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Durkheim en la Universidad de París |
Advertencia para bibliófilos:
Para la redacción de esta reseña
se utilizó la siguiente edición: Durkheim, E. [1° edición: 1893]. (2008). La
división del trabajo social. Buenos Aires, Argentina: Gorla. Traducción de
Rocío Annunziata.
Abreviaturas:
DT= División del trabajo
Tal como lo enuncia en la
introducción a la obra, Durkheim se propone en el Libro Segundo estudiar las
causas y condiciones de la DT.
En primer término, Durkheim se
dedica en el capítulo 1 a refutar la tesis de los economistas de que la DT tiene por causa la necesidad
de aumentar la felicidad de los individuos. Los progresos de la DT no se traducen en un aumento
de la felicidad de las personas, puesto que, si esto fuese así, rápidamente se
alcanzaría el máximo nivel posible de felicidad, y las cosas permanecerían
entonces en un estado estacionario; además, y esto es todavía más importante,
si bien la expansión de la DT
genera transformaciones en la sociedad, las mismas no se traducen
necesariamente en un aumento de la felicidad de las personas. Por el contrario,
el desarrollo de la civilización material (efecto de la DT) tiene como uno de sus
efectos el aumento del número de suicidios, hecho que no puede considerarse,
justamente, como una muestra del aumento de la felicidad de la sociedad.
Luego de refutar la tesis
utilitarista acerca del origen de la
DT, Durkheim pasa a demostrar que “el aumento de la DT se debe, pues, al hecho de
que los segmentos sociales pierden individualidad, de que los tabiques que
separan a los individuos se vuelven más permeables; en una palabra, de que se
efectúa entre ellos una coalescencia que deja libre a la materia social para
entrar en nuevas combinaciones.” (p. 309). En otras palabras, “la división del
trabajo progresa, pues, tanto más cuanto más individuos hay lo suficientemente
en contacto como para poder actuar y reaccionar unos sobre otros. Si convenimos
en llamar densidad dinámica o moral a este acercamiento y al comercio activo
que de él resulta, podremos decir que los progresos de la DT están en relación directa
con la densidad moral o dinámica de la sociedad.” (p. 310).
La DT actúa, pues, erosionando
la organización segmentaria de las sociedades primitivas. Ahora bien, el aumento
de volumen de la sociedad (el incremento de la población de esta) y de la
densidad (la mayor frecuencia y regularidad de los contactos entre los
individuos), es el factor que determina mecánicamente los progresos de la DT, pues acentúa la intensidad
y la dureza de la lucha por la existencia.
En palabras de Durkheim, “la división del trabajo varía en razón
directa al volumen y a la densidad de las sociedades, y si progresa de manera
continua en el curso del desarrollo social es porque las sociedades se vuelven
regularmente más densas y, por regla general, más voluminosas. (…) Decimos,
no que el crecimiento y la condensación de las sociedades permiten, sino que necesitan
una mayor división del trabajo. No es un instrumento mediante el cual ésta se
realiza; es su causa determinante.” (p. 315). “Pero cuanto más se aproximan las
funciones, más puntos de contacto hay entre ellas, y más se exponen, por
consiguiente, a combatirse. Como, en este caso, satisfacen mediante medios
diferentes necesidades semejantes, es inevitable que busquen, en mayor o menor
medida, invadirse una a otras.” (p. 319). Esta mayor competencia obliga a los
individuos, si quieren sobrevivir, a especializar y a encontrar en esta
especialización el espacio del que carecen si se dedican a las mismas
actividades que los demás individuos. Es por esto que Durkheim considera que
los economistas se equivocan al atribuir a la DT efectos exclusivamente económicos: “Se ve como
la DT se nos
aparece bajo otro aspecto que a los economistas. Para ellos, consiste
esencialmente en producir más. Para nosotros, esta mayor productividad es sólo
una consecuencia necesaria, un efecto, del fenómeno. Si nos especializamos, no
es para producir más, sino para poder vivir en las nuevas condiciones de
existencia que se nos presentan.” (p. 326).
