comienzo de su obra y un apartado del capítulo 11 (Integración acción - estructura) (pp. 422-497). En los casos en que formulo comentarios que exceden el marco del mero resumen del texto de Ritzer, los mismos se encuentran entre corchetes.

No es necesario fundamentar la importancia de Giddens en la teoría sociológica contemporánea. Su obra constituye uno de los intentos más elaborados por desarrollar una síntesis superadora del individualismo metodológico y el estructuralismo. En este blog ya tuve oportunidad de glosar otro texto de Giddens. Espero tener, alguna vez, la oportunidad de escribir algo más denso sobre la sociología contemporánea. Por el momento, vayan estas notas, que pueden resultar útiles para algún lector.



Ritzer ubica a Giddens en la teoría social europea contemporánea. Lo identifica como una de las cuatro líneas de trabajo agrupadas bajo el encabezado de la integración acción - estructura (ver el capítulo 11 mencionado arriba).

Giddens concibe a la acción y a la estructura como una dualidad. Ambas no pueden ser separadas: la acción está involucrada en la estructura y viceversa. Rechaza que la estructura sea simple coerción; es, a la vez, coercitiva y permisiva (p. 94).

En la obra de Giddens se aprecia una fuerte influencia marxista, aunque Giddens no sea partidario del materialismo histórico. Está de acuerdo con la frase de Marx, “los hombres hacen su propia historia,pero no lo hacen como ellos quieren, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo circunstancias directamente dadas y heredadas del pasado.” (Marx citado por Ritzer, p. 492).

A pesar de lo anterior, puede decirse que el enfoque de Giddens es ecléctico. En CoS comienza examinando diversas teorías sociológicas, que parten del actor/individuo (por ejemplo, el interaccionismo simbólico) o de la sociedad (como es el caso del funcionalismo estructural). Giddens rechaza que alguna de ellas pueda explicar la temática de la estructuración,y adopta como punto de partida las “prácticas sociales recurrentes” (CoS, p. 2).


Los principios fundamentales de su sociología están expuestos en la obra La constitución de la sociedad: Esbozo de una teoría de la estructuración (1984). Su teoría de la estructuración gira en torno a la elaboración de la relación entre acción social y estructura social.

El punto de partida de Giddens se encuentra en “las prácticas sociales recurrentes” (2):

“De acuerdo con la teoría de la estructuración, el dominio básico del estudio de las ciencias sociales no es ni la experiencia del actor individual, ni la existencia de cualquier forma de totalidad social, sino las prácticas sociales ordenadas a través del tiempo y el espacio.” (CoS, p. 2; citado en Ritzer, p. 493).

Para analizar las prácticas sociales hay que tener en cuenta que acción y estructura forman una dualidad: toda acción de un individuo implica estructura, y toda estructura existe porque hay acciones. A partir de este supuesto, Giddens aborda la cuestión de cómo se producen la práctica, la estructura y la conciencia.

En su análisis hay que tener en cuenta los siguientes conceptos:

Doble hermenéutica: los actores están obligados a interpretar las acciones de los demás; a esta primera interpretación le sigue una segunda, formulada por los sociólogos. La hermenéutica es doble porque hay dos interpretaciones. [La exposición de Ritzer es aquí rápida e imprecisa. La doble hermenéutica abreva en la idea del carácter simbólico del mundo social, que afirma que éste se encuentra constituido por símbolos que tienen que ser interpretados. La primera interpretación es realizada por los “legos”; la segunda, por los científicos sociales.] Los actores sociales y los sociólogos emplean el lenguaje: los primeros para explicar lo que hacen; los segundos para dar cuenta de las acciones de los actores sociales. [Ritzer concluye que la comprensión por los sociólogos puede ser “errónea” - Muy pobre para una noción tan importante.]

Ritzer presenta a continuación los distintos elementos que componen la TE:

Los actores tienen capacidad de racionalización (reflexividad), es decir, pueden desarrollar rutinas que los capacitan para desenvolverse con eficacia en la vida social. También poseen motivaciones para actuar, es decir, deseos que impulsan la acción. Sin embargo, las motivaciones suelen ser inconscientes, de modo que podemos afirmar que nuestras acciones no están motivadas directamente.

En la conciencia del actor existe una conciencia discursiva (capacidad de expresar con palabras las cosas) y una conciencia práctica (lo que hacen los actores). Para Giddens es más importante la segunda. Las acciones sociales suelen producir consecuencias inesperadas, que no están contenidas en las intenciones de la acción inicial.

