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sábado, 28 de abril de 2012

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO: DECÁLOGO LABORISTA (1946)


[Nota introductoria: El Partido Laborista (PL) surgió por iniciativa de numerosos dirigentes sindicales que habían participado de la movilización del 17 de octubre de 1945, y que estaban dispuestos a conformar un partido político para lograr que Juan Domingo Perón (1895-1974) ganara las elecciones de febrero de 1946, consolidando así las conquistas obtenidas por los trabajadores a través de la acción de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El Partido Laborista tuvo por presidente al dirigente de los telefónicos, Luis Gay (n. 1903), y por vicepresidente al dirigente del gremio de la Carne, Cipriano Reyes (1906-2001).
El Partido Laborista jugó un papel fundamental en el triunfo de la fórmula Perón-Quijano en las elecciones presidenciales de febrero de 1946. En esa oportunidad, el PL fue una de las tres fuerzas políticas que sostuvieron la candidatura presidencial de Perón, siendo las otras la UCR-JR (Unión Cívica Radical-Junta Renovadora) y el Partido Independiente.

Durante la misma campaña electoral, y luego del triunfo de Perón, el PL no aceptó ser un instrumento pasivo en manos de la conducción del general, negándose a aceptar todas las directivas que formulaba este. En mayo de 1946 Perón presionó al PL para que se fusionara con las otras dos fuerzas que habían apoyado su candidatura, conformando el Partido Único de la Revolución Peronista. La dirigencia del PL mostró resistencia, y Perón ordenó la disolución del partido el 23 de mayo de 1946. La inmensa mayoría de los dirigentes y de los militantes del PL acataron la orden, salvo el grupo de Cipriano Reyes, que mantuvo la sigla a pesar de las presiones cada vez más violentas ejercidas por Perón.]

 DECÁLOGO LABORISTA

1° Todo Centro Laborista, cualquiera sean las dificultades por que atraviese, debe permanecer en continua actividad. Por lo tanto deben hacerse todos los sacrificios que sean necesarios para mantener abierto el local, con el cartel del Partido a su frente porque él constituye una bandera de esperanza para los trabajadores, campesinos e intelectuales que han abrazado con cariño y fervor ciudadano nuestra causa. 

2° En las Capitales de Provincia, ciudades y localidades en que haya más de un Centro Laborista, es preciso que sus presidentes realicen reuniones, por lo menos semanalmente, e intercambien opiniones a los fines de mantener informados a los afiliados de todas las novedades de interés general y, sobre todo, a los efectos de alentar el entusiasmo laborista. Por supuesto, cada presidente se reunirá también semanalmente a los fines de conocer y hacer conocer a los integrantes de la respectiva comisión todo lo que sea de interés para nuestro partido.

3° Cuando en la Capital de Provincia, ciudad o localidad, se constituya la Junta Organizadora del Partido Único de la Revolución, de acuerdo a las instrucciones impartidas por nuestro líder y primer afiliado Coronel Perón, el Laborismo debe reclamar la participación correspondiente, la que en ningún caso debe ser inferior a la que designe la Junta Renovadora del Radicalismo. Debe entenderse, además, que los miembros Laboristas que han de integrar dicha Junta Organizadora del Partido Único, deben ser designados por los cuerpos representativos locales de nuestro partido.

4° Mientras sea posible deben conservarse los emblemas e insignias relativas al Laborismo. Cuando ello no sea posible, por razones superiores a nuestra voluntad o por dificultades realmente insalvables, debajo de cualquier leyenda que se adopte debe figurar siempre nuestro lema: UNA NUEVA CONCIENCIA EN MARCHA.

5° Cuando por circunstancias superiores a nuestra voluntad sea preciso retirar esos carteles y todo lo que tenga sentido Laborista, no olvide guardarlos bien, pues, si las elecciones internas no fueran ejemplares y por lo mismo una lógica garantía de que nuestros principios y propósitos han de ser mantenidos, entonces habrá llegado la hora de sacar de nuevo todo lo que ha sido bandera de lucha y de fe, en nuestra acción contra los enemigos del pueblo, para levantarlo de nuevo y reconstituir el Partido de los trabajadores, campesinos, hombres de bien, mujeres y niños que nos han acompañado con tanto entusiasmo en nuestra dura lucha contra un enemigo poderoso: el capitalismo nacional e internacional.

