domingo, 30 de enero de 2011
LAS HUELGAS EN LOS PUERTOS DE SANTA FE Y LA "PROFUNDIZACIÓN" DEL MODELO
miércoles, 26 de enero de 2011
NOTAS DE LECTURA SOBRE "APUNTES PARA LA MILITANCIA" (1964) DE JOHN WILLIAM COOKE (TERCERA PARTE)
Como indicamos en las notas anteriores, Cooke sigue considerando que la "burocracia" es la responsable del predominio del "pejotismo liberal". Sin embargo, tanto la descripción de la política propiciada por el "pejotismo liberal", como las propuestas para superar esta situación, adquieren una profundidad mayor que los análisis correspondientes a la burocratización del peronismo en 1946-1955 o el de las causas de la derrota de la Resistencia. Es que en 1964 Cooke estaba profundamente preocupado porque el peronismo se mostraba impotente para derribar al régimen, y era perfectamente conciente de que esa situación fortalecía al por entonces mayoritario "pejotismo liberal". El peronismo podía mutar de "hecho maldito" del país burgués a la "maldición" de todo aquel que se propusiera transformar revolucionariamente las bases de la sociedad argentina.
La propuesta de Cooke radica, por tanto, en una vuelta a la lucha de clases. Esto suponía dejar de lado la estrechez de miras de la "burocracia" y pasar a cuestionar todo el orden existente. "Cada vez que se nos cierran los caminos de la semilegalidad, la burocracia declara la guerra. Pero nada más. Esta queda librada a la espontaneidad de sacrificados activistas que oponen una violencia inorgánica, inconexa e insuficiente, frente al potencia y a la técnica siemptre en aumento de los órganos represivos oligárquicos imperialistas. Esta vacancia de conducción dura hasta que viene un nuevo período de soluciones negociadas. Entonces, los que estuvieron en la retaguardia durante el combate pasan a ser la vanguardia en los trámites de la tregua y capitalizan la abnegación de las bases en la mesa de arena de los acuerdismos." (p. 10). La descripción es bien gráfica, pero Cooke sigue sin profundizar en el análisis de las bases sociales de la "burocracia". El sindicalismo de 1964 era bien diferente al de 1945. El vandorismo, centrado en los gremios industriales como la UOM (Unión Obrera Metalúrgica), se hallaba muy distante de las organizaciones obreras de 1945, cuyo eje eran los gremios del transporte como la UF (Unión Ferroviaria). La sustitución de importaciones había sentado las bases de una industria más concentrada y desarrollada tecnológicamente, contrastando con el predominio de los pequeños talleres en 1945. En este sentido, la sociedad argentina era mucho más compleja en 1964 que en 1945, y su clase obrera se hallaba unificada en un grado tal que era inconcebible para los parámetros del resto de América Latina. El vandorismo se había construido en torno a dichas transformaciones, y expresaba algo más que una "traición" o un "error". Cooke, a pesar de sus aciertos (que no son pocos), no logra comprender el papel que jugaba la "burocracia" en el contexto de 1964. No se trata, por cierto, de un "vacío de conducción", como señala en el texto, sino de una "conducción" (la de la "burocracia") que había vivido la experiencia de la Resistencia, y que había hecho de la integración al régimen burgués la fuente de su poder social. Derrotada la alternativa revolucionaria, los dirigentes sindicales asumieron las funciones que les competían en una sociedad capitalista: negociar las condiciones de venta de la fuerza de trabajo; también comprendieron que, dado que la relación salarial es parte indisoluble del capitalismo, su poder de negociación se derivaba de la estabilidad del sistema.
En los Apuntes queda claro que es imposible revivir el "frente policlasista antiimperialista" conformado al calor de la movilización obrera del 17 de octubre (esto es, un frente en el que la clase obrera ocupaba una posición subordinada en lo que hace a la toma de decisiones). Cooke asumía asía una posición que lo ubicaba a años-luz de la dirigencia de su movimiento, incluido el mismo Perón. (2) Su afirmación sobre la imposibilidad de volver a contar con los militares en ese frente es verdaderamente antológica (p. 30), teniendo en cuenta la verdadera adoración que muchos dirigentes sindicales manifestaban por los uniformes. En los Apuntes Cooke plantea implícitamente que el movimiento peronista tenía que dejar de lado el policlasismo y conformar un movimiento dirigido por la clase obrera; esta concepción trascendía los límites históricos y sociales del peronismo. Sus referencias a la lucha de clase demuestran cuánto había avanzado en la dirección de una política revolucionaria (que superaba el tradicional reformismo del peronismo). Pero Cooke no logra ir más allá en esa dirección, por lo menos en el texto que estamos comentando.
