El capítulo 2 de la obra Historia de América Latina: De la Colonia al siglo XXI, del historiador italiano Loris Zanatta (n. 1943), se titula “La independencia de América Latina” y abarca las páginas 35-51 del libro.
Zanatta, especialista
en América Latina y en el peronismo, se desempeña como profesor de Historia de
América Latina en la Universidad de Bologna (Italia).
Para la redacción
de la ficha utilicé la siguiente edición: Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI. 288 p.
(Biblioteca Básica de Historia). Traducción de Alfredo Grieco y Bavio y
Guillermo David. Todas las citas textuales pertenecen a esta edición. Por
último, mis comentarios personales van entre corchetes.
Invasión napoleónica
y vacío de poder en España
La invasión
napoleónica a Portugal (1807) y España (1808) marcó el inicio del derrumbe
de los imperios ibéricos en América Latina. Sin embargo, los casos de
Portugal y España son distintos. La corte lusitana, encabezada por la reina
María I (1734-1816; reina de Portugal entre 1777 y 1816) y el príncipe regente
y monarca de hecho, Juan VI (1767-1826; rey de Portugal de facto desde 1792 y
de hecho desde 1816 hasta 1826), logró evitar ser capturada por las tropas francesas
y se trasladó a Brasil. De ese modo se crearon las condiciones para una
independencia indolora.
Las cosas se dieron
de manera completamente diferente en el caso español. Napoleón Bonaparte
(1769-1821) hizo encarcelar al rey Carlos IV (1748-1814; rey de España en
1788-1808) y a su hijo y sucesor Fernando VII (1784-1833; rey de España entre marzo
y mayo de 1808, y de 1814 a 1833). El emperador francés impuso en el trono
español a su hermano José I Bonaparte (1768-1844; rey de España entre 1808 y
1813). Se produjo así un vacío de poder, porque la mayoría de la
población española rechazó al rey impuesto por Napoleón; se desarrolló la
Guerra de Independencia Española (1808-1814).
Los sucesos de
España hicieron que las colonias americanas se vieran obligadas a discutir los
fundamentos del orden y de la soberanía política: ¿estaban atadas a la suerte
de la monarquía española y debían someterse a quien ocupara el trono? Si esto era
así y puesto que no había rey legítimo: ¿las colonias podían gobernarse a sí
mismas?
En España la
respuesta al vacío de poder fue la conformación de juntas de gobierno en
diferentes ciudades y regiones. En Cádiz se constituyó una junta que reivindicó
el poder en nombre de Fernando VII y reclamó obediencia a los súbditos
americanos. Éstos se preguntaron: ¿quién gobernaba el reino y sobre qué
derechos? ¿Acaso todas las ciudades y reinos, en España y América, volvían a
ser libres?
La independencia
de las colonias americanas obedeció a la conjunción de múltiples causas.
Algunas de ellas eran estructurales (remotas): las Reformas Borbónicas y las
reacciones a ellas; la consolidación de usos, intereses, vínculos e identidades
de largo alcance en las colonias. Otras fueron de carácter coyuntural: la mencionada
invasión francesa a la península ibérica. En este punto, el profesor Zanatta señala
que,
“Lo
que importa es establecer un método e indicar que, para el estudio de un
problema histórico complejo, se requiere la conciencia de que sus casusas
también fueron múltiples y complejas.” (p. 38)
Período
autonomista, 1810-1814 [3]
Entre 1810 y
1814 se desarrolló el período autonomista en el proceso de independencia
americana.
La primera reacción
concreta de los colonos frente al mentado vacío de poder fue la constitución de
juntas, esto es, órganos políticos encargados del ejercicio de la autoridad).
[1] Estas juntas, al igual que sus homólogas españolas, declararon que asumían
el poder en nombre del cautivo Fernando VII; ninguna de ellas expresó la
voluntad de proclamar la independencia.
Pero las juntas
mostraron la decisión de las elites criollas de reformular el pacto
colonial, desarmando los restos de la experiencia centralizadora emprendida
por los Borbones a mediados del siglo XVIII. Las elites revocaron el monopolio
comercial español y liberaron el comercio con los ingleses.
¿Qué sucedía mientras
tanto en España?
El vacío de
poder fue resuelto por el Consejo de Regencia, instalado en Cádiz. Éste
convocó a elección de Cortes, una asamblea de representantes encargada
de redactar una Constitución. [2] En concreto, la Junta de Cádiz promulgó a
comienzos de 1810 el decreto de convocatoria a elecciones para las Cortes. Toda
provincia americana podía enviar un diputado como representante a las Cortes;
en las elecciones podían participar indios y mestizos. Una vez reunidas, las
Cortes contaron con la participación de 300 diputados (de ellos, 64 eran
representantes de las colonias americanas). [4] El producto de las Cortes fue
la Constitución de 1812, liberal y centralista a la vez.
La Constitución
no conformó a las elites criollas; más bien, profundizó el descontento con la
metrópoli, pues no se concedía la autonomía exigida por los americanos. De este
modo, la caída del imperio español en América fue consecuencia de la conjunción
de dos corrientes: a) los defensores de la vieja sociedad corporativa,
que se oponían a los liberales españoles; b) los defensores de las ideas
liberales, que exigían plena autonomía para las colonias.
Guerra de
independencia, 1814-1824
1814 Fernando
VII recuperó el trono y anuló la Constitución de 1812. Se produjo así la Restauración
del absolutismo; los liberales pasaron a ser perseguidos. El monarca envió
tropas a las colonias (sobre todo a Venezuela) para restablecer la dominación
española. Aquí comenzó la guerra de independencia americana propiamente
dicha, que se prolongó hasta 1824.
Por su parte, Brasil
logró la independencia en 1822, cuando Pedro I (1798-1834; emperador de Brasil
entre 1822 y 1834) instituyó una monarquía constitucional independiente en el
territorio brasileño, haciéndose eco del rechazo de las élites criollas a las
pretensiones portuguesas de imponer nuevamente el centralismo. No hubo
movilización popular y Brasil conservó su integridad territorial sin dificultades.
[Zanatta hace un
tratamiento superficial del proceso de independencia de América Latina, que
resulta llamativo aún en una obra que pretende ser un compendio.]
Villa del
Parque, 3 de abril de 2021
NOTAS:
[1] En este
sentido, su reacción no difirió de la de diversas regiones, ciudades y pueblos
españoles, que constituyeron juntas como respuesta al encarcelamiento del rey
Fernando VII.
[2] El
pensamiento liberal concebía a la constitución como la llave maestra para
transformar las instituciones políticas y sociales de un país, creando un nuevo
orden basado en los principios del liberalismo.
[3] Zanatta
valora la importancia de este período afirmando que los criollos por primera
vez asumieron el poder en primera persona.
[4] Ni Buenos
Aires ni Venezuela enviaron representantes a las Cortes. Cabe agregar que
Zanatta omite que los representantes americanos que tomaron parte de las Cortes
fueron elegidos por los residentes americanos en Cádiz (salvo el caso del representante
de Puerto Rico).
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