jueves, 3 de febrero de 2011

EN ARGENTINA REINAN LOS DERECHOS HUMANOS... PERO, ¡POR FAVOR NO ME HABLES DE LOS POBRES!

Empecemos por los hechos. En el día de ayer, el diario PÁGINA 12 publicó una nota titulada "Imagen del horror penitenciario" y firmada por Horacio Cecchi. (1) Junto con la misma se encuentra una subnota titulada "La peor de todas", que contiene una investigación firmada por el periodista Leonardo Rossi. (2).

Ambos artículos están referidas a la situación de los internos en las cárceles de la provincia de Mendoza. Cecchi informa sobre la denuncia realizada por la ONG (Organización no gubernamental) Asociación Xumex, especializada en derechos humanos. (3) Un familiar de los reclusos encontró un teléfono celular extraviado en las cercanías del complejo San Felipe, contruido recientemente como "unidad de Fase de Confianza, que en la jerga carcelaria viene a representar un espacio para internos que pasan por su última etapa en prisión, bajo un régimen supuestamente más benigno." Según la denuncia realizada, la benignidad del régimen del nuevo complejo es sumamente problemática, porque en las imágenes que se pudieron descargar del celular se puede ver a varios agentes del servicio penitenciario sometiendo a los internos a diversos vejámenes. Cecchi transcribe algunos pasajes que fueron rescatados del mencionado teléfono celular:

"Lo que sigue son los diálogos que surgen de los videos presentados como pruebas de tortura en la cárcel de San Felipe, en la ciudad de Mendoza. Los dos corresponden al 6 de junio, el primero con el número 050 (en el celular) y el segundo con el 051.

Penitenciario que filma:–Así es con la ratita, ah. La ratita que boconea al personal... Atado como un perro, está, mirá... el bocón (golpes).

Interno: (exclamaciones de dolor).

Penitenciario que filma: –Ah, uh... (reproduciendo las exclamaciones de dolor del interno), no me diga.

Interno: –¡Ya está...! ¡Uh! (mientras se lo golpea).

Penitenciario que filma: –¿Quién “ya está”, quién “ya está”?

Interno:–Se me ha quebrado una costilla, ya está ¡Por favor!



Penitenciario que filma: –¿Se te ha quebrado una costilla? Mire, se le ve el poto.

Otros penitenciarios: (No se entiende por superposición de voces).

Penitenciario que filma: –Claro...

Otro penitenciario: –Yo soy más bueno.

Interno: (exclamaciones de dolor).

Penitenciario que filma: –Somos más buenos nosotros...

Interno: –¡Ya está..., uh! (mientras se lo golpea).

Penitenciario que filma: –Ahora ya está, viste (mientras era nuevamente golpeado). Ah, uh... (reproduciendo las exclamaciones de dolor del interno), no me diga.

Interno:–¡Ya está..., uh! (mientras lo siguen golpeando).

Otro penitenciario: –¿Ahora ya está, ya? Cuando nos puteaste recién... (no se entiende) eras repiola.

Interno: –¡Ya está encargado, por favor!

Otro penitenciario: (le hace señas al filmador que no focalice su cara e insignia para no ser identificado) –Hay un olor a chizito, ¡culiado!

Penitenciario que filma: –Aha, viste...

Interno: –¡Ya está..., por favor!

Penitenciario que filma: –¿Cómo dice cuando toca con las manos en la pared? (inmediatamente el funcionario filmado comienza a llevarle las manos contra la pared en sentido contrario a su flexión natural). ¡Ay! ¡ay!, dice.

Interno: –¡Por favor! (mientras llora).

- - -

En cuanto al segundo video, N 51, se reproduce fielmente el siguiente diálogo:

Penitenciario que filma: –Atado como un perro, está, mirá... el bocón.

Interno: (exclamaciones de dolor).

Otro penitenciario: –¿Qué, sos bocón de los milicos?

Penitenciario que filma:–Salta Violeta, salta, ¡uh! (mientras lo golpea).

Otro penitenciario: –Por favor... pidió ahora.

Interno: –¡Ya está, por favor! ¡Ya está!

Todos los penitenciarios: –Agachá la cabeza, agachá la cabeza, agachá la cara.

Interno: (No se entiende, por las exclamaciones de dolor que sufre) –¡Por favor, ah!

Penitenciario: –Así que éste es el guapo...

Interno: –¡Ya está, me duele la costilla, por favor, ¡ah! ¡La costilla!

Penitenciario: –¿La costilla? Dejá de gritar, culiado.

Interno: –¡Por favor
!"



