Bienvenidas
y bienvenidos a la cuarta clase del curso.
Hoy
nos dedicaremos a examinar las tareas y dificultades implicadas en la
elaboración del problema de investigación. En el encuentro anterior comenzamos
el estudio de esta cuestión, que abarca mucho más que el pasaje del área
temática al problema. Ahora profundizaremos ese estudio, tomando como base la
exposición del primer capítulo del texto de Hernández Sampieri, que integra la
bibliografía obligatoria de la materia. [1]
En la
clase anterior hablamos del problema de
investigación, del rol fundamental que juega en el proceso de investigación. Eso nos llevó a mencionar algunas
cuestiones que se encuentran estrechamente relacionadas con el problema. Entre
ellas, hay una que merece especial atención: los enfoques de investigación (por ejemplo, el enfoque cuantitativo).
Es habitual
que los manuales de metodología (y el de Hernández Sampieri no constituye una
excepción) comiencen por describir los diferentes enfoques (algunos textos
hablan de “paradigmas”), para luego encarar la explicación del problema de
investigación, que constituye la primera etapa del proceso de investigación. [2]
En
nuestro caso, prefiero comenzar por marcar la centralidad del problema de
investigación, pues esa es la manera en que los estudiantes comienzan a
trabajar el TFPP y, más general, toda investigación.
Sin problema no hay
investigación. La naturaleza del problema, el tipo de problema a investigar,
determina el tipo de investigación a realizar. Una vez establecido
esto podemos pasar a la cuestión de los enfoques.
Como
ya indicamos en clases anteriores, los problemas de investigación no crecen en
los árboles. Es necesario construirlos a partir de un área temática que ofrece
múltiples posibilidades. Ser investigador supone recortar una porción de la
realidad, concentrarse en ella y modelar “algo” que no existía al comienzo. Ese
algo es el problema de investigación.
Afirmar
que el problema no viene dado (que no existe como tal al momento en que nos
ponemos a investigar) significa que tenemos que utilizar determinados criterios
para construirlo. Esos criterios se basan en nuestras preferencias. Por
ejemplo, la materia o el área temática que más nos gustó durante la carrera.
Pero también implican la intervención de la teoría, es decir, de los conceptos con los que analizamos la
realidad (conceptos que se organizan, a su vez, en teorías científicas).
Los
enfoques cuantitativo y cualitativo pertenecen al nivel de la teoría. Sirven
para organizar el trabajo con los datos (información estadística, entrevistas,
observaciones). Si bien no podemos profundizar en el tema, pues este curso tiene
que concentrarse en la práctica de la investigación, la adopción de un enfoque
significa pararse desde un lugar específico al momento de construir y analizar
los datos.
Por
ejemplo, realizar una investigación sobre el impacto económico del turismo en el
desarrollo de una localidad determinada supone la adopción un enfoque
cuantitativo (más allá de que también implica la elaboración de aspectos cualitativos). Si bien esa decisión puede estar determinada por los datos
disponibles (el investigador tiene a mano buenas estadísticas sobre el número
anual de turistas que viajan a esa localidad, sobre el gasto que realizan en
hoteles, en establecimientos gastronómicos, etc.), lo concreto es que la
decisión de investigar ese problema se toma, también, en función de la perspectiva
teórica del investigador. Dicho de manera simple, si ese investigador piensa
que el turismo debe ser definido, ante todo, como una actividad económica, es
muy posible que elija el tema mencionado.
Nuestra
teoría condiciona la manera en que construimos el problema de investigación.
Pasemos
ahora a los enfoques.
Si
bien es habitual establecer una distinción tajante entre lo cualitativo y lo
cuantitativo, lo cierto es que ambos enfoques son parte de los métodos
científicos. No vamos a entrar aquí a desarrollar la cuestión del método, pues
eso sería irnos demasiado lejos y, por otra parte, Hernández Sampieri presenta una
buena síntesis. [3] Basta con indicar que ambos tienen que contemplar la
producción de algún tipo de prueba empírica; en otras palabras, no basta con la
palabra del investigador afirmando que probó su hipótesis. Hace falta que
muestren datos que sean verificables por otros investigadores. Esto nos lleva a
otra característica común: ambos enfoques tienen que describir de manera
minuciosa los pasos realizados, los procedimientos utilizados, etc., para que
otros investigadores puedan replicar la investigación y corroborar los
resultados obtenidos.