6° Las iniciales de nuestro Partido deben figurar siempre, permanentemente renovadas en los muros de todas las ciudades, en el maderamen de todos los trenes que recorren las grandes extensiones de nuestro país, en los puentes, en los esquineros de los campos y en todos los lugares donde nuestras iniciales recuerden al correligionario, al obrero, al campesino y al amigo o simpatizante que nuestro partido, justa esperanza de los trabajadores, sigue viviendo en el corazón de todos los que le dieron vida.

7° Cuando se constituya el Partido Único de la Revolución hay que reclamar con energia que las elecciones internas, por las cuales deben elegirse las autoridades, se realicen con corrección, de manera que los electos sean la verdadera expresión del sentir de la mayoría. De lo contrario habremos perdido el Partido, incluso el Partido Único de la Revolución, y todos los esfuerzos realizados resultarían inútiles. 

8° En todas partes, en el taller, en la oficina, en el café, en el Club y en todo otro lugar de reunión salude siempre a sus correligionarios con la afectuosa expresión empleada en el Centro: "amigo Laborista" o "compañero Laborista". Además, reproduzca cuantas veces pueda estas instrucciones y envíelas a sus amigos y a los centros cuya dirección conozca. De esta manera contribuirá a mantener encendido un entusiasmo y una fe que no deben perderse, porque el país y nuestro líder y primer afiliado, Coronel Perón, deberán contar, como siempre, con nuestro apoyo y nuestra adhesión decidida. 

9° Cuando se constituya el Partido Único de la Revolución, éste tendrá que darse su Carta Orgánica, su declaración de principios y su programa político. Procure, entonces, que triunfe en las elecciones o en los Congresos lo que ha pertenecido a nuestro Partido, porque todo ello sintetiza y condensa el pensar de nuestro pueblo, cansado de los viejos y malos políticos.

10° Cuando deban designarse Delegados para cumplir una misión, integrar una Comisión o participar en Congresos Provinciales o Nacionales, es indispensable que se designe a compañeros probados, firmes de carácter y de probada honestidad. De los representantes nuestros dependerán las buenas o malas resoluciones que se adopten. El momento es decisivo, debemos mantener los ideales que ha encarnado nuestro Partido: EL PARTIDO LABORISTA, QUE POR SER UNA NUEVA CONCIENCIA EN MARCHA, HA DE SEGUIR VIVIENDO EN EL CORAZÓN Y EN EL PENSAMIENTO DE ESE MILLÓN DOSCIENTOS MIL CIUDADANOS QUE EN LAS HISTÓRICAS ELECCIONES DEL 24 DE FEBRERO LO HAN CONSAGRADO PRESIDENTE AL PRIMER PRESIDENTE AFILIADO DEL LABORISMO.

(Documento posterior a la disolución del Partido Laborista, junio de 1946).

[Tomado de Font, Elena Susana. (1984). Partido Laborista: Estado y sindicatos. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. (pp. 142-143).] 

Transcripción realizada en Mataderos, sábado 28 de abril de 2012

sábado, 17 de marzo de 2012

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO: LA INDEPENDENCIA ORGÁNICA DEL PARTIDO LABORISTA (1946)