El agente es el actor social que posee capacidad de introducir cambios en las prácticas sociales. Si un agente pierde esa capacidad, deja de ser agente. En palabras de Ritzer, “la acción implica poder o la capacidad para transformar la situación.” (p. 495).

A partir de lo anterior, Giddens elabora sus conceptos principales.

Estructura: consiste en propiedades estructuradoras (normas y recursos) que hacen posibles las prácticas sociales. (3) La estructura no sólo es coercitiva (ejerce presión sobre el actor), sino también capacitadora (permite que los actores hagan cosas que no podrían hacer estando solos). (4)

Sistema social: conjunto de prácticas sociales reproducidas entre actores y colectividades organizadas como prácticas sociales regulares. Los sistemas sociales no tienen estructuras, sino propiedades estructurales. La estructura no existe per se en el tiempo y el espacio; se manifiesta dentro de los sistemas sociales como dichas propiedades estructurales. (5) Giddens considera que los sistemas sociales son consecuencias inesperadas de la acción humana.

Estructuración: es el proceso por el que se constituyen simultáneamente los agentes y las estructuras. Las acciones de los agentes y las estructuras constituyen una dualidad, no pueden existir las unas sin las otras.

Giddens describe así a la estructuración: “la constitución de los agentes y la de las estructuras no son dos conjuntos independientes dados de fenómenos, un dualismo, sino que representan una dualidad (...) las propiedades estructurales de los sistemas sociales son tanto un medio como un producto de las prácticas que organizan recurrentemente” o “el momento de la producción de la acción es también el de la reproducción en los contextos de la realización cotidiana de la vida social” (CoS, p. 25-26).

En definitiva, plantea la existencia de una relación dialéctica entre estructura y acción. Giddens describe dicha relación como dualidad, estructura y acción no pueden existir la una sin la otra. (p. 496).

En su análisis, Giddens dedica especial atención a la cuestión del espacio y del tiempo y a su relación con lo social. (p. 496).

Giddens define así a las instituciones: “conjuntos de prácticas e identifica cuatro de éstos: órdenes simbólicos, instituciones políticas, instituciones económicas y derecho.” (p. 496).

Ritzer concluye así el espacio que dedica a Giddens en su obra: “Lo que más nos satisface del enfoque de Giddens es que su preocupación central, la estructuración, se define en términos intrínsecamente integradores. La constitución de los agentes y las estructuras no son independientes una de otra; las propiedades de los sistemas sociales son considerados como medios y productos de las prácticas de los actores, y esas propiedades de los sistemas organizan recurrentemente las prácticas de los actores.” (p. 497).


Villa del Parque, jueves 10 de agosto de 2017




NOTAS:
(1) La primera formulación de la TE aparece en la obra de Giddens, New Rules of Sociological Method: A Positive Critique of Interpretatives Sociologies. (New York: Basic Books), publicada en 1976.
(2) Las actividades no son “creadas por los actores sociales, sino continuamente recreadas por ellos a través de los diversos medios por los que se expresan a sí mismos como actores. Por medio de sus actividades los agentes producen las condiciones que hacen posible esas actividades.” (CoS, p. 2). Los actores se implican en las prácticas, y mediante esas prácticas producen la conciencia y la estructura. (Ritzer, p. 493).
(3) “Las propiedades estructuradoras [normas y recursos] (...) las propiedades que hacen posible la existencia de prácticas sociales discerniblemente similares a través de
(4) “Las estructuras sociales suelen permitir a los agentes hacer cosas que no podrían hacer sin ellas.” (p. 495).

(5) Las estructuras se concretan en sistemas sociales y se expresan, a nivel micro [conciencia humana], “como recuerdos que orientan la conducta de los agentes humanos cognoscibles.” (p. 496).

martes, 12 de julio de 2011

FICHA DE LECTURA. GIDDENS, ANTHONY: PROFILES AND CRITICS IN SOCIAL THEORY (1982) (I)


Anthony Giddens




Nota: Para la redacción de esta ficha se ha utilizado la traducción realizada por la cátedra de Filosofía y Métodos de la Carrera de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, UBA.