Estos diálogos entre los señores agentes penitenciarios y el interno al que martirizan exime de mayores comentarios. Se trata de un caso de tortura, se lo mire por donde se lo mire. Es preciso hacer esta aclaración, que en otro contexto sería innecesaria, porque muchas personas son renuentes a calificar de tortura los padecimientos a que son sometidos aquellos que pertenecen a las clases sociales que no se han visto beneficiadas con el crecimiento económico que ha experimentado nuestro país en la primera década del siglo XXI. Pero sigamos por el momento con el relato de los hechos tal como los describen los periodistas de PÁGINA/12.


En la subnota firmada por Leonardo Rossi se hace referencia a la cárcel denominada "La Penitenciaría", situada en la calle Boulogne Sur Mer, justo enfrente al complejo San Felipe. Entre comienzos de 2004 y mediados de 2006 murieron 28 reclusos en circunstancias violentas. No está de más recordar que en esos tiempos era gobernador de Mendoza el inefable Julio Cleto Cobos (n. 1955), cuyo curriculum vitae incluye la expulsión de la UCR, el calificativo de "traidor" que le han otorgado unánimente los partidarios del "kirchnerismo" y su "valiente" voto "no positivo" en favor de los empresarios agrarios en el 2008. A estos grandes méritos hay que agregarle el "detalle", menos conocido, de haber cobijado la tortura y el asesinato en las cárceles de la provincia que gobernaba. La situación fue tan escandalosa, y tan poco hicieron el gobierno provincial y el gobierno nacional por remediarla, que varios abogados realizaron presentaciones ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), denunciando los hechos que se sucedían en las cárceles mendocinas. (4). Luego de múltiples dilaciones a cargo del Estado provincial y del Estado Nacional, la CIDH presentó un fallo contra el Estado argentino, exigiéndole que "adopte en forma inmediata e inexcusable" medidas "efectivas" para proteger a los reclusos. Sin embargo, poco se hizo al respecto, mientras seguía subiendo el número de muertes violentas en La Penitenciaría. Los hechos relatados por Cecchi, ocurridos en el complejo San Felipe, demuestran que la situación en las cárceles mendocinas sigue siendo gravísima, de modo tal que no puede hablarse de que las torturas sean un "hecho vergonzoso y marginal", tal como afirmó el ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos de la provincia, Mario Adaro (5).


Los hechos de tortura acaecidos en el complejo penitenciario San Felipe obedecen a una lógica social, y no son el mero producto de las mentes perversas de algunos agentes del servicio penitenciario de la provincia de Mendoza. Hoy, en 2011, la tortura es una práctica que goza de buena salud entre las distintas policías, tanto nacionales como provinciales. La multiplicidad de hechos denunciados, que incluyen casos como la desaparición de Luciano Arruga en enero de 2009, la situación en las cárceles de la provincia de Buenos Aires (6), los casos de vejámenes en diversas comisarías, configuran un panorama en el que la tortura es cada vez más un hecho habitual que forma parte del paisaje natural. Sin embargo, y esto es significativo, muchas personas sostienen que nuestro sistema legal es absolutamente permisivo y que los detenidos "entran por una puerta y salen por la otra". En esta época, la tortura no es vista como un problema, como algo preocupante; por el contrario, importantes sectores de la población son partidarios de un "endurecimiento" de las penas y de la política de "mano dura" de parte de la policía y demás organismos de seguridad. Todo esto podría resultar paradójico si se tiene en cuenta que desde el 2003 ejerce el gobierno una fuerza política que ha hecho de la defensa de los derechos humanos una de sus principales banderas. Pero no lo es.


Para comprender esta aparente paradoja hay que tener en cuenta un hecho fundamental. La economía argentina experimentó un crecimiento fenomenal y sostenido durante la mayor parte de la primera década del siglo XXI, luego del colapso del neoliberalismo. Este crecimiento se sustentó, además de una serie de factores internacionales favorables, en la vigencia de una legislación laboral sancionada durante la década menemista (y, en algunos casos, como las leyes de los trabajadores rurales, durante la dictadura militar) que permite la sobreexplotación de los trabajadores. La situación se ve oscurecida por el hecho de que la situación laboral en nuestro país es sumamente heterogénea, y en ella conviven sectores que están protegidos por la legislación laboral y los convenios colectivos, con estratos que trabajan "en negro" y con otros segmentos que están sometidos a condiciones cercanas a las de la esclavitud. Mal que les pese a los defensores del modelo, esta heterogeneidad de condiciones laborales, y la consiguiente debilidad política de los trabajadores, ha sido una condición fundamental del crecimiento económico. Sobre estas bases, los empresarios han visto aumentar sus ganancias sin ser perturbados mayormente por los trabajadores.