[Nota introductoria: El Partido Laborista (PL) surgió por iniciativa de numerosos dirigentes sindicales que habían participado de la movilización del 17 de octubre de 1945, y que estaban dispuestos a conformar un partido político para lograr que Juan Domingo Perón (1895-1974) ganara las elecciones de febrero de 1946, consolidando así las conquistas obtenidas por los trabajadores a través de la acción de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El Partido Laborista tuvo por presidente al dirigente de los telefónicos, Luis Gay (n. 1903), y por vicepresidente al dirigente del gremio de la Carne, Cipriano Reyes (1906-2001).
El Partido Laborista jugó un papel fundamental en el triunfo de la fórmula Perón-Quijano en las elecciones presidenciales de febrero de 1946. En esa oportunidad, el PL fue una de las tres fuerzas políticas que sostuvieron la candidatura presidencial de Perón, siendo las otras la UCR-JR (Unión Cívica Radical-Junta Renovadora) y el Partido Independiente.
Durante la misma campaña electoral, y luego del triunfo de Perón, el PL no aceptó ser un instrumento pasivo en manos de la conducción del general, negándose a aceptar todas las directivas que formulaba este. En mayo de 1946 Perón presionó al PL para que se fusionara con las otras dos fuerzas que habían apoyado su candidatura, conformando el Partido Único de la Revolución Peronista. La dirigencia del PL mostró resistencia, y Perón ordenó la disolución del partido el 23 de mayo de 1946. La inmensa mayoría de los dirigentes y de los militantes del PL acataron la orden, salvo el grupo de Cipriano Reyes, que mantuvo la sigla a pesar de las presiones cada vez más violentas ejercidas por Perón.] 

LA INDEPENDENCIA ORGÁNICA DEL PARTIDO LABORISTA

En los momentos inciertos y azarosos de Octubre, en que la siniestra conjuración de los traidores estuvo a punto de hacer malograr el esfuerzo heroico de las fuerzas armadas que salvaron a la República del caos a que la precipitaban la corrupción y el desenfreno imperantes en la caduca oligarquía, las bravas falanges de los descamisados - carne doliente de pueblo que sabe rendir tributo a la gratitud y a la lealtad - irrumpieron en las calles en reacción impetuosa y arrolladora, y decidieron por virtual imperio de su voluntad soberana, la salvación del ideario de la Revolución.

La bandera ya casi arriada volvió a ser izada al tope del mástil, el adalid restituido al cálido abrigo de su pueblo pudo estrechar contra su pecho el corazón de las multitudes que lo aclamaban delirantes como al supremo apóstol de sus más caras reivindicaciones. Disipado el eclipse pavoroso, volvía el sol a irradiar la ventura de su luz y su calor en la conciencia de la ciudadanía. ¡La Patria se había salvado!

Pronto la eclosión de aquella fuerza incontenible cristalizó en una promisoria realidad de profunda significación social y política, contribuyendo a la formación del conglomerado que, bajo el rótulo de Partido Laborista, en los comicios del 24 de febrero puso en evidencia su fuerte raigambre popular y acreditó con su clamorosa victoria una personería legítima e indiscutida.

Se pretende ahora negar a esa gran fuerza el derecho inalienable a mantener su fisonomía propia, obligándola a desintegrar sus cuadros para confundirse con núcleos de desteñida actuación en el escenario político del país.

El Partido Laborista no puede someters a tal decisión, que importaría un avasallamiento de sus fueros y una negación de los principios que fundamentan su constitución orgánica. La vulneración de estas normas es una violación de los atributos esenciales de su propia ideología demorática y republicana.

El mantenimiento de la independencia del criterio partidario es de incumbencia exclusiva de sus propios organismos directivos. Son éstos los que conforme a las prescripciones estatutarias, deben decidir sobre sus propios destinos.

PRENSA LABORISTA, órgano oficial del Partido Laborista,
Buenos Aires, año I, n° 3,  jueves 30 de mayo de 1946, p. 1

[Tomado de Font, Elena Susana. (1984). Partido Laborista: Estado y sindicatos. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. (pp. 142-143).] 

Mataderos, sábado 17 de marzo de 2012

domingo, 11 de marzo de 2012

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO: PROGRAMA POLÍTICO DEL PARTIDO LABORISTA (1946)

[Nota introductoria: El Partido Laborista (PL) surgió por iniciativa de numerosos dirigentes sindicales que habían participado de la movilización del 17 de octubre de 1945, y que estaban dispuestos a conformar un partido político para lograr que Juan Domingo Perón (1895-1974) ganara las elecciones de febrero de 1946, consolidando así las conquistas obtenidas por los trabajadores a través de la acción de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El Partido Laborista tuvo por presidente al dirigente de los telefónicos, Luis Gay (n. 1903), y por vicepresidente al dirigente del gremio de la Carne, Cipriano Reyes (1906-2001).