Capítulo 3: Acción, estructura y poder

Anthony Giddens (1938-) se propone dar una respuesta coherente al problema del dualismo existente en la teoría de la acción. Su planteo epistemológico gira en torno a la respuesta a esa cuestión. Es por eso que, antes de pasar a presentar su respuesta, es preciso comenzar por explicar brevemente en qué consiste la teoría de la acción y cuál es el dualismo al que alude Giddens.

La teoría de la acción está dirigida a explicar el comportamiento social de los seres humanos desde una perspectiva individualista metodológica. Como es sabido, el individualismo metodológico es una corriente epistemológica que postula que todo el análisis social debe comenzar por el individuo y no por la totalidad (ya se trate de la sociedad en su conjunto o de un grupo social más reducido). La teoría de la acción, desarrollada inicialmente en sociología por Max Weber (1864-1920) sostiene que la teoría social tiene que concentrarse en la comprensión de los motivos de las acciones sociales realizadas por los individuos. No se trata, pues, de un motivo social, sino de un motivo individual, que puede ser explicitado por los actores sociales.

Giddens sostiene que la teoría de la acción, que luego de Weber fue ampliada en varias direcciones, presenta un dualismo, al que describe del siguiente modo: 

a) Por un lado, los filósofos de la acción se concentraron en el concepto de acción en sí, y en las intenciones, razones y motivos de la acción. Es, por tanto, una posición subjetivista. Estos autores, cuya expresión en las ciencias sociales es el interaccionismo simbólico de Erving Goffman (1922-1982), tienden a estudiar con atención la acción, pero descuidan las instituciones; 

b) Por otro lado, otra corriente tendió a acentuar el papel de las instituciones y descuidó la acción, concentrándose en los problemas de la organización y del cambio institucional, sin poder formular explicaciones adecuadas de las acciones. Es una concepción objetivista. En este lado del dualismo se ubican el estructuralismo y las distintas formas de funcionalismo

Ahora bien, Giddens sostiene que este dualismo es una base inadecuada para construir una teoría social productiva. Así, plantea que los filósofos de la acción no prestan atención a las consecuencias no intencionadas de la acción, esto es, aquellas que no son previstas ni calculadas por los actores, pero que se dan efectivamente como resultado de la acción emprendida por estos. En cambio, los estructuralistas caen en el error de descuidar al sujeto en detrimento del objeto (de la estructura social); de este modo, se ven impedidos para explicar las acciones desde los individuos y, además, para dar cuenta de las razones de los procesos de cambio social (al concentrarse en las estructuras, no pueden percibir los procesos por los cuáles las mismas se transforman). 

Para Giddens, una teoría de la acción social tiene que poner en el centro de su atención la cuestión de que los actores sociales son conocedores de las condiciones de la reproducción social en la que se encuentran inmersos; no son meros robots que actúan en función de lo que exigen las estructuras. De modo que la solución al dualismo imperante en la teoría de la acción requiere incorporar en una teoría coherente a: 1) las consecuencias no intencionadas de la acción (dejadas afuera por los filósofos de la acción); 2) las condiciones no reconocidas de la acción (el conocimiento que tienen los actores y que es ignorado por los estructuralistas). 

Giddens pone manos a la obra por medio de varias operaciones. En un primer momento, se preocupa por remarcar el carácter intencional del comportamiento cotidiano de los seres humanos. De esta manera, recorta el espacio para las concepciones estructuralista, que subordinan al individuo a las estructuras. Ahora bien, decir esto no significa que los individuos sean perfectamente conscientes de los motivos de sus acciones; por el contrario, Giddens incorpora también los impulsos inconscientes, rompiendo así con una tradición arraigada en el pensamiento individualista, que define a los seres humanos como seres que son perfectamente conscientes de las razones de sus actos. Por medio de la incorporación de lo inconsciente, Giddens procura superar el problema de las consecuencias no intencionadas de la acción. 

Giddens traza una distinción entre la conciencia discursiva, esto es, la “capacidad de dar cuenta” de sus acciones (que supone tener consciencia de los motivos de la mismas) y la conciencia práctica, a la que define como el conocimiento tácito que poseen las personas y que es utilizado en la realización de acciones sociales. La conciencia práctica va mucho más allá de la posibilidad de “dar cuenta” y es un puente hacia las consecuencias no intencionadas de la acción. 