Ahora bien, en las condiciones que hemos enunciado, el crecimiento termina por generar fuertes tensiones sociales, pues las situaciones de sobreexplotación conviven con una sociedad en la que aumenta constantemente la riqueza. Así, por ejemplo, las luchas por la tierra y la vivienda hacen eclosión en un país en el que hay un boom de la construcción destinada a los sectores de altos ingresos (se privilegia construir barrios privados y no barrios populares). Frente al aumento de la desigualdad, los ganadores del modelo se atrincheran detrás de sus posesiones, y comienzan a gritar histéricamente "¡Orden!" cuando ven a un pobre. Independientemente de las intenciones de muchos defensores del modelo, el mercado sigue mandando "cruel en el cartel" y el individualismo sigue gobernando las conciencias de muchos honestos ciudadanos. En medio del crecimiento de la economía, los pobres pasan a ser vistos cada vez más como una fuente de temor, y se suceden los pedidos para aplicar "mano dura" contra esos desarrapados que les recuerdan a los ganadores del modelo que la fuente de su riqueza es la desigualdad. De hecho, varios candidatos de la autodenominada "oposición", como es el caso del hombrecito pequeño pequeño (Duhalde) o ese personaje tan propio de nuestras clases dominantes como es el señor Macri, han convertido la lucha contra los pobres en su principal consigna electoral.

En este contexto, la tortura es la consecuencia natural de un orden social que hace crecer la economía a base de trabajo esclavo, tercerización, trabajo "en negro", flexibilizacion y otras yerbas que hacen más agradable la vida de los trabajadores mientras aumentan las ganancias de las patronales. Toda esta violencia aplicada sobre importantes segmentos de la clase trabajadora, toda la violencia que se continúa en las condiciones de vida en los barrios marginales, toda la violencia que viven los niños desde su nacimiento por el mero hecho de haber nacido "negros" (pobres) en un país en el que mandan los "blancos" (ricos), tiene su apoteosis en cinco hombres que le pegan a un hombre esposado y que no puede hacer nada para defenderse.
La paradoja a que hacíamos referencia anteriormente se resuelve entonces si se tiene en cuenta que política de derechos humanos del gobierno nacional está dirigida hacia el pasado y no hacia el presente. Mejor dicho, la política de derechos humanos del gobierno nacional está regida por líneas de clase. Así, la tortura es condenada siempre y cuando haya sido aplicada por los militares genocidas de la dictadura o cuando algún agente de las fuerzas de seguridad se atreve a vejar a algún miembro de las clases que tienen el poder económico; sin embargo, el gobierno nacional tiende a ignorar la tortura cuando es aplicada sobre la "negrada" (así como también ignora que el "gatillo fácil" es una práctica habitual de las fuerzas de seguridad contra los jóvenes de las barriadas pobres). En el caso de la tortura, como en tantos otros, "pertenecer tiene sus privilegios". (7)
Buenos Aires, viernes 4 de febrero de 2011


(3) Su presidente es Diego Lavado, abogado especializado en derechos humanos y ex Secretario de Justicia del actual gobernador de Mendoza, Celso Alejandro Jaque (n. 1960). Jaque, perteneciente al PJ (Partido Justicialista), fue elegido gobernador en 2007, terminando su mandato el año en curso.

Para información sobre la Asociación Xumex consultar: http://201.235.253.12/~xumekorg/acerca-de/


(4) Como ejemplo puede mencionarse el caso de Ricardo David Videla, un adolescente que fue condenado a cadena perpetua, quien apareció ahorcado el 22 de junio de 2005. Videla, a través de su abogado, Fernando Peñaloza, había iniciado los reclamos ante los organismos internacionales. Para el caso de Videla puede consultarse: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-161213-2011-01-27.html


(5) Las declaraciones del señor Adaro pueden consultarse en: http://www.mendoza.gov.ar/ y están fechadas el 2 de febrero.


(6) Para la situación en las cárceles de la provincia de Buenos Aires, puede consultarse el informe presentado por el Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial de la Memoria: http://www.anred.org/article.php3?id_article=3939 En el informe consta que en 2010 hubo 118 muertes en las prisiones de la provincia. También se indica que la picana, el "submarino" seco y húmedo, el aislamiento, etc., se han convertido en moneda corriente en esos establecimientos modelo.
(7) También en la cuestión de la tortura en Mendoza afloran las contradicciones del discurso del "kirchnerismo". Como indicamos arriba, el señor Cobos, siendo gobernador de la provincia de Mendoza, debió enfrentar los reclamos de la CIDH ante la situación de las cárceles en su provincia. Esto era de público conocimiento. Sin embargo, Néstor Kirchner (1950-2010) lo eligió como candidato a vicepresidente, a pesar de que el mismo Kirchner fue el impulsor de los juzgamientos a las militares genocidas acusados, entre otras cosas, de...torturas. Cobos , por su parte, retribuyó las contradicciones del "kirchnerismo" con su antológico voto "no positivo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario