domingo, 6 de febrero de 2011

COSTUMBRES ARGENTINAS: LA MASACRE DE JOSÉ LEÓN SUÁREZ

"Lo ocurrido el jueves en José León Suárez fue una nueva operación masacre contra los que un siglo después siguen sin pan y sin trabajo."
Horacio Verbitsky, Página/12

El jueves la Policía Bonaerense asesinó en José León Suárez a Franco Almirón y a Mauricio Arce, e hirió de gravedad a Joaquín Romero. Franco tenía 16 años. Mauricio tenía 17 años. Joaquín, internado en el Hospital Thompson del partido de San Martín, tiene 19 años. Todos tenían en común el ser adolescentes y el ser pobres. Todos ellos recibieron balas de plomo. Todos ellos fueron víctimas de una política de Estado que se monta sobre el egoísmo y el miedo de los que han ganado con el modelo económico vigente. Todos ellos han sido sistemáticamente ignorados y/o maltratados por los medios de comunicación, que ven a los pobres como enemigos potenciales o como un elemento exótico, pero a los que nunca consideran personas "como uno". Todos ellos saben que su vida no vale nada.

En esta nota no vamos a discutir la versión oficial de los hechos, que señala que los adolescentes muertos o heridos formaban parte de un grupo que descarrilló un tren de carga para saquearlo. Esta versión ha sido refutada de manera brillante por el periodista Verbitsky en su columna dominical en el diario Página/12 (1). Es significativo que la Policía Bonaerense se vea obligada a enfrentar a hordas de delincuentes bien armados y extremadamente feroces, pero cuya puntería es deficiente. Los muertos siempre son los jóvenes, los "héroes" siempre salen sin un rasguño y con la lengua lista para ensuciar a sus oponentes, que no pueden responder por estar muertos o detenidos en manos de los colegas de esos mismos "héroes".

Franco, Mauricio, Joaquín. Ellos viven en un barrio donde la pobreza es la moneda corriente. Ellos son los "negros", los "villeros de mierda que no quieren trabajar". Cerca de allí funciona uno de los rellenos del Ceamse, adonde los camiones van a descargar la basura. A la tardecita, si uno se encuentra en el camino del Buen Ayre puede ver cómo algunos camiones depositan la basura en una esquina, así, en la calle. Esto es la señal para que un montón de hombres y mujeres, niños y niñas, se abalancen sobre el montón de basura tirado en el piso y lo revuelvan buscando algo de comer. Esto se repite día tras día. Verbitsky escribe lo siguiente: "Quienes vieron a familias enteras con sus hijos pequeños revolviendo la inmundicia hasta encontrar una manzana, dicen que fue la experiencia más dura de su vida, lo cual señala la insuficiencia de todos los planes sociales y constituye una vergüenza nacional, provincial y municipal. " (Página/12, 6/02/2011). Éste es el mundo en que miles y miles de niños y adolescentes se ven obligados a vivir. De ninguna manera se trata de un hecho excepcional. Como alguna vez dijo el inglés Tomás Moro (1478-1535), nuestro sistema crea pobres para después castigarlos por su pobreza.

Franco, Mauricio,Joaquín viven en un país cuya economía ha crecido de manera continua desde el 2003. Su pobreza, la pobreza que padecen tantos compatriotas, se da en medio de la abundancia. Nada impugna más el "modelo" vigente que esta constatación. Como indicamos tantas veces, los militantes "kirchneristas" que están convencidos de luchar por una sociedad más justa (no ponemos en duda su sinceridad) tendrían que ponerse a pensar con detenimiento qué significa "profundizar el modelo", porque ese "modelo" es el que permite que una minoría de argentinos acumule riquezas en tanto que otros argentinos, muchos pero ignorados, viven revolviendo la basura buscando algo para comer. Nada refuta más las afirmaciones de la autodenominada "oposición" sobre la necesidad de la "mano dura" que la vista de los niños comiendo de la basura. Ni unos, los oficialistas, ni los otros, los "opositores", han mostrado interés en las familias que viven comiendo de la basura en José León Suárez.

Tal vez, sólo tal vez, sea preciso empezar a entender que la suerte de Franco, Mauricio y Joaquín, no es casualidad. Que el hecho de que la pobreza florezca en medio de la abundancia (¡somos un país productor de alimentos!) no es el resultado de las taras de los argentinos o de cierta misteriosa "excepcionalidad" argentina, sino el producto de un sistema en el que las clases dominantes acumulan ganancias a costa de los trabajadores. Existe un hilo conductor que va desde las balas que impactaron sobre Franco, Mauricio y Joaquín hasta los empresarios que despiden a un trabajador un día antes de que cumpla los tres meses de trabajo para evitar efectivizarlo. Es la estructura de poder de nuestro país, que está asentada sobre la explotación, la miseria y la violencia sobre los pobres. Esa estructura es la que genera la violencia. Esa estructura es la que disgrega a los sectores populares, que tienden a verse como enemigos entre sí. Esa estructura es la que no ha querido combatir el "kirchnerismo" y a la que la autodenominada "oposición" rinde culto cotidiano.

Esa estructura es la que disparó contra Franco, Mauricio y Joaquín. El resto es silencio...

NOTAS:

(1) Ver el artículo completo en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-161811-2011-02-06.html También puede consultarse la nota difundida al día siguiente de los hechos por la CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) y difundida por la agencia periodística independiente Anred: http://www.anred.org/article.php3?id_article=3964
Para la versión inicial de los hechos, marcada por la intención policial de ocultar la verdad y arrojar basura sobre los adolescentes asesinados y heridos, ver la cobertura de Página/12 (http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-161744-2011-02-04.html); Clarín, que informa mal el nombre de uno de los asesinados (http://www.clarin.com/policiales/Hacen-descarrilar-Policia-reprime-muertos_0_421158013.html)

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