A continuación, Giddens reconoce que los funcionalistas están en lo cierto al negar que la historia sea un proceso intencional, en el sentido de que está motorizada únicamente por las intenciones de los individuos. Así, las consecuencias no intencionadas de la acción son fundamentales para la teoría social, pues forman parte de los procesos de reproducción de las instituciones. La acción no se reduce, por tanto, a las intenciones de los actores que la realizan; las consecuencias no intencionadas son, también, condiciones para la acción al estar arraigadas en las instituciones (las instituciones son estables y los actores deben contar con ellas al momento de realizar sus acciones). En este punto, Giddens sostiene que su concepción está alejada tanto de la explicación de los procesos sociales por la intención de los actores, como de las teleologías funcionalistas, que postulan que la historia se rige por los “motivos” de las instituciones. Para Giddens, no existen ni “razones” ni “necesidades” de las instituciones; las razones o necesidades son siempre de los individuos, con la salvedad de que hay que tener presentes en todo momento las consecuencias no intencionadas de las acciones de esos individuos. 

Toda la discusión planteada hasta este momento va a conducir a Giddens a replantear la noción de estructura, que pasa a ser concebida de un modo diferente a como lo hace el estructuralismo. En este punto desarrolla de un modo positivo su intento de superar el dualismo mencionado anteriormente. Lo hace a través de la formulación de tres conceptos, cuyo objetivo es demarcarse de las posiciones estructuralistas y funcionalistas: 

a) Estructura: Está constituida por un conjunto de reglas y recursos que existen sólo como “propiedades estructurales”. A diferencia de los estructuralistas, la estructura no es concebida como una cosa. 
b) Sistema: Son las relaciones entre los actores sociales, que se organizan como prácticas sociales regulares. En otras palabras, se trata de relaciones que se repiten regularmente, y que requieren de la estructura, pues ésta proporciona las reglas y recursos que rigen las relaciones entre los actores. De ahí que para Giddens la estructura es una propiedad del sistema. Las prácticas más profundamente enraizadas reciben la denominación de instituciones. 
c) Estructuración: Es el conjunto de condiciones que gobiernan tanto la continuidad como la transformación de los sistemas. En este punto es fundamental la acción de los actores. La estructuración incluye tanto las intenciones de los actores como las consecuencias no intencionadas de sus acciones. En otras palabras, engloba a la conciencia discursiva (la posibilidad de “dar cuenta” de los motivos de las acciones) como la conciencia práctica (el conocimiento tácito que poseen los actores). Además, y a diferencia de los enfoques estructuralistas, permite entender el cambio social. 

Todo lo expuesto hasta aquí sirve de base para pasar del dualismo de sujeto y objeto, mencionado anteriormente, a la dualidad de la estructura. Este dualismo se encuentra implicado en toda reproducción social y consiste en que la vida social (el conjunto de las acciones sociales) se caracteriza porque las propiedades estructurales de los sistemas sociales son tanto medio como resultado de las prácticas que constituyen esos sistemas. Esto remite directamente al problema analizado al principio, referido a la necesidad de integrar en la teoría social las consecuencias no deseadas de la acción como las condiciones no reconocidas de la misma. En otras palabras, un sistema social está conformado tanto por estructuras (reglas y recursos que rigen los comportamientos) como por prácticas. Estructuras y prácticas no pueden ser separadas, so pena de caer otra vez en el dualismo que separa objeto y sujeto. 

Por último, Giddens utiliza el concepto de recurso para poner en relación la acción social con el poder. ¿Qué significa esto? Los recursos son los medios por los cuales el poder es empleado en lo cotidiano, pero también son elementos estructurales de los sistemas sociales, que se reconstituyen en la interacción social. De este modo, el poder no es solamente algo dado, derivado de la estructura en el sentido estructuralista (es decir, algo que no puede ser modificado y que domina a las personas), sino que es producido en las relaciones sociales. Así, puede hablarse de una dialéctica del control en los sistemas sociales. Las relaciones de poder, que no están dadas de una vez para siempre a partir de la estructura, se constituyen a partir de una interacción que supone autonomía y dependencia. De esta manera, los débiles pueden explotar su debilidad contra los poderosos, pues las relaciones de autonomía y dependencia son recíprocas. En síntesis, todo el planteo de Giddens va dirigido a superar las dificultades que surgen tanto de una concepción estructuralista de la sociedad (anclada en el objeto), como de las distintas teorías de la acción (centradas en el sujeto).

Buenos Aires, martes 12 de julio de 2011