La
investigación es una producción colectiva, de ahí la necesidad de seguir
procedimientos metódicos. En otras palabras, la investigación sigue protocolos
que no pueden ser saltados por los investigadores. En este sentido, es una
tarea rutinaria.
Establecido
esto, ¿qué es un enfoque cuantitativo?
Es un
conjunto ordenado de procedimientos, con base en la medición numérica y el
análisis estadístico, cuyo objetivo es probar hipótesis y/o describir una
situación. [4]
Hernández
Sampieri, y en general todos los manuales de metodología, plantean que los
enfoques cuantitativos constan de una secuencia de pasos que debe respetarse
rigurosamente para llegar al resultado deseado. Esta afirmación es correcta a
medias. La investigación no es un proceso lineal, ni aún tratándose de métodos
cuantitativos. Esto significa que los hallazgos obtenidos en los diferentes
pasos del proceso pueden modificar los pasos anteriores.
Un
ejemplo: Observen la figura 1.1 del texto. [5] La fase 3 (revisión de literatura y
desarrollo del marco teórico) arroja un mejor conocimiento del problema de
investigación (fase 2), debido a que se indagó en bibliografía que no había
sido revisada al momento de completar la fase 2. Ese mejor conocimiento puede
hacer que optemos por modificar el planteamiento del problema. La fase 3
modifica a la fase 2. [6]
El
proceso de investigación es dinámico, no estático, independientemente de que se
siga un enfoque cuantitativo o cualitativo.
El
enfoque cuantitativo responde a la necesidad de poder medir los fenómenos y
situaciones. Medir significa comparar, es decir, confrontar el hecho que estamos
estudiando con una medida común, para así poder mensurar y dimensionar el hecho que estamos examinando.
Tengo presente que lo que acabo de decir suena a chino mandarín, por eso es mejor recurrir a un ejemplo:
Supongamos que
existe un código provincial que establece normas de accesibilidad para
establecimientos gastronómicos, con el objetivo de permitir que las personas
con movilidad reducida concurran a los mismos. En un estudio de turismo
accesible podemos comparar entre sí los establecimientos gastronómicos de
la localidad x en función del
cumplimiento de esas normas de accesibilidad. Es claro que la lista de normas
de accesibilidad nos proporciona el número para efectuar la comparación. Así,
quienes no cumplan ninguna norma tendrán 0, quienes cumplan 1 obtendrán 1, y
así sucesivamente. De ese modo tendremos una comparación realizada sobre bases verificables
(no subjetivas). [7]
La
medición permite realizar análisis sobre bases más firmes que las opiniones
subjetivas. Por ejemplo: puedo afirmar que el turismo representa un aporte importante
para las finanzas del partido de San Martín. Sin embargo, si no puedo dar una
cifra, aunque sea aproximada, del impacto del turismo en la economía del partido
mencionado, mi afirmación aparece como mera opinión.
Lo
expuesto hasta aquí sirve para comprender la importancia de los estudios cuantitativos. En
cuanto a la estructura de los mismos, en Hernández Sampieri se encuentra una
presentación resumida. [8] No voy a repetir aquí lo que dice el
texto. No obstante, quiero señalar un par de cuestiones mencionadas allí porque serán desarrolladas en clases posteriores.
