Sidney Tarrow (n.
1938) es un sociólogo y politólogo estadounidense. Cursó sus estudios en las
Universidades de Syracuse, Columbia y California en Berkeley. En esta última
obtuvo su Doctorado en Ciencia Política (1965). Actualmente es Profesor Emérito
de Gobierno y Sociología en la Universidad de Cornell. Las investigaciones del
profesor Tarrow abarcan campos que van desde el comunismo, la política local y
los derechos humanos. Es especialista en el estudio de los movimientos
sociales; en esta área es autor de la obra Power in Movement: Collective Action,
Social Movements and Politics, cuya primera edición apareció en 1994, publicada por Cambridge
University Press. En 1998 vio la luz una 2° edición, revisada, cuya publicación
también correspondió a Cambridge University Press.
La presente ficha de lectura está dedicada a la introducción
(pp. 17-29). En una ficha posterior trabajaré el capítulo 1 de la obra, “La
acción colectiva y los movimientos sociales” (pp. 33-64).
Utilicé la traducción española de Herminia Bavia y Antonio
Resines: El poder en movimiento: Los
nuevos movimientos sociales, la acción colectiva y la política.
Madrid, Alianza, 1997.
Introducción
Tarrow define de modo general su objeto de estudio: “El poder
de los movimientos sociales se pone de manifiesto cuando los ciudadanos
corrientes unen sus fuerzas para enfrentarse a las elites [1], a las
autoridades y a sus antagonistas sociales. Crear, coordinar y mantener esta
interacción es la contribución específica de los movimientos sociales, que
surgen cuando se dan las oportunidades políticas para la intervención de
agentes sociales que normalmente carecen de ellas. Estos movimientos atraen a
la gente a la acción colectiva por medio de repertorios conocidos de
enfrentamiento e introducen innovaciones en torno a sus márgenes. En su base se
encuentran las redes sociales y los símbolos culturales a través de los cuales
se estructuran las relaciones sociales. Cuanto más densas sean las primeras y
más familiares los segundos, tanto más probable será que los movimientos se
generalicen y perduren.” (p. 17-18).
Los ejes fundamentales del libro son el modo en que los movimientos sociales (MS a partir de
aquí) “superan los obstáculos que se oponen a la acción colectiva y mantienen
su interacción con sus antagonistas y con el estado”, y los resultados de los ciclos de protesta (CP a partir de
aquí) que generan.
Respecto a las relaciones entre el poder y los MS, pueden
formularse tres interrogantes: a) ¿Cuáles son las circunstancias en las que
surge el poder de los movimientos?; b) ¿existe una dinámica común al desarrollo
de los MS que vincule sus entusiastas comienzos con el auge de su lucha y su
desengañada extinción?; c) ¿es real el poder de los movimientos sociales si su
impacto está tan mediatizado y es tan efímero?
El profesor Tarrow afirma que su intención “es ofrecer un
marco general para la comprensión de los MS, los CP y las revoluciones que
tuvieron su origen en Occidente y se extendieron a todo el planeta a lo largo
de los dos últimos siglos.” (p. 19).
Un elemento clave para la comprensión de los MS es la acción colectiva contenciosa (ACC a
partir de aquí): “La acción colectiva adopta muchas formas: puede ser breve o
mantenida, institucionalizada o disruptiva, monótona o dramática. En su mayor
parte se produce en el marco de las instituciones por parte de grupos
constituidos que actúan en nombre de objetivos que difícilmente harían levantar
una ceja a nadie. Se convierte en contenciosa cuando es utilizada por gente que
carece de acceso regular a las instituciones, que actúa en nombre de
reivindicaciones nuevas o no aceptadas y que se conduce de un modo que
constituye una amenaza fundamental para otros. Da lugar a MS cuando los actores
sociales conciertan sus acciones en torno a aspiraciones comunes en secuencias
mantenidas de interacción con sus oponentes o las autoridades.” (p. 19). La ACC
es la base de los MS. Los organizadores de éstos lo saben y “lo utilizan para
explotar las oportunidades políticas, crear identidades colectivas, agrupar a
la gente en organizaciones y movimientos contra adversarios más poderosos.” (p.
20). En este punto, Tarrow aclara que parte de la teoría de la acción
colectiva, pero la ACC asociada a los MS posee rasgos históricos y sociológicos
distintivos.
Ahora bien, ¿Qué es un MS?
“El mejor modo de definir a los movimientos [sociales] es
como desafíos colectivos planteados por personas que comparten objetivos
comunes y solidaridad en una interacción mantenida con las elites, los
oponentes y las autoridades.” (p. 21).
