lunes, 19 de noviembre de 2018

NISBET Y LAS IDEAS-ELEMENTOS DE LA SOCIOLOGÍA





En los años ‘60 del siglo pasado se publicaron una serie de importantes trabajos sobre la historia de la sociología en particular, y sobre la historia de la teoría social en general. Entre ellos se encuentra The sociological Tradition (1966), del sociólogo norteamericano Robert Nisbet (1913-1996).

Göran Therborn (n. 1941), sociólogo noruego y profesor en la Universidad de Cambridge, en su libro Science, Class and Society (1976), valora así la obra de Nisbet:

“Existe una tesis interesante, defendida tanto por críticos conservadores como radicales, y según la cual los orígenes de la sociología fueron conservadores. Su principal portavoz es el sociólogo norteamericano Robert Nisbet, que pertenece a la primera categoría. Nisbet ha defendido su tesis durante más de veinte años en diversos ensayos que culminan en un libro muy inteligente, The Sociological Tradition. (..) La tradición sociológica se compone de cinco ideas-unidad o focos de interés: la comunidad, la autoridad, el estatus, lo sagrado y la alienación. La tradición se desarrolló como respuesta a los problemas de orden planteados por las revoluciones (francesa) e industrial.” (p. 116).

El presente trabajo es el primero de una serie de fichas de lecturas dedicadas a comentar la obra de Nisbet. Dicha serie será continuada por varias series, una dedicada a Ideología y teoría sociológica, de Irving Zeitlin (n. 1928), y otra a La crisis de la sociología occidental, de Alvin Gouldner (1920-1980).

La serie de fichas dedicada a Nisbet se abre con el examen del Prefacio. Para ello utilicé la traducción española de Enrique Molina de Vedia: Nisbet, R. (2001). La formación del pensamiento sociológico. Buenos Aires: Amorrortu.

La edición española de la obra consta de dos volúmenes y se encuentra dividida en partes. La 1° Parte se titula “Ideas y contextos” (vol. 1, pp. 13-67); la 2° Parte, “Las ideas elementos de la sociología” (v. 1, pp. 69-230, y v. 2, pp. 7-179); la 3° Parte, “Epílogo” (v. 2, pp. 181-188).



El Prefacio (pp. 9-11), está fechado en junio de 1966 en la Universidad de California, en Riverside. Nisbet formula allí el objetivo del trabajo: “Este libro constituye un esfuerzo por exponer lo que tiene de fundamental y distintivo, en lo conceptual e histórico, respectivamente, la tradición sociológica.” (p. 9; el resaltado es mío - AM-).

El uso del término tradición conlleva múltiples dificultades; entre ellas, una fundamental en términos de la reconstrucción de la historia de la sociología: oculta las diferencias irreductibles entre el materialismo histórico de Karl Marx (1818-1883) y las distintas corrientes que componen la denominada sociología clásica.Ya el mero hecho de incluir a Marx entre los “Padres Fundadores” de la sociología implica una doble arbitrariedad, consistente en: a) reducir la obra de Marx a una teoría sociológica (o, mejor dicho, acostar a Marx en el lecho de los compartimentos estancos de las ciencias sociales); b) ignorar las diferencias epistemológicas y metodológicas entre el materialismo histórico y la sociología clásica. En todo caso, y aunque resultaría igualmente incorrecto, sería más preciso hablar de la existencia de tradiciones en la sociología, pues permite enfatizar la inexistencia de una ciencia sociológica unificada.

Nisbet sostiene que la tradición sociológica se articula en torno a cinco ideas-elementos:

“En el centro de toda tradición intelectual hay un núcleo de ideas que le da continuidad a través de las generaciones, y la identifica entre todas las otras disciplinas que componen el estudio humanístico y científico del ser humano. (...) he elegido cinco ideas como elementos constitutivos de la sociología: comunidad - autoridad - status - lo sagrado - alienación. Creo que ellas configuran, en su relación funcional recíproca el núcleo al que hacemos referencia.” (p. 9).

El autor advierte que estas cinco ideas-elementos no representan la totalidad de la sociología moderna: “Me limito a sostener que ellas dan a la tradición sociológica la continuidad y coherencia que tienen desde hace más de un siglo.” (p. 9).

Además de las ideas-elementos, Nisbet distingue “nociones más vastas y generales comunes a todas las ciencias sociales”: estructura - cultura - individualidad - proceso - desarrollo - función. (p. 9).

La sociología se formó a partir de segundo tercio del siglo XIX. Nisbet ubica allí el comienzo del período formativo de la nueva ciencia:

“En el gran período formativo que va de 1830 a 1900, la concurrencia de estas cinco ideas fue lo que señaló el resurgimiento cada vez más distintivo, desprendiéndose de la matriz de la filosofía moral que albergara otrora los elementos de todas las ciencias sociales modernas.” (p. 9-10).

