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martes, 2 de junio de 2020

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN – CURSO 2020 – CLASE N° 8: UNIDAD DE ANÁLISIS




Bienvenidas y bienvenidos a la octava clase del curso.
El tema de la clase de hoy es el objeto y unidad de análisis, en base al artículo del profesor Marradi que figura en la bibliografía obligatoria. Como siempre, nos interesaremos más en las cuestiones prácticas antes que en las teóricas, siguiendo la orientación explicada en la primera clase de la cursada. Recuerden que esta parte del curso tiene por objetivo primordial contribuir a su preparación para encarar el TFPP y/o estudios de posgrado con las tareas de investigación correspondientes.
Comencemos pues.

En las clases anteriores giramos en torno al planteo del problema y el MT. En otras palabras, describimos las etapas iniciales del proceso de investigación. Ahora nos toca avanzar; para ellos debemos dedicarnos a presentar los instrumentos con que contamos para recolectar datos. Expliquemos este punto.
Una investigación empieza con un problema referido a algún aspecto de la realidad. Para resolver ese problema se realiza precisamente la investigación, para abordarlo se seleccionan y/o elaboran determinadas herramientas conceptuales. También nos fijamos objetivos. Todo ello forma parte del período preliminar del trabajo. Se trata de trabajos imprescindibles, por cierto, y hemos gastado muchas palabras en justificar su importancia. Pero no debemos olvidar que el propósito de toda investigación es resolver el problema planteado al principio. Dicho de manera tosca, en algún momento tenemos que pasar de la teoría a la práctica. En otras palabras, hay que empezar a recolectar datos para resolver nuestro problema.
Existen varios medios de recolección de datos. 
Hay investigaciones en las que la mencionada recolección consiste en una ampliación de la RB efectuada al comienzo del proceso de investigación. Por ejemplo: si el problema de investigación consiste en los cambios en la definición de la noción de turismo, es más que probable que la recopilación de datos provenga de la consulta y lectura de libros y artículos.
Otras investigaciones requieren de salidas al “campo” (el terreno, la calle, etc.) para recoger los datos que permitan resolver el problema. En las clases posteriores exploraremos algunos de los instrumentos de recolección de datos más conocidos (encuesta, entrevista). Ahora corresponde explicar algunas cuestiones importantes que permiten llevar adelante esa recolección.
Ante todo, para llevar adelante la recolección mencionada es necesario tener claro dónde realizarla. Dicho de modo más preciso, hay que determinar quiénes son los sujetos de nuestra investigación. El profesor Marradi dedica su artículo a explicar esta cuestión.
En primer lugar, define la noción de unidad de análisis, es decir “el tipo de objeto acerca del cual se buscan informaciones en una investigación” (p. 87). Es importante tener en cuenta que los objetos pueden ser personas (ya sean individuos o grupos), instituciones, sucesos. La unidad de análisis se deriva del problema de investigación. Por ejemplo, una investigación cuyo tema es “Las políticas públicas de promoción del turismo en la provincia de Buenos Aires en el período 2015-2019” tiene como unidad de análisis al Estado de la provincia de Buenos Aires.
No basta con definir el objeto a investigar. También es necesario definir “el ámbito espacio-temporal que interesa” (p. 88) estudiar. Es innecesario explicar la importancia de precisar el espacio geográfico en que se desarrollará la investigación; en el ejemplo mencionado en el párrafo anterior no es lo mismo indagar las políticas públicas de la provincia de Buenos Aires que las del Estado brasileño. Así como establecer de manera precisa el problema permite acotar el ámbito de investigación, definir el ámbito espacial cumple una función semejante, al limitar el terreno de nuestras búsquedas.
Lo dicho respecto al ámbito espacial vale para el alcance temporal de la investigación. Marradi señala que si se omite la especificación del ámbito temporal, se corre el riesgo de trabajar en un presente continuo, ignorando el carácter histórico de los hechos sociales.
Una vez definidos la unidad de análisis y el ámbito espacio-temporal corresponde establecer la población, esto es, “el conjunto de ejemplares de esa unidad que se encuentran en dicho ámbito” (p. 88). Cada ejemplar de esa población puede convertirse en un caso de nuestra investigación.
