sábado, 29 de junio de 2024

VARIACIONES SOBRE EL USO DE LA NOCIÓN DE CULTURA EN CIENCIAS SOCIALES Y MÁS ALLÁ

 

Denys Cuche


En las ciencias sociales es habitual que los conceptos poseen diversas definiciones y que en torno a ellas se produzcan confrontaciones interminables. Uno de esos conceptos es el de cultura, cuya multiplicidad de usos (que excede largamente el marco académico) agudiza dichos enfrentamientos entre corrientes teórico-ideológicas. 

Para ilustrar la cuestión presentamos aquí la exposición realizada por Denys Cuche (n. 1947), etnólogo francés y profesor de Etnología en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de París V, Sorbona. En 1996 el profesor Cuche publicó el libro La notion de culture dans les sciences sociales (París, La Découverte). En el capítulo 7 de la obra, el profesor Cuche aborda la problemática de los destinos y usos sociales de la noción de cultura, dedicando especial atención a la noción (reciente) de cultura de la empresa. Dado que se trata de exponer el planteo del autor, utilizamos el formato de ficha de lectura.

Nota bibliográfica:

Todas las citas realizadas aquí están tomadas de la traducción española realizada por Paula Mahler: Cuche, D. (2002). La noción de cultura en las ciencias sociales. Buenos Aires, Argentina: Nueva Visión. 160 p. (Claves).


Cuche comienza afirmando que en las últimas décadas se verificó un uso creciente de la noción de cultura, la cual se caracteriza por su polisemia: por un lado, se da un uso “noble”, en el sentido de “cultivado”; por otro lado, hay un uso en sentido etnológico particularista (cada grupo puede reivindicar una cultura propia). A estos usos hay que agregarle un sentido que apunta a la fragmentación de la experiencia humana: “toda forma de expresión colectiva se vuelve «cultura»” (p. 123), algo que va en línea con el individualismo que promueve el capitalismo desarrollado.

El profesor Cuche advierte que este último significado se contrapone al empleado en la antropología, donde cultura denota a los “sistemas globales de interpretación del mundo y de estructuración de los comportamientos” (p. 123).

Ahora bien, el uso descontrolado del concepto provoca un “embrollo conceptual”, pues genera una distancia cada vez mayor entre el uso social (ideológico) y el uso científico del concepto.

Cuche analiza distintos ejemplos de la utilización de la noción de cultura:

1)   Empleo en la sociología política, donde aparece como cultura política, concepto elaborada en el contexto de los procesos de independencia de los países coloniales. “Todo sistema político aparece ligado a un sistema de valores y representaciones, dicho de otro modo, a una cultura característica de una sociedad dada” (p. 125)

2)   Noción de cultura de la empresa. No se trata de un concepto propio de las ciencias sociales, sino que tuvo origen en el mundo de la empresa. La crisis económica debilitó la adhesión de los trabajadores hacia las empresas. El énfasis en la cultura de la empresa, surgido en el management, fue uno de los recursos empleados para fortalecer esa adhesión.

Cuche precisa el uso de la noción de cultura por los cultores del management:

“La cultura de la empresa no es una noción analítica, sino una manipulación ideológica del concepto etnológico de cultura, destinada a legitimar la organización del trabajo dentro de la empresa. La empresa pretende definir su cultura como define sus empleos: dicho de otro modo, aceptar el empleo es aceptar la cultura de la empresa (entendida en este sentido).” (p. 126).

 

Y eso no es todo, pues también podemos encontrar un enfoque sociológico de la cultura de la empresa:

 

“Para los sociólogos, el sentido de la noción de cultura de empresa es el que designa el resultado de las confrontaciones culturales entre los diferentes grupos sociales que componen la empresa. La cultura de la empresa no existe fuera de individuos que pertenecen a la empresa, no puede ser preexistente a ellos; se construye en las interacciones.” (p. 128)

En otras palabras, en la misma empresa coexisten distintas culturas. En consecuencia, la denominada cultura de la empresa es, en rigor, “fabricada” por todos los actores sociales que pertenecen a la empresa. Pero, cómo se fabrica esa cultura. Por medio de un juego de interacciones entre los grupos que componen la empresa.

Aquí conviene introducir el concepto de microcultura de un grupo:

“Para llegar a definir la cultura de una empresa hay que partir de la microcultura de los grupos que forman parte de ellas. Éstos, del mismo modo que la organización, aseguran el funcionamiento cotidiano de los talleres, de las oficinas, delimitan territorios, definen ritmos de trabajo, organizan las relaciones entre los trabajadores, imaginan soluciones para los problemas técnicos de la producción.” (p. 130)

En definitiva, la noción de cultura de la empresa tiene pertinencia sociológica si denota un sistema cultural complejo. Corresponde también estudiar el medio circundante (o sea, la cultura de la empresa no es simplemente la cultura de la organización).

“Esta [la cultura de la empresa] no es la pura y simple emanación del sistema de la organización. Es a la vez el reflejo de la cultura del entorno y una producción nueva que se elabora dentro de la empresa a través de multitud de interacciones que existen en todos los niveles entre los que pertenecen a la organización. El interés en hablar de «cultura de empresa» en el sentido etnológico de la palabra «cultura» reside en la posibilidad de designar la resultante compleja en un momento dado de un proceso de construcción cultural nunca terminado, que pone en juego grupos de actores y factores muy diversos, sin que ningún grupo pueda ser designado como el único que lleva adelante el juego.” (p. 131)

Luego, Cuche examina otras culturas: la cultura del inmigrante (de origen), multiculturalismo, diáspora. Pero ello excede el marco que nos hemos fijado aquí.

Para finalizar, nada mejor que reproducir una frase que figura al final del capítulo, en la que el autor afirma que “una cultura no se transmite como los genes” (p. 138; el resaltado es mío – AM-). En tiempos en los que el individualismo y el esencialismo se muestran fuertes en el terreno del sentido común de las sociedades, la frase de Cuche es un recordatorio de que la cultura no tiene origen en el individuo sino en la sociedad. ¿Qué se trata de una obviedad? Por supuesto que sí, pero hay que decirlo una y otra vez.

 

Balvanera, sábado 29 de junio de 2024

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