En este período jugaron un “papel preponderante” Karl Marx (1818-1883) y Alexis de Tocqueville (1805-1859). Sus obras, aunque orientadas por concepciones ideológicas opuestas, fueron fundamentales en la constitución de la teoría sociológica.

“En verdad, podemos considerar a la tradición sociológica como una especia de campo magnético, cuyos dos polos de atracción serían ellos. A la larga, la influencia de Tocqueville ha sido al respecto más importante. (...) El triunfo del concepto tocquevilliano de la sociedad y su curso de desarrollo sobre el concepto marxista se refleja en las obras de Tönnies, Weber, Durkheim y Simmel, los cuatro hombres que más hicieron por dar forma sistemática a la teoría sociológica moderna.” (p. 10).

Sobre Marx opina lo siguiente:

“Sigue siendo una de las dos mentes más creadoras y que más influencia ejercieron sobre el pensamiento social del siglo pasado. Privado de la tensión intelectual que desencadenó, por oposición a ella, la potencia inmanente de Marx - verdadero heredero del Iluminismo -, es poco probable que la concepción
tocquevilliana hubiera tenido los efectos modeladores que logró. En la historia de las ideas, toda influencia ha requerido influencias antagónicas para nutrirse.” (p. 10; el resaltado es mío - AM-).

Es necesario discutir la tesis de Nisbet sobre el papel de Marx y Tocqueville en el desarrollo de la sociología. Marx ejerció una enorme influencia porque su teoría cuestionó las bases mismas de las ciencias sociales burguesas; a modo de ejemplo, cabe mencionar su crítica de la naturalización de las relaciones sociales capitalistas por la economía política. De ahí la respuesta de los diferentes sociólogos al desafío del materialismo histórico. Esa respuesta fue importante en la constitución las nuevas disciplinas sociales, como la misma sociología, la ciencia política, etc.

Nisbet presenta como un episodio de la historia de las ideas lo que es una parte de la lucha entre la burguesía y el movimiento obrero. La sociología en particular, y las ciencias sociales en general, tuvo como objetivo último la estabilización del dominio de clase de la burguesía. Es por esto que no corresponde hablar de una única tradición sociológica, que incluya a Marx y a Durkheim, por ejemplo.

Nisbet concede la misma importancia a la oposición tradicionalismo - modernismo, que a la mencionada confrontación entre Tocqueville y Marx.

“Hoy resulta evidente que los conflictos ideológicos fundamentales del último siglo y medio se han planteado entre dos conjuntos de valores: por una parte, los de la comunidad, la autoridad moral, la jerarquía y lo sagrado, y por la otra parte, los del individualismo, la igualdad, la liberación moral y las técnicas racionalistas de la organización y del poder. Lo que ha hecho la sociología en sus aspectos mejores y más creativos es extraer estos conflictos del torbellino de controversias ideológicas en que aparecieron durante las revoluciones Industrial y democrática, y elevarlos - por muchos caminos teóricos, empíricos y metodológicos - a la categoría de problemas y conceptos (...) En la medida en que estos conflictos continúen, la tradición sociológica seguirá siendo tan incitante y significativa como lo ha sido durante más de un siglo.” (p. 11).

El método de Nisbet consiste en agrupar a los teóricos de la burguesía y a los marxistas dentro de una supuesta tradición sociológica. Eso es factible si se ignoran tanto las diferencias teóricas fundamental acerca de qué es la sociedad, como las diferencias de praxis política. Desde este punto de vista, su método es unilateral e idealista.

Por su parte, Therborn, en la obra mencionada, se refiere del siguiente modo a las “ideas-elementos” de Nisbet:

“La elección y el tratamiento de las ideas-unidad sociológicas de Nisbet podría cuestionarse. Sin embargo, la objeción decisiva ante ésta y parecidas concepciones radica en que presentan los objetivos científicos de los sociólogos como algo no problemático, y lo que aquí nos interesa es el sentido de esos objetivos y los logros que representan; en otras palabras, la contribución de la sociología a una ciencia de la sociedad.” (p. 117).

En la siguiente ficha se comenzará el examen de la primera parte de la obra: Ideas y contextos (pp. 13-67).



Villa del Parque, lunes 19 de noviembre de 2018




Bibliografía complementaria:

Gouldner, A. W. (1979) [1° edición: 1970]. La crisis de la sociología occidental. Buenos Aires: Amorrortu.

Therborn, G. (1980) [1° edición: 1976]. Ciencia, clase y sociedad: Sobre la formación de la sociología y del materialismo histórico. Madrid: Siglo XXI de España.

Zeitlin, I. M. (1997) [1° edición: 1968]. Ideología y teoría sociológica. Buenos Aires: Amorrortu.


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