El jueves 3 de noviembre, Cristina Fernández clausuró de modo categórico la discusión acerca de la naturaleza del "kirchnerismo". En la reunión del G20 sostuvo que la salida a la crisis actual de la economía mundial pasa por la adopción de un "capitalismo en serio", que reemplace a la actual anarquía promovida por el dominio del capital financiero. En otras palabras, el modelo económico y social defendido por Cristina es el de un "capitalismo en serio".
En verdad, los dichos de la señora presidenta no tienen nada de novedoso. La distribución del poder en la Argentina de hoy, luego de años de crecimiento económico, muestra que el modelo de acumulación adoptado apuntaba a la consolidación del "capitalismo". Así, por ejemplo, el mantenimiento de la legislación laboral de los años '90 demuestra que la "transformación cultural" de estos años no logró entrar a los lugares de trabajo.
Sin embargo, la afirmación de Cristina en el G-20 tiene importancia en el marco del debate con los intelectuales "kirchneristas" y con todos aquellos que podríamos denominar la "izquierda kirchnerista". Estos sectores sostienen que el "kirchnerismo" está llevando a cabo una "revolución cultural", que es la la única revolución posible en la actualidad dada la tan mentada correlación de fuerzas. Dicho de otro modo, estos señores afirman que el "kirchnerismo" es la única izquierda posible en el país, pues sólo ellos tienen vocación de poder y voluntad transformadora. Sin entrar a discutir en este momento esta caracterizacion, hay que agregar que suelen evitar hablar de capitalismo, en buena medida porque la ambigüedad les permite caer parados en todas las contingencias.
Pero ahora Cristina acortó los márgenes de esta ambigüedad. El "kirchnerismo" podrá ser muchas cosas, pero siempre se moverá en el terreno del capitalismo. Esta definición no es poca cosa, sobre todo si se tiene en cuenta que proviene de un movimiento que en los viejos tiempos hacía alarde de promover una "tercera posición". Ahora Cristina ha puesto las cosas en su lues gar. Las divagaciones de los intelectuales "kirchneristas" deberán bajar al nivel de este valle de lágrimas que es el capitalismo real. Hay que tener presente que Cristina, luego del aplastante triunfo del 23 de octubre, es la líder indiscutida del "kirchnerismo", y que sus partidarios más "ilustrados" han proclamado públicamente la necesidad de "tragarse sapos".
Cuando escribía estas línes viajaba rumbo a Retiro. En la esquina de Paraguay y Uriburu una familia acampaba en la vereda. Dos adultos y tres niños pequeños. Su presencia recuerda cuál es el contenido del capitalismo, ya sea "serio" o "jocoso".
En verdad, los dichos de la señora presidenta no tienen nada de novedoso. La distribución del poder en la Argentina de hoy, luego de años de crecimiento económico, muestra que el modelo de acumulación adoptado apuntaba a la consolidación del "capitalismo". Así, por ejemplo, el mantenimiento de la legislación laboral de los años '90 demuestra que la "transformación cultural" de estos años no logró entrar a los lugares de trabajo.
Sin embargo, la afirmación de Cristina en el G-20 tiene importancia en el marco del debate con los intelectuales "kirchneristas" y con todos aquellos que podríamos denominar la "izquierda kirchnerista". Estos sectores sostienen que el "kirchnerismo" está llevando a cabo una "revolución cultural", que es la la única revolución posible en la actualidad dada la tan mentada correlación de fuerzas. Dicho de otro modo, estos señores afirman que el "kirchnerismo" es la única izquierda posible en el país, pues sólo ellos tienen vocación de poder y voluntad transformadora. Sin entrar a discutir en este momento esta caracterizacion, hay que agregar que suelen evitar hablar de capitalismo, en buena medida porque la ambigüedad les permite caer parados en todas las contingencias.
Pero ahora Cristina acortó los márgenes de esta ambigüedad. El "kirchnerismo" podrá ser muchas cosas, pero siempre se moverá en el terreno del capitalismo. Esta definición no es poca cosa, sobre todo si se tiene en cuenta que proviene de un movimiento que en los viejos tiempos hacía alarde de promover una "tercera posición". Ahora Cristina ha puesto las cosas en su lues gar. Las divagaciones de los intelectuales "kirchneristas" deberán bajar al nivel de este valle de lágrimas que es el capitalismo real. Hay que tener presente que Cristina, luego del aplastante triunfo del 23 de octubre, es la líder indiscutida del "kirchnerismo", y que sus partidarios más "ilustrados" han proclamado públicamente la necesidad de "tragarse sapos".