En las notas anteriores ya mencionamos cómo la "burocracia" le sirve a Cooke de herramienta teórica para eludir la construcción de un análisis centrado en la lucha de clases. Aquí corresponde agregar que Cooke también sigue anclado en las coordenadas de 1945, pues no dedica ni una sola línea a examinar los cambios experimentados por la sociedad argentina entre 1945 y 1964. El enorme avance de la sustitución de importaciones (potenciada por el desarrollismo frondicista) y la conformación de una clase obrera industrial moderna, quedan fuera del horizonte de los Apuntes (sin negar algunas intuiciones geniales que hemos señalado en el texto). Esta ausencia debilita el análisis de Cooke y le impide comprender en toda su complejidad el papel jugado por la burocracia sindical.
Por último, las debilidades teóricas expuestas en el párrafo anterior se traducen en el plano de la práctica política en la posición cada vez más marginal que ocupaba Cooke en el movimiento peronista. Luego de la derrota de la Resistencia, y de la estabilización del régimen burgués, Perón dejó de lado la vía insurreccional como camino para retomar el poder. A partir de ese momento, la izquierda peronista le fue útil como instrumento táctico para presionar a la burocracia sindical cuando ésta se volvía demasiado independiente. Pero quedó clausurada, por lo menos hasta después del Cordobazo (1969), la posibilidad de conformar una izquierda peronista con capacidad de acción independiente. Cooke nunca se conformó con ser un mero instrumento de Perón, pero tampoco se decidió a romper con Perón. Cada vez más aislado políticamente, únicamente su adhesión a la Revolución Cubana lo salvó del desierto de la soledad política.
Mataderos, jueves 27 de enero de 2011
NOTAS:
domingo, 23 de enero de 2011
NOTAS DE LECTURA SOBRE "APUNTES PARA LA MILITANCIA" (1964) DE JOHN WILLIAM COOKE (SEGUNDA PARTE)
viernes, 21 de enero de 2011
NOTAS DE LECTURA SOBRE "APUNTES PARA LA MILITANCIA" (1964) DE JOHN WILLIAM COOKE (PRIMERA PARTE)
martes, 18 de enero de 2011
HISTORIA DEL MOVIMIENTO SOCIALISTA (6): LOS ORÍGENES DEL SOCIALISMO INGLÉS
8. Thomas Paine (1737-1809) (1)
Para solventar económicamente su programa de reformas, en Agrarian Justice (1797) (5) propuso un impuesto sobre toda clase de propiedad de la tierra, exigible a la muerte del dueño. (6) "Con este impuesto se constituiría un fondo con cargo al cual todo ciudadano recibiría una suma en compensación con la parte que había perdido del derecho natural a la tierra." (I: 40). "Hasta el punto en que el socialismo puede identificarse con la institución del 'Estado Benefactor' o de servicio social, basado en las contribuciones redistributivas como instrumento de democracia, Paine puede, sin duda, ser considerado como el primero que tuvo ideas prácticas acerca de este tipo de legislación." (I: 40).
