En el día de ayer, el
gobierno de Cristina Fernández lanzó el
Plan de Vivienda Pro. Cre. Ar.
Es muy pronto para analizar
el Plan, debido a que se trata de un anuncio y para hacer un análisis preciso es
necesario contar con datos más concretos. Pero sí es posible hacerse algunas
preguntas, a pesar de que las mismas puedan resultar chocantes para algunos.
Ante todo, cabe decir que en
los discursos de ayer (hablaron Cristina, Kicillof y Bossio) resulta
sorprendente la ausencia de toda referencia a la magnitud del déficit de
vivienda en la Argentina. Hasta donde sabemos, dicho déficit es muy grande y
afecta sobre todo a los trabajadores y sectores populares que residen en las
grandes ciudades. Un par de años atrás, la toma del parque Indoamericano reveló
las dimensiones que había alcanzado el problema. Luego, todo volvió a la “normalidad”
expresada en la frase “de esto no se habla”. Si ahora se lanza un plan de
vivienda de alcance nacional, ¿no corresponde tener datos concretos y precisos
sobre la magnitud del déficit, para tener claro si la cantidad de viviendas que
se proyecta construir es suficiente para resolver el problema?
También brillaron por su
ausencia las indicaciones acerca de en qué zonas del país se concentra el
déficit de viviendas. Sin esta información, ¿cómo es posible establecer si los
inmuebles y terrenos fiscales incluidos en el Plan se encuentran ubicados en
las zonas en las que es más acuciante la falta de viviendas? Al no contar con
esta información, se corre el riesgo de que el Plan adquiera cada vez más el
carácter de medida tomada al voleo.
Dejando de lado la cuestión
anterior, ¿no sería conveniente planificar que en las zonas en las que se va a
construir – aquellas en las que hay terrenos fiscales disponibles, no me
refiero aquí a los individuos que ya poseen un terreno y que quieren usar los
créditos para edificar su vivienda allí – existan fuentes de trabajo? Porque,
de no hacerlo, ¿quién podría asentarse allí? Construir viviendas supone
construir la infraestructura social imprescindible para que los habitantes de
esas viviendas puedan ocuparlas.
Y mientras se construyen las
viviendas… ¿qué pasa con quienes esperan para habitarlas? Como a los seres
humanos les sienta mal la intemperie (al margen, ¿los lectores se han tomado el
trabajo de observar cuántas familias viven a cielo abierto en este bendito país?),
deben contar con algún lugar para refugiarse. En otras palabras, muchos
seguirán disfrutando de las bondades del alquiler de viviendas. ¿No sería un
buen momento como para que la “revolución cultural” del kirchnerismo se animara
a tocar el régimen de alquileres, mejorando la situación de los inquilinos?
Cristina,
Kicillof y Bossio puntualizaron en sus discursos el carácter económico del
Plan, que pretende promover la actividad económica mediante la inyección de
fondos estatales vía créditos. Si se acepta esto, cabe la pregunta: ¿la
vivienda es un derecho o una mera herramienta de política económica? Si la
vivienda fuera un derecho, y el Estado tuviera como objetivo primordial
satisfacer los derechos de quienes construyen a diario la riqueza de este
bendito país, el Plan de Viviendas hubiera figurado como prioridad para los
Kirchner desde 2003. Pero no fue así. En cambio, se lanza ahora como
herramienta contracíclica, es decir (y hablando en criollo) como instrumento
para contrarrestar el parate de la actividad económica.
La
construcción de las viviendas, así como también la provisión de materiales para
la misma, queda en manos de las empresas privadas. De este modo, se pretende
promover la inversión y, otra vez, incrementar la actividad económica. No hay
motivo para la queja, pues, como dijo Cristina, “esto es capitalismo”. No
obstante, es interesante preguntarse entonces si ¿la vivienda es un derecho de
los seres humanos o una mercancía? Tal vez la pregunta resulte ociosa para
algunos, pero es preferible molestar a quien no quiere ser molestado.
Está
visto que quienes construyen la riqueza de este bendito país no tienen derecho
a la vivienda. Salvo en la medida en que esta sea pagada como mercancía. Es
capitalismo, señor autor de esta nota, es capitalismo. Deje de preguntar tonterías y dedíquese
a ganar dinero. Haga algo útil.
San
Martín, miércoles 13 de junio de 2012
5 comentarios:
Para poder acceder al beneficio, hay que estar en blanco o al menos con dos años de monotributista. Una gran parte de la clase trabajadora los que están en negro, los inmigrantes, los más pobres, donde la falta de vivienda es enorme, no califican para los 100.000 créditos a la vivienda. Las promesas que se hicieron en el Indo americano y en Ledesma siguen sin cumplirse.
Creo que la medida apunta más que nada a fomentar el "crecimiento". No tendría sentido defender el plan en base al derecho a la vivienda si tenemos en cuenta que, como señala Adrian P., quienes necesitan las viviendas no pueden acceder a los créditos. Si tenemos en cuenta que (según leí en Tiempo Argentino) la cuota mínima llega a casi los $800, el que accede al crédito, si suponemos que no tiene vivienda y alquila, necesita un sueldo de más de $6000 o $7000 si no quiere que su economía doméstica se desmorone (hice un cálculo apresurado suponiendo que se trata de una persona que mantiene una familia). Y además tiene que estar en blanco. Creo que no se trata justamente de el individuo "típico" que necesita un techo como prioridad en su vida.
Y si el plan de créditos a tasas reales negativas apunta a fomentar la construcción y el crecimiento, realmente hay que mirar de rojo la medida. Hace diez años EE.UU. hizo lo mismo (auspiciado por el economista de "moda" Paul Krugman) y terminó creando una burbuja especulativa gigantesca en el sector de inmobiliario y de la construcción que estalló en 2008, y ya sabemos quienes fueron los principales perjudicados.
es simple es u credito para construccion de vivienda con la sumatoria ke podes acceder al credito sin tener un terreno propio y con tasas de interes muy baja y con un ingreso mensual de $ 2000. ahora bien para el ke esta en una situacion marginal hay otro tipo de planes de viviendas muy distintos, es uncredito para construir dejemonos de joder. yo dreo ke es muy positivo
ES OBIO QUE TIENE QUE SER PARA EL QUE TRABAJA DIERON CASAS A UN MONTON DE BAGOS QUE COBRAN PLANES ERA HORA QUE AJUDEN AL TRABAJADOR ESPERO QUE NO SEA COMO LO DEL PLAN OVALO DEL GOBIERNO
Gracias a todos por los comentarios. Empiezo, como suelo hacer, por el final. Estoy totalmente de acuerdo con el segundo anónimo: ¡Basta de mantener a los vagos y a los parásitos! Ya hay demasiados Nordeltas, barrios privados, countries y barrios de chacras. Es obvio que el pueblo trabajador no puede seguir manteniendo a semejantes vagos. Ni que hablar de los rentistas de todo tipo y pelaje, y no me quiero olvidar de los empresarios que se desangran por la grandeza del país, ni de la santa madre iglesia, ni del ejército, etc., etc. ¡Basta de seguir manteniendo vagos! Saludos,
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