domingo, 7 de agosto de 2011

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO: DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DEL PARTIDO LABORISTA (1945)

[Nota introductoria: El Partido Laborista (PL) surgió por iniciativa de muchos dirigentes sindicales que habían participado de la movilización del 17 de octubre, y que estaban dispuestos a conformar un partido político para lograr que Juan Domingo Perón (1895-1974) ganara las elecciones de febrero de 1946, consolidando así las conquistas obtenidas por los trabajadores a través de la acción de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El Partido Laborista tuvo por presidente al dirigente de los telefónicos, Luis Gay (n. 1903), y por vicepresidente al dirigente del gremio de la Carne, Cipriano Reyes (1906-2001).

El Partido Laborista jugó un papel fundamental en el triunfo de la fórmula Perón-Quijano en las elecciones presidenciales de febrero de 1946. En esa oportunidad, el PL fue una de las tres fuerzas políticas que sostuvieron la candidatura presidencial de Perón, siendo las otras la UCR-JR (Unión Cívica Radical-Junta Renovadora) y el Partido Independiente.

Durante la misma campaña electoral, y luego del triunfo de Perón, el PL no aceptó ser un instrumento pasivo en manos de la conducción del general, negándose a aceptar todas las directivas que formulaba este. En mayo de 1946 Perón presionó al PL para que se fusionara con las otras dos fuerzas que habían apoyado su candidatura, conformando el Partido Único de la Revolución Peronista. La dirigencia del PL mostró resistencia, y Perón ordenó la disolución del partido el 23 de mayo de 1946. La inmensa mayoría de los dirigentes y de los militantes del PL acataron la orden, salvo el grupo de Cipriano Reyes, que mantuvo la sigla a pesar de las presiones cada vez más violentas ejercidas por Perón.]

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DEL PARTIDO LABORISTA

(Aprobada por aclamación en la Asamblea Plenaria del 28/10/1945) 



QUE la organización económico-social actual acentúa las diferencias, desigualdad e injusticia que soporta la mayoría del pueblo sometida al predominio de una minoría poderosa y egoista. 

QUE la mayoría del pueblo constituida por obreros, empleados y campesinos, conjuntamente con profesionales, artistas e intelectuales asalariados, así como por pequeños comerciantes, industriales y agricultores, forman la clase laborista que necesita unirse en su propia defensa y en bien del progreso del país. 

QUE la minoría constituida por latifundistas, hacendados, industriales, comerciantes, banqueros, rentistas y todas las variedades del gran capitalismo nacional o extranjero, tiene profundas raíces imperialistas y no se concreta al cumplimiento de su función técnico-económica, sino que excede estos límites para imponer soluciones políticas, jurídicas y sociales que les aseguren sus privilegios y aún que se los acrecienten.

QUE la Nación Argentina, dentro del régimen representativo republicano de gobierno, debe asegurar a todos sus habitantes el mayor bienestar compatible con los tiempos y con las inmensas riquezas de su pródiga tierra y el ejemplar espíritu de trabajo, y aún de sacrificio de su población laboriosa. 

QUE para ello es indispensable que una fuerza política nueva, con empuje revolucionario aunque con serenidad y tolerancia, proceda a remover las causas de esas injusticias, estructurando un régimen jurídico con vistas al interés general, apoyado en conceptos económicos modernos y con base de sustentación en la mayoría de los integrantes de la nacionalidad. 

QUE los principales males que transitoria o permanentemente ha soportado el país, tales como la desigualdad económica, el latifundismo, la ignorancia intencional en que se ha tenido a grandes masas de trabajadores, la especulación capitalista, el fraude electoral, la represión del movimiento sindical y el falseamiento de la libertad y la democracia cuando éstas debían beneficiar a la masa trabajadora debe terminar mediante la acción que todo ciudadano está obligado a emprender con verdadero patriotismo y elevado espíritu de lucha y superación individual y colectiva.

QUE la democracia política debe completarse con la democracia económica así como la libertad económica es indispensable para que el pueblo pueda disfrutar de la libertad política.
QUE en materia religiosa debe respetarse la más amplia libertad de conciencia, así como el más absoluto repudio a todo racismo. 

QUE la clase trabajadora argentina agrupada en este movimiento siente como suyos los anhelos e ideales de los trabajadores del mundo, luchando al igual que ellos, por una mayor justicia social, y una mejor distribución de la riqueza, dentro de una auténtica democracia y en un clima de absoluta libertad. 

QUE para tal fin convocamos a todos los hombres conscientes a formar en las dilas del Partido Laborista cuyas columnas principales serán las grandes masas integrantes de los auténticos sindicatos de trabajadores, pero recibiendo con toda cordialidad y compañerismo a estudiantes, profesionales, artistas, intelectuales, pequeños comerciantes, industriales, agricultores y todos los que constituyen la clase media y acepten los postulados avanzados de la agrupación. No tendrán cabida en nuestras filas los reaccionarios, los totalitarios y ninguno de los núcleos de la oligarquía. 

QUE debe estimulares la más estrecha cordialidad con todos los pueblos del mundo y singularmente con los de nuestro continente. Que esa cordialidad debe ser efectiva hermandad con todos los países latinoamericanos, cuyo origen histórico y tradición democrática nos vinculan a un destino común. 

QUE el Partido Laborista inspirará su acción política en los anhelos, inquietudes y aspiraciones de la masa trabajadora, representada por los respectivos sindicatos, pero respetando en forma absoluta la autonomía e independencia del movimiento gremial. 

QUE el Partido Laborista inspirará su acción política en que los anhelos, inquietudes y aspiraciones de la masa trabajadora, representada por los respectivos sindicatos, pero respetando en forma absoluta la autonomía e independencia del movimiento gremial.

QUE el Partido Laborista surge en momentos históricos excepcionales y se propone canalizar las corrientes más modernas del progreso social y económico, propendiendo a la unidad de la clase trabajadora, al respeto y afianzamiento de las libertades, a la prosperidad de la Nación mediante la explotación adecuada de sus riquezas y a la elevación moral y cultural de la juventud para asegurar al país un porvenir en consonancia con los grandes destinos que la historia le señala dentro de la mayor justicia social.

[Tomado de Font, Elena Susana. (1984). Partido Laborista: Estado y sindicatos. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. (pp. 115-116).]


Buenos Aires, domingo 7 de agosto de 2011

NOTA:

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