Para la
redacción de esta ficha utilicé la traducción española de José Medina
Echavarría, Juan Roura Parella, Eugenio Ímaz, Eduardo García Máynez y José
Ferrater Mora: Weber, M. (1998). Economía y sociedad: Esbozo de sociología
comprensiva. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. xxiv, 1245 p.
(Sección de Obras de Sociología).
Poder y
dominación:
Weber comienza
su exposición definiendo tres conceptos:
Poder = “la
probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun
contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa
probabilidad.” (p. 43)
Dominación = “la
probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenido
entre personas dadas”. (p. 43)
Disciplina = “la
probabilidad de encontrar obediencia para un mandato por parte de un conjunto
de personas que, en virtud de actitudes arraigadas, sea pronta, simple y
automática.” (p. 43)
Indica que la
noción de poder es “sociológicamente amorfa” [2], dado que todas las cualidades
de los seres humanos y una infinita multiplicidad de situaciones pueden colocar
a alguien en la posición de imponer su voluntad. Un concepto tan amplio,
en rigor, no explica nada. Por eso el concepto de dominación tiene que ser más
preciso, si se pretende que resulte útil en la explicación de los fenómenos
sociológicos.
Ahora bien, el
concepto de dominación tiene mayor precisión que el de poder, pues se concentra
en la probabilidad de obediencia a un mandato. La disciplina, en cambio,
implica una obediencia habitual por una masa sin resistencia de crítica; se
relaciona con la dominación tradicional. [3]
Dominación,
asociaciones de dominación y asociaciones políticas:
El profesor
Weber sostiene que la situación de
dominación
“está
unida a la presencia actual de alguien mandando efectivamente a otro, pero no
está unidad incondicionalmente ni a la existencia de un cuadro administrativo
ni a la de una asociación; por el contrario, sí lo está ciertamente – por lo
menos en todos los casos normales – a una de ambas.” (p. 43)
En base a lo
anterior puede definirse como asociación
de dominación a la asociación en la que “sus miembros están sometidos a
relaciones de dominación en virtud del orden vigente.” (p. 43) [4] Weber agrega
que toda asociación “es siempre en algún grado asociación de dominación por la
simple existencia de su cuadro administrativo” (p, 43)
El carácter
específico de una asociación esté determinada por: a) la forma en que se
administra; b) el carácter del grupo de personas que ejercen la administración;
c) los objetos administrados; d) el alcance de la dominación. [5]
Weber concede
especial atención a un tipo de asociación de dominación, la asociación política:
“Una
asociación de dominación debe llamarse asociación
política cuando y en la medida en que su existencia y la validez de sus
ordenaciones, dentro de un ámbito
geográfico determinado, estén garantizados de un modo continuo por la
amenaza y aplicación de la fuerza física por parte de su cuadro
administrativo.” (p. 43)
La forma más
conocida de asociación política es el Estado,
esto es,
“un
instituto político de actividad continuada, cuando y en la medida en que su
cuadro administrativo mantenga con éxito la pretensión al monopolio legítimo de la coacción física para el mantenimiento del
orden vigente.” (p. 43-44)
A partir de lo
dicho en el párrafo anterior, se distingue un tipo especial de acción social,
la acción políticamente orientada,
“cuando y en la medida en que tiende a influir en la
dirección de una asociación política; en especial a la apropiación o
expropiación, a la nueva distribución o atribución de los poderes
gubernamentales.” (p. 44)
La violencia,
rasgo esencial de las asociaciones políticas:
El elemento
distintivo de las asociaciones políticas es la utilización de la violencia como medio para garantizar la
dominación. El profesor Weber lo explica así:
“Es
de suyo evidente que en las asociaciones políticas no es la coacción física el
único medio administrativo, ni tampoco el normal. Sus dirigentes utilizan todos
los medios posibles para la realización de sus fines. Pero su amenaza y
eventual empleo es ciertamente su medio específico
y, en todas partes, la ultima ratio [último
argumento] cuando los demás medios fracasan.” (p. 44)
Las
asociaciones políticas han tenido multitud de fines a lo largo de la
historia. Eso hace impracticable definirlas
a partir de su fin. Por ello es mejor definirlas a partir del medio que han
utilizado (y que utilizan) en todos los tiempos y lugares: la coacción física.
[6]
La cuestión se
ve clara cuando se analiza el Estado moderno. Con independencia de los fines
que se proponen los diferentes Estados, su rasgo esencial es el “carácter monopólico del poder estatal” (p. 45)
Otras
asociaciones de dominación. La Iglesia:
Weber señala
que existe otro tipo de asociación de dominación, la asociación hierocrática = “una asociación de dominación cuando y en
la medida en que aplica para la garantía de su orden la coacción psíquica,
concediendo y rehusando bienes de salvación (coacción hierocrática).” (p. 44). La
Iglesia es un ejemplo de instituto
hierocrático. [7]
En este punto
no es importante la cuestión del tipo de bienes de salvación ofrecidos (que
pueden estar en el “más allá” o en este mundo), sino “el hecho de que su
administración pueda constituir el fundamento de su dominación espiritual sobre
un conjunto de hombres” (p. 45).
Las
asociaciones hierocráticas se caracterizan, pues, por administrar bienes de
salvación y por ejercer coacción psíquica sobre sus miembros. La Iglesia se distingue entre este tipo de
asociaciones por “su carácter de instituto racional y de empresa
(relativamente) continuada, como se exterioriza en sus ordenaciones, en su
cuadro administrativo y en su pretendida dominación monopólica.” (p. 45). [8] Sin embargo, a diferencia del Estado, el
monopolio de la dominación territorial no es esencial para la Iglesia.
Villa del
Parque, miércoles 13 de abril de 2021
NOTAS:
[1] La exposición de los tipos
de dominación se encuentra en el cap. III de la Primera parte de Economía y
sociedad, titulado precisamente “Los tipos de dominación” (pp. 170-241).
[2] Es importante tener
presente esta observación cuando se emprende la lectura de las obras del
filósofo francés Michel Foucault (1926-1984).
{3] La dominación tradicional
es analizada en el tercer apartado (Dominación tradicional) del mencionado cap.
III (pp. 180-193).
[4] Weber entiende por asociación [Verband] “una relación social con una regulación limitadora hacia
fuera cuando el mantenimiento de su orden está garantizado por la conducta de
determinados hombres destinada en especial a ese propósito: un dirigente y, eventualmente, un cuadro administrativo que, llegado el
caso, tienen también de modo normal el poder representativo.” (p. 39)
[5] Los ítems a y b dependen
mayormente de los fundamentos de la legitimidad
de la dominación.
[6] “Sólo se puede definir (…)
el carácter político de una asociación por el medio – elevado en determinadas circunstancias al fin en sí – que sin
serle exclusivo es ciertamente específico y para su esencia indispensable: la coacción física.” (p.
44)
[7] La Iglesia es “un instituto hierocrático de actividad
continuada, cuando y en la medida en que su cuadro administrativo mantiene la
pretensión al monopolio legítimo de
la coacción hierocrática.” (p. 44)
[8] Weber denomina instituto a “una asociación cuyas
ordenaciones estatuidas han sido «otorgadas» y rigen de hecho (relativamente)
con respecto a toda acción que con determinadas características dadas tenga
lugar en el ámbito de su poder.” (p. 42). A su vez, llama empresa a “una acción que persigue fines de una determinada clase de un modo continuo.” (p. 45)
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