Paso
a enumerarlas: a) marco teórico, constituido por las
teorías y conceptos que van a ser empleados en la investigación. Puede decirse que el problema de investigación y el marco teórico constituyen las
fases más importantes del proceso de investigación. Ya hemos justificado esta
afirmación para el problema. Más adelante haremos lo mismo con el marco
teórico; b) hipótesis, esto es, las ideas o argumentos generales que permiten explicar el hecho que estamos investigando. En algunos casos, la investigación
gira en torno a la verificación de las hipótesis (que, en estos casos,
constituyen el intento de resolver el problema de investigación). Hablaremos,
entonces, de un diseño de tipo explicativo. En otros casos, las hipótesis
sirven como guía a la investigación, indicando aquellos aspectos importantes
para realizar una descripción (en un diseño de tipo descriptivo); c) recolección de datos, es decir, la
fase en la que se recoge la información necesaria para poner a prueba las hipótesis,
describir un hecho, indagar una situación poco conocida. Existe un gran número
de herramientas para realizar la recolección de datos. Más adelante revisaremos
algunas de las más utilizadas, como la encuesta, la entrevista, etc.
La
utilidad de los estudios basados en el enfoque cuantitativo es innegable. Ellos
sirven para describir la realidad
externa, es decir, el mundo que nos rodea, y para explicar lo que sucede en
él utilizando herramientas estadísticas. Ahora bien, existe otro grupo de
fenómenos, a los que puede darse la denominación de realidad interna, constituida por las creencias, preferencias y
experiencias individuales de las personas. [9]
La
realidad interna no puede ser estudiada de manera adecuada empleando
herramientas numéricas. La explicación de esto es sencilla. Supongamos
que pedimos a dos estudiantes que indiquen su interés en una materia
determinada, y que ese interés se mide en tres categorías: alto, medio, bajo.
Los dos estudiantes contestan: “alto”. ¿Podemos concluir entonces que ambos tienen el mismo interés en la materia? De ninguna manera, pues la respuesta “alto”
no significa lo mismo para ellos. Dicho de un modo simple, la respuesta no tiene
la misma intensidad en los dos casos. Uno de los estudiantes puede estar comprometido
con la materia, pues ésta trata cuestiones de interés para su futuro laboral; para el otro, en cambio, la materia tiene relevancia porque piensa que es fácil de
aprobar y él está apurado en terminar su carrera. En este sentido, las dos respuestas son incomparables. Pero lo incomparable no se puede medir, pues toda
medida implica, justamente, una comparación con una unidad.
Esto
representa una diferencia sustancial con los estudios centrados en un enfoque
cuantitativo. Veamos otro ejemplo. Si realizamos una investigación sobre los
ingresos del personal que trabaja en turismo, estamos en condiciones de
decir que aquellos que tienen un ingreso de 60000 pesos mensuales ganan el
doble que aquellos que perciben un ingreso mensual de 30000 pesos. En términos
matemáticos el intervalo (la distancia) entre 1 $ y $ 2 es el misma que
el existente entre 3 $ y 4 $. Los intervalos entre los números naturales son
los mismos; esto permite realizar las operaciones aritméticas (suma, resta,
multiplicación, división, radicación). Como podemos ver, esto es imposible en
el ejemplo anterior (la valoración del interés por una materia).
El
enfoque cualitativo se concentra en indagar la realidad interior; ésta es su
objeto de estudio. La diferencia en cuanto al objeto de estudio es la causa de
importantes diferencias con las investigaciones basados en el enfoque cuantitativo; una de ellas es el tipo de proceso de investigación desarrollado por cada de ellas.
En términos generales, las
investigaciones centradas en el enfoque cualitativo son menos rígidas que
aquellas basadas en el enfoque cuantitativo. Mientras que los estudios cuantitativos
tienen un carácter secuencial rígido (al paso 1 le sigue el paso, al paso 2
el paso 3 y así sucesivamente, en este orden), los estudios cualitativos son flexibles, a punto tal que no existe un plan de etapas establecidas de
antemano, sino que estas etapas se van conformando en el marco mismo de la
investigación.
