En la Einleitung [Introducción] a los Grundrisse (1) Karl Marx (1818-1883) aborda la distinción entre el Análisis (método analítico) y el uso dialéctico de la Abstracción en el método dialéctico. En esta nota es la continuación de las cuestiones tratadas en el primer artículo de esta serie dedicada a El Capital.
Marx ubica dicha distinción en el marco de la diferencia entre la economía política y el materialismo histórico (si bien Marx no utiliza esta denominación para nombrar a su teoría). Por tanto, no se trata, según su concepción, de esclarecer un problema meramente teórico, sino que está abordando un tema que involucra el desarrollo histórico de las distintas formas de la teoría social. En otras palabras, Marx examina aquí una de las diferencias fundamentales entre el marxismo y las ciencias sociales (en este caso, la economía clásica) que fueron forjadas por la burguesía.
La economía política se construyó como ciencia moderna recurriendo al método analítico. Desde el siglo XVII, los primeros economistas partieron del estudio de lo concreto (la población, las diferentes ramas de la actividad industrial, los precios) y, mediante el empleo del análisis, fueron "separando" de ese concreto conceptos cada vez más simples (división del trabajo, dinero, valor). El método analítico es entendido aquí como el procedimiento por el que se divide un todo en sus elementos más simples, con el propósito de comprender mejor su funcionamiento. Ahora bien, dado que en economía política no se puede proceder a efectuar la mencionada división por medios materiales (separación mecánica, uso de reactivos químicos, etc.) (2), el análisis tiene que llevarse a cabo por medio de conceptos. De este modo, el método analítico aplicado al estudio de los procesos económicos desembocó en la elaboración de conceptos cada vez más simples, por medio de los cuales se pretendía dar cuenta (explicar) los fenómenos económicos. El punto de llegada de este proceso histórico fue el concepto de valor, que constituyó el verdadero eje de la reflexión de Adam Smith (1723-1790).
El método analítico es, por tanto, un momento histórico necesario en el desarrollo de la ciencia económica. Todo aquel que empieza a estudiar la economía de un país se encuentra, en principio, con un gran número de fenómenos, todos aparentemente relevantes, que no parecen tener ninguna ligazón entre sí. Marx denomina a esta instancia del proceso de conocimiento como "lo concreto representado" (G: 21 - El resaltado es mío -.). En este sentido, puede decirse que los primeros conceptos que utiliza el economista (por ejemplo, el de población) son "una representación caótica del conjunto" (G: 21). Este carácter caótico se deriva de la imposibilidad de distinguir lo principal de lo secundario, de la carencia de un hilo conductor que ponga en relación y dé sentido a todas esas representaciones. En este punto interviene el análisis, y por medio de su uso los economistas obtienen "abstracciones cada vez más sutiles hasta alcanzar determinaciones más simples" (G: 21). Sin embargo, el producto del método analítico son abstracciones, no la totalidad; en palabras de Marx, "la representación plena es volatilizada en una determinación abstracta" (G: 22). Es por eso que Marx, en su crítica de la economía política, tiene que recurrir a otro método, capaz de resignificar a los resultados del análisis. No hay que olvidar que que el objetivo primordial de Marx es la reconstrucción conceptual (teórica) de la totalidad, es decir, del modo de producción capitalista. (3)
En la historia de la economía política, luego de la etapa inicial en la que se recurrió al método analítico, los economistas comenzaron a utilizar el método consistente en elevarse desde los conceptos más simples (ej., el valor) hasta lo más concreto (ej., el Estado, el mercado mundial). En términos de Marx, este es "el método científico correcto" (G: 21). ¿Por qué? Porque la totalidad inicial ("lo concreto representado") constituye una totalidad falsa, aparente, que no permite entender cómo funcionan las cosas. Es el nivel del sentido común y no el de la ciencia. La teoría social no puede basarse en "lo concreto representado" para estudiar la sociedad. Pero tampoco puede ser mero análisis, mera actividad productora de conceptos. Para Marx, la teoría social (4) debe tender al conocimiento de la totalidad social. Su frase "lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de lo diverso" (G: 21). En este sentido, la tarea que propone es la de construir una totalidad más rica, completamente diferente, tanto al caos de "lo concreto representado" como a los conceptos vacíos de contenido de los economistas.
Marx propone un método consistente en ascender desde los conceptos más simples hasta la totalidad más compleja (más concreta). Aquí, "las determinaciones abstractas conducen a la reproducción de lo concreto por el camino del pensamiento" (G: 22). Este es el método dialéctico, y Marx procura en el mismo texto poner distancia respecto a la formulación hegeliana del mismo. Mientras que para Hegel (1770-1831) la reproducción de lo concreto por medio del método dialéctico es, en verdad, la producción de lo real, el motor del desarrollo de todo lo real, para Marx el "método que consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto es para el pensamiento sólo la manera de apropiarse de lo concreto, de reproducirlo como un concreto espiritual. Pero esto no es de ningún modo el proceso de formación del concreto mismo." (G: 22). El método dialéctico no es, pues, ni más ni menos que la reproducción teórica del movimiento de lo real. Mientras que el análisis fija los conceptos y tiende a presentar una realidad inmovilizada y fragmentada, el método dialéctico está dirigido a captar una totalidad compleja, contradictoria y en movimiento perpetuo.
En la nota siguiente continuaremos con la cuestión del método dialéctico, tal como este es presentado en la Einleitung.
Buenos Aires, 4 de abril de 2010
NOTAS:
(1) Los Grundrisse, conocidos en español como Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, constituyen un extenso manuscrito escrito por Marx entre 1857 y 1858. Representan la primera redacción in extenso de los temas tratados luego en El Capital. Fueron publicados por primera vez recién en 1939-41 (Moscú: Instituto Marx-Engels-Lenin). Poseo un ejemplar de la 17º edición española (México D. F.: Siglo XXI). Esta edición estuvo a cargo de José Aricó, Miguel Murmis y Pedro Scaron, y la traducción fue obra de este último.
Respecto a la forma de citar. La edición Siglo XXI incluye la indicación al margen y encerrados entre corchetes de los números de pagina de la edición Dietz 1953, que reprodujo en forma facsimilar y en un solo volumen la edición rusa de 1939-41. Es por eso que cito utilizando la letra G (Grundrisse) y luego el número de página correspondiente a la edición Dietz. Por ejemplo, G: 22 quiere decir página 22 de la edición Dietz de los Grundrisse.
(2) Ver la nota 1 de esta serie, publicada el 21 de marzo de 2010.
(3) Ver al respecto la nota 2 de esta serie, publicada el 28 de marzo de 2010.
(4) Utilizo la expresión teoría social para distinguir el proyecto de investigación marxista de las distintos proyectos que encarnas las ciencias sociales de la burguesía. Esto no va en desmedro de que Marx considere a su teoría como ciencia.
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