El Partido Laborista jugó un papel fundamental en el triunfo de la fórmula Perón-Quijano en las elecciones presidenciales de febrero de 1946. En esa oportunidad, el PL fue una de las tres fuerzas políticas que sostuvieron la candidatura presidencial de Perón, siendo las otras la UCR-JR (Unión Cívica Radical-Junta Renovadora) y el Partido Independiente.

Durante la misma campaña electoral, y luego del triunfo de Perón, el PL no aceptó ser un instrumento pasivo en manos de la conducción del general, negándose a aceptar todas las directivas que formulaba este. En mayo de 1946 Perón presionó al PL para que se fusionara con las otras dos fuerzas que habían apoyado su candidatura, conformando el Partido Único de la Revolución Peronista. La dirigencia del PL mostró resistencia, y Perón ordenó la disolución del partido el 23 de mayo de 1946. La inmensa mayoría de los dirigentes y de los militantes del PL acataron la orden, salvo el grupo de Cipriano Reyes, que mantuvo la sigla a pesar de las presiones cada vez más violentas ejercidas por Perón.] 



PROGRAMA POLÍTICO DEL PARTIDO LABORISTA, SOSTENIDO EN LAS ELECCIONES NACIONALES DEL 24 DE FEBRERO DE 1946

Política

1.- Realización integral de la democracia política, con el saneamiento de las prácticas institucionales y administrativas actuales que la entorpecen, así como la aspiración de realizar la democracia económica como mejor medio de hacer efectiva la primera.

2.- Mantenimiento de una política de colaboración mundial basada en el respeto de la soberanía de las naciones, pero también con amplia comprensión para superar los exclusivismos en beneficio de los intereses de la humanidad.

3.- Repudio de todas las doctrinas contrarias a nuestro espíritu Nacional, amante de la paz interior, del respeto a todas las creencias religiosas y enemigo de todos los sectarismos que predican odios políticos o raciales.

4.- Amplia colaboración americana, con el desarrollo de una verdadera conciencia de solidaridad entre naciones que tienen las mismas inquietudes y aspiraciones.

5. Extensión de los derechos políticos a la mujer. Representación parlamentaria para todo el país.

Economía

6.- Nacionalización de los servicios públicos y de las fuentes minerales esenciales para el desarrollo de nuestra industria, así como adopción de todas aquellas medidas que nos lleven a crear las bases de nuestra independencia económica.

7.- Estabilidad de la moneda, para normalizar el poder adquisitivo de la misma.

8.- En una Nación con destino marítimo por la enorme extensión de sus costas, es indispensable acelerar el desarrollo de nuestra flota mercante. Adopción de medidas que favorezcan la navegación en nuestros ríos, dando a nuestra navegación fluvial condiciones que no la pongan en inferioridad frente a otros medios de transporte. Fomento y desarrollo de nuestra actividad portuaria. Aprovechamiento de nuestros ríos para la industrialización del país.

9.- Desarrollo de todos los medios de transporte con una acertada política vial y de canalización, para la unificación de todo el país por sus medios de comunicación, creando así facilidades para la colocación en los núcleos más distantes de los productos de las distintas zonas. 

10.- Eliminación en la medida de lo posible del intermediario en todos aquellos artículos de necesidad esencial, hasta llegar a la comercialización por el Estado.

 11.- Creación de fuentes de trabajo en todo el país diversificando la producción; realización de obras públicas en aquellas zonas en que es grande el exceso de mano de obra, así como también creación de actividades industriales para evitar la concentración en los pocos centros densamente poblados del territorio nacional.

12.- Utilización de todas las fuentes de materias primas y desarrollo de la industrialización de las mismas dentro del país con la modernización y ampliación de las plantas industriales. Créditos del Estado y exenciones impositivas que favorezcan la industria nacional. Educación de las masas obreras para la capacitación técnica que requiera la industria, y fuente de este tipo de enseñanza como medio de acelerar la industrialización del país. 