NOTAS:
domingo, 16 de enero de 2011
HISTORIA DEL MOVIMIENTO SOCIALISTA (5): LOS ORÍGENES DEL SOCIALISMO INGLÉS
viernes, 14 de enero de 2011
DE LA CUESTIÓN SOCIAL COMO "HECHO MALDITO" DEL MODELO
miércoles, 12 de enero de 2011
HISTORIA DEL MOVIMIENTO SOCIALISTA (4): LOS ORÍGENES DEL SOCIALISMO INGLÉS
En la época anterior a la Revolución Francesa de 1789, en Gran Bretaña hubo un pensamiento liberal radical o avanzado (cuyos exponentes fueron John Wilkes, Majoz Cartwright, Richard Price, Joseph Priestley, Thomas Paine), pero no podemos calificar a esta corriente de socialista, pues "la cuestión planteada en la Gran Bretaña hasta 1789 se refería exclusivamente a derechos políticos, incluso a impuestos, y no a un cambio de sistema social." (I: 30). Aún las expresiones más avanzadas del pensamiento radical inglés, como la Corresponding Society (Sociedad de Correspondencia, una organización que actuaba en Londres y otras ciudades) (1), carecía de una concepción clara de un nuevo sistema social que pudiera reemplazar al existente: "Sus esfuerzos principales estaban concentrados en las reformas políticas" (I: 30).
Sin embargo, la afirmación realizada en el párrafo anterior admite algunas excepciones importantes. En la 2° parte de Rights of Man (1791), la gran obra de Thomas Paine (1737-1809), se expone un programa social en favor del pueblo (2). Más adelante dedicaremos atención a este trabajo.
6. Thomas Spence (1750-1814)
Mataderos, miércoles 12 de enero de 2011
NOTAS:
(1) Para la Corresponding Society puede consultarse La formación de la clase obrera en Inglaterra, de E. P. Thompson.
(2) La versión completa de la edición de 1795 de la obra de Paine se encuentra disponible online en: http://books.google.com/books?id=kkYUAAAAYAAJ&printsec=frontcover&dq=thomas+paine+rights+of+man&hl=es&ei=sTkuTY31KcH-8AafqZWVCQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resn
(3) Para Babeuf, consultar la nota anterior de este blog, publicada el 2 de enero de 2011: http://miseriadelasociologia.blogspot.com/2011/01/cole-3-babeauf-y-la-conspiracion-de-los.html
domingo, 2 de enero de 2011
HISTORIA DEL MOVIMIENTO SOCIALISTA (3): BABEUF Y LA CONSPIRACIÓN DE LOS IGUALES (1796)
4. Babeuf y
¿Por qué tomar 1789 como punto de partida para una historia del socialismo? Cole da esta respuesta: “Este es el momento desde el cual es posible seguir, no sólo un desarrollo continuo en la esfera del pensamiento, sino también una conexión creciente entre el pensamiento y los movimientos que tratan de darle expresión práctica.” (I: 19).
En
Cole sintetiza así la importancia de
Hay que situar la emergencia de François-Noël Babeuf (1760-1797)[3] y su grupo en un contexto de tensión de guerra y de derrota y decapitación del jacobinismo (y de la consiguiente ola de Terror Blanco que siguió a la ejecución de Robespierre). Corresponde a Babeuf la elaboración de “un plan casi completo de comunismo proletario, el cual puede considerarse como el precursor no sólo de las doctrinas socialistas posteriores de propiedad y explotación colectiva de los medios de producción, sino también de la idea de la dictadura del proletariado como manera de someter a las demás clases y de derrotar los intentos de contrarrevolución.” (I: 25).
“En realidad, el babouvismo fue esencialmente producto de la decepción revolucionaria. Se había esperado demasiado de la revolución [Este “demasiado” es, por lo menos, un anacronismo. En una revolución las masas liberan toda su energía, todas sus esperanzas (como decía Amado, “la revolución es la fiesta de los pobres”). Sería absurdo políticamente pedir que autolimitaran sus expectativas y sus acciones a las “posibilidades” de la clase que dirige políticamente la revolución – tengo en mente al escribir esto a la burguesía en las revoluciones burguesas -. Cole desconoce con esta frase la naturaleza de la ruptura representada por las revoluciones, que hace imposible mensurarlas según las normas políticas ordinarias.]; y lo que parecía haberse logrado para la parte más pobre de la población urbana, fue mayor miseria y sufrimiento. Los campesinos habían obtenido tierra, los obreros sólo hambre y falta de trabajo. Alguien sería culpable de esto, la revolución tenía que haber sido traicionada por alguno. ¿Por quién? Seguramente por los ricos, que habían seguido viviendo con lujo mientras que la inmensa mayoría sufría, y por quienes en nombre de la propiedad habían permitido que sucedieran estas cosas. Pero las protestas no fueron muy eficaces, a pesar de las calamidades; porque dividían a los revolucionarios, incluso en las ciudades, y no hallaban ningún eco en las aldeas.” (I: 26). Esta impotencia política de las masas trabajadoras urbanas era el resultado tanto del carácter burgués de la revolución como de la carencia de un proyecto político autónomo, sustentado en un diagnóstico certero de la transición del feudalismo al capitalismo. Las herramientas teóricas eran insuficientes. Pero, aún disponiendo de ellas, subsistía el problema (terriblemente complejo) de cómo lograr la unificación de obreros, artesanos y campesinos detrás de un proyecto político común. Si esto último no podía concretarse, el resultado inevitable era “el solo fúnebre del proletariado”, al que aludía Karl Marx (1818-1883).