De lo anterior se desprende la
preeminencia de la vida social sobre la DT.
Durkheim dedica varios párrafos a la refutación del
individualismo metodológico, que sostiene que la DT es posible entre individuos aislados. Durkheim
sostiene que la competencia en esas condiciones sólo engendraría un aislamiento
mayor de los individuos. Así, “la
DT une al mismo tiempo que opone; hace converger las
actividades que diferencia; acerca a los que separa. Puesto que la competencia
no puede haber determinado esta aproximación, es necesario que la misma haya
preexistido; es necesario que los individuos entre los cuales se entabla la
lucha ya sean solidarios y lo sientan; es decir, pertenezcan a una misma
sociedad.” (p. 327).
Para Durkheim, la sociedad no
brota de los individuos aislados, como afirmas los economistas; por el
contrario, la vida social existe con antelación a la DT, y genera las condiciones
para que ésta se produzca. Es, por tanto, un error hacer de la DT el “hecho fundamental de
toda vida social” (p. 328). “Hay, pues, una vida social por fuera de toda DT,
pero que ésta supone. Es, en efecto, lo que hemos establecido directamente al
mostrar que existen sociedades cuya cohesión se debe esencialmente a la
comunidad de las creencias y de los sentimientos, y que es de estas sociedades
de donde han salido aquellas a las que la división del trabajo asegura la
unidad.” (p. 328). De este modo, Durkheim realiza una refutación de los
principios del individualismo metodológico.
Luego de haber demostrado en
el capítulo 2 del Libro Segundo la centralidad de la vida social y el modo en
que ésta determina los progresos de la
DT, en los capítulos siguientes del Libro Segundo, Durkheim
se dedica a estudiar los factores secundarios que inciden en el progreso de la DT.
En el capítulo 3 demuestra que
la DT exige, para
progresar, que las diferencias entre los individuos aumenten, y que se produzca
un debilitamiento de la conciencia común (ya había mostrado esto en el Libro
Primero de la obra al referirse a la disminución de las penas propias al
derecho penal en las sociedades en las que predomina la solidaridad orgánica). Durkheim
muestra que este debilitamiento de la conciencia común puede observarse a
partir del desarrollo de formas cada vez más racionales del derecho, la moral y
la civilización en general. Así, por ejemplo, la religión pierde cada vez más
su carácter concreto, que la ligaba a la vida cotidiana de los individuos, y
pasa a adquirir formas cada vez más intelectualizadas. De esta manera, la
sociedad envuelve cada vez menos al individuo y es menos capaz, por
consiguiente, de controlar las aspiraciones y pensamientos de éste. Así se crea
el campo de posibilidad para al aumento de la individualidad y la mayor
divergencia entre los individuos.
En el capítulo 4 muestra que
la herencia, que constituye un obstáculo para la DT, va perdiendo fuerza progresivamente.
Finalmente, en el capítulo 5
Durkheim resume las consecuencias de toda su argumentación anterior. En líneas
generales, se centra en demostrar las ventajas de la DT construida a partir del
aumento del volumen y de la densidad sociales sobre la división fisiológica del
trabajo. En este sentido, la DT
muestra una mayor flexibilidad para adaptarse a circunstancias cambiantes,
siendo esta mayor flexibilidad un derivado de la eliminación paulatina de las
barreras que constriñen a los individuos y que son producto de la sociedad
segmentada. De esta manera, y lejos de separar y anular a los distintos
individuos, la DT
(plasmada en la solidaridad orgánica) permite el libre desarrollo de los
individuos, sin que esto impida el desarrollo de una solidaridad (una cohesión
social) entre los mismos. Como indicamos arriba, todo el Libro Segundo puede
pensarse como una refutación del individualismo metodológico.
Villa del Parque, martes 3 de
enero de 2022
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