13.- Planificación racional de nuestra economía agraria con la división de la tierra y la consiguiente eliminación del latifundio. Adopción de medidas que tiendan a favorecer a los pequeños agricultores como medio de crear una clase media rural. Apoyo del Estado para el favorecimiento de la agricultura en aquellas zonas en que es necesario el procedimiento técnico para hacerlas más aptas. Fomento de la inmigración adaptable y especializada para acelerar el desarrollo de ciertas regiones del interior del país. 

14.- Formación de Cooperativas de productores, especialmente en aquellas fuentes de producción en que resulte antieconómica la subsistencia individual, y ayuda del Estado como participante de las mismas.

15.- Eliminación de la especulación con el establecimiento de los costos de producción y la regulación de las ganancias. Control del Estado en todos aquellos artículos indispensables para la subsistencia. 

Legislación obrera

16.- Reconocimiento de las asociaciones profesionales como instituciones de bien público, cuya intervención en los problemas fundamentales del país es indispensable. Intervención de representantes de los obreros y empleados en todas aquellas instituciones creadas o a crearse en que estén representados otros sectores de la producción.

17.- Extensión del régimen jubilatorio de los trabajadores de la industria, del campo y del servicio doméstico, a las profesiones liberales y de todo otro sector de trabajadores actualmente desprotegido. Coordinación de las leyes del trabajo y de la previsión social y ampliación de las mismas, tendiente a organizar un sistema de previsión que cubra todos los riesgos de los habitantes del país, compatible con el de la jubilación ya arraigada en el mismo. Realizar todos los planes de reajuste de mano de obra a los efectos de solucionar la desocupación que pudiese producirse en el futuro. Sostener para tal fin como base de solución la reducción proporcional de la jornada de trabajo, sin rebajar los salarios.

18.- Reconocimiento del derecho de todos los trabajadores a tener participación en las ganancias. Sanción de las leyes que rijan la substanciación de los diferendos colectivos con intervención de las representaciones patronales y obreras. Establecimiento del salario mínimo obligatorio para todo el país, ya sea para los trabajadores del Estado o los particulares. 

19.- Reglamentación del trabajo agrícola y de aquellas actividades aún excluidas. Reglamentación higiénica del trabajo en las fábricas. Medidas de seguridad del mismo a los fines de evitar los riesgos profesionales. 

20.- Aprobación parlamentaria de todas aquellas medidas de carácter social dictadas por el gobierno de la revolución del 4 de Junio. Reconocimiento por la ley de la jurisdicción nacional de la legislación del trabajo. Elevación a la categoría de Ministerio del Trabajo de la actual Secretaría de Trabajo y Previsión.

21.- Fomento de la construcción de viviendas, en todo el territorio nacional, especialmente en aquellas zonas en que las condiciones actuales son sumamente deplorables. Estímulo en tal sentido de la industria privada. 

Finanzas

22.- Impuesto progresivo a la herencia a los efectos de que sea subordinada por el Estado cuando exceda determinada cantidad. Impuesto directo y progresivo sobre la tierra para aquellos propietarios que no la conviertan en un bien de producción.

23.- Rebajas hasta llegar a su eliminación de aquellos impuestos que graven los artículos de primera necesidad. Eliminación y rebaja de todas las patentes que graven las profesiones o las ramas útiles de la industria y el comercio.


Cultura y Asistencia Social


24.- Extensión de la enseñanza hasta los lugares más apartados del país, combatiendo el analfabetismo, ya sea con la intervención directa del gobierno central o con subsidios, a tal fin, a las provincias. Facilitación de acceso a la enseñanza media y superior. Creación del régimen económico que los haga factibles. 


25.- Intensificación de la enseñanza técnica con la creación de escuelas de aprendizaje y de formación industrial, y fomento de las ya existentes. Creación de escuelas regionales adaptadas a la naturaleza de la producción de las distintas zonas del país. Establecimiento de períodos escolares en las zonas que no coincidan con los de trabajo, para permitir la asistencia de los menores en forma regular.

26.- Establecimiento de la enseñanza superior de cursos de extensión de materias filosóficas y sociales con carácter obligatorio. Institución de becas a cargo del Estado para el perfeccionamiento científico, humanístico o técnico, dentro y fuera del país.



