lunes, 27 de febrero de 2023

RESEÑA: DURKHEIM, REGLAS DEL MÉTODO SOCIOLÓGICO, CAPÍTULO 6


Émile Durkheim y Marcel Mauss

La obra Reglas del método sociológico (1895) [1] representa el intento más serio de Émile Durkheim (1858-1917) para fundamentar los supuestos epistemológicos de la sociología. Es, además, uno de los primeros textos de sociología dedicados íntegramente a la cuestión del método. Los propósitos centrales de la obra son: a) construir una sociología científica, por oposición a las sociologías “ideológicas” de Auguste Comte (1798-1857) y de Herbert Spencer (1820-1903) [2]; b) establecer el campo específico de la sociología, demarcándolo de disciplinas como la psicología, la economía y la filosofía.

En el capítulo 6, Durkheim parte de la aceptación del hecho de que es imposible realizar experimentación en sociología. Afirma que, puesto que

“la explicación sociológica consiste exclusivamente en establecer relaciones de causalidad, trátese de vincular un fenómeno con su causa, o por el contrario una causa con sus efectos útiles. Como por otra parte los fenómenos sociales escapan evidentemente a la acción del experimentador, el método comparado es el único útil en sociología.” (p. 137).

En este sentido, sostiene que Comte no comprendió adecuadamente el valor del método comparativo y propuso completarlo con el método histórico; según Durkheim, esto tiene que ver con la orientación específica de la sociología comteana, concentrada en formular una explicación del curso general del desarrollo histórico.

En este punto, Durkheim se ve obligado a discutir la afirmación de John Stuart Mill (1806-1873) acerca de la inaplicabilidad de la experimentación (aún la indirecta o método comparativo) en la sociología. Hay que tener en cuenta que el argumento de Mill se basaba en la afirmación de que en los fenómenos sociológicos operaba siempre una multiplicidad de causas. Durkheim rechaza este postulado y sostiene que

“si se quiere utilizar el método comparado con criterio científico – es decir, ajustándose al principio de causalidad según se desprende de la ciencia misma – es necesario tomar como base de las comparaciones realizadas la siguiente proposición: A un mismo efecto corresponde siempre una misma causa.” (p. 140).

En esta posición de Durkheim se ve a las claras la fuerte influencia que ejercía sobre él el modelo de las ciencias naturales, sobre todo el de la biología.

En el apartado siguiente (pp. 140-146), Durkheim procura establecer la utilidad diferencial de los diversos procedimientos del método comparativo aplicados al estudio de la sociología. Así, afirma que el método llamado de los residuos “no tiene ninguna utilidad en el estudio de los fenómenos sociales” (p. 140-141). Esto es así porque los fenómenos sociales son demasiado complejos como para poder anular el efecto de todas las causas menos una.

En cuanto al método de la concordancia y el de la diferencia, sostiene que resultan de difícil utilización en la sociología. Esto es así porque, puesto que consisten en que los casos comparados concuerden en un solo punto o difieran en un solo punto, es muy difícil que puedan sortear el carácter complejo de lo social.

En cambio, se muestra partidario de la utilización del método de las variaciones concomitantes:

“En efecto, para que este método sea demostrativo, no es necesario que todas las variaciones diferentes de las que comparamos hayan sido rigurosamente excluidas. El simple paralelismo de los valores que se manifiesta en los dos fenómenos siempre que se lo haya definido en número suficiente de casos suficientemente variados, es la prueba de que existe entre ellos una relación. Este método debe dicho privilegio al hecho de que configura la relación causal, no desde afuera como los anteriores, sino desde dentro.” (p. 141-142).

Durkheim destaca que una de las ventajas de este método consiste en que, a diferencia de las otras variantes del método comparativo, “para que aporte resultados bastan algunos hechos” (p. 144). Durkheim sostiene que la sociología compensa la pobreza de los medios experimentales de que puede servirse con “la riqueza de las comparaciones del sociólogo y de las que no hallamos ningún ejemplo de los restantes reinos de la naturaleza” (p. 145).

Ahora bien, señala que para que las comparaciones sean fructíferas, es conveniente no contar sólo con variaciones aisladas, sino con “series de variaciones constituidas regularmente, cuyos términos se vinculan entre sí en una gradación tan continua como es posible, y que además poseen suficiente extensión” (p. 146). Por esto dedica el último apartado del capítulo (pp. 146-149) al análisis de los procedimientos para constituir dichas series. La cuestión fundamental radica en que las series se van a construir a partir de hechos tomados de una única sociedad o de varias especies sociales distintas (Durkheim trata la cuestión de las especies sociales en el capítulo 4 de la obra). En este punto hace una observación importante, “no es posible explicar un hecho social de cierta complejidad si no se sigue su desarrollo integral en todas las especies sociales” (p. 148-149). Sólo de este modo se logrará darle su pleno valor al método comparativo.

Villa del Parque, lunes 27 de febrero de 2023


NOTAS:

[1] Todas las citas corresponden a: Durkheim, E. [1° edición: 1895]. (1976). Las reglas del método sociológico. Buenos Aires, Argentina: Editorial La Pléyade.

[2] En otra parte del libro, Durkheim las califica de sociologías “ideológicas” porque parten de las ideas y no de los hechos.