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sábado, 17 de marzo de 2012

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO: LA INDEPENDENCIA ORGÁNICA DEL PARTIDO LABORISTA (1946)

[Nota introductoria: El Partido Laborista (PL) surgió por iniciativa de numerosos dirigentes sindicales que habían participado de la movilización del 17 de octubre de 1945, y que estaban dispuestos a conformar un partido político para lograr que Juan Domingo Perón (1895-1974) ganara las elecciones de febrero de 1946, consolidando así las conquistas obtenidas por los trabajadores a través de la acción de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El Partido Laborista tuvo por presidente al dirigente de los telefónicos, Luis Gay (n. 1903), y por vicepresidente al dirigente del gremio de la Carne, Cipriano Reyes (1906-2001).
El Partido Laborista jugó un papel fundamental en el triunfo de la fórmula Perón-Quijano en las elecciones presidenciales de febrero de 1946. En esa oportunidad, el PL fue una de las tres fuerzas políticas que sostuvieron la candidatura presidencial de Perón, siendo las otras la UCR-JR (Unión Cívica Radical-Junta Renovadora) y el Partido Independiente.
Durante la misma campaña electoral, y luego del triunfo de Perón, el PL no aceptó ser un instrumento pasivo en manos de la conducción del general, negándose a aceptar todas las directivas que formulaba este. En mayo de 1946 Perón presionó al PL para que se fusionara con las otras dos fuerzas que habían apoyado su candidatura, conformando el Partido Único de la Revolución Peronista. La dirigencia del PL mostró resistencia, y Perón ordenó la disolución del partido el 23 de mayo de 1946. La inmensa mayoría de los dirigentes y de los militantes del PL acataron la orden, salvo el grupo de Cipriano Reyes, que mantuvo la sigla a pesar de las presiones cada vez más violentas ejercidas por Perón.] 

LA INDEPENDENCIA ORGÁNICA DEL PARTIDO LABORISTA

En los momentos inciertos y azarosos de Octubre, en que la siniestra conjuración de los traidores estuvo a punto de hacer malograr el esfuerzo heroico de las fuerzas armadas que salvaron a la República del caos a que la precipitaban la corrupción y el desenfreno imperantes en la caduca oligarquía, las bravas falanges de los descamisados - carne doliente de pueblo que sabe rendir tributo a la gratitud y a la lealtad - irrumpieron en las calles en reacción impetuosa y arrolladora, y decidieron por virtual imperio de su voluntad soberana, la salvación del ideario de la Revolución.

La bandera ya casi arriada volvió a ser izada al tope del mástil, el adalid restituido al cálido abrigo de su pueblo pudo estrechar contra su pecho el corazón de las multitudes que lo aclamaban delirantes como al supremo apóstol de sus más caras reivindicaciones. Disipado el eclipse pavoroso, volvía el sol a irradiar la ventura de su luz y su calor en la conciencia de la ciudadanía. ¡La Patria se había salvado!

Pronto la eclosión de aquella fuerza incontenible cristalizó en una promisoria realidad de profunda significación social y política, contribuyendo a la formación del conglomerado que, bajo el rótulo de Partido Laborista, en los comicios del 24 de febrero puso en evidencia su fuerte raigambre popular y acreditó con su clamorosa victoria una personería legítima e indiscutida.

Se pretende ahora negar a esa gran fuerza el derecho inalienable a mantener su fisonomía propia, obligándola a desintegrar sus cuadros para confundirse con núcleos de desteñida actuación en el escenario político del país.

El Partido Laborista no puede someters a tal decisión, que importaría un avasallamiento de sus fueros y una negación de los principios que fundamentan su constitución orgánica. La vulneración de estas normas es una violación de los atributos esenciales de su propia ideología demorática y republicana.

El mantenimiento de la independencia del criterio partidario es de incumbencia exclusiva de sus propios organismos directivos. Son éstos los que conforme a las prescripciones estatutarias, deben decidir sobre sus propios destinos.

PRENSA LABORISTA, órgano oficial del Partido Laborista,
Buenos Aires, año I, n° 3,  jueves 30 de mayo de 1946, p. 1

[Tomado de Font, Elena Susana. (1984). Partido Laborista: Estado y sindicatos. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. (pp. 142-143).] 

Mataderos, sábado 17 de marzo de 2012

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