27.- Fomento de la producción intelectual en todas sus formas. Favorecimiento de la iniciativa individual en la creación de modificaciones favorables para la industria. Creación de institutos que sirvan a estos fines y aseguramiento al hombre de estudio de una situación económica que favorezca la creación intelectual.


28.- Ampliación del régimen de medicina preventiva y curativa, farmacéutica y hospitalaria a cargo del Estado, hasta llegar a la socialización de la misma. Instalación de colonias sanitarias de campaña. Reforma del régimen de asilo y humanización del carcelario de acuerdo con las nuevas orientaciones.

[Tomado de Font, Elena Susana. (1984). Partido Laborista: Estado y sindicatos. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. (pp. 134-138).]

Mataderos, domingo 11 de marzo de 2012



NOTA:


Para otros documentos del Partido Laborista, consultar: http://miseriadelasociologia.blogspot.com/search/label/DOCUMENTOS


domingo, 7 de agosto de 2011

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO: DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DEL PARTIDO LABORISTA (1945)

[Nota introductoria: El Partido Laborista (PL) surgió por iniciativa de muchos dirigentes sindicales que habían participado de la movilización del 17 de octubre, y que estaban dispuestos a conformar un partido político para lograr que Juan Domingo Perón (1895-1974) ganara las elecciones de febrero de 1946, consolidando así las conquistas obtenidas por los trabajadores a través de la acción de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El Partido Laborista tuvo por presidente al dirigente de los telefónicos, Luis Gay (n. 1903), y por vicepresidente al dirigente del gremio de la Carne, Cipriano Reyes (1906-2001).

El Partido Laborista jugó un papel fundamental en el triunfo de la fórmula Perón-Quijano en las elecciones presidenciales de febrero de 1946. En esa oportunidad, el PL fue una de las tres fuerzas políticas que sostuvieron la candidatura presidencial de Perón, siendo las otras la UCR-JR (Unión Cívica Radical-Junta Renovadora) y el Partido Independiente.

Durante la misma campaña electoral, y luego del triunfo de Perón, el PL no aceptó ser un instrumento pasivo en manos de la conducción del general, negándose a aceptar todas las directivas que formulaba este. En mayo de 1946 Perón presionó al PL para que se fusionara con las otras dos fuerzas que habían apoyado su candidatura, conformando el Partido Único de la Revolución Peronista. La dirigencia del PL mostró resistencia, y Perón ordenó la disolución del partido el 23 de mayo de 1946. La inmensa mayoría de los dirigentes y de los militantes del PL acataron la orden, salvo el grupo de Cipriano Reyes, que mantuvo la sigla a pesar de las presiones cada vez más violentas ejercidas por Perón.]

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DEL PARTIDO LABORISTA

(Aprobada por aclamación en la Asamblea Plenaria del 28/10/1945) 



QUE la organización económico-social actual acentúa las diferencias, desigualdad e injusticia que soporta la mayoría del pueblo sometida al predominio de una minoría poderosa y egoista. 

QUE la mayoría del pueblo constituida por obreros, empleados y campesinos, conjuntamente con profesionales, artistas e intelectuales asalariados, así como por pequeños comerciantes, industriales y agricultores, forman la clase laborista que necesita unirse en su propia defensa y en bien del progreso del país. 

QUE la minoría constituida por latifundistas, hacendados, industriales, comerciantes, banqueros, rentistas y todas las variedades del gran capitalismo nacional o extranjero, tiene profundas raíces imperialistas y no se concreta al cumplimiento de su función técnico-económica, sino que excede estos límites para imponer soluciones políticas, jurídicas y sociales que les aseguren sus privilegios y aún que se los acrecienten.

QUE la Nación Argentina, dentro del régimen representativo republicano de gobierno, debe asegurar a todos sus habitantes el mayor bienestar compatible con los tiempos y con las inmensas riquezas de su pródiga tierra y el ejemplar espíritu de trabajo, y aún de sacrificio de su población laboriosa. 