El profesor Tarrow distingue cuatro propiedades empíricas en
los MS:
v Desafío colectivo:
“Los movimientos plantean sus desafíos a través
de una acción directa disruptiva contra las elites, las autoridades u otros
grupos o códigos culturales. Aunque lo más habitual es que esta disrupción sea
pública, también puede adoptar la forma de resistencia personal coordinada o de
reafirmación colectiva de nuevos valores. (…) Los desafíos colectivos suelen
caracterizarse por la interrupción, la obstrucción o la introducción de
incertidumbre en las actividades de otros.” (p. 22). Más allá de que los MS
desarrollan otras formas de acción (Ejemplo: formación de grupos de presión),
“lo más característico de los movimientos sociales es el desafío colectivo”.
(p. 22). La elección de la forma de acción (que sea el desafío colectivo) es
consecuencia de que los dirigentes de los MS carecen de los recursos estables
(dinero, organización, acceso al Estado) que controlan los grupos de interés y
los partidos políticos. Por ello, “los movimientos recurren al desafío
colectivo para convertirse en el punto focal de sus seguidores y atraer la
atención de sus oponentes y de terceras partes.” (p. 22).
v Objetivo común:
El motivo habitual para aglutinar a las
personas es: “plantear exigencias comunes a sus adversarios, a los gobernantes
y a las elites. (…) esto no nos obliga a asumir que todos los conflictos surgen
de intereses de clase o que el liderazgo carece de autonomía; sólo que en la
base de las acciones colectivas se encuentran intereses y valores comunes o solapados
entre sí.” (p. 23). El objetivo común es lo que hace que la gente arriesgue el
pellejo.
v Solidaridad:
“Es el reconocimiento
de una comunidad de intereses lo que traduce el movimiento potencial en una
acción colectiva. Los responsables de la movilización del consenso desempeñan
un importante papel en la estimulación del mismo. No obstante, los líderes sólo
pueden crear un movimiento social cuando explotan sentimientos más enraizados y
profundos de solidaridad o identidad.” (p. 24). Tarrow indica un elemento
significativo: “las muchedumbres y las manifestaciones espontáneas adquieren
identidad a través del ataque al «otro».” (p. 24).
v Mantenimiento de la acción
colectiva:
“Un episodio de confrontación sólo se convierte
en un MS merced al mantenimiento de la actividad colectiva frente a los
antagonistas.” (p. 25). Los objetivos comunes, la identidad colectiva y un
desafío identificable son elementos que contribuyen a ello, pero es primordial
mantener el desafío contra el oponente. La respuesta de Tarrow al problema del
mantenimiento de la acción colectiva es “que los cambios en la estructura de
las oportunidades políticas crean incentivos para las acciones colectivas. La
magnitud y duración de las mismas dependen de la movilización de la gente a
través de las redes sociales y en torno a símbolos identificables extraídos de
marcos culturales de significado.” (p. 25).
Para que los MS se volvieran nacionales, fue preciso que se
desarrollara lo que el profesor Tarrow denomina el repertorio modular, es
decir, formas flexibles, adaptables e indirectas de acción colectiva, a través
de la letra impresa, las asociaciones y la construcción del Estado. (p.26). En
este punto, destaca que el Estado “no sólo sirvió de blanco para las reclamaciones colectivas, sino, cada vez más, de punto de apoyo de las exigencias
planteadas a otros.” (p. 26).
Es fundamental estudiar la manera en que se activan las
demandas, pues si éstas no son activadas, aunque se hallen fuertemente
arraigadas permanecen inertes. “En mi opinión, el principal factor de
activación lo constituyen los cambios en las oportunidades políticas, que
originan nuevas oleadas de movimiento y dan forma a su despliegue. (…) Las
oportunidades políticas son a la vez explotadas y expandidas por los MS,
transformados en acción colectiva y mantenidos por medio de estructuras de
movilización y marcos culturales.” (p. 26-27).
El autor presta especial atención a los ciclos de protesta, ciclos de conflicto y realineación que abarcan
a sociedades enteras. A ellos dedica el capítulo 9 de la obra.
Tarrow cierra la introducción con un compendio del libro, en
el que resume el contenido de cada capítulo de la obra.
Villa del Parque, jueves 19 de julio de 2018
NOTAS:
[1] El profesor
Tarrow distingue entre “elites de poder”,
que combaten a los MS; y las “elites
antagonistas”, que se enfrentan a las primeras, pero procuran desviar el
descontento en nuevas direcciones. (p. 18).
Mi duda es sobre la duración de un movimiento, auténticamente social?
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