jueves, 25 de noviembre de 2021

ECONOMÍA SEGÚN LA SÍNTESIS NEOCLÁSICA-KEYNESIANA: SAMUELSON-NORDHAUS, ECONOMÍA, CAP. 1



El libro de Paul Samuelson (1915-2009) y William Nordhaus (n. 1941), Economía con aplicaciones a Latinoamérica, es la 19° edición de un texto utilizado ampliamente en los estudios universitarios.

La ficha abarca el capítulo 1, “Los fundamentos de la economía” (pp. 3-24).

Nota bibliográfica 

Se utilizó la siguiente edición: Samuelson. P. A. y Nordhaus, W. D. (2010). Economía con aplicaciones a Latinoamérica. México D. F.: McGraw-Hill Interamericana. xxx, 722 p. Traducción española de Adolfo Deras Quiñones.


Como es habitual en los manuales de economía, los autores comienzan con una definición de la ciencia económica

Economía es el estudio de la manera en que las sociedades utilizan recursos escasos para producir mercancías valiosas y distribuirlas entre los distintos individuos.” (p. 4) (A)

El punto de partida es la sociedad, el foco está puesto en la producción y la distribución, el concepto clave es la escasez

La supresión de la escasez (“la utopía de las posibilidades ilimitadas - p. 4 -) también suprimiría la necesidad de la economía. Pero “este mundo es de escasez, lleno de bienes económicos” (p. 4)

¿Qué es la escasez? 

“Una situación de escasez es aquella en la que los bienes son limitados en relación con los deseos. (...) Si se suman todos los deseos [se refieren a EE.UU.], se descubriría de manera rápida que sencillamente no existen bienes ni servicios para satisfacer incluso una pequeña fracción de los deseos de consumo de todos.” (p. 4) (B)

Entre (A) y (B) pasamos de lo social a lo individual (el deseo). Ahora bien, no se entiende de dónde salen estos deseos, desligados de las posibilidades sociales, y cómo puede ignorarse la cuestión de las diferencias de clase en lo relativo a los deseos. Parafraseando a Maquiavelo (1469-1527), no se desea del mismo modo en una choza que en un palacio.

La escasez está conectada íntimamente con la eficiencia, entendida esta última como: 

“Uso más eficaz de los recursos de una sociedad para satisfacer las necesidades y los deseos de las personas. (...) La eficiencia económica exige una economía que produzca la combinación más elevada de cantidad y calidad de productos y servicios dada su tecnología y sus escasos recursos. Una economía produce con eficiencia cuando no se puede mejorar el bienestar económico de una persona sin afectar negativamente el de otra.” (p. 4)

Escasez y eficiencia constituyen conceptos sociales, no técnicos - o, mejor dicho, no primordialmente técnicos -. Afirmar su carácter social implica postular que se determinan a partir de una determinada distribución del poder social, una determinada estructura de clases, surgida de los resultados - siempre provisionales - de la lucha de clases. Es la sociedad, entendida como totalidad desgarrada por contradicciones (lucha de clases), la que engendra los deseos de los individuos. Adoptar esta perspectiva implica desarmar el enfoque individualista, base de la ciencia económica académica, pero de ningún modo supone negar la existencia de determinaciones técnicas en la producción, intercambio y distribución, lo cual sería una insensatez; por el contrario, la superación del enfoque individualista requiere la  articulación de las determinaciones técnicas con las determinaciones sociales. 

La distinción entre macro y microeconomía (p. 5) merece un tratamiento especial. La escisión entre ambas responde a los fundamentos filosóficos de la ciencia económica (sobre todo, al individualismo metodológico); un abordaje científico exige restaurar la unidad, articulando lo individual con lo social.

Los autores afirman que la macroeconomía, concebida como el “análisis de la conducta de la economía como un todo respecto de la producción, ingresos, nivel de precios, comercio exterior, desempleo y otras variables económicas agregadas” (p. 692) [1] , fue creada en su “forma moderna” por el economista inglés John Maynard Keynes (1883-1946) (p. 5). Esta afirmación no resiste el análisis basado en la historia de la teoría económica. Por ejemplo, ¿qué es El capital (1867) de Karl Marx (1818-1883) sino un enfoque de la totalidad del proceso económico y social capitalista? [2]

La microeconomía, por su parte, es el “análisis de la conducta de los elementos individuales de la economía, como la determinación del precio de un solo producto o la conducta de un solo consumidor o empresa” (p. 693)

Los economistas desarrollaron una técnica especializada, la econometría, que es la “rama de la economía que utiliza métodos estadísticos para medir y estudiar las relaciones económicas cuantitativas” (p. 686). Los autores agregan que se trata de un instrumento útil para orientarse en la maraña de datos.