Cuando escribía estas línes viajaba rumbo a Retiro. En la esquina de Paraguay y Uriburu una familia acampaba en la vereda. Dos adultos y tres niños pequeños. Su presencia recuerda cuál es el contenido del capitalismo, ya sea "serio" o "jocoso".
Bahía Blanca, viernes 4 de noviembre de 2011
Me gusta que la ambiguedad me permita caer parada en todas las contingencias. Caer, a la tierra, cosa que vos no hacés.
ResponderEliminar¡Ah! En la tierra también hay sapos, que a veces, para que no nos meen, nos los tenemos que tragar. ¡Que asco los sapos!
Cuanta miseria y mierda, este capitalismo salvaje, lleno de sapos y de gorilas.
Tania.
Gracias, Tania, por la lectura atenta de mi comentario. Saludos,
ResponderEliminarHola Ariel,
ResponderEliminarCada vez más somos los "indignados" en este país -y en el mundo- cuando vemos las consecuencias de la barbarie capitalista. Y lo triste es que existen algunos que se pueden dar el lujo de "tragarse sapos" mientras otros no tienen ni sapos que comer...
Beso
ADRITA: NO TIENE SAPOS, EMPIECE A COMER GORILAS QUE HAY UN MONTON POR ESTOS LADOS.AVANTI MOROCHA!
ResponderEliminarAdrita:
ResponderEliminarComo siempre gracias por el comentario. Lo chocante de las declaraciones de Cristina consiste en que, en medio del caos que está provocando el capitalismo, se proponga como solución a ese mismo capitalismo, claro que depurado de todo lo "malo", del "descontrol financiero". A quienes opinan de ese modo les vendría bien revisar un poco la historia y recordar que fue el desenvolvimiento keynesiano (Estado interventor si los hubo) el que desembocó en el neoliberalismo. En cuanto a los sapos, es conveniente hacer algo de historia antes de que nos sigan acusando de promover la extinción de las especies. La idea de "tragar sapos" no es nuestra, sino que fue enunciada a comienzos de este año por Hernán Brienza, un periodista que escribe las notas editoriales de los domingos en TIEMPO ARGENTINO. En su momento, dediqué una nota publicada en este blog a comentar tan simpática iniciativa. Así que, en todo caso, son los compañeros kirchneristas quienes deben hacerse cargo de semejante piedra. Respecto a los gorilas (los humanos, no los animales), Biolcatti, De Mendiguren, Franco Macri,etc., lo son hasta la médula, y el gobierno nacional no tiene ningún inconveniente en reunirse con ellos. En este blog estamos seguros de no dar el piné para la categoría de "gorila"; a lo sumo, somos "monitos tití". Saludos,
jaaa ¿lo de "monitos tití" será por nuestra destreza para transportarnos al laburo en bondi o tren? de todas formas es evidente que nuestra clase evoluciona porque ahora nos desplazamos "colgados" de otros medios y ya no de los árboles
ResponderEliminarbeso
Claro, porque este gobierno es pura transa, que impuro! Habría que seguir el ejemplo de la izquierda, que denuncia el corralito junto con Susana Gimenez. Por suerte el 54% no es tan podri. No se que es "piné" y no te la agarres con los monitos titi, les toca algo mejor en esta fauna.Gracias Nestor!!
ResponderEliminarAdrita, podés agregar a tu lista de medios de transporte "amigables" el subte en la ciudad de Buenos Aires. Viajar en horas picos suele ser una experiencia reconfortante, sobre todo porque permite entender de manera práctica la vigencia del concepto de clases sociales. Hasta ahora no he encontrado muchos empresarios "a los que les interesa el país" viajando en los viejos coches de la línea A a las 9 de la mañana, aguantando la multitud que se abalanza en la estación Once sobre la multitud que ya está dentro del subte.