QUE para ello es indispensable que una fuerza política nueva, con empuje revolucionario aunque con serenidad y tolerancia, proceda a remover las causas de esas injusticias, estructurando un régimen jurídico con vistas al interés general, apoyado en conceptos económicos modernos y con base de sustentación en la mayoría de los integrantes de la nacionalidad. 

QUE los principales males que transitoria o permanentemente ha soportado el país, tales como la desigualdad económica, el latifundismo, la ignorancia intencional en que se ha tenido a grandes masas de trabajadores, la especulación capitalista, el fraude electoral, la represión del movimiento sindical y el falseamiento de la libertad y la democracia cuando éstas debían beneficiar a la masa trabajadora debe terminar mediante la acción que todo ciudadano está obligado a emprender con verdadero patriotismo y elevado espíritu de lucha y superación individual y colectiva.

QUE la democracia política debe completarse con la democracia económica así como la libertad económica es indispensable para que el pueblo pueda disfrutar de la libertad política.
QUE en materia religiosa debe respetarse la más amplia libertad de conciencia, así como el más absoluto repudio a todo racismo. 

QUE la clase trabajadora argentina agrupada en este movimiento siente como suyos los anhelos e ideales de los trabajadores del mundo, luchando al igual que ellos, por una mayor justicia social, y una mejor distribución de la riqueza, dentro de una auténtica democracia y en un clima de absoluta libertad. 

QUE para tal fin convocamos a todos los hombres conscientes a formar en las dilas del Partido Laborista cuyas columnas principales serán las grandes masas integrantes de los auténticos sindicatos de trabajadores, pero recibiendo con toda cordialidad y compañerismo a estudiantes, profesionales, artistas, intelectuales, pequeños comerciantes, industriales, agricultores y todos los que constituyen la clase media y acepten los postulados avanzados de la agrupación. No tendrán cabida en nuestras filas los reaccionarios, los totalitarios y ninguno de los núcleos de la oligarquía. 

QUE debe estimulares la más estrecha cordialidad con todos los pueblos del mundo y singularmente con los de nuestro continente. Que esa cordialidad debe ser efectiva hermandad con todos los países latinoamericanos, cuyo origen histórico y tradición democrática nos vinculan a un destino común. 

QUE el Partido Laborista inspirará su acción política en los anhelos, inquietudes y aspiraciones de la masa trabajadora, representada por los respectivos sindicatos, pero respetando en forma absoluta la autonomía e independencia del movimiento gremial. 

QUE el Partido Laborista inspirará su acción política en que los anhelos, inquietudes y aspiraciones de la masa trabajadora, representada por los respectivos sindicatos, pero respetando en forma absoluta la autonomía e independencia del movimiento gremial.

QUE el Partido Laborista surge en momentos históricos excepcionales y se propone canalizar las corrientes más modernas del progreso social y económico, propendiendo a la unidad de la clase trabajadora, al respeto y afianzamiento de las libertades, a la prosperidad de la Nación mediante la explotación adecuada de sus riquezas y a la elevación moral y cultural de la juventud para asegurar al país un porvenir en consonancia con los grandes destinos que la historia le señala dentro de la mayor justicia social.

[Tomado de Font, Elena Susana. (1984). Partido Laborista: Estado y sindicatos. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. (pp. 115-116).]


Buenos Aires, domingo 7 de agosto de 2011

NOTA:

martes, 1 de febrero de 2011

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO: CÓMO NACIÓ EL PARTIDO LABORISTA (1945)

En esta nota y en otras posteriores iré publicando documentos de la historia del movimiento obrero argentino, con el objetivo de rescatar "viejas" discusiones que siguen teniendo rigurosa actualidad. En la medida de lo posible acompañaré los textos con algunos pequeños comentarios, que sirvan para la mejor comprensión de los mismos.

A continuación transcribo el documento "Como nació el Partido Laborista", fechado en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1945. El Partido Laborista (PL) surgió por iniciativa de muchos dirigentes sindicales que habían participado de la movilización del 17 de octubre, y que estaban dispuestos a conformar un partido político para lograr que Juan Domingo Perón (1895-1974) ganara las elecciones de febrero de 1946, consolidando así las conquistas obtenidas por los trabajadores a través de la acción de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El Partido Laborista tuvo por presidente al dirigente de los telefónicos, Luis Gay (n. 1903), y por vicepresidente al dirigente del gremio de la Carne, Cipriano Reyes (1906-2001).