Samuelson y Nordhaus recomiendan prestar atención a la lógica económica. En este terreno, destacan la importancia de comprender la falacia de la composición. [3] Luego de presentar varios ejemplos, concluyen: 

“En estos ejemplos [pp. 5-6] no hay trucos ni magia. Más bien son el resultado de sistemas de individuos que interactúan unos con otros. A menudo, el comportamiento del agregado [el conjunto] resulta muy distinto al de los individuos.” (p. 6)


Los autores avanzan un poco y hacen la siguiente afirmación: 

Un mercado libre y eficiente no necesariamente produce una distribución del ingreso que sea socialmente aceptable.” (p. 7; el resaltado es mío -AM-)

Samuelson y Nordhaus explicitan su ideal de economía: 

“La sociedad debe encontrar un equilibrio adecuado entre la disciplina de mercado y la composición de los programas sociales de gobierno. Si las mentes permanecen frías para informar a los corazones ardientes, la ciencia económica puede hacer lo que le toca para hacer una sociedad próspera y justa.” (p. 7)

 En toda sociedad hay tres problemas económicos fundamentales: 

  • ¿Qué mercancías se producen o en qué cantidades?

  • ¿Cómo se producen las mercancías?

  • ¿Para qué se producen los bienes?

Los tres problemas económicos se resuelven mediante los sistemas económicos. El planteo es esquemático: de un lado se encuentra el Estado (el gobierno), que emite las órdenes que fluyen por una jerarquía desde arriba hacia abajo; del otro, los mercados (individuos y empresas), que funcionan mediante acuerdos voluntarios para intercambiar bienes y servicios.

Los autores distinguen dos grandes sistemas económicos: 

a) la economía de mercado: “aquella en la cual individuos y empresas privadas toman las decisiones más importantes acerca de la producción y el consumo.” (p. 8) En ella las preguntas referidas al qué, el cómo y el para quién se produce se resuelven por el sistema de precios, los mercados y las ganancias, que proporciona incentivos y recompensas. Ejemplo: EE. UU. [4] El sistema es descrito así: 

“Las empresas producen las mercancías que generan las máximas utilidades (el qué) con las técnicas de producción que resultan menos costosas (el cómo). El consumo está determinado por las decisiones de los individuos respecto a cómo gastar los salarios y los ingresos sobre la propiedad que generan su trabajo y sus propiedades (el para quién).” (p. 8)

Sin embargo, no todo es mercado. Los autores destacan que,

El gobierno desempeña un papel importante en la supervisión de su funcionamiento [el mercado], aprueba las leyes que regulan la vida económica, produce servicios educativos y políticas y controla la contaminación.” (p. 8; el resaltado es mío - AM-)

b) la economía autoritaria: = “el gobierno toma todas las decisiones importantes acerca de la producción y la distribución” (p. 8). El gobierno es propietario de todos (o casi todos) los recursos. Ejemplo: la difunta URSS.

Ninguna sociedad encaja exactamente en esos dos extremos. Cabe hablar, por tanto, de economía mixta, que incluye elementos de economía de mercado y economía autoritaria.

Dado el supuesto de escasez, toda sociedad “debe tomar decisiones respecto de los insumos y productos de la economía” (p. 9) A continuación, pasan a definir insumos y productos. 

Los insumos son las “mercancías o servicios utilizados por la empresa en sus procesos de producción” (p. 691). También se los denomina factores de producción.

Los productos son “los diversos bienes y servicios que se consumen o usan en producción posterior” (p. 696)

La tecnología existente [la propia de cada época histórica] se utiliza para combinar insumos y obtener productos. En este punto aparece la noción de los factores de producción: tierra, capital y mano de obra. 

La tierra (o los recursos naturales), es un “regalo de la naturaleza para los procesos productivos” (p. 9). Comprende la tierra para la agricultura, para sustentar viviendas, fábricas y carreteras; los recursos no energéticos y energéticos; los recursos ambientales.

El capital son los bienes durables que sirven para producir otros bienes. 

La mano de obra es el tiempo que los seres humanos dedican a la producción. Anteriormente se lo denominaba trabajo.

De la preeminencia de la noción de escasez se deriva el concepto de fronteras de posibilidades de producción (o FPP): “muestra las cantidades máximas de producción que puede obtener una economía, dados sus conocimientos tecnológicos y la cantidad de insumos disponibles” (p. 10). En otros términos, la FPP es el menú de bienes y servicios de que dispone una sociedad. 

Los autores plantean que uno de los conceptos “mas profundos” en economía es el de costo de oportunidad, que es definido como el costo de las alternativas a las que se renuncia. O, dicho de otro modo, el costo de oportunidad de una “decisión es el valor del bien o servicio al que se renuncia” (p. 13)

El capítulo incluye un apéndice, “Cómo leer gráficos” (pp. 18 y ss.), de gran utilidad para el estudiante que da los primeros pasos en el terreno de la economía.


Villa del Parque, jueves 25 de noviembre de 2021


NOTAS

[1] La definición de macroeconomía está tomada del glosario que se encuentra al final del libro (pp. 680-701).

[2] Mucho antes que Marx, el médico y economista francés François Quesnay (1694-1774) elaboró el Tableau Économique (1758), una descripción del funcionamiento de la economía francesa de su época que puede ser considerada como una obra precursora de los modernos estudios macroeconómicos.

[3] Samuelson y Nordhaus definen la falacia de composición en el glosario: “Falacia de suponer que lo que vale para los individuos vale también para el grupo o todo el sistema.” (p. 689)

[4] El caso extremo de economía de mercado es la economía de laissez-faire, donde el gobierno no interviene en las decisiones económicas.