sábado, 31 de marzo de 2012

HISTORIA DEL MOVIMIENTO SOCIALISTA (28): PROUDHON (1809-1865). TERCERA PARTE.



El índice completo de esta serie se encuentra disponible en: http://miseriadelasociologia.blogspot.com.ar/2011/06/historia-del-movimiento-socialista.html

Aclaración previa. Todas las citas provienen, salvo indicación en contrario, de: Cole, G. H. D. (1980). Historia del pensamiento socialista. I: Los precursores, 1789-1850. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. La traducción es de Rubén Landa. En números romanos indico el número de volumen, y en arábigos la página.

La exaltación del individuo por Proudhon y su rechazo hacia el Estado tenían como correlato una opinión negativa sobre la democracia representativa: "Negaba que la multitud pudiese adivinar los méritos de los candidatos que se presentasen en una elección o que exista ningún 'principio especial de justicia en lo colectivo que pueda ser elegido mediante el voto secreto'." (I: 214).

Proudhon consideraba que la política llevaba a la centralización: "Significa una concentración de poder y una pérdida correspondiente de libertad en el individuo, que puede encontrar su libertad sólo si se ve libre de autoridad y de una situación legal para decidir sus propios asuntos mediante contratos libres. Creía firmamente en la capacidad creadora del individuo; pero creía que esta capacidad podía ejercerse mejor en pequeña escala, en cuestiones en que el indivjiduo mismo podía manejar y controlar, y acerca de lo que, por consiguiente, era de esperar que juzgase racionalmente." (I: 214-215).
[Proudhon estaba influido fuertemente por las ideas liberales acerca de la política, aunque de ningún modo se lo pueda considerar un liberal ortodoxo. Su defensa del individuo, de la libertad individual y del contrato, su desconfianza haca la política y el Estado, permiten situarlo en las coordenadas del pensamiento liberal. En este punto, cabe decir que su oposición al monopolio también forma parte del núcleo del liberalismo. Proudhon pensaba que la reforma de la sociedad pasaba por la creación de condiciones que permitieran la libre acción del individuo; una vez establecidas dichas condiciones, serían los propios individuos los que modelarían una sociedad justa. Pero las condiciones que promovía Proudhon no eran otra cosa que el ordenamiento jurídico favorable a la producción de mercancías. Su defensa de la pequeña propiedad y su convicción de que era preciso tomar medidas para preservarla de los monopolios iban en contra de la sacrosanta iniciativa individual alabada por los teóricos del liberalismo; sin embargo, no puede considerarse que represente una ruptura con la matriz liberal. El anarquismo de Proudhon era mucho más burgués que proletario.]

Como era de esperarse, el individualismo de Proudhon lo llevó a oponerse a la acción política de los trabajadores: "La desconfianza de Proudhon hacia la política le condujo más tarde a negar la doctrina marxista; según la cual el proletariado puede emanciparse por sí mismo mediante una acción política o revolucionaria. El proletariado, dice, carece de directivos de la capacidad requerida para elegir entre ellos, excepto para asuntos de poca importancia, ni puede tener esperanza de adueñarse de la dirección de la sociedad, a menos que consiga aliarse con los aldeanos y los maestros artesanos, que son sus aliados naturales contra los políticos y los grandes financieros." (I: 215).

Proudhon era partidario de la conciliación entre la pequeña burguesía y la clase obrera, y era a la primera a la que correspondía el papel dirigente en esa alianza política. Su defensa de las condiciones de la producción mercantil iba de la mano con el apoyo a la pequeña burguesía como clase dirigente de la reforma de la sociedad.

La posición pequeñoburguesa de Proudhon se refleja en sus opiniones sobre la religión y sobre la familia.

Respecto a la religión, "toda su vida fue decididamente contrario a la Iglesia católica, oponiendo a la concepc,ión eclesiástica de justicia con la idea de justicia social que, según él, está representada por la gran Revolución Francesa." (I: 215). "Le parecía que todas estas religiones nuevas y antiguas defendían un principio de autoridad que negaba a las personas el derecho y la capacidad para decidir su propia forma de vida mediante sus esfuerzos personales y su colaboración voluntaria en fines comunes. (...) no negó a Dios, aunque atacó a la religión organizada. Consideraba a las iglesias, como al Estado, como imposiciones ilegítimas sobre la libertad humana, y que embaucaban la credulidad humana para sus propios fines. Creía que la verdadera religión es asunto personal, que no exige ni autoridad ni organización, sino únicamente el servicio voluntario del espíritu humano individual." (I: 215-216).

La oposición de Proudhon a las religiones organizadas fue un elemento importante en el desarrollo del laicismo francés del siglo XIX. Hay que tener presente que el laicismo fue instrumental a la lucha de los intelectuales orgánicos de la burguesía contra los intectuales tradicionales. En este caso, como en tantos otros, Proudhon no trasciende el horizonte intelectual de la burguesía.

En el caso de la familia, "Proudhon no compartía la opinión de muchos de sus contemporáneos socialistas acerca de la emancipación de la mujer. Para él, el lugar de la mujer era el hogar, es decir, el hogar campesino en el cual la mujer desempeñaba una parte principal como compañera, aunque compañera inferior, de su marido en el trabajo de la tierra y con el ganado y en las muy diversas actividades del gran hogar. Sobre esta base afirmaba la supremacía del varón como cabeza del grupo familiar." (I: 216).

Buenos Aires, sábado 31 de marzo de 2012

1 comentario:

  1. Cito:"El proletariado, dice, carece de directivos de la capacidad requerida para elegir entre ellos, excepto para asuntos de poca importancia, ni puede tener esperanza de adueñarse de la dirección de la sociedad, a menos que consiga aliarse con los aldeanos y los maestros artesanos, que son sus aliados naturales contra los políticos y los grandes financieros."

    Proudhon nunca dice eso sobre los proletarios ( remito de nuevo a La capacidad política de la clase obrera"), lo que sí es verdad es que para Proudhon la clase revolucionaria puede ser y es cualquiera, el "lumpemproletariado de Marx", los campesinos, quién sea. Ese pensamiento es compartido por todos los anarquistas, por muchos marxistas también, Gramsci, etc.

    El análisis de la relación entre Proudhon y la religión se queda muy corto, no voy a profundizar en eso porque no me parece clave si no se entiende nada sobre Proudhon (en realñidad sí es clave, pero mejor entender otras cosas primero). La concepción de la familia de Proudhon es patriarcal, por lo tanto retrógrada, pero eso no incide en sus concepciones politicas y sociales como se plantea en el texto.

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