ResponderEliminarEn cuanto a "piné". En el viejo lenguaje barrial de Mataderos, significa algo así como "no dar o no alcanzar el nivel". Es una expresión usada todavía por los viejos vecinos del barrio. Según datos encontrados vía google, parece que remite a un test (de Pinet)que evaluaba la presencia de tuberculosis en los reclutas para el servicio militar en la década de 1930. Quienes mostraban signos de tuberculosis, no daban el Pinet. De allí la expresión, aunque no puedo dar fe de esta última historia. Saludos a tutti,
Me parece que está muy bien que se banquen entre ustedes!! Yo no busco apoyo en este blog, nada más vengo a saludar a Tania y al resto del 54% de nuestra querida Argentina, que también viaja muy apretada en el tren y no por eso se convierte en un gorila-lector-charlatán. Vamos por más! Nunca menos! Ustedes ladren, que nosotros cabalgamos!!!
ResponderEliminarNo se olviden de esa gente tan agradable que sube en el subte y en el silencio que impone el ruidoso subte se queda con pertenencias ajenas. Si yo pienso similar (y pienso muy parecido a los artículos de este blog) al artículo que expuso el Licenciado Mayo, entonces soy gorila que aprendio a tomar el subte. Los supuestos no gorilas que vendrían ha ser los kirchneristas y peronistas de la A a la Z, la mayoría de estos me han metido la mano en el bolsillo muchas veces, entonces digo haciendo uso de mi genio limitado: PUNGA DEL SUBTE=KIRCHNERISTA DEL GOBIERNO NACIONAL Y POPULAR BIEN CAPITALISTA. Apesar de comentarios de algunos marmotas que ven gorilas hasta en la sopa, lo demás en este blog para mí, Fernando, es muy bueno y se aprende mucho, creo que me entiende. Kirchneristas: no se cansan de decirle gorila a todo el mundo cuando en sus filas hay muchos gorilas.
ResponderEliminarGracias a todos por los comentarios. El hablar del subte no es una casualidad ni capricho, sino que remite a una manera de hacer sociología que busca deliberadamente el alejamiento de lo académico para poder acceder al conocimiento. En pocas palabras, hacer sociología a partir de la experiencia cotidiana, de eso que hace la mayor parte de las personas la mayor parte de sus vida, que es trabajar.
ResponderEliminarEn cuanto a los gorilas (los humanos, no los animales), quiero decir que en mi barrio tenemos una definición un tanto diferente a la de algunos compañeros que han intervenido con comentarios en este blog. En mi barrio (Mataderos)se le dice gorila a quien transa con los empresarios, con los banqueros y con los dueños de la tierra. En este punto, creo que hay que tener claro cuáles son las raíces. O se está con el pueblo trabajador o se está con los empresarios. Esta es la definición política primaria. No se trata, por cierto, de ser "puros". Todo trabajador sabe que tiene que transar muchas veces para poder mantener el laburo y alimentar a su familia. Pero de lo que no debemos olvidarnos es de dónde venimos. La UIA, la SRA y otros entidades de la burguesía (perdón por usar un término tan antiguo)son el enemigo. Allí están los gorilas. Una de nuestras discrepancias con los compañeros kirchneristas pasa porque no estamos de acuerdo en que existe identidad de intereses entre el trabajador y el empresario. Para nosotros, los gorilas son los empresarios.
Saludos a todos,
"La antinomia kirchnerismo- antikirchnerismo es la forma concreta en que se da la lucha de clases en este período de nuestro devenir". Ernesto.
ResponderEliminarEncima, ahora estos quieren sacarle el subsidio a los transportes que no tienen la SUBE para que viajemos gratis. Yo pienso pagar igual, esas son medidas para negros cabeza. Muy bueno su trabajo Ariel Emilio Ernesto Mayo, lo felicito. Jorge.
ResponderEliminarGracias al último anónimo y a Jorge por su lectura atenta de esta nota. Saludos,
ResponderEliminarUn intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra. Eso lo dijo Rodolfo Walsh, yo pienso lo mismo de los intelectuales de modular marxista.
ResponderEliminarGracias al último anónimo por su gentil comentario y por el recuerdo de Rodolfo. Saludos,
ResponderEliminar