tag:blogger.com,1999:blog-1959624846649632567.post5819704765589104885..comments2024-03-22T05:55:27.401-03:00Comments on Miseria de la Sociología: LA NATURALIZACIÓN DE LA DOMINACIÓN POLÍTICA: A PROPÓSITO DE UN ENSAYO DE DAVID HUMEAriel Mayo (1970)http://www.blogger.com/profile/00736828840681128118noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-1959624846649632567.post-64935065301350997222014-08-01T12:25:54.854-03:002014-08-01T12:25:54.854-03:00Muchas gracias al anónimo lector por traer la cit...Muchas gracias al anónimo lector por traer la cita de Ferdinand Lassalle. En este punto, Hume estaría de acuerdo con Lassalle, pues tiene en claro que la minoría gobernante apoya su dominación en la fuerza armada. Sin embargo, y esto es en mi opinión lo más interesante del ensayo del filósofo inglés, Hume apunta que eso es trasladar el problema, pues los soldados siempre son más que los oficiales, y los oficiales siempre son más que los generales. El "milagro" alude a la necesidad de indagar los mecanismos por medio de los cuales se construye la obediencia de la mayoría a la minoría. Y permite mostrar de una manera muy plástica, la inconveniencia de naturalizar las relaciones sociales. Saludos,Ariel Mayo (1970)https://www.blogger.com/profile/00736828840681128118noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1959624846649632567.post-15039514231835770992014-07-21T15:41:33.128-03:002014-07-21T15:41:33.128-03:00"El “milagro” de la dominación consiste en qu..."El “milagro” de la dominación consiste en que la mayoría, que tiene la fuerza de su lado por el hecho mismo de ser mayoría, se somete a la minoría." La dominación de la minoría sobre la mayoría no constituye ningún milagro: "El instrumento de poder político del rey, el Ejército, está organizado, puede reunirse a cualquier hora del día o de la noche, funciona con una magnífica disciplina y se puede utilizar en el momento en que se desee; en cambio, el poder que descansa en la nación, señores, aunque sea, como lo es en realidad, infinitamente mayor, no está organizado: la voluntad de la nación, y sobre todo su grado de acometividad o de abatimiento, no siempre son fáciles de pulsar para quienes la forman: ante la inminencia de una acción, ninguno de los combatientes sabe cuántos se sumarán a él para darla. Además, la nación carece de esos instrumentos del poder organizado, de esos fundamentos tan importantes de una Constitución, a que más arriba nos referíamos: los cañones. Cierto es que los cañones se compran con dinero del pueblo: cierto también que se construyen y perfeccionan gracias a las ciencias que se desarrollan en el seno de la sociedad civil, gracias a la física, a la técnica, etc. Ya el solo hecho de su existencia prueba, pues, cuán grande es el poder de la sociedad civil, hasta dónde han llegado los progresos de las ciencias, de las artes técnicas, los métodos de fabricación y el trabajo humano. Pero aquí viene a cuento aquel verso de Virgilio: Sic vos non vobis! ¡Tú, pueblo, los haces y los pagas, pero no para ti! Como los cañones se fabrican siempre para el poder organizado y sólo para él, la nación sabe que esos artefactos, vivos testigos de todo lo que ella puede, se enfilarán sobre ella, indefectiblemente, en cuanto se quiera rebelar. Estas razones son las que explican que un poder mucho menos fuerte, pero organizado, se sostenga a veces, muchas veces, años y años, sofocando el poder, mucho más fuerte, pero desorganizado, de la nación; hasta que ésta un día, a fuerza de ver cómo los asuntos nacionales se rigen y administran tercamente contra la voluntad y los intereses del país, se decide a alzar frente al poder organizado su supremacía desorganizada." El resto en http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/derecho/lassalle/1.htmlAnonymousnoreply@blogger.com