En una investigación no es habitual que se releven todos los casos de la población. La explicación es sencilla: las poblaciones suelen ser muy grandes y los recursos de los investigadores muy escasos. Por ejemplo: es imposible realizar una investigación sobre los motivos de la elección de un lugar turístico relevando a todos los turistas potenciales, pues ello implicaría indagar una cantidad desmesurada de casos. Sólo en contadas ocasiones se trabaja con la totalidad de una población muy grande (los censos de población y vivienda son un ejemplo de este tipo de trabajo, pues abarcan a toda la población de un país).
“Descontando a esos casos [los censos], se presenta el problema de elegir un pequeño subconjunto de estos miembros de la población para investigarlos con un menor gasto de recursos, convirtiéndolos en casos de una matriz de datos. [2] Este problema se aborda con una herramienta clásica de las ciencias sociales: el muestreo.” (p. 88-89).
Para poder continuar es necesario definir la noción de muestreo:
“Es cualquier subconjunto, amplísimo o limitadísimo, de miembros de una población que se investiga con el fin de extender a toda la población las conclusiones resultantes del análisis de las informaciones relativas al subconjunto.” (p. 89).
La extrapolación de las conclusiones del análisis de la muestra a la población entera se denomina inferencia estadística. [3] Si bien el profesor Marradi la examina en el artículo, nosotros trataremos la cuestión al momento de abordar la cuestión de la encuesta.
No obstante lo dicho en el párrafo anterior, conviene decir algunas palabras sobre el problema de la inferencia, para evitar que la argumentación quede partida en varias clases. Más arriba definimos el concepto de población; ahora corresponde distinguir entre población y universo. La primera siempre es finita; el universo, en cambio, es infinito. Marradi señala la significación de establecer esta distinción:
“Como pasa a menudo, el uso terminológico impropio no acontece por casualidad, sino porque permite extender a las encuestas de las ciencias sociales fórmulas matemáticas asentadas en supuestos que sólo son legítimos para conjuntos infinitos, es decir, universos.” (p. 89).
En definitiva, volvemos otra vez a la necesidad de establecer el ámbito de nuestra investigación, la población que constituye nuestro objeto de estudio. Sólo así es posible evitar el riesgo de confundir población y universo.
El profesor Marradi menciona otro problema del muestreo. Se trata, en sus palabras, del “hábito de extender la inferencia más allá de la población de la cual se extrajo la muestra.” (p. 89). Más adelante volveremos a tratar esta cuestión, cuya importancia es significativa toda vez que se utilizan instrumentos de recolección de datos como la encuesta.
Resta por tratar un caso especial de investigación, aquella en la que se puede relevar a todos los integrantes de la población. El profesor Marradi explica el procedimiento, que recibe la denominación de enumeración completa [5]:
“Cuando la unidad es una provincia y el ámbito un Estado dado en un periodo dado, o la unidad es un Estado y el ámbito un continente dado en un período dado, la población no es numerosa, y habitualmente se recolectan informaciones acerca de todos sus miembros (es decir, todos los ejemplares de esa unidad dentro del ámbito espacio-temporal).” (p. 88).
En la próxima clase trabajaremos el tema de la hipótesis. Para ello utilizaremos el capítulo 6 del texto de Hernández Sampieri. [4]
Muchas gracias por su atención.
Villa del Parque, martes 2 de junio de 2020

ABREVIATURAS:
MT = Marco teórico / RB = Revisión bibliográfica / TFPP = Trabajo Final de Práctica Profesional

NOTAS:
[1] Marradi, A. (2007). “Conceptos de objeto y unidades de análisis. Población y muestra”. EN: Marradi, A. (2007). Metodología de las ciencias sociales. Buenos Aires: Emecé. (pp. 87-96).
[2] Ver Marradi, A., op. cit., p. 87.
[3] Ver Marradi, A., op. cit., p. 89 y ss. En especial, es importante prestar atención al concepto de representatividad.
[4] Hernández Sampieri, R.; Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, P. (2014). Metodología de la investigación. México D. F.: McGraw-Hill Interamericana.
[5] Se la denomina así por contraposición a la enumeración incompleta, propia de la encuesta, en la que se releva una parte de la población.

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