¿Cómo se desarrolló
Babeuf dirigía
El programa de Babeuf y su grupo incluía:
a) Expropiación inmediata de toda propiedad que perteneciese a las corporaciones y a los enemigos del pueblo. Hay que enfatizar que no proponían sólo la expropiación de la tierra, sino también de las grandes compañías industriales (más bien, de las grandes manufacturas). Esta acción encontraba su justificación en el principio consignado en la 1º sección del mencionado Manifiesto: “La naturaleza ha dado a todos los hombres el mismo derecho a gozar de todos los bienes.” (I: 28).
b) Abolición de todos los derechos de herencia (así, aplicando esta norma, en una generación toda la propiedad de Francia sería colectiva).
c) La propiedad comunal sería administrada por funcionarios de elección popular que cobrarían igual salario que los trabajadores. Para ello Francia sería dividida en nuevos distritos administrativos.
d) El trabajo sería obligatorio para todos; sólo las personas que realizaran un trabajo útil podrían votar. Cabe aclarar que, en cuanto al voto, se ceñían a lo establecido por
e) La educación sería universal, y estaría dirigida a inculcar en el pueblo los principios de la nueva sociedad.
Buonarotti, descendiente de Miguel Ángel, publicó
La derrota de Babeuf significó un duro revés para el socialismo igualitario en Francia, a punto tal que sólo logró reaparecer como movimiento político revolucionario luego de
Buenos Aires, domingo 2 de enero de 2011
NOTAS:
[1] Los temas abordados en esta nota son tratado por Cole en el capítulo II de su obra, titulado “
[2] Esta Constitución, sancionada por los jacobinos, fue calificada por Marx como “la más radical de las Constituciones” en su célebre artículo “Sobre la cuestión judía” (1844), en el que hace varias menciones críticas a dicha Constitución de 1793.
[3] Más conocido como Gracchus Babeauf. Había tomado este seudónimo del tribuno del pueblo romano, que había intentado resolver la cuestión agraria a favor de los plebeyos. Se destacó como editor y principal redactor del periódico LE TRIBUN DU PEUPLE (1794-1796).
[4] Las comillas obedecen a que no se trataba de un proletariado moderno ni mucho menos. Era una mezcla abigarrada de artesanos, jornaleros y operarios de algunas (pocas) grandes manufacturas.
[5] Como se dijo en otra nota, el término “obreros” no debe ser entendido en un sentido moderno.
[6] Maréchal fue el principal teórico de los conspiradores. Se había destacado como periodista revolucionario por sus ataques contra la religión. Era autor de un Diccionario de los ateos. (I: 29).
[7] El volumen 1 de la edición 1828 (no encontré el volumen 2 en formato digital) está disponible en ese verdadero tesoro para bibliófilos que es el sitio Google books: http://books.google.com/books?id=w1oPAAAAQAAJ&printsec=frontcover&dq=philippe+buonarotti+la+conspiration&hl=es&ei=cgMgTb-uGI-u8Aau Consultado: 1/01/2011.
[8] La traducción de O’Brien se encuentra completa (en su edición de 1836) en el link: http://books.google.com/books?id=05HRAAAAMAAJ&printsec=frontcover&dq=philippe+buonarotti&hl=es&ei=rAIgTe_8N8Kt8AasmrWGDg&sa=X&oi= Consultado: 1/01/2011.