En
este momento no vamos a avanzar en la descripción de los rasgos de los estudios
cualitativos. Por el momento basta con la síntesis que se encuentra en
Hernández Sampieri. [10]
Por
último, queda la cuestión de cuál es el mejor enfoque. El uso de números en los
estudios de tipo cuantitativo crea una “sensación de cientificidad" que no poseen los estudios de tipo cualitativo. Todo lo que aparece expresado en
números se nos antoja más profundo que algo que carece de ellos. Esto no es casual. Vivimos en una
sociedad regida por los números. Se determina la “calidad” de un artista, la
belleza de un lugar turístico, etc., a partir de un ranking confeccionado en base a las respuestas de los individuos. Aquella opción que cuenta con más
respuestas favorables (la más elegida) es considerada la mejor.
Sin
embargo, afirmar que los números y, por ende, los estudios cuantitativos,
aparecen como más “científicos” no quiere decir que lo sean. La cuestión de
cuál es el mejor enfoque para una investigación determinada no es algo que
pueda resolverse en base a las modas. La
pregunta está mal planteada. No se trata de cuál es el mejor enfoque de investigación,
sino de cuál es el más conveniente para un problema de investigación dado. Es el problema el que nos tiene
que indicar el enfoque a trabajar. Aquí se comprende la importancia de la fase
de selección del problema, cuando se lo construye a partir del área temática. Esto
nos lleva también a la revisión bibliográfica, aquella que realizamos para
definir nuestro problema de investigación. Al leer textos para precisar nuestro
problema de investigación, al definir el problema, estamos eligiendo, a la vez,
el enfoque de investigación.
En la
próxima clase avanzaremos en la descripción del proceso de investigación. Luego
de revisar las diferencias en la definición del problema entre los enfoques
cuantitativo y cualitativo, prestaremos especial atención a las cuestiones de
la construcción del problema en el caso de los estudios cuantitativos. En
términos de la bibliografía obligatoria, se trata de los capítulos 2 y 3 del
manual de Hernández Sampieri.
Muchas gracias por su atención y paciencia.
Villa
del Parque, martes 21 de abril de 2020
ABREVIATURAS:
TFPP = Trabajo final de práctica profesional.
NOTAS:
[1] Hernández Sampieri, R.; Fernández Collado, C. y Baptista
Lucio, P. (2014). Metodología de la
investigación. México D. F.: McGraw-Hill Interamericana.
[2] Para una perspectiva general de las
etapas que componen el proceso de investigación es útil consultar la figura
1.1. (Hernández Sampieri, 2014: 5). Si bien esa figura se refiere a una forma
del proceso de investigación (derivada de la adopción de un enfoque
cuantitativo), corresponde indicar que ella es la forma clásica del proceso.
Más adelante trataremos los cambios en el proceso de investigación a partir del
trabajo con un enfoque cualitativo.
[3] Al examinar los rasgos comunes de
los enfoques cuantitativo y cualitativo: Hernández Sampieri, R.; Fernández
Collado, C. y Baptista Lucio, P. (2014). Metodología
de la investigación. México D. F.: McGraw-Hill Interamericana, p. 4.
[4] Sigo la definición de Hernández
Sampieri, op. cit., p. 4.
[5] Hernández Sampieri, op. cit., p. 5.
[6] Hernández Sampieri reconoce esto: “Cada
etapa precede a la siguiente y no podemos brincar o eludir pasos. El orden es
riguroso aunque, desde luego, podemos redefinir alguna fase.” (op. cit., p. 4).
[7] El ejemplo es muy esquemático, dado que podríamos optar por asignar distinto valor numérico a las diferentes normas de calidad, debido a que algunas de ellas pueden ser muy sencillas de cumplir (como, por ejemplo, la colocación de señalética) y
otras más complicadas (construcción de un baño especial para personas con
movilidad reducida). Pero el ejemplo sirve a los fines de la mejor comprensión
de las ventajas de la medición.
[8] Ver Hernández Sampieri, op. cit.,
pp. 4-7.
[9]
La distinción entre realidad externa y realidad interna se encuentra en
Hernández Sampieri, op. cit., p. 6.
[10]
Ver al respecto Hernández Sampieri, op. cit., p. 8. También pueden leer la
distinción entre enfoques en la tabla 1.1, p. 10-13.
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