El Partido Laborista jugó un papel fundamental en el triunfo de la fórmula Perón-Quijano en las elecciones presidenciales de febrero de 1946. En esa oportunidad, el PL fue una de las tres fuerzas políticas que sostuvieron la candidatura presidencial de Perón, siendo las otras la UCR-JR (Unión Cívica Radical-Junta Renovadora) y el Partido Independiente.

Durante la misma campaña electoral, y luego del triunfo de Perón, el PL no aceptó ser un instrumento pasivo en manos de la conducción del general, negándose a aceptar todas las directivas que formulaba este. En mayo de 1946 Perón presionó al PL para que se fusionara con las otras dos fuerzas que habían apoyado su candidatura, conformando el Partido Único de la Revolución Peronista. La dirigencia del PC mostró resistencia, y Perón ordenó la disolución del partido el 23 de mayo de 1946. La inmensa mayoría de los dirigentes y de los militantes del PL acataron la orden, salvo el grupo de Cipriano Reyes, que mantuvo la sigla a pesar de las presiones cada vez más violentas ejercidas por Perón.



COMO NACIÓ EL PARTIDO LABORISTA

La acción preponderante que en los últimos tiempos dos años y medio han adquirido los sindicatos de trabajadores organizados, en sus relaciones con el Estado y la necesidad de mantener las conquistas sociales alcanzadas, dándoles permanencia futura con las sanciones legales correspondientes, motivaron un detenido y reiterado cambio de opiniones entre dirigentes gremiales de todo el país, con la colaboración de intelectuales, profesionales y artistas, tendiente a obtener la coincidencia unánime de los mismos en el sentido de crear una fuerza política nueva, con base esencial de trabajadores de todos los oficios y profesiones que encauzara a la clase laboriosa argentina, en un amplio movimiento político propio encaminado al logro inmediato de aquellas finalidades.

Obtenida tal coincidencia, se convocó a una Asamblea en la que participaron militantes gremiales de los más importantes sindicatos de la Capital y del Interior, y en la cual, luego de exponerse y discutirse con amplitud los propósitos perseguidos, se dejó fundado el Partido Laborista, para luchar en el terreno político por la emancipación de la clase laboriosa del país, procurando elevarla en su condición humana y convertirla en factor decisivo de un fecundo progreso social.

En esa misma Asamblea se designaron tres comisiones: una, para redactar la Declaración de Principios; otra, para confeccionar la Carta Orgánica y la tercera, para elaborar el Programa de Aspiraciones del Partido.

También se constituyó un plenario especial formado por integrantes de los diversos gremios, para que actuara en comunicación permanente con la Mesa Directiva provisoria designada, asimismo, en la primera Asamblea.

En una segunda Asamblea, efectuada el domingo 28 de octubre por la mañana, luego de leída antes los concurrentes, fue aprobada por aclamación, la Declaración de Principios del Partido.

En la misma oportunidad se aprobó también en general el proyecto de Carta Orgánica, cuya discusión y aprobación en particular, se efectuaron en posteriores asambleas realizadas el 1º y el 8 de noviembre de 1945.

El Programa de Aspiraciones del Partido, fue aprobado, asimismo, en la asamblea del 28 de octubre.

Finalmente, en la Asamblea del 8 de noviembre se eligió el Comité Directivo Central, cuya nómina damos en este folleto y que actuara con carácter provisional.

Todas estas reuniones se realizaron en el Estudio de Arte del profesor Julio Horacio Rabuffetti, calle Seaver 1634.

Así nació el Partido Laborista, exponente vigoroso de una nueva conciencia en marcha, que se dispone a luchar por el triunfo de las ideas y principios que inspiraron su creación.

Buenos Aires, 8 de noviembre de 1945

Tomado de Font, Elena Susana. (1984). Partido Laborista: Estado y sindicatos. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. (pp. 115-116).

Mataderos